Enlace permanente Enviado por Adolfo Aguirre el Lun, 05/31/2021 - 16:59
Me parece que el valor de iniciar estudios y discusión sobre el tema es el informar a la ciudadanía de la brutalidad legalizada décadas atrás. Erosión es un proceso originado por diferentes variables naturales, pero lo que corresponde enfatizar es un proceso no natural de destrucción de la riqueza de la tierra debido a la plantación de exóticos no nativos de rápido crecimiento. Y en Chile estamos hablando de cientos de miles de hectáreas. En el país el tema pasa por una corrupción de diferentes ámbitos de la sociedad chilena: desde el robo del patrimonio nacional al otorgar tierra para la riqueza de pocas familias, a la corrupción del gobierno de Chile al otorgar financiamiento para que unos pocos se hagan ricos a costa de la destrucción ambiental de la nación. Igual con la industria del Salmon, el pillaje de la naturaleza va de la mano con el pillaje económico y la corrupción política.
La riqueza natural es el patrimonio de una nación y “su única riqueza a largo plazo”, no se pueden comer las inversiones en Wall Street. Además, la destrucción ecológica origina más destrucción medioambiental, como el cambio climático en gran escala y los cambios de microclima regionales en pequeña escala. El bosque nativo es parte del Ciclo del Agua. O sea que mientras menos cobertura natural hay sobre la tierra menos nubes y menos lluvia, menos agua. Existe una relación simbiótica magnética entre el bosque y las nubes, es un ciclo de vida. La vida si no se cuida se convierte en muerte.
Esta el récord histórico de civilizaciones y naciones que se autosabotearon al destruir su medio ambiente, terminaron en la miseria y desaparecieron. Entonces si nuestra sociedad da rienda suelta a la brutalidad de unos pocos al final terminamos pagando todos no solo en pobreza de calidad de vida; representada por la naturaleza viva, sino también políticamente ya que cuando se institucionaliza la brutalidad y la destrucción en un área de una sociedad se crea un carácter expresado en todas las otras funcionalidades de la misma, y se fomenta la corrupción. En este caso “sin un balance ecológico no hay democracia sino caos y disfuncionalidad.”
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