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Lunes, 21 de Julio de 2025
Newsletter 'La Semana'

​​​​​​​Cinco claves para comprender la crisis de los bancos

Andrés Almeida

Interferencia conversó con el periodista y escritor especializado en temas financieros Carlos Tromben, para entender el contexto y los aspectos más relevantes detrás de la quiebra de dos bancos estadounidenses y los aprietos por los que atraviesa el Deutsche Bank. Todo esto en apenas un par de semanas 

Este artículo es parte del newsletter exclusivo La Semana del pasado domingo 26 de marzo de 2023, y ahora se comparte para todos los lectores. 

En pocos días quebró el Silicon Valley Bank de California y el Credit Suisse. Además, el Deutsche Bank -piedra angular del sistema financiero europeo- vivió un importante remezón hacia el fin de la semana pasado con un desplome de sus acciones del 14%, cuyo pronóstico todavía es reservado, aunque obligó al canciller alemán, Olaf Sholz, a decir que era "rentable" y que no había "razones para preocuparse".

A partir de esos hechos, surgieron 5 claves para comprender la actual crisis de los bancos en conversación con el escritor y periodista especializado en temas finacieros, Carlos Tromben, quien ha dedicado buena parte de su carrera a entender el intrincado mundo financiero y empresarial, con libros tales como Crónica secreta de la economía chilena (2016), Pescado Rabioso (2018), Brevario del Neoliberalismo (2019) o Todo Legal, el auge y caída de la elite financiera, (2021, junto a Ignacio Schiappacasse).

Estas son las claves de Tromben:

1) Las alzas de las tasas siempre rompen cosas (ahora son bancos) ...

La 'cura' tradicional para la inflación es el alza de las tasas de interés por parte de los bancos centrales, en el caso de Estados Unidos, la FED, pero otro efecto práctico de encarecer y reducir el dinero circulante es que se deprime la inversión y el consumo, lo que afecta a los bancos, pues cae la demanda por crédito. El problema está en que si empiezan a quebrar los bancos de a uno, el Fisco debe salvarlos reinyectando liquidez, comprándoles la cartera o derechamente interviniéndolos.

"Las alzas de tasas siempre rompen cosas, siempre, siempre, siempre. Es solo una cuestión de magnitud; mientras más alta sea la alza, más cosas se van a romper y más sistémico va a ser el efecto. Alguien va a pagar y ha sido así siempre desde el año 1929, fue así el 87 con el 'Efecto Tequila", el 2001 con la crisis de las "puntocom', el 2007 con la crisis suprime y ahora son los bancos, que tuvieron un apetito inadecuado por apuestas riesgosas, muchas de las cuales no rindieron, dice Tromben.

Pero, explica Tromben, la reducción de las tasas no parece que sea algo que pueda llegar, hacerse y ya, dado el volátil momento político-económico que se expresa en una tenaz inflación que no cede pese a las sucesivas alzas de las tasas de interés.

"Se venía esperando desde el año pasado, incluso antes de la guerra de Ucrania, que algo negativo sucediera. Pudo haber sido la insolvencia de países emergentes como Argentina o Pakistán, la quiebra de las plataformas de criptomonedas, un remezón en el mercado de bonos del Tesoro, es decir cosas que igual terminaron sucediendo, que podrían suceder en las próximas semanas y que van sumando". 

Pero, lo principal que hay que atender es que la inflación no es un fenómeno pasajero que se 'cura' simplemente con el remedio de siempre; alzas sucesivas de tasas de interés hasta que la 'fiebre' de la inflación ceda, sino que se trata, según Tromben, de algo mucho más complejo. 

"Antes, cuando subían las tasas, se controlaba la inflación, como pasó el año 82; un alza brutal que hizo quebrar bancos y estados en América Latina. A nadie le importó porque se logró controlar la inflación mundial. Y así fue creándose una dinámica -del capitalismo avanzado, si quieres- en la que sucesivas alzas de tasas de interés venían a normalizar periodos de demasiada liquidez, asociados casi siempre a algún tipo de fiebre especulativa en torno a algún mercado sexy, que terminaba reventando".

"Ahora hay una situación increíble, porque tienes que seguir subiendo las tasas para controlar la inflación, pero, a la vez inyectar recursos para garantizar los depósitos de los bancos y evitar que quiebren. Las dos cosas son contradictorias; es como mandarte una Red Bull y después tomarte una pastilla para que te baje la presión. Es ridículo, pero es lo que está pasando. Algo de todos modos no cuadra, y una de las cosas en juego tendrá que ceder".

Pero ahora, según Tromben, el rol de los bonos del Tesoro "como refugio de liquidez está súper en el entredicho", porque nadie sabe en qué momento se normalizarán las tasas de interés y en qué momento se derrotará la inflación. De hecho, estamos en un momento en que la inflación no solo se explica por la disrupción de las cadenas productivas a propósito del Covid. "Tal vez haya algo cercano a un fenómeno de desglobalización más generalizado, que hace que se encarezcan los costos en todas partes del mundo", dice. Eso, en un momento en que se empieza a notar el daño que hacen las alzas persistentes de las tasas. "La sangre llegó al río, por la vía de los bancos", asegura.

