A cinco meses del comienzo de la actual ofensiva militar israelí en Palestina, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó este lunes una resolución que exige un alto al fuego durante el mes de Ramadán.
La celebración sagrada musulmana comenzó el 11 de marzo pasado en medio de las infructuosas negociaciones llevadas a cabo en El Cairo, entre Israel y Hamás, y los países mediadores, Qatar, Egipto y Estados Unidos, y concluirá el próximo 9 de abril.
La resolución de cese al fuego fue elaborada por los 10 miembros no permanentes del Consejo de Seguridad, y fue aprobada con 14 votos a favor y la abstención de Estados Unidos.
Netanyahu acusó a Estados Unidos de haber “abandonado su política en la ONU” con la abstención del lunes, dando esperanzas a Hamás de una tregua sin entregar a sus rehenes.
El país norteamericano es uno de los miembros permanentes del Consejo, categoría que da poder de veto sobre las resoluciones en votación. Desde el comienzo de la ofensiva israelí, EE. UU. ha vetado en cuatro ocasiones la solicitud de un alto al fuego en la Franja de Gaza.
El texto aprobado este lunes también exige la devolución de unos 130 rehenes secuestrados en Israel y retenidos en Gaza. Además, enfatiza la urgente necesidad de permitir que una amplia ayuda vital llegue a la población hambrienta del enclave palestino.
Desde el operativo de Hamás contra Israel del pasado 7 de octubre, la ofensiva israelí ha matado a más de 32.000 palestinos en Gaza, según ha informado el Ministerio de Sanidad gazatí.
Tras la votación, la embajadora de Estados Unidos en la ONU, Linda Thomas-Greenfiel, declaró que al adoptar la resolución, el Consejo de Seguridad "se pronunció en apoyo" de los esfuerzos diplomáticos en curso dirigidos por su país, Qatar y Egipto para lograr un alto al fuego.
Sin embargo, a diferencia de las negociaciones en El Cairo, la resolución aprobada no hizo depender la tregua de la liberación de rehenes, como había exigido anteriormente EE. UU.
Como respuesta a la solicitud de cese al fuego, la oficina del primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, canceló una visita a Washington de dos de sus ministros, destinada a discutir una ofensiva israelí planificada en la ciudad de Rafah, en el sur de Gaza, a la que Estados Unidos se opone.
El enviado palestino ante Naciones Unidas, Riyad Mansour, calificó la votación del Consejo de Seguridad como un “voto tardío para que prevalezca la humanidad”.
Netanyahu acusó a Estados Unidos de haber “abandonado su política en la ONU” con la abstención del lunes, dando esperanzas a Hamás de una tregua sin entregar a sus rehenes y, por lo tanto, “dañando tanto el esfuerzo de guerra como el esfuerzo por liberar a los rehenes”.
En esta misma línea, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, afirmó que la resolución “no tiene ningún derecho moral a detener la guerra mientras todavía haya rehenes” en Gaza.
Tras reunirse con el asesor de Seguridad Nacional de EE UU, Jake Sullivan, en la Casa Blanca, el ministro Gallant ha asegurado que Israel seguirá operando contra Hamás “en todas partes, incluidas aquellas en las que no hemos estado”.
Por su parte, el enviado palestino ante Naciones Unidas, Riyad Mansour, calificó la votación del Consejo de Seguridad como un “voto tardío para que prevalezca la humanidad”.
“Este debe ser un punto de inflexión. Esto debe llevar a salvar vidas sobre el terreno”, dijo Mansour al consejo. “Disculpas a aquellos a quienes el mundo les ha fallado, a aquellos que podrían haberse salvado pero no lo fueron”.
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