Nueva etapa del “gallito” legislativo entre el gobierno de Sebastián Piñera y el Congreso. En el Senado sigue esperando su votación el proyecto de reforma constitucional ya aprobado por la Cámara de Diputados que permite un segundo retiro del 10% de las AFP, mientras la contrapropuesta del Ejecutivo, el “préstamo” de estos fondos, siguió su tramitación ayer lunes también en la “cámara alta”. Todo esto con el ambiente condicionado por el anuncio hecho por el gobierno el domingo sobre que efectivamente acudieron al Tribunal Constitucional (TC) para impedir que se apruebe el segundo retiro impulsado por los parlamentarios. Este organismo es presidido por María Luisa Brahm, quien fuera integrante del gabinete de Piñera en su primer mandato.
Entre el domingo y ayer lunes, en distintos puntos del país hubo barricadas, enfrentamientos con Carabineros, entre otras manifestaciones críticas con la actitud de Piñera y sus ministros. Mientras que en el Congreso, se mantiene el rechazo a la iniciativa de La Moneda –la cual será votada hoy martes en las comisiones de Hacienda y Trabajo del Senado–, tanto desde la oposición como de varios parlamentarios oficialistas.
En concreto, cinco senadores de Chile Vamos –Manuel José Ossandón, Iván Moreira, Juan Castro, David Sandoval y José Miguel Durana–. mantienen su apoyo al segundo retiro, especificando que si el gobierno quiere sus votos para el proyecto de ley alternativo, se deben modificar puntos esenciales como eliminar la obligación de devolver el retiro a las AFP, como también aumentar el monto permitido a extraer.
Por el lado de la Cámara, el presidente de la corporación, Diego Paulsen (RN), anunció que como organismo defenderán ante el TC la decisión de la Cámara de Diputados.
Así el gobierno atraviesa un momento clave y difícil para su situación política –otro más–, pero a la vez el Tribunal Constitucional vuelve a aparecer como un organismo polémico por funcionar como “tercera cámara”, pese a que todavía no toma ninguna decisión.
A propósito de todo esto, INTERFERENCIA conversó con el diputado Matías Walker, presidente de la Comisión de Constitución de la Cámara y quien desde esta posición ha sido clave al poner en tabla los proyectos que dieron inicio al primer retiro como a la posibilidad de un segundo.
- ¿Cree que el gobierno recurre al TC porque es inminente que no les resultó la jugada del proyecto propio?
- Más bien tengo la impresión, por lo que he conversado incluso con parlamentarios de gobierno que están bien molestos con la reacción del gobierno, que más que recurrir al TC como consecuencia del poco apoyo que tuvo este proyecto de ley del gobierno, creo que este gobierno es parte de la estrategia del gobierno para recurrir al TC. Me explico, el gobierno lo que está haciendo es ir al TC a decir "mire, no es que esté en contra de un segundo retiro, sino que propuse la vía del proyecto de ley, iniciativa exclusiva del gobierno, pero no tuvo apoyo del parlamento por lo que no me queda otra opción que recurrir al TC", ese es el relato del gobierno. Más bien lo que el gobierno quiere evitar es que el Congreso le haga sombra, que la ciudadanía vea las respuestas no llegan del gobierno sino que del Congreso, y que el mecanismo del artículo transitorio se pueda utilizar para otros fines también. De hecho se presentó un proyecto por parte de Ricardo Celis para prorrogar el pago de las patentes, por ejemplo. El gobierno de alguna manera teme que esta sea una vía permanente del Congreso durante la catástrofe para proponer alternativas y soluciones que, por distintas razones, el gobierno no ha sido capaz de resolver.
- Supongamos que al gobierno le resulta su aspiración y da un golpe al proyecto de reforma constitucional. Puede ser un golpe a la oposición, pero un factor que el gobierno no quiere tomar en cuenta es que en los últimos días se han visto una serie de protestas contra Piñera y la actitud del gobierno en el segundo retiro ¿Qué cree que puede provocar socialmente?
- Lo que ocurrió con el primer retiro del 10% es que la política volvió a ser importante, el Congreso volvió a ser un lugar que interpreta las demandas ciudadanas, que tiene que ver con la vida diaria de las personas, que es capaz de responder a tiempo a las necesidades apremiantes en medio de una pandemia. Efectivamente la gente ya se hizo la expectativa de un segundo retiro, sobre todo después de la votación transversal que fue superior a la del primer retiro, con 48 diputados de gobierno apoyando la iniciativa. Entonces, el grado de frustración que puede provocar el gobierno es muy grande, por eso he dicho que esto no es una pelea contra el gobierno, sino que es algo a favor de los ciudadanos y el gobierno tiene que entenderlo. No tengo ningún problema con que todos los créditos se los lleve el gobierno y finalmente el gobierno pueda capitalizar esto como un triunfo, pero el problema es que el proyecto del gobierno dista mucho de ser un segundo retiro, la gente se da cuenta que es la posibilidad de hacerse un autopréstamo con los propios ahorros previsionales que después tendrían que devolverle a las AFP. Eso puede generar mucha preocupación por parte de la ciudadanía.
- ¿Podría esto alimentar un rebrote del estallido?
