“Vamos a ser el gobierno de y para las personas honestas que quieren trabajar y sacar adelante este extraordinario país. Vamos a ser el gobierno de la seguridad, de la tranquilidad, para que cada uno pueda desplazarse con seguridad a su lugar de trabajo y pueda ocupar todas las áreas verdes que corresponde. Y vamos a combatir con fuerza el narcotráfico. No vamos a permitir más que los fuegos artificiales, los narco-funerales sean una constante en Chile. Los vamos a perseguir, poner ante la justicia, y los vamos a condenar. Y por último quiero que sepan que pondremos el foco en las urgencias sociales de verdad. El tema de la vivienda, de los campamentos es una urgencia social que no resiste análisis. El tema de la salud y las listas de espera debe abordarse”.
“Vamos a mejorar nuestras policías y distribuirlas de mejor manera. Porque en San Bernardo hay el mismo número de carabineros que en Vitacura, cuando San Bernardo tiene tres veces más población. En los barrios, la gente sabe dónde están los proveedores de droga, sabe donde están los fuegos artificiales, sabe dónde se hacen las vendettas, y la policía ni Fiscalía está pudiendo llegar ahí.”
Las sentencias recién citadas fueron expresadas en el debate de la Asociación de Radiodifusores de Chile (Archi), y aunque parecen tener perfecta continuidad y coherencia, una de ellas fue dicha por un candidato sindicado de extrema derecha (la primera), y la otra por quien es señalado de extrema izquierda (la segunda).
José Antonio Kast y Gabriel Boric se dieron cita en el tradicional debate presidencial de la Archi la mañana de ayer, para enfrentarse en el debate en el que, al menos en lo programático, tuvieron más puntos en común que en ningún otro.
Atrás quedó -al menos en el discurso- el José Antonio Kast incendiario, el cual sabía que representaba a una minoría de extrema derecha, por lo cual emitía sus ideas ultraconservadoras sin temor a causar incomodidad, y haciéndose cargo de aquel votante huérfano de Augusto Pinochet y de los cuadros más extremos de la UDI. Atrás también quedó el Gabriel Boric que reivindicó la lucha del Frente Patriótico Manuel Rodriguez, que encaró a los militares en las calles durante el Estallido Social y que abiertamente señalaba su postura izquierdista.
El debate de la Archi viene a poner la guinda de la torta a la estrategia que han venido afianzando ambos candidatos. Señalar con el dedo al adversario y decir: “¡El extremista eres tú, no yo!”. Boric hizo alarde en numerosas ocasiones de su rol en el acuerdo del 15 de noviembre, por el que los sectores más a la izquierda lo critican debido a que le dio aire al gobierno de Piñera, el cual ya estaba acusado por violaciones a los derechos humanos durante el estallido social.
Por su parte, Kast señaló en más de un momento su talante “profundamente democrático”, además de señalar su voluntad de diálogo,. E términos programáticos, esto se traduce en que luego de despotricar en contra del Ministerio de la Mujer hasta el punto de querer eliminarlo, ahora pretende un Ministerio de la Mujer “reforzado”.
“Hoy entendimos que esto fue un error, y pedimos las disculpas del caso”, dijo un ineditamente remilgado José Antonio Kast.
Bien dice el dicho: “otra cosa es con guitarra”. Dicho de otra forma, todo indica que era más fácil ser radical y de vanguardia -tanto Boric y el Frente Amplio, como Kast y el PR- cuando no tenían siquiera el asomo de que iban a tener la real oportunidad de tocar la guitarra: ser los gobernantes del país.
Sobre las marchas feministas del 8 de marzo (8-M), Kast dijo que estás protestas son “manifestaciones legítimas de reivindicaciones de derechos en la medida que se den en paz y en orden como generalmente han sido las del 8-M”, señaló Kast, y aprovechó de restar importancia a cuando su esposa dijo que estas no representaban a las mujeres chilenas.
Por su parte, las moderaciones de Boric apuntaron principalmente en los aspectos económicos, en los cuales siempre señaló que todo se realizaría escuchando a su Consejo Asesor Económico, equipo de expertos en este tipo de materias, en los que hay académicos y economistas cercanos principalmente al mundo de la ex Concertación.
Boric no se molestó cuando le encararon que su gobierno podría ser una nueva versión del mandato “en la medida de lo posible” del DC Patricio Aylwin, y por el contrario señaló que es el más indicado para hacer dialogar las distintas posturas, valorando a la vez que el Congreso haya quedado configurado de manera tan dividida, lo que no le proporciona una mayoría que le garantice los cambios que pretende.
