Son cerca de mil venezolanos quienes se encuentran todavía en Tacna, Perú, esperando que Chile les de la visa de responsabilidad democrática creada por Sebastián Piñera. Hace unos días, INTERFERENCIA informó sobre las condiciones en que se encuentran estas personas, viviendo y durmiendo en la calle, mientras que el consulado chileno las rechaza con argumentos que no están considerados en la normativa que va dirigida a refugiados políticos que huyen del gobierno de Nicolás Maduro.
Si bien los protagonistas de esta historia son los mismos venezolanos, durante la cobertura de este medio en el lugar, concentrada principalmente durante todo el martes de la semana que pasó, los pocos chilenos que se encontraban ahí también realizaron acciones dignas de contar.
Una de las principales críticas de las personas que esperaban en la fila para entrar al consulado, era que las autoridades chilenas eran frías, que no entregaban información de manera fluida. El martes a las seis y media de la tarde, con el cielo ya oscuro y una fría llovizna en el ambiente, todavía algunas personas estaban formadas ante el edificio diplomático, sin darse cuenta de que ya nadie estaba atendiendo.
Efectivamente, los representantes del consulado no se relacionaban mucho con la gran masa de personas, salvo uno llamado Fernando, quien era el encargado de recibirlos en la reja. El cónsul, Gustavo Díaz Hidalgo, al menos durante el martes no conversó con ningún migrante en las afueras del lugar.
Quienes sí estuvieron visibles durante varios momentos del día fueron el cónsul adscripto, Pablo Pedreros Ramírez y un fotógrafo que registró casi toda la jornada. Desconocemos si este último era funcionario del consulado, pero llamó la atención de algunos reporteros al ser sorprendido en distintos momentos fotografiando a los periodistas.
img_2197.jpg

En tanto, Pedreros Ramírez no tenía mucha capacidad de acción. Este representante del consulado dijo a INTERFERENCIA que por ley no podía dar ninguna declaración, ni siquiera en off the record.
Pero las acciones de aquel día hablaban por sí solas. A la hora de almuerzo un grupo de voluntarios adventistas de Tacna repartió comida a las personas. En tanto, en un gesto de misericordia, el consulado abrió las puertas del estacionamiento para que las mesas con alimento se instalaran ahí. En ese momento apareció Pedreros Ramírez y el sospechoso fotógrafo a retratar el momento. Forma perfecta de decir ante los medios ahí apostados que el consulado se preocupaba de los potenciales refugiados.
img_2240.jpg

Pero en el ámbito político el protagonismo lo peleó también la oposición. Afuera del consulado estuvo el lunes el senador Alejandro Navarro, quien dejó a un par de asesores para los días posteriores. Estos se encargaban de realizar una especie de censo entre los venezolanos, supuestamente con el fin de obtener datos concretos.
Tal como se sabe públicamente, el senador Navarro es un fiel adherente al gobierno de Nicolás Maduro. Ante esto, INTERFERENCIA consultó a varios venezolanos en el lugar si es que sabían de la tendencia chavista del parlamentario chileno, a lo que todos se mostraron sorprendidos, pero no reaccionaron con molestia. Cualquier ayuda era más importante en esas condiciones.
12.jpg

En medio de esas conversaciones, este medio conoció a una mujer quien relató que el senador le financió un hospedaje para ella y sus dos hijas en las cercanías del consulado.
Los refugiados de Copesa
A eso de las cuatro de la tarde del martes, hasta el consulado llegó un bus privado desde Chile, el que trasladaría hasta Arica a los 26 venezolanos que habían obtenido la visa durante los últimos días. Cuando faltaban pocos minutos para las siete, casi la totalidad de refugiados estaba arriba del vehículo.
Pero lo más llamativo fue que en los dos primeros asientos de detrás del conductor estaban sentados dos periodistas de La Tercera, el diario de Álvaro Saieh, el mismo que esta semana fue nombrado por Sebastián Piñera como encargado de organizar la participación de Chile en la ExpoDubai 2020.
Ante esto, INTERFERENCIA preguntó en el consulado por qué viajaban dos reporteros de un medio privado en un bus destinado para refugiados, financiado con recursos públicos del gobierno. Ante esto, un asesor del cónsul llamado Alfredo Peña dijo que no sabían la razón, puesto que pese a que ellos coordinaron quiénes subían al bus, el arriendo del vehículo estaba a cargo de la Gobernación de Arica.
Posteriormente, nuestro medio conversó con el chofer del bus y con Sebastián Troncoso, jefe de gabinete de la gobernadora de Arica, Mirtha Arancibia Cruz. Ambos confirmando que la intención de los reporteros de La Tercera era viajar en dicho transporte. Pero nadie explicó quién los autorizó a subir. Finalmente los periodistas fueron bajados del bus.
La prensa también fue protagonista de otra situación llamativa, al permitir que una mujer que se encontraba con su hija de tres meses de vida, finalmente pudiera obtener su visa.
Durante la tarde del lunes, esta madre venezolana fue atendida en el consulado, canceló los 30 dólares que exige el trámite, pero al rato le dijeron que su visa sería rechazada. Al salir del edificio, la mujer estaba desesperada y mostró el voucher del pago realizado. En ese momento, el periodista de Canal 13, Juan Bustamente, prendió su cámara y comenzó a preguntar en el consulado por qué se había rechazado la visa de la mujer siendo que había cumplido los requisitos.
img_2220.jpg

Tras esta acción, durante la mañana la mujer fue recibida nuevamente por las autoridades chilenas. Salió con su visa y expresó su agradecimiento al periodista por haber preguntado lo que era necesario. Este acontecimiento, será emitido mañana en el noticiario central de Canal 13.
Comentarios
Añadir nuevo comentario