- Espero que no y aún confío en que el gobierno sepa reaccionar retirando el requerimiento en el TC o bien transforma su proyecto de ley en un espejo del segundo retiro que se aprobó en la Cámara. Obviamente se le pueden incorporar cosas en las que muchos estamos de acuerdo, como la posibilidad de gravar con impuestos a quienes tienen ingresos superior a 30 millones de pesos al año y que queden afectos al impuesto a la renta, eso es muy razonable y tiene que ver con lo que pensamos en nuestro sector, que es que quienes ganan más tienen que pagar más impuestos. Pero más allá de ese cambio, que es algo a lo que personas como Carlos Montes se han abierto, yo creo que la variable del autopréstamo debiera eliminarse del proyecto del gobierno, porque de lo contrario habría un grado de frustración muy importante de la gente.
- Pongamos el caso contrario. Se aprueba el segundo retiro en los términos de la Cámara. ¿Cuán disminuido queda el gobierno a su parecer? ¿Se está jugando la vida La Moneda o la posibilidad de demostrar que aún le queda algo de poder?
- Quedaría en una situación aún más debilitada, porque sería una derrota autoinfringida el haberse opuesto mediante todas las vías institucionales a un segundo retiro y que, a pesar de todo eso, con las reglas de la institucionalidad democrática se logre aprobar a pesar de la oposición del gobierno.
- ¿Esta reacción del gobierno en qué pie deja la relación de La Moneda con la Democracia Cristiana?
- Nosotros vamos a seguir siendo una oposición que tiene como objetivo el bien superior del país, una oposición propositiva, como me gusta llamarla. Esa es la paradoja, porque finalmente el primer y segundo retiro son propuestas de políticas públicas excepcionales, la última alternativa en una pandemia frente a la incapacidad del gobierno de entregar alternativas como un ingreso de emergencia universal durante la pandemia. Frente a esa propuesta el gobierno aparece con una actitud obstruccionista, palabra de la cual abusó mucho el presidente al principio de su mandato. Eso de alguna manera reafirma lo que muchos de nosotros creemos, que la DC tiene que jugar un rol propositivo. Fue Ximena Rincón una de las primeras de plantear en el Senado el primer retiro del 10%, lo que pasa es que cuando vio que iba a tener poco espacio en el Senado para poner el proyecto en tabla conversamos y lo coloqué en la Comisión de Constitución de la Cámara, y finalmente lo logramos. Ese es el tipo de oposición que nos identifica, no quedarse amurrado criticándolo todo, la idea es que quienes tenemos cargos de representación popular tengamos ideas.
- ¿Y pueden ser propositivos con la actitud del gobierno?
- Lo que pasa es que nuestra actitud no es propositiva ante el gobierno, sino que ante la ciudadanía. En el marco de un régimen hiperpresidencialista tenemos poco espacio para iniciativas, pero tenemos. La gran diferencia con el gobierno, de porqué recurre al TC, es que ellos dicen que no tenemos iniciativa en materia de seguridad social, pero nosotros decimos que eso es respecto de los proyectos de ley, no en proyectos de reforma constitucional, que es lo que estamos haciendo, el poder constituyente derivado, el cual ejercemos para hacer propuestas a la ciudadanía, y si el gobierno no se suma tiene que ejecutarlo.
- Hay algunos parlamentarios que plantean adelantar las elecciones, algo que incluso Fuad Chahin deslizó antes de la pandemia ¿El accionar actual del gobierno le hace reflexionar sobre esto?
- De ninguna manera, sería un profundo error plantear el término anticipado del mandato del presidente. Lo que corresponde es que él asuma su rol hasta el final, ojalá entendiendo de una vez por todas que no tiene mayoría en el Congreso, que requiere llegar a acuerdos. Pero sería un error, en medio de un proceso constituyente, plantear el término anticipado del mandato del presidente, sería poner más factores de incertidumbre al escenario, en medio de la pandemia, en un escenario de alta cesantía. Lo que corresponde es que nos concentremos como oposición en elegir la mayor cantidad de convencionales no sólo pensando en la próxima elección, sino que para que en los próximos 50 años tengamos una constitución muy distinta a la actual. Esto frente a una derecha que va a ir unida y va a tener muchos convencionales para tratar de tener una constitución muy parecida a la actual. Ese tiene que ser el objetivo.
¿Lo que decida el TC podría ser un antecedente de cara al proceso constituyente? ¿Se juega su supervivencia este organismo?
- El TC va a estar en la mira de toda la ciudadanía como nunca antes en la historia, lo que resuelva va a tener ingerencia dentro de la casa de cada uno de los chilenos con el segundo retiro. Eso de alguna manera creo que va a ser una prueba para el TC, que hoy tiene de alguna manera un sesgo ante la opinión pública como un ente favorable al gobierno, por su composición, porque la presidente del TC fue jefa de gabinete del presidente Piñera en su primer mandato, porque uno de sus integrante, Cristian Letelier fue diputado de la UDI hace mucho tiempo. El TC tiene la gran oportunidad de demostrar que es posible tener una justicia constitucional moderna, independiente, que no sirva para defender intereses económicos determinados sino que para proteger a la inmensa mayoría de la gente.
Antes y después de este requerimiento el TC iba a ser uno de los temas más discutidos en la futura convención, desde luego para terminar con controles preventivos obligatorios de ciertos proyectos de ley, cambiar su composición a una menos política, con juristas de reconocido prestigio en el derecho público. El Tribunal Constitucional se va a jugar su legitimación democrática ante toda la sociedad chilena cuando revise este requerimiento.
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