La invasión rusa en Ucrania desató el caos en las bolsas del mundo. Principalmente Wall Street, donde la incertidumbre de los inversionistas ha chocado con la inflación al alza en Estados Unidos y la creciente escasez de insumos derivada de la guerra en Europa del Este.
En medio de un panorama incierto para el mercado, las empresas armamentísticas que operan en bolsa han sacado jugosos réditos económicos de la tensión bélica entre la OTAN y los países de Oriente. Esto, comenzando por el anuncio del Canciller alemán, Olaf Scholz, sobre la creación de un fondo especial de $100 mil millones de euros para inversión en defensa de Alemania. Cuestión que hace vislumbrar el comienzo de una segunda Paz Armada.
Esas cinco mil armas antitanque corresponden a modelos AT4 fabricados por la compañía sueca Saab AB, que transa acciones en la Bolsa de Estocolmo.
Solo tres días después del inicio de la invasión, el 27 de febrero, la primera ministra de Suecia, Magdalena Andersson, anunció el envío de 135 mil raciones de combate, cinco mil cascos, cinco mil escudos corporales y cinco mil armas antitanques a las tropas ucranianas. En lo que fue la segunda ocasión en que Suecia entregó armas a un bando durante un conflicto bélico, situación que no se daba desde la invasión soviética a Finlandia en 1939.
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Esas cinco mil armas antitanque corresponden a modelos AT4 fabricados por la compañía sueca Saab AB, que transa acciones en la Bolsa de Estocolmo.
Desde el comienzo de la guerra en Ucrania, Saab aumentó el precio de sus acciones un 71%. Esto, desde los $22,65 dólares por acción, el 23 de febrero, hasta los $38,79 dólares, el 25 de marzo, jornada en que las empresas de defensa tuvieron su peak más alto en bolsa y mismo día en que Estados Unidos y la Unión Europea anunciaron la creación de un tratado para limitar la dependencia europea del petróleo y gas ruso.
Desde el comienzo de la guerra en Ucrania, Saab aumentó el precio de sus acciones un 71%. Esto, desde los $22,65 dólares por acción, el 23 de febrero, hasta los $38,79 dólares, el 25 de marzo.
No obstante, antes del comienzo de la guerra, Saab ya se ubicaba en el top de las compañías bélicas a nivel global.
Según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI por sus siglas en inglés), Saab se ubicó como la empresa número 36 entre las que más ingresos obtuvieron en 2020 por venta de armas, con $3.390 millones de dólares.
De todas formas, la empresa sueca no es la única que ha sacado cuentas positivas con la guerra ruso-ucraniana. Entre 1999 y 2008, Saab desarrolló el lanzamisiles antitanque NLAW RB-57, por los que cada disparo cuesta $40.000 dólares. La fabricación pasó a manos de la empresa francesa Thales, que cotiza en Euronext, la bolsa paneuropea.
Según constató El País, en enero Reino Unido había enviado dos mil lanzamisiles NLAW a Ucrania. En tanto Suecia habría comprometido otros cinco mil.
Con esto Thales, que en 2020 fue el 14° mayor vendedor de armas a nivel mundial revalorizó sus acciones de $92 dólares, un día antes de la invasión, a $137 dólares, cuando la guerra cumplía un mes. Es decir, un aumento del 48% de su valor en bolsa.
Otra firma europea que trabaja con Thales en el desarrollo de armas es la italiana Leonardo. La empresa es treceava que más ingresos generó por concepto de venta de armas en 2020 según SIPRI, con $11.160 millones de dólares.
El bum de Leonardo ha sido idéntico al de Saab y Thales. Desde el comienzo de la invasión, los italianos han revalorizado un 47% el valor por acción.
En Leonardo trabajan con Thales en los joint venture Thales Alenia Space y en Telespazio, empresas para desarrollo de satélites, telecomunicaciones e investigación espacial.
El bum de Leonardo ha sido idéntico al de Saab y Thales. Desde el comienzo de la invasión, los italianos han revalorizado un 47% el valor por acción, de $6,99 a $10,33 dólares.
El mundo de las empresas bélicas es pequeño, por eso es que además de Thales, el trabajo en joint ventures de Leonardo se ha enfocado en el desarrollo de misiles balísticos con la empresa inglesa BAE Systems y la transeuropea Airbus, en MBDA.
Sin embargo, MBDA no cotiza en bolsa. Quien sí lo hace es BAE Systems, que figura en dos ocasiones en el informe de SIPRI, una como matriz y otra como filial.
