Si bien Errol Morris se ubicó en el mapa mundial del documental con La delgada línea azul (1988) y su denuncia sobre la corrupción policial, lo más probable es que la película por la que pasará a la historia será La niebla de la guerra: once lecciones a partir de la vida de Robert S. McNamara (2003), enfocada en una larga entrevista al exsecretario de Defensa de EE. UU.
Esta película ofrece una aproximación rigurosa y certera a la mente política que decide acciones atroces, y al contexto percibido donde éstas son tomadas; donde tenemos el privilegio de escuchar a un hombre muy inteligente siendo ocasionalmente interpelado por el sonsonete chillón del propio Morris, quien no puede ocultar la incredulidad ante los dichos de McNamara. Quien, para mayor interés de esta película, está muy lejos de ser un indolente o un psicópata.
Veinte años después, escuchamos a un Morris más viejo, hablando esta vez con otro anciano al que no interrumpe desde el escándalo o la confrontación, sino desde la evidente complicidad por tener al frente a un artista –como él– llamado David Cornwell. Conocido mundialmente como John le Carré.
Sí, el mismo rapsoda de los peones precarizados de la Guerra Fría, sometidos a traiciones, manipulaciones y abusos de conciencia en nombre de banderas deshilachadas que ondeaban en embajadas y consulados. Sí, quien mejor entendió y compartió al mundo la vida esencialmente rota del espía y el singularísimo perfil humano que calza con esa profesión.
Volar en círculos es la construcción del perfil de David Cornwell como potencial espía, forjado desde su infancia como un simulador precoz, obligado a ello por vivir con un padre arribista que hizo de la estafa su escalera para su ascenso social y el de su familia.
Y el documental parte del supuesto –que no puede ser más correcto– de que si le Carré sirvió en servicios de inteligencia británico es porque cumplía con ese perfil, por lo que su propia vida es también una historia de espías como aquellas que llevan su firma.
Por ello, no parece raro que la música co-compuesta por Phillip Glass evoque la truculencia de las películas de espías, o que la puesta en escena de le Carré hablándole a su interlocutor invisible se construya sobre fragmentos de imágenes torcidas, sugiriendo vidrios y espejos. Posiblemente rotos.
Entonces, Volar en círculos es la construcción del perfil de David Cornwell como potencial espía, forjado desde su infancia como un simulador precoz, obligado a ello por vivir con un padre arribista que hizo de la estafa su escalera para su ascenso social y el de su familia.
Este relato descarnado de Cornwell se alterna con imágenes de las versiones audiovisuales más conocidas de algunos de sus libros, y con reconstituciones de diversas escenas de su vida –en especial de su infancia– donde destaca una en particular.
El título en inglés de este documental –cuya traducción literal es “el túnel de las palomas”– se refiere al conducto que une las jaulas de las aves con el espacio abierto donde vuelan libres, pero con el riesgo de recibir un balazo de algún burgués ocioso e indolentemente cruel, como el propio padre de Cornwell en algún lugar de la Costa Azul.
La imagen de las palomas y los túneles –que en verdad tienen poco que ver con el título en español– se convierten en un leit motif visual algo reiterativo para ilustrar la despiadada naturaleza del trabajo de inteligencia, del espía que sale al frío y vuelve del frío con una cicatriz sobre otra y con una renovada propensión a ejercer y devolver la crueldad.
El documental funciona muy bien para los habitantes permanentes del mundo de le Carré, pero también para los ocasionales espectadores de las –en general– competentes adaptaciones que se han hecho de sus obras y para los eventuales neófitos que quisieran sumergir la punta del pie en esta fría piscina, antes de darse el chapuzón.
A los aprendizajes obtenidos por Cornwell y que le Carré convirtió en prosa, se suman confesiones bastante impactantes y perfiles de personas reales que dieron vida a sus figuras más recurrentes. Uno de ellos es su padre estafador, ciertamente, una sombra que se proyecta y se tuerce para dar vida a una figura tan luminosa y opaca a la vez como George Smiley.
El otro es nada menos que Kim Philby, el traidor por excelencia, el aristócrata secretamente comunista cuya deserción a Moscú puso en cuestión todo el sistema de clases británico y que coloca al propio Cornwell ante un espejo. “¿Habrías sido tú mismo un traidor?”, le pregunta Morris. Recomendamos escuchar la respuesta con atención.
El documental funciona muy bien para los habitantes permanentes del mundo de le Carré, pero también para los ocasionales espectadores de las –en general– competentes adaptaciones que se han hecho de sus obras y para los eventuales neófitos que quisieran sumergir la punta del pie en esta fría piscina, antes de darse el chapuzón. E incluso da el mapa de ingreso que a la vez define el canon para la obra del autor: El espía que surgió del frío (1963), El topo (1974) y Un espía perfecto (1986).
Las idas y vueltas entre la vida y las ficciones y entre el pasado y el presente se amontonan en un conjunto denso y a veces pesado, el que logra momentos interesantes y verídicos, pero con la confesión explícita de si hay que elegir entre la verdad y el mito siempre se publicó el mito; y que el centro de todos los secretos sobre le Carré y el mundo en general, no es más que una habitación vacía.
Pese a la pericia del entrevistador y el interesante material que entrega el entrevistado, el documental flaquea un poco al deslizarse en el cliché de que la única verdad es que nada es 100 % verdad; y flaquea más al escamotear de su contenido la mirada de Cornwell sobre la situación política e internacional que resultó de sus esfuerzos y del de sus personajes. Algo decepcionante, considerando la evidente vocación pública del documentalista.
En otras palabras, no hay nada que se parezca a aquella escena de El legado de los espías (2017), donde George Smiley se pregunta por las razones que los llevaron a manejar y destruir tantas vidas en su trabajo de inteligencia: “¿Fue para defender el capitalismo? No, en absoluto. ¿Por la cristiandad? Tampoco. ¿Por Inglaterra? Tal vez, pero no la Inglaterra de hoy. En realidad, esto lo hicimos por Europa”.
Eso fue escrito un año después del Brexit, y el propio Cornwell falleció tres años después, lo que le ahorró la desdicha de ver el lamentable (no) papel que juega Europa en las actuales tribulaciones del mundo.
Pero de esto –lamentablemente– el documental casi no se pronuncia.
Acerca de…
Título original: The Pigeon Tunnel (2023)
Nacionalidad: Reino Unido
Dirigido por: Errol Morris
Duración: 92 minutos
Se puede ver en: Apple TV+
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