Pablo Iglesias

“Se va a financiar a partir de suscriptores, la gente será la que asuma el grueso del financiamiento del canal, pero también apostaremos por patrocinios y publicidad”, explica el ex vicepresidente de España y fundador de Podemos a INTERFERENCIA. Iglesias afirma que el canal tendrá programas producidos en España y también en Latinoamérica, incluyendo uno hecho en Chile.

Los niveles obscenos de concentración de la propiedad de los medios en Chile, en tan pocas manos, –en 2020 el 81% de la lectoría de diarios y casi el 88% de su avisaje correspondía a medios de El Mercurio y Copesa–, no son cuestión baladí. Los medios tradicionales aún marcan la agenda del país y es necesario pensar sobre el poder de éstos de aquí al futuro.

Es la aversión a los cambios lo que parece resumir una estrategia que gotea en cada titular, editorial y tribuna. Una estrategia altamente ideologizada que busca pasar inadvertida, se siente ofendida si la sacan al pizarrón y se enrolla cual chanchito de tierra si se siente observada: “Apenas somos medios de comunicación”.

Si gana el Apruebo, ¿aceptará la fronda aristocrática su derrota democrática? Esa es la pregunta que nadie, ningún medio de prensa, le hace a los voceros del Rechazo. La historia de los últimos 200 años lleva a pensar que no lo aceptarán. Espero estar equivocado.

En conversación con nuestro medio, una de las figuras emblemáticas de Unidas Podemos analiza el proceso constituyente chileno e insiste que las actuales batallas ideológicas y culturales se dan en los medios de comunicación. Por eso, dice, banqueros, empresarios y multinacionales compran un negocio tan poco rentable como lo es la prensa. “Quien quiere hacer negocios no compra medios, pero quien quiere influir y determinar elecciones, sí lo hace”.

En 2016 un diario de derecha español aseguró que Nicolás Maduro depositó 272 mil dólares en una cuenta de Pablo Iglesias en un paraíso fiscal, pero todo esto resultó ser falso. Ahora, audios revelaron que un importante canal hispano amplificó la noticia falsa pese a saber su carácter inverosímil.

El Partido Popular terminó sacando 65 escaños, a 4 de alcanzar la mayoría absoluta del Parlamento de Madrid. Aliados con VOX, un partido abiertamente de extrema derecha y franquista, logran los populares así obtener los votos para gobernar la ciudad. De paso, la derrota generó la renuncia a la política del líder de Podemos, Pablo Iglesias, y el temor en el PSOE de que el triunfo en la capital vaticine un futuro gobierno del PP en el país.

Tras una entrevista a el diario El País, y luego de semanas sin negociaciones para conformar mayorías en el Parlamento, el líder del PSOE comunicó que no apostará por el ingreso al gobierno de Podemos. En cambio solo ofrecerá un programa progresista común, pero bajo un gobierno unipartidario. Esto, sin cerrarse a lograr la abstención de las derechas, en aras de la estabilidad.

Fracasaron las negociaciones entre los socialistas y Unidas Podemos, lo que terminó por evitar la investidura de Pedro Sánchez como jefe de gobierno, pero Izquierda Unida -movimiento que acompañó a Podemos en la elección- emplazó a sus aliados a firmar un acuerdo programático legislativo de modo que el PSOE pueda gobernar en solitario, a cambio de evitar la vuelta de la derecha al poder.

La reciente irrupción de Vox, radicales de derecha, asustó al electorado español. Con una participación que superó 70%, los votantes le dieron un contundente triunfo al PSOE y una dura derrota al PP. El partido socialdemócrata necesitará los votos de una serie de partidos para formar gobierno, entre ellos Unidas Podemos de Pablo Iglesias, que sufrió un fuerte retroceso.

Tras un convulsionado clima marcado por el asunto independentista catalán, el PSOE y el PP aparecen como los favoritos para conformar el próximo gobierno español. Ambos apuntan al voto útil: mientras que los socialistas -quienes tienen la primera opción- se aferran al “todos contra las derechas”, el PP hace gala de ser el único partido capaz de asegurar una administración sin terroristas, independentistas ni bolivarianos.

Los ibéricos votarán por un nuevo parlamento y gobierno. Tanto el PSOE como el PP podrian salir ganadores, pero sólo en alianza con partidos más pequeños de la izquierda y la derecha. Estos son los escenarios.