De tal modo, las autoridades económicas estarían horquilladas; entre la espada de la inflación (con la doble amenaza que se acompañe por recesión), y la pared de la corrida bancaria.

Pero, al parecer no es el caso de Estados Unidos, según explica Tromben.

2) ... pero la FED puede caminar y mascar chicle al mismo tiempo (aunque le saldrá caro)

"La FED puede caminar y mascar chicle al mismo tiempo, porque puede seguir manteniendo tasas altas que van a seguir estrangulando a los bancos, siempre mientras que el Tesoro garantice los depósitos y de alguna manera evite que haya una corrida bancaria. Pero, hay que tener en cuenta que una garantía de depósito significa que el Estado se hace cargo, ya no de un porcentaje de los depósitos, como es en todos los países, sino de su 100%", explica Tromben.

De tal modo, se trata de un compromiso financiero "gigantesco" del Estado, que Estados Unidos lo puede hacer "porque es Estados Unidos, por el dólar", pero que igualmente va a ser costosísimo para el país en términos de reputación, y porque es "casi una nacionalización de la banca, dado el volumen de plata que involucra eso".

"Silicon Valley -al igual que las criptomonedas- es una subcultura de emprendimiento, innovación tecnológica y machismo millennial, que algún rato iba a tropezarse consigo misma. De algún modo este banco compró un extraño mundo de fantasía que lo hizo creer que hacías un excelente negocio concentrando todo en un sector de la economía. Eso es ridículo, porque no diversificas el riesgo".

"Ahora hay una situación increíble, porque tienes que seguir subiendo las tasas para controlar la inflación, pero, a la vez inyectar recursos para garantizar los depósitos de los bancos y evitar que quiebren. Las dos cosas son contradictorias; es como mandarte una Red Bull y después tomarte una pastilla para que te baje la presión. Es ridículo, pero es lo que está pasando. Algo de todos modos no cuadra, y una de las cosas en juego tendrá que ceder".

Siguiendo la analogía de Tromben, el paciente no solo corre el riesgo de tener taquicardia o anemia, sino que ambas.  

3) La cultura 'dude' entró en un crush financiero, gracias al SVB 

Una de las cosas que llama la atención de esta crisis es que haya tenido su epicentro, al menos en un inicio, en Silicon Valley, California, uno de los lugares más competitivos, prósperos y vanguardistas de Estados Unidos, donde se crean las compañías de más rápido crecimiento, de la mano de la tecnología, con la quiebra del Silicon Valley Bank (SVB).

Pero, para Tromben esa situación, vista en retrospectiva, no es nada rara.

"Silicon Valley -al igual que las criptomonedas- es una subcultura de emprendimiento, innovación tecnológica y machismo millennial, que algún rato iba a tropezarse consigo misma. De algún modo este banco compró un extraño mundo de fantasía que lo hizo creer que hacías un excelente negocio concentrando todo en un sector de la economía. Eso es ridículo, porque no diversificas el riesgo. Todos los bancos tienen que tener clientes agrícolas, retail, empresarios grandes y pequeños. De tal modo el SVB era como esos antiguos bancos agrícolas o dedicados a un solo polo industrial, que siempre terminaron quebrando, porque es absurdo para un banco concentrase de esa manera".

Además, -explica Tromben- el SVB no solo concentró su clientela en las empresas de Silicon Valley, sino que también lo hizo con sus instrumentos financieros, invirtiendo sus excedentes en bonos del Tesoro de largo plazo, de 10 años para arriba. "Es muy raro que no hayan diversificado su cartera o que no hayan contratados seguros hedging, un derivado que brinda cobertura cuando estás demasiado expuesto a un tipo de instrumento financiero.

Para Tromben, el SVB es uno de los bancos peor administrados de la historia, y representa el crash de una manera de hacer negocios que había estado "endiosada" por la fiebre tecnológica californiana.

"Y bueno, a medida que se secaba el mercado de capital de riesgo, muchas startups entraron en problemas de liquidez, decidieron sacar del banco sus fondos y eso que obligó al banco a vender a pérdida su cartera de bonos del Tesoro. SVB no tenía instrumentos financieros [hedging] para amortiguar estas pérdidas, algo que nadie se explica por qué. Hay quienes hablan corrupción. Normalmente esas cosas aparecen -el rol de los reguladores y de las agencias de supervisión- con estas crisis, porque ¿cómo nadie vio que los 'dudes' [amigos] de Silicon Valley se estaban prestando entre sí antes del colapso? En todas partes se cuecen habas,

4) Hizo fail el 'too big to fail'

Una de las ventajas de alcanzar negocios de dimensiones pantagruélicas, es que el destino de esos negocios están atados a muchos más actores, con lo que la amenaza de una caída individual, se transforma en una amenaza sistémica, que todo el mundo quiere evitar. La tradición de negocios anglosajona lo resume así: too big to fail (demasiado grande como para caer). 

