El 11 de diciembre de 2019 Andrés Chadwick Piñera -entre claras muestras de congoja de él y sus correligionarios- abandonaba el Congreso Nacional en Valparaíso, luego de que el Senado aprobara la acusación constitucional en su contra por su responsabilidad política en las graves violaciones a los derechos humanos cometidas por agentes del Estado en el contexto del estallido social.
El 28 de octubre de ese año, solo 10 días después del estallido, Chadwick había dejado el Ministerio del Interior del gobierno piñerista en manos de Gonzalo Blumel, por lo que la acusación constitucional no lo sacó de ningún puesto, pero sí lo inhabilitó para ejercer cargos públicos por un considerable periodo de cinco años.
Llamado uno de los cuatro coroneles de la UDI -junto a Jovino Novoa, Pablo Longueira y José Antonio Coloma- por su liderazgo en el gremialismo cuando de la mano de Jaime Guzmán forjaron el partido desde cero, es el tercero de ellos en caer en desgracia, luego de que tanto Novoa como Longueira fueran procesados por delitos asociados al financiamiento ilegal de la política, siendo Novoa condenado –actualmente fallecido–.
"Tiene un liderazgo muy en la órbita. Parece como si estuviera en el retiro, pero cuando tiene algo que decir, en la UDI se lo escucha con mucha atención. Ha sabido cultivar un liderazgo desde las sombras que, por ejemplo, Longueira [Pablo] no ha conseguido, a pesar de que lo intentó bastante sin éxito"
Pero el retiro de Chadwick dista mucho de una suerte de exilio en su exclusivo domicilio ubicado en Santa María de Manquehue, desde donde ha sabido ser influyente aún cuando no detenta la investidura de ningún cargo en la vida pública.
“Tiene un liderazgo muy en la órbita. Parece como si estuviera en el retiro, pero cuando tiene algo que decir, en la UDI se lo escucha con mucha atención. Ha sabido cultivar un liderazgo desde las sombras que, por ejemplo, Longueira [Pablo] no ha conseguido, a pesar de que lo intentó bastante sin éxito”, dice una alta fuente de la UDI.
Al interior del gremialismo ven en Chadwick al “viejo sabio” que ya no se encuentra en las batallas campales de la cancha chica política, pero sí para las grandes palabras, consejos y decisiones. Sobre todo en una situación de absoluta confusión para la tradicional configuración política que nuestro país ha experimentado en las últimas tres décadas, el llamado partido del orden: el pacto de la derecha con la Concertación.
“Chadwick ha sabido tener ese olfato político tan necesario en estos tiempos de incertidumbre. Si bien está en el origen de la Constitución del 80, tiene muñeca y principalmente realismo político, por lo que detectó que un candidato como Sichel tendría mejores posibilidades que Joaquín Lavín en un contexto tan complicado como el que estamos viviendo y apostó por él”, mencionan en el gremialismo, donde algunos militantes consideran que Chadwick no está atrincherado como si lo están los sectores cercanos a Van Rysselberghe, e incluso la nueva -y joven- directiva del partido, protagonizada por Javier Macaya y María José Hoffmann, cercanos al abogado de la Universidad del Desarrollo, Ernesto Silva.
Probablemente su breve paso juvenil por el MAPU, su cercanía original con la Democracia Cristiana -Sebastián Piñera viene de ese mundo, su padre fue militante DC, así como también su cuñado José Antonio Viera Gallo- o la admiración que siente por el trabajo desplegado por la vieja guardia de la Concertación noventera, le dan ese perfil camaleónico capaz de dejar la trinchera en pos de salvaguardar lo más posible la anhelada gobernabilidad, los anhelados años de paz del pacto Derecha-Concertación.
Es un rasgo que en todo caso comparte con su última gran apuesta, la candidatura del independiente Sebastián Sichel Iglesias, ex Democracia Cristiana, ex Ciudadanos y ahora abanderado presidencial de los partidos de la coalición derechista que tuvieron que ver a sus respectivos candidatos oficiales ser arrollados por un aparecido venido desde la Concertación.
Sichel conoció a Chadwick en las aulas de la Universidad San Sebastián en 2014, cuando les tocó hacer clases juntos en la Facultad de Derecho de esa casa de estudios. La misma época en que Sichel desertó de la Democracia Cristiana e iniciara un periplo político de la mano de Mariana Aylwin y los empresarios Juan José Santa Cruz y Jorge Errázuriz, que incluyó el partido Ciudadanos y el movimiento político “Libres”.
Chadwick y Sichel congeniaron, y apenas Sebastián Piñera consiguió llegar a su segundo gobierno, en 2018, Sichel fue designado a la cabeza de la Corfo. Según Ex Ante, fue Cristián Larroulet quien lo llamó para que fuera parte del Gobierno, quien ya lo conocía porque había tenido reuniones antes con Sichel mientras éste era director de Giro País, un think tank liderado por Mariana Aylwin y Juan José Santa Cruz, quien ahora participa en la campaña de Sichel. Sin embargo, llegó recomendado por Andrés Chadwick, tras su paso por la U. San Sebastián.
