Un jueves 24 de julio como hoy, pero de 1975, la portada de un diario quedó registrada como uno de los grandes símbolos del negro historial tras el rol que ejerció la prensa oficialista durante la dictadura de Augusto Pinochet. Hace 50 años, el diario La Segunda tituló su edición con la frase "Exterminados como ratones", informando que "59 miristas chilenos caen en operativo militar en Argentina".
Lo anterior, como parte de la Operación Colombo, la cual no fue sólo un operativo de exterminio ejecutado por la DINA, sino también un montaje comunicacional orquestado para negar las desapariciones forzadas. Como parte de una campaña de guerra psicológica, esta operación consistió en la publicación, a partir del 15 de julio de 1975, de dos listas, una de 60 personas, en la revista argentina Lea, y la segunda en el periódico brasileño O'Dia, de Curitiba, que incluyó otros 59 nombres.
Ambos medios de comunicación circularon con estas únicas ediciones. Las nóminas sumaban un total de 119 personas que, según se informaba, habían muerto en el extranjero producto de disputas al interior de las organizaciones políticas a las que pertenecían y en enfrentamientos con las fuerzas policiales de varios países, o habían logrado huir, por lo que se desconocía su paradero. En este último caso, no se explicaba cómo había sido posible establecer sus identidades.
Las portadas de otros diarios sobre los mismos hechos no fueron muy distintas. “El MIR asesina a 60 de sus hombres en el exterior” en La Tercera; “Identificados 60 miristas ejecutados por sus propios camaradas” en El Mercurio; y “Sangrienta pugna del MIR en el exterior” en Las Últimas Noticias.
Un editorial de El Mercurio durante esa época reproducido en ‘Agustín Edwards Eastman: Una biografía desclasificada del dueño de El Mercurio’ del periodista Víctor Herrero apunta que “los políticos y periodistas extranjeros que tantas veces se preguntaron por la suerte de estos miembros del MIR y culparon al Gobierno chileno de la desaparición de muchos de ellos, tienen ahora la explicación que rehusaron aceptar. Víctimas de sus propios métodos, exterminados por sus propios camaradas, cada uno de ellos, señala con trágica elocuencia que los violentos acaban por caer víctimas del terror ciego e implacable que provocan, y que, puestos en ese camino, ya nada ni nadie puede detenerlos”.
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En el mismo libro se recuerda que “sin embargo, la increíble noticia causó impacto en el país, y a las pocas semanas muchos medios comenzaron a matizar e incluso retroceder en su cobertura del hecho. Después de todo, nadie podía mostrar los cuerpos de esas 119 personas. Incluso, medios de derecha comenzaron a cuestionar el asunto. En agosto de 1975, bajo el inquietante título de «¿Faltan 119 chilenos?», la revista Qué Pasa, dirigida entonces por Gonzalo Vial Correa, escribió:
«El fondo del problema reside en que hay 119 chilenos que faltan, que se dan por muertos en territorio extranjero, pero cuyo último rastro se pierde en Chile y a algunos de los cuales inclusive se les afirma detenidos aquí. Su calidad de miristas o extremistas es una mera suposición; aunque lo fueran, por lo demás, obviamente sus derechos de chilenos y de seres humanos serían los mismos. En fin, se debe en todo caso una rápida respuesta a la angustia de sus familiares».
“Aunque el 3 de agosto El Mercurio modificó parcialmente su discurso al señalar que la información no parecía verosímil y que debía ser aclarada, su conducta, y la de la prensa en general, fue la de una verdadera caja de resonancia del discurso oficial y de la información falsa generada desde la DINA”, asevera un especial sobre el caso realizado por el sitio de memoria Londres 38.
En el texto se destaca que “solo treinta años después, en 2006, a solicitud del Colectivo Familiares y Amigos de los 119, el Tribunal de Ética del Colegio de Periodistas, aplicó censuras menores como la suspensión de la colegiatura por seis meses a Fernando Díaz Palma, ex director de Las Últimas Noticias, y a Alberto Guerrero Espinoza, ex director de La Tercera. También sancionó a la periodista de El Mercurio Beatriz Undurraga Gómez, con tres meses de suspensión, y absolvió a la periodista de La Segunda, Mercedes Garrido Garrido. El sumario también estableció responsabilidades de René Silva Espejo y Mario Carneyro, ex directores de El Mercurio y La Segunda, respectivamente, pero estos no fueron sancionados debido a que ya habían fallecido”.
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