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Jueves, 17 de Julio de 2025
Lentos avances

Elecciones de convencionales en abril 2023: ¿un objetivo cada vez más lejano?

Lun Lee

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Reunión por nuevo proceso constiuyente
Reunión de partidos por nuevo proceso constituyente. Fuente: Senado

Para preparar una elección el Servel requiere de 125 días como mínimo de antelación, lo que supone un acuerdo en noviembre. Pero, la fuerza creciente de la idea de realizar un plebiscito de entrada, las trabas de las negociaciones regulares y ciertas precauciones de algunos parlamentarios de Apruebo Dignidad que se dan cuenta de que en abril pueden perder la elección, juegan en contra de celebrar elecciones tempranas de una nueva Convención. 

En la medida en que pasan las semanas, la posibilidad de un acuerdo transversal entre los partidos que conforman los diálogos para impulsar un nuevo proceso constituyente, parece estar cada vez más lejos. La semana pasada, las dos reuniones agendadas para esta instancia fueron suspendidas, argumentándose que era para enfocar el trabajo interno de los grupos que sostienen reuniones bilaterales y multilaterales. 

De tal modo, se esperaba que este lunes se acelerase el tranco, pero la resolución fue muy similar a las de las ocasiones precedentes; y el 'foco' nuevamente está en desarrollar las instancias internas para poder llegar con avances significativos en materia de acuerdos al próximo check point: este jueves 27 de octubre. 

Las causas de este sentido contrario a la urgencia, son variadas, e impera la idea de no precipitarse en un acuerdo inconveniente, aunque eso signifique no realizar las elecciones de convencionales en abril de 2023. Una fecha que para el oficialismo -en especial para Apruebo Dignidad (AD)- se ha convertido en una meta, dado que si no se puede realizar esa elección en ese momento, el proceso constituyente completo -con la redacción de la nueva carta magna y el nuevo plebiscito de salida- no estará listo antes de las municipales de noviembre de 2024, lo que -en la práctica- implicaría que la nueva Constitución no llevaría la firma del presidente Gabriel Boric. Esto, pues hay convencimiento transversal -dada la experiencia anterior- de que no hay que mezclar las elecciones constituyentes con las regulares 

Las causas de este sentido contrario a la urgencia, son variadas, e impera la idea de no precipitarse en un acuerdo inconveniente, aunque eso signifique no realizar las elecciones de convencionales en abril de 2023. 

Dentro de esas causas del retardo, también hay que contar con que la discusión constitucional ha estado constantemente teñida por temas ajenos -como las reformas en materia previsional, salud, pensiones y tributaria-, lo que en la práctica ha trabado más la discusión y condicionado los acuerdos. Todas estas situaciones han provocado una opinión mayoritaria entre personeros de Apruebo Dignidad que dice que que existiría una ‘estrategia’ de dilación del proceso hasta volverlo inviable.

En los pasillos del Congreso, un parlamentario oficialista que ha participado de las negociaciones señala a INTERFERENCIA que “para ellos [Chile Vamos] esto es pura ganancia”, pues si el proceso se aplaza, los beneficia, pues estarían manteniendo la actual Constitución, y, por otro lado, mantienen el curso constitucional en vilo, tomando el proceso bajo su control. 

Otra de las voces oficialistas, habla a INTERFERENCIA con mayor pesimismo; “personalmente creo que es hora de dejar el proceso un tiempo hasta recuperar la agenda. Con esta derecha no se puede avanzar”. 

Sin embargo, no todos en AD se toman a mal la posibilidad de que no haya elecciones de convencionales en abril, Esto, porque poco a poco empieza a crecer la idea de que cualquier elección, mientras más cercana esté al plebiscito de salida del 4 de septiembre de 2022, más posibilidades hay de que se convierta en otra derrota estrepitosa. En tal caso, la nueva Constitución podría llegar a ser de ideas de derecha, y con toda la legitimidad social y jurídica.

En este escenario es que prospera la idea del Partido de la Gente (PDG) de realizar un nuevo plebiscito de entrada, pues sería un elemento de composición política del calendario electoral, esto, más allá de si ese plebiscito solo sería -como piden las voces oficialistas- para definir el mecanismo, es decir, convención constitucional o mixta, o que -como dice el PDG- sea también para consultar si la ciudadanía mantiene su voluntad de un cambio constitucional, algo votado ya el 25 de octubre de 2021, aunque sin voto obligatorio. 

Según varias fuentes consultadas por INTERFERENCIA, la idea de un plebiscito de entrada no ha prosperado por el peso pol{ítico que ha tenido el PDG, pues -dicen- tampoco hicieron lobby para dar fuerza a su propuesta, sino que ha sido algo que surgió de forma interna dentro de Apruebo Dignidad, precisamente por los inconvenientes de llegar a acuerdos. 

No todos en AD se toman a mal la posibilidad de que no haya elecciones de convencionales en abril, Esto, porque poco a poco empieza a crecer la idea de que cualquier elección, mientras más cercana esté al plebiscito de salida del 4 de septiembre de 2022, más posibilidades hay de que se convierta en otra derrota estrepitosa.

“Si por algún caso la conversación empieza a tomar otro rumbo, nosotros creemos que esa decisión sobre el tipo de órgano, si cambia que no sea 100 por ciento electo, deberíamos plebiscitarla, no hay opción de que por nosotros mismos firmemos un documento, por lo menos el Frente Amplio no va a firmar ningún acuerdo que no sea un órgano 100 por ciento electo", declaró Marco Velarde, presidente de Comunes, luego de los diálogos constituyentes de este lunes. 

Por su parte, el senador Francisco Chahuán, presidente de RN, aseguró a INTERFERENCIA que no hay estrategias dilatorias, sino la intención de hacer bien las cosas, más allá de los plazos. “Vamos a ir resolviendo los temas de a uno: al principio dijimos que discutiríamos las bases, luego dijimos que esas eran las bases orientadoras del proceso, luego dijimos que debemos abordar unos principios de eficacia, y cómo hacemos que esos principios se transforman en vinculantes”, explicó. 

Chahuán agregó que “vamos avanzando sin prisa, pero sin pausa, para no repetir los errores de la convención anterior y buscando la mejor fórmula que combine expertise de los especialistas, amplia participación ciudadana y legitimidad democrática. Vamos a llegar a un buen acuerdo”. 

Sin embargo, la paciencia comienza a agotarse no solo en AD. “Ha pasado tiempo más que suficiente para que los distintos actores tengan definiciones de fondo respecto de cómo continuamos con el proceso constituyente. Creo que esto ya no se puede seguir dilatando, y por tanto, se requiere un esfuerzo esta semana y la próxima”, sostuvo el senador Álvaro Elizalde, presidente del Senado, quien aspira a que se resuelva el itinerario constitucional mientras preside la corporación, la cual dejará en marzo de 2023. 



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Definitivamente el rechazo el 4-S sepultó lo que una sociedad moderna y solidaria necesitaba y exigía. El actual proceso constituyente no es más que un show mediático y de faranduleo político.

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