Para la economía política, la crisis del Covid-19 es una oportunidad escasa dentro de la disciplina. Así lo asegura el medio The Economist en su artículo ¿Cuál es el mejor modelo de mercado?, ya que la existencia de un “shock simultáneo” de características similares para las economías de todo el planeta funciona como un experimento a gran escala disponible para un área del conocimiento que, comúnmente, no cuenta con mayores oportunidades para evaluar empíricamente sus componentes. (Revisa acá el artículo en inglés de The Economist, Which is the best market model?).

“El Covid prueba los méritos de diferentes modos de capitalismo”, asegura la publicación. Para clasificar estos modos, el Economist utiliza como guía el libro “Variedades de Capitalismo”, del cientista político Peter Hall y el economista David Soskice.

Por un lado, están las economías de mercado liberal (EML), sistema utilizado en Estados Unidos, Gran Bretaña y Canadá. Por otro, están las economías de mercado coordinado (EMC), tales como la empleada por Alemania, Austria, Holanda o los países nórdicos. Para diferenciarlos, el medio británico explica que las EML’s “dependen de mecanismos del mercado para asignar recursos y determinar sueldos, y en el mercado financiero para asignar el capital”. Las EMC’s, en cambio – y a pesar de ser también ejemplos de capitalismo –, confían más en organizaciones sociales como sindicatos y en financias bancarias. Además de estos dos modelos, se describe un tercero, el “capitalismo político”, encontrado en China. Este se caracteriza por contar con una economía más autoritaria y, si bien también es capitalista, es impulsada desde el Estado central.

Bajo esta división, las EMC’s, de acuerdo con The Economist, han presentado un manejo “más coherente” para contener el virus. Esto se explica dado que las economías coordinadas están más preparadas para manejar problemas, valga la redundancia, de coordinación, siendo la pandemia un problema que requiere principalmente de esfuerzos conjuntos constantes para mantener a raya las tasas de contagio y la saturación de los servicios de salud.

Por el contrario, el medio cataloga el manejo de la crisis sanitaria de EE. UU. y de Gran Bretaña como uno que parece “inconexo y ocasionalmente caótico”. Sin embargo, a pesar de esta desventaja, el Economist plantea que serán modelos EML los que llegarán a los tratamientos y vacunas que darán fin a la pandemia.

“De 34 candidatos para la vacuna listados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), sólo cuatro son EMC’s; mientras que 13 son economías liberales. Además, destaca que fueron investigadores británicos quienes dieron con el tratamiento a partir de la dexametasona para pacientes hospitalizados, una droga barata que ha probado ser útil para estos casos.

En cuanto al “capitalismo político”, sólo se toma el ejemplo de China, el cuál es visto de forma crítica. Apuntan a los problemas de corrupción y falta de confianza hacia el gobierno central, ambas características que según el medio propiciaron que se tratara de encubrir el inicio de la pandemia. Incluso, The Economist va más allá y asegura que de no haber existido cierto ocultamiento respecto al inicio del virus, puede que no hubiese habido pandemia del todo.

El artículo concluye que, una vez superada la crisis del Covid-19, los tres modelos tendrán razones para “cantar victoria”: las EMC’s tendrán menos muertes que lamentar; China como representante de las economías políticas gozará de una rápida recuperación económica; y las EML’s probablemente den primero con la vacuna, adjudicándose la derrota al virus.