Pero, con esta crisis -en especial dada la situación del Credit Suisse, un banco suizo fundado en 1856 y la del Deutsche Bank, el principal banco de Alemania-, el asunto del 'riesgo moral', que es cuando alguien tiene información asimétrica acerca de las consecuencias de sus propias acciones, siendo que otros serán quienes soporten los riesgos asumidos, es algo que marcará el fin de una época, de acuerdo con lo que piensa Tromben.     

"Los gobiernos ya no van a entregar un cheque en blanco a los bancos, como antes, aunque estos lo van a exigir. Incluso en soluciones como asegurar el 100% de los depósitos por el Estado, para evitar una corrida, el gobierno va a exigir algo a cambio en materia de regulación, porque se acabó la época en que se argumentaba que la regulación financiera era sinónimo de peso muerto para el crecimiento, y probablemente se vuelva a un sistema de separación de la banca comercial de la de inversión".

"Hace 25 años el lobby financiero logró desarticular las regulaciones que regían en la banca desde la Gran Depresión -que separaban el negocio de la banca retail y comercial de la banca de inversiones, que ve todo el tema de las fusiones y adquisiciones, operaciones con derivados financieros, y securitizaciones, entre otras cosas-, lo que llevó finalmente a la quiebra del Lehman Brothers en 2008. Lehman cayó, pero los demás bancos grandes fueron salvados, como el JP Morgan, el Chase o el Bank of America, cuando estuvieron contra las cuerdas. 
De alguna manera se reafirmó el principio de too big to fail, lo que llevó a que los banqueros siguieran sin asumir el 'riesgo moral'. Ese fue el gran daño de la solución política económica política del 2008 y está explotando ahora, al parecer", explica Tromben.

Según Tromben, es por eso que cae el Credit Suisse. En tanto, respecto del Deutsche Bank, habrá que esperar, porque no está quebrado, aunque ha caído mucho el valor de sus acciones, por lo que todavía no se habla de rescate, ni de fuga de depósitos.

"Los dos son tremendos bancos globalizados, de países con culturas financieras aburridas, tradicionales, conservadoras, que a partir de finales de los 90 y durante este siglo trataron de ponerse sexys y salir a a bailar o subirse a una Harley Davidson con una chaqueta de cuero. Es decir, querían tomar riesgos; ir al lejano Oriente o meterse con oligarcas rusos, por ejemplo, y bueno, han tenido que gastar una millonada en multas que les han pasado las autoridades regulatorias, por una serie de escándalos. No, uno, no dos, ni tres- Son 10 o 15 en ambos casos", dice Tromben,

Además, explica el economista "no sabemos si hay otro too big to fail por ahí. Puede ser un banco francés, por ejemplo, el BNP Paribas está expuesto a la crisis del mercado inmobiliario, que surge con el teletrabajo como solución a la pandemia. Puede ser también un banco inglés, como el Barclays o el HSBC, expuestos también a ese riesgo, sumado al Brexit. No lo sabemos, pero sabemos que si en alguna parte hay grandes irregularidades o contabilidades truchas, cosas que el regulador ahora pasa por alto, estas van a salir a la luz pública, pues con este clima de incertidumbre, todos están más atentos y son más sensibles a identificar cosas extrañas".

Por eso, las condiciones políticas actuales no están como para aplaudir aventureros improvisados, Según Tromben "el tema de un rescate es políticamente dinamita".

"Los gobiernos ya no van a entregar un cheque en blanco a los bancos, como antes, aunque estos lo van a exigir. Incluso en soluciones como asegurar el 100% de los depósitos por el Estado, para evitar una corrida, el gobierno va a exigir algo a cambio en materia de regulación, porque se acabó la época en que se argumentaba que la regulación financiera era sinónimo de peso muerto para el crecimiento, y probablemente se vuelva a un sistema de separación de la banca comercial de la de inversión".

5) La banca debe ser un negocio aburrido, por el bien de la sociedad

Para prevenir situaciones similares, Tromben considera que los banqueros debieran renunciar a buscar negocios de grandes riesgos y volver a los tiempos en que su actividad era predecible y aburrida.

"La banca es un servicio público finalmente, y no debiera ser un instrumento para que los zorrones -que cuentan con que serán rescatados si fallan- jueguen con la plata ajena y tomen riesgos y tomen riesgos y tomen riesgos, hasta llevar a situaciones insostenibles para la sociedad, el Fisco y los contribuyentes", dice. 

Según Tromben, desde la política "no va a quedar otra alternativa que terminar con este periodo que se abrió en los 90".

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GRACIAS

Me encantó el lenguaje suelto de Tromben...y sipoh los ultraliberales que en realidad son ultraconservadores, que por un lado apuntan a los que viven del estado y se quejan del gasto público, no son nada si papi estado no sale al rescate, cuando empiezan a prestarse plata a ellos mismos y revienta la burbuja.

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