De este modo, la firma inglesa figura como la sexta empresa que más ingresos generó en 2020 por venta de armas, a lo que se suma la subsidiaria que entra en el top 20. En total, BAE se hizo con $35.920 millones de dólares en ventas.
Ahora bien, antes del comienzo de la guerra BAE cotizaba a 7,8 dólares por acción en la Bolsa de Londres. Al 25 de marzo, esa cotización llegó a los $9,8 dólares. Una variación positiva del 25%.
Al igual que con Leonardo, Thales y Saab, BAE ha hecho lazos con otras empresas bélicas para el desarrollo de proyectos armamentísticos. Es así que entre el 2001 y 2006 colaboró con los gigantes de la industria bélica estadounidense, Lockheed Martin y Northrop Grumman, para el desarrollo de los cazas F-35 Lightning II.
Números verdes para Estados Unidos
El fabricante de material bélico más grande a nivel mundial es Lockheed Martin, empresa estadounidense con base en Bethesda, Maryland. No solo es el contratista militar favorito del gobierno estadounidense, sino que es también el mayor comerciante a nivel global, con ventas por $58.210 millones de dólares en 2020.
Cuando el conflicto llegó al mes de desarrollo, las acciones de Lockheed Martin llegaron al peak histórico de $453 dólares. Una variación positiva del 16% para la empresa armamentística más grande del mundo.
Por lo mismo, se ha beneficiado desde el comienzo de la escalada militar en Ucrania. El martes previo a la invasión rusa, Lockheed Martin cotizaba a $388,9 dólares por acción en la Bolsa de Nueva York. Una semana más tarde el precio se había disparado a los $447 dólares.
Cuando el conflicto llegó al mes de desarrollo, las acciones de Lockheed Martin llegaron al peak histórico de $453 dólares. Una variación positiva del 16% para la empresa armamentística más grande del mundo.
Respecto a las armas fabricadas por Lockheed Martin, destaca la Javelin FGM-148, un lanzamisiles antitanque que Estados Unidos lleva suministrando a las tropas ucranianas desde la toma rusa de Crimea en 2014.
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Pero Estados Unidos no es el único socio militar para los ucranianos. Con el desarrollo de la guerra en marzo, los socios de la OTAN en el Báltico, Estonia, Lituania y Letonia, también comprometieron envíos de las Javelin antitanque para el ejército ucraniano.
Así como en el caso europeo, en que las compañías bélicas se prestan ayuda para el desarrollo de nuevas armas, Lockheed Martin colaboró con Raytheon Company para la fabricación de los Javelin.
Además de la fabricación y venta de los FGM-418, Raytheon ha aportado a la guerra ruso-ucraniana con los FIM-92 Stinger, lanzamisiles antiaéreos que se producen desde 1978 y que han actuado en otros conflictos bélicos, como la guerra de las Malvinas o la guerra soviético-afgana.
Raytheon es la segunda empresa más grande del complejo militar estadounidense. Es el tercer contratista militar de la Casa Blanca y la segunda empresa que más ingresos obtuvo en 2020 por concepto de venta de armas, con $36.780 millones.
Además de la fabricación y venta de los FGM-418, Raytheon ha aportado a la guerra ruso-ucraniana con los FIM-92 Stinger, lanzamisiles antiaéreos que se producen desde 1978 y que han actuado en otros conflictos bélicos, como la guerra de las Malvinas o la guerra soviético-afgana.
Ahora bien, gracias a la guerra en Ucrania, Raytheon aumentó un 11% el precio de sus acciones en la Bolsa de Nueva York, pasando de 92 dólares, el 23 de febrero, a 102 dólares el 25 de marzo.
Así también se ha beneficiado el cuarto mayor contratista de defensa de Estados Unidos y la cuarta empresa con más ingresos por venta de armas en 2020, con $30.420 millones de dólares, Northrop Grumman, quien junto con Lockheed Martin desarrollan los caza F-35.
La empresa de portaaviones, aviones militares, satélites y sistemas de misiles consiguió en los últimos meses un aumento del 18% en el valor de sus acciones, también en la Bolsa de Nueva York. Antes del cruce de los tanques rusos sobre la frontera ucraniana, el valor por acción de Northrop era de 386 dólares. Ahora, tras un mes y medio de guerra, esas mismas acciones llegan al máximo histórico de $477 dólares.
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