El candidato de Apruebo Dignidad recalcó que su propuesta de recaudación tributaria sería menos ambiciosa de lo que inicialmente había señalado, cuando propuso que en ocho años recaudarían un 9% del PIB. Boric dice hoy, que luego de las revisiones del Consejo Asesor Económico, que en sus primeros 4 años buscará recaudar tan solo un 5% del PIB, lo que por simple matemática, significará una menor cantidad de recursos para sustentar una ambiciosa agenda de costosas políticas públicas.
Lejos quedó el “compañeros y compañeras”, con el que tradicionalmente iniciaba sus discursos.
Por su parte, Kast, quien pretende desde su primer programa una rebaja a la recaudación tributaria para todo tipo de empresas, señaló que dejó atrás sus pretensiones de rebajar los impuestos a grandes empresas de un 27% a un 17%. “Pretendemos por ahora bajar esos impuestos a un 25%, que es el nivel de la OCDE”, dijo Kast mientras reconocía que son solo dos puntos porcentuales y no 10 los que las empresas conseguirán evitar en un eventual gobierno suyo.
Kast, también declinó derogar el aborto, como inicialmente había dicho. Tampoco cerrará la Flacso (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales), como había prometido; y tampoco persistirá en su afán por coordinarse con otros países para detener y juzgar a “agitadores de izquierda”.
En medioambiente, ambos señalaron la importancia de reducir las emisiones dañinas de la industria, en buscar un desarrollo sustentable, e increíblemente -luego de que Kast criticara la realización de la COP25 en Chile- señaló qie el medio ambiente le interesa tanto al punto de que "hay que reforestar con bosque nativo".
La coincidencia programática en tantas de estas posiciones hace olvidar que se trata de candidatos que supuestamente se encuentran a las afueras del duopolio político tradicional, y por el contrario, recuerdan a un debate de la Concertación contra la derecha. Esto lleva a pensar hasta qué punto estos sectores han colonizado -pese a estar virtualmente fuera- esta elección presidencial.
Puntos de quiebre: Recriminaciones cruzadas, la Convención Constitucional y las detenciones extracarcelarias de Kast
A pesar de que en lo programático pareció no haber ni mucha izquierda ni mucha derecha, este debate ha sido uno de los más acalorados hasta la fecha.
El climax de esta situación ocurrió a través de recriminaciones mutuas, cuando Boric le dijo a Kast que había apoyado a la dictadura, y Kast le dijo a Boric que él apoyaba a los violentistas.
La estrategia de Kast, de responder lo que quiere y evitar lo que le desfavorece sacó de sus casillas a Boric, el cual contraatacó sólo para que Kast le sacara en cara la denuncia de acoso que pesa sobre Boric. Éste se vio algo superado en un momento, pero luego Kast le pidió perdón.
Sin embargo, seguramente la diferencia más grande entre ambos está relacionado con la Convención Constitucional. Kast se refiere al proceso constituyente como "un capítulo que quiero cerrar", de manera que no pretende entregar más tiempo a los convencionales para redactar la nueva Constitución en caso de ser necesario. La apuesta de Kast es al supuesto descrédito que arrastra este proceso ante la gente, de manera que espera redituar votos atacándola, o al menos siendo crítico con la Convención.
Por otra parte, Boric se muestra abiertamente a favor de apoyar el proceso constitucional, de manera que su diagnóstico es el opuesto, eventualmente intentando conseguir algunos de los votos de gente que votó por el aprueba y no fue a votar durante la primera vuelta.
Con todo, aquello que dista de estar en el centro político, es el proyecto de ley que pretende presentar José Antonio Kast en caso de que salga electo, el cual busca crear un quinto Estado de Excepción Constitucional (además del Estado de SItio, el Estado de Asamblea, el Estado de Emergencia y el Estado de Catástrofe).
Esta propuesta busca darle facultades muy amplias al Presidente en caso de inestabilidad interna, lo que incluye la posibilidad de que se realicen detenciones en recintos extra carcelarios. Medida inédita que sin lugar a dudas recuerda a políticas discrecionales típicas de gobiernos autoritarios y dictaduras.
Con esto, Kast olvida el centro e intenta llevar agua a su molino ultraconservador. Con esta propuesta -la que según Kast sólo se llevará a cabo si el Congreso da el visto bueno- Kast parece diagnosticar que la molestia de agunos sectores con los disturbios y movilizaciones -como las del estallido social- es más grande que la gente del Apruebo que no fue a votar en la primera vuelta y que eventualmente se movilizará a las urnas para el balotaje e impedir un gobierno de ultra derecha.
Comentarios
El Candidato Kast de padre
Es lo que vengo diciendo hace
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