Una de las consecuencias más insignes que dejó el sistema frontal de agosto, fue el socavón que se produjo al costado del edificio Kandinsky en Viña del Mar. La construcción parecía estar al borde de una caída y los residentes tuvieron que abandonar sus hogares.
El problema no terminó ahí. Tras nuevas precipitaciones dos semanas después, se formó un segundo socavón a pocos metros del primero. Incluso algunos vecinos reportan grietas en otros complejos residenciales cercanos al primer edificio afectado, pues dichas construcciones están emplazadas sobre parte del campo dunar que descansa sobre la costa de la quinta región.
El edificio Kandinsky ganó notoriedad debido a que las imágenes eran contundentes e incluso mostraban una ligera inclinación que ponía en duda la seguridad del edificio. En ese momento, todas las miradas se centraron en la constructora Besalco. La constructora es presidida por Raúl Bezanilla, presidente de la empresa que su padre fundó en 1944.
Sin embargo, desde la constructora indicaron no tener responsabilidad alguna respecto del socavón. "Tal como han mencionado distintas autoridades, el colapso del terreno adyacente al edificio se produjo como consecuencia de la falla del colector de aguas lluvias ubicado en la vía pública, el cual fue diseñado y construido por un tercero ajeno a nuestra empresa, como parte de la urbanización de un amplio sector", dice el escrito.
Sin embargo, desde la constructora indicaron no tener responsabilidad alguna respecto del socavón. "Tal como han mencionado distintas autoridades, el colapso del terreno adyacente al edificio se produjo como consecuencia de la falla del colector de aguas lluvias ubicado en la vía pública, el cual fue diseñado y construido por un tercero ajeno a nuestra empresa, como parte de la urbanización de un amplio sector", dice el escrito.
A poco más de un mes desde la aparición del primer socavón el 22 de agosto, las acciones de la empresa constructora han experimentado una caída constante. De hecho, el día en que se produjo el hundimiento, Besalco cerró la acción en 485, mientras que 30 días después (22 de septiembre) cerró en 410, su peor registro en los últimos tres meses y comparable a cifras que registró a mediados de mayo.
La caída de Besalco se intensificó después del hundimiento. Después de alcanzar los 510 el 17 de julio, una cifra que no había logrado desde marzo de 2021, la caída se hizo constante desde el 22 de agosto, de manera que el 22 de septiembre el precio del instrumento ya había disminuído en un total de un 15,46%.
Pese a la caída sostenida de Besalco en bolsa, el precio actual de la acción continúa siendo mejor que los anotados durante el 2022 cuando la empresa oscilaba en cifras alrededor de los 320.
Cabe señalar que Besalco ha tenido un 2023 destacable en cuanto a ganancias, considerando que sus estados financieros intermedios informan utilidades netas por $18.245 millones de pesos entre enero y junio de este año, en comparación con los $10.143 millones obtenidos en los primeros seis meses de 2022.
En todo caso, 2022 también fue un gran año para Besalco: la compañía anotó utilidades netas por $46.174 millones en el periodo completo. Mucho más que los $19.665 millones conseguidos durante todo 2021.
En todo caso, 2022 también fue un gran año para Besalco: la compañía anotó utilidades netas por $46.174 millones en el periodo completo. Mucho más que los $19.665 millones conseguidos durante todo 2021.
Esto significó que en abril de 2023, la constructora repartiera dividendos por $7.545 millones a sus accionistas con cargo al año pasado.
Hasta ahora no hay noticias de que el incidente en Viña del Mar haya afectado a alguno de los proyectos que la constructora tiene en curso, de manera que está por verse si la compañía sufrirá otros efectos en su salud financiera.
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