Otro personaje cercano a Chadwick con un rol importante en la campaña de Sichel es el ex subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, quien es el encargado de la campaña de negociar con los partidos temas como los cupos a diputados y senadores en las próximas elecciones
Ya Evelyn Matthei, y después Mario Desbordes, durante la campaña de las primarias de la derecha, advirtieron sobre la cercanía de Chadwick a la campaña de Sichel. A pesar de las advertencias, Chadwick se ha desplegado rápidamente en la campaña presidencial de la derecha y también lo sigue haciendo en el gobierno de Piñera, su primo y proyecto político más exitoso: el único derechista que ha podido ocupar la presidencia desde el retorno a la democracia. Una muestra del poderío del ex ministro es que este jueves se designara a la periodista María José Gómez como nueva subsecretaria de Prevención del Delito. La ex editora del medio La Segunda es cercana a Chadwick y se mueve en un área que a él le interesa, como son los medios de comunicación. Al mismo tiempo, suma a la campaña a Sichel a Katherine Martorell, un rostro joven en política.
Otro personaje cercano a Chadwick con un rol importante en la campaña de Sichel es el ex subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, quien es el encargado de la campaña de negociar con los partidos temas como los cupos a diputados y senadores en las próximas elecciones.
Mientras Chadwick ha puesto todas sus fichas en la candidatura de Sichel, evitando exponerse en público, no ha dejado de ser cuestionado por sus aliados en la derecha, quienes vieron cómo un histórico de la UDI ponía sus fichas por el candidato independiente, pro sobre Joaquín Lavín, otro histórico de la UDI.
Pero ¿Qué gana Andrés Chadwick tras continuar moviendo sus piezas en la derecha?
Para el analista político y periodista Mirko Macari, lo que busca Chadwick es tener el liderazgo de la derecha en los próximos años.
“Chadwick es del corazón de la derecha política, entonces eso le permite a Sichel tener credenciales de derecha y concretar un anhelo muy viejo de Chadwick, que es el que enarbola en el segundo periodo de Piñera, que es volver a los tiempos de la Concertación. Chadwick es un admirador de los tiempos de la Concertación, del partido del orden, de los tiempos de Correa y de Boehringer. Y Chadwick es un factor de poder importante para sichel ¿Qué le da Sichel a Chadwick? le da el control del sector, porque ¿Cómo llegas a Sichel siendo del mundo de la derecha’, a través de Chadwick”, opina Mirko Marcari, quien coincide con que el interés de Chadwick es reactivar el poder de ese “partido del orden”.
“La política está en un desbande, está más débil que nunca, hace varios gobiernos que vienen siendo débiles y probablemente el próximo también lo sea, por lo tanto los actores que manejan poder manejan un poder más disminuido, en relación a lo que era hace 10 o 5 años. Pero en su entorno, al imponer su candidato, Sichel, o María José Gómez, Chadwick muestra que su gente es la que está articulando, por ahí está pasando”, afirma Macari.
“Uno podría avizorar que por ejemplo, ya ir a segunda vuelta sería un éxito para la derecha, ese es el objetivo, y de ahí ordenarse, para donde van y a través de quienes. Y ese orden que va a tener que hacer la derecha va a pasar necesariamente por Andrés Chadwick. Es un factotum, lo que se llama en política la aduana”, añade.
Para Macari, entonces, no sería quemar todos los fusibles apostar por una candidatura de un independiente como Sichel, quien, tras el gobierno de Piñera, llega con desventaja a la contienda electoral. Más bien, se trata de imponer una tesis en una derecha con una grave crisis de rumbo, e incluso, ideológica. Chadwick, por ese lado, también pondría los límites hacia la derecha, marcando una diferencia con José Antonio Kast, quizás su contendor más claro en la disputa de tesis en el sector.
“Chadwick tiene todos los atributos, es un tipo encantador, que tiene la habilidad de comprender dónde está el poder, y manejar eso. La gente verdaderamente poderosa no es gente prepotente ni avasalladora. Y Chadwick tiene todas esas características, es un tipo que encanta”, consigna Macari.
Aunque Chadwick no está “para la foto” con políticos ni actividades públicas, lo cierto es que sigue moviéndose en el mundo político con habilidad. Mientras El Mercurio y Radio BíoBío han replicado la idea de que el ex ministro tuvo una especie de “exilio político”, dedicado a su estudio jurídico con Luis Hermosilla y a impartir clases en la Universidad San Sebastián,
“Sichel es también una operación de Chadwick, Chadwick está detrás de Sichel, por supuesto esto nunca se va a saber”, comentaba en diciembre del año pasado Mirko Macari, en su programa la Cosa Nostra.
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