A poco más de dos semanas de haber concretado la compra de Twitter, Elon Musk está protagonizando una de las “destrucciones de valor” (como gustan de decir en EE. UU.) más grandes de las que se tenga memoria. Un 'Götterdämmerung' épico, repentino y verdaderamente injusto para el que fue el foro público del mundo, y que además coincide temporalmente con la debacle de la bolsa de criptomonedas FTX, que está en proceso de quiebra.
Ante catástrofes como estas, el gesto reflejo es buscar la explicación –y la culpa– en el culpable. En su ambición, soberbia, ceguera y otro montón de taras que deberían disuadir rápidamente de escarbar en la persona en cuestión, pues esas falencias humanas las tenemos todos (a escala más pequeña, eso sí) y por lo tanto no hay mucho que encontrar ahí. O tal vez sí, pero es solo una mitad del asunto.
La otra mitad está afuera. En el ecosistema donde las taras nombradas, y muchas más, son virtudes que sirven para encumbrar a verdaderas alimañas, al menos hasta que el tiempo las pone en su lugar. Pues bien, de eso se trata The Dropout (2022).
La alimaña de turno es Elizabeth Holmes (Amanda Seyfried), quien desertó de sus estudios de química en la Universidad de Stanford (de ahí el título de la serie) para perseguir una “visión”: la realización rápida, sin jeringas y a bajo costo de múltiples exámenes con muestras de sangre, capaces de brindar diagnósticos precisos que a su vez dieran paso a terapias que salvaran vidas. Así, bordeando los 20 años, fundó Theranos (fusión de therapy y diagnosis) y empezó a buscar financistas.
Pausa. La serie se estrenó a comienzos de 2022 y está basada en un podcast de audio de la cadena ABC, cuando el escándalo ya había estallado. Cuando todo el mundo sabía que Theranos y Holmes eran un fraude.
Play. Con eso en mente, se nos presenta a la protagonista desde una especie de ultratumba que no lo es. Con un primerísimo plano de su rostro muy iluminado y con fondo blanco, citando a la entrevista que Holmes concedió al prestigioso documentalista Errol Morris en el pináculo de su fama. Cuando todo EE. UU. –incluido Morris– creía que ella era la nueva niña prodigio del capitalismo estadounidense, la Steve Jobs de la innovación en salud.
Desde esta ultratumba/paraíso, centrada en Holmes, la historia se desenrolla a partir de su adolescencia en una familia cariñosa y de clase media alta, con ciertas apreturas económicas puntuales que dejaron su impronta en la joven Elizabeth, caracterizada eficazmente como una persona neuroatípica.
Ya mayor, conoce a su mentor/pareja/socio en lo que sería Theranos, el empresario Sunny Balwani (Naveen Andrews), relación simbiótica entre personas difíciles, donde el mayor en cierto sentido moldea a la más joven a su imagen y semejanza, y con la sensación de que la toxicidad siempre puede aparecer. De un lado o de otro.
Sin embargo, el verdadero crecimiento y transformación de Holmes no se correlaciona tanto con su vida personal como con su capacidad de embaucar billeteras y redes cada vez más grandes y poderosas. Parte de la explicación está en sus ojos grandes y azules, y Amanda Seyfried se luce interpretando a una persona a la que no se parece, pero explota su mirada, una mirada de serpiente que no sabe que lo es; una mirada que parece transparente porque la inventora siempre creyó que decía la verdad.
Como muchos inventores antes que ella, Holmes realizó lo que suelen llamar el “fake it until yo make it” –falsifica los datos hasta que tu invento resulte–, y en el proceso arrastró a una variada gama de ingenieros y científicos dispuestos a hacerlo porque creían que Theranos y su aparato Edison iban a salvar vidas. Esta vorágine de voluntades se potenciaba con la vorágine de dólares invertidos por millonarios y de apoyos brindados por empresarios y políticos prominentes, que hacían imposible detenerse, poner pausa, reflexionar o cualquier otra reacción razonable ante los sucesivos fracasos en el desarrollo de su tecnología.
Entre los ires y venires de sus intentos por lograr que su máquina funcione, la serie descansa y acentúa la transformación y maduración de Holmes con escenas ante un espejo, recurso que sugiere disociación y –con el ya clásico Gollum instalado en la cultura– cierta monstruosidad.
Eso sí, se podría decir que en esta línea la serie llega hasta acá, pues a continuación la trama abre paso a otros personajes y a otras historias relacionadas, con situaciones verdaderamente “de película”, que son aprovechadas con pericia para acelerar hacia el conocido y vergonzoso final.
Por ejemplo, los empleados que fungen de espías al descubrir que la empresa realizaba sus pruebas de sangre con máquinas de otras empresas; o el hecho de que uno de esos empleados se distancia dramáticamente de su abuelo –el exsecretario de Estado de EE. UU. George Schultz (Sam Waterson)–, miembro del directorio de Theranos y atractor de encumbrados inversionistas, como Henry Kissinger.
Al thriller y al drama familiar, se suma la hebra detectivesca de una doctora y un vecino que quieren develar el fraude, y la del periodista John Carreyrou (Ebon Moss-Bachrach), cuyo reporteo para el Wall Street Journal contiene todos los elementos del subgénero de los golpes periodísticos: avances, reveses, pistas falsas, discusiones con el editor, presiones con abogados, publicación y coletazos. Y esos coletazos, obviamente, son un epílogo centrado en Holmes y en su vergüenza, soledad y obstinación.
Junto con la apelación a diversos géneros y al buen aprovechamiento de una realidad rocambolesca, el punto alto de la serie es la simbiosis de la protagonista con un sistema completo que la alimentó y la infló porque necesita hacerlo. Un sistema que se ramifica hacia las finanzas, gran parte de la prensa, las redes personales e informales, y cuya férrea interconexión permite y alimenta burbujas vacías que pueden ser habitadas por gente como Holmes.
Un sistema que, además, siguió como si nada cuando ella cayó, y no tuvo que esperar mucho para que otros le sucedieran.
Acerca de...
Título original: The Dropout
País: EE. UU.
Exhibición: Una temporada de ocho episodios (2022)
Creada por: Elizabeth Meriwether
Se puede ver en: Star +
Comentarios
No sé porque este caso me
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