Gustavo Petro Urrego, candidato de ‘Pacto Histórico’ -fuerza política que aglomera a partidos y agrupaciones de izquierda en Colombia- consiguió un histórico triunfo en la primera vuelta, en la que obtuvo un 40% de las preferencias equivalentes a más de 8,5 millones de votos, un resultado inédito para un candidato izquierdista, en un país en el que sólo han habido gobernantes de derecha o de centro en más de doscientos años de vida republicana.
Solo para ilustrar la hazaña, el propio Petro había conseguido en las presidenciales de 2018 un 25% en las urnas. Anteriormente, en las presidenciales de 2014, Clara López Obregón, de Polo Democrático, había conseguido un 15%. Y en las presidenciales de 2010, también Petro había conseguido tan sólo un 9% de las preferencias.
Según diversos analistas, la alta votación de Petro viene de la mano de una sociedad que ha dejado de creer en representantes de fuerzas políticas tradicionales, y que alzó la voz en mayo de 2021, cuando se vivió la versión colombiana del “estallido social”, numerosas jornadas de multitudinarias protestas cuyo origen principal fue la molestia que provocó en la ciudadanía una reforma tributaria que gravaba productos de la canasta básica.
En efecto, Colombia es un país en el cual durante dos décadas han gobernado presidentes ligados a lo que se conoce como el ‘uribismo’, sector político de derecha cuyo factótum absoluto es el ex presidente colombiano entre los años 2002 y 2010, Álvaro Uribe Vélez, político proveniente del Partido Liberal, pero fundador luego de ‘Primero Colombia’ en 2002, el ‘Partido de la U’ (U por Uribe, por cierto), y luego, en 2013 ‘Centro Democrático’.
El actual -y saliente- Presidente de la República, Iván Duque, ganó en 2018 precisamente en representación de ‘Centro Democrático’, y por el mismo conglomerado político competía por estas presidenciales de 2022, Federico ‘Fico’ Gutierrez, independiente de derecha cuyo mayor logro político había sido ser alcalde de Medellín. El candidato ganó en unas primarias amplias en marzo de este año, cuando el uribismo abandonó a su propio abanderado y apostó por apoyar la candidatura de Fico Gutiérrez.
Flaco favor al parecer, considerando los bajísimos niveles de popularidad de Duque, cuyas cifras de desaprobación superaban el 70% precisamente en marzo de este año, según distintos sondeos.
Hernández consiguió el 28% de los votos en la presidencial, de manera que se medirá con Petro en la segunda vuelta a realizarse el próximo 19 de junio. En declaraciones posteriores a las elecciones de ayer, Hernández ha entregado mensajes triunfalistas.
Gutiérrez quedó en tercer lugar con un 23% de las preferencias, poniendo punto final a veinte años de gobiernos ligados a Uribe, y dando paso a un candidato atípico, un empresario que ha hecho gala de un caudillismo de derecha que apela al anti-izquierdismo (fundado en el temor a convertirse en el vecino venezolano), la anti-corrupción y la no pertenencia a partidos políticos: Rodolfo Hernández Suárez.
De reciente incursión en la política, en la que su mayor experiencia ha sido ganar la alcaldía de Bucaramanga en 2016, se trata de un empresario del rubro de la construcción de 77 años que en las últimas semanas ha conseguido un inédito crecimiento en las encuestas pese a no asistir a ninguno de los debates televisados, y realizar reuniones y conversaciones netamente a través de las redes sociales.
Hernández consiguió el 28% de los votos en la presidencial, de manera que se medirá con Petro en la segunda vuelta a realizarse el próximo 19 de junio. En declaraciones posteriores a las elecciones de ayer, Hernández ha entregado mensajes triunfalistas.
“Gracias Colombia. Hoy perdió el país de la politiquería y la corrupción, hoy perdieron los que creían serían gobierno eternamente, hoy ganó la ciudadanía, HOY GANÓ COLOMBIA. Gracias a los colombianos que me votaron, no les fallaré”, publicó en su cuenta de twitter el controvertido candidato que ha sido catalogado como un populista de derecha, incluso denominado como “el Trump colombiano”, debido a arrebatados dichos en los que ha tratado de ladrones e incluso drogadictos a algunos de sus adversarios.
El optimismo de Hernández tiene motivos netamente aritméticos, pues da por hecho que los 23 puntos conseguidos por el ‘Fico’ Gutierrez serán fácilmente traspasados a su votación en segunda vuelta, de manera que a sus 28 puntos se le sumarían los 23 de Gutiérrez, es decir un 51% que estima suficiente para consagrarse Presidente de Colombia en el balotaje. Más aún considerando que ‘Fico’ Gutiérrez -y con él el uribismo- corrió a entregarle el más completo apoyo a Hernández a pocos minutos de conocidos los resultados.
Por su parte, Petro ha hecho declaraciones en el sentido de intentar convencer a sectores jóvenes de la población que no fueron a votar ayer, considerando que podría esperar una transferencia de votos solamente desde el candidato del cuarto lugar, el centrista Sergio Fajardo, quien obtuvo tan solo un 4% de los votos: “Llegó el tiempo de la vida, no hay paso atrás, solo necesitamos un millón de votos más, invito a convencer con tranquilidad, a convencer con amor a la familia, a convencer con amor a la comunidad en la que se vive o en la que se estudia para lograr lo que esta generación puede darle a la historia de Colombia: el primer gobierno popular, el primer gobierno de un verdadero cambio, pacífico, el primer gobierno transparente y decente en estos tiempos”, señaló en su cuenta de twitter.
La candidatura de Petro además cuenta con el liderazgo de Francia Márquez, mujer negra, abogada y activista medioambiental que le da a la candidatura de 'Pacto Histórico' una buena cara para la captación de votantes con interés en temas socioambientales, raciales y feministas.
El declive de la política tradicional, y la violencia en Colombia
Uno de izquierda y uno de derecha, pero ninguno de partidos o asociaciones políticas que han detentado el poder ni en la coyuntura más reciente, ni en la historia más larga. Petro y Hernández se medirán en la segunda vuelta el 19 de junio, cuando sí o sí los colombianos tendrán que elegir entre dos candidatos que no cargan con el peso de los políticos tradicionales.
Un escenario que podría hacer pensar en lo que se vivió en Chile, cuando en las últimas elecciones presidenciales de 2021 quedaron fuera de la segunda vuelta los candidatos de la ex Concertación y también los de partidos tradicionales de derecha.
En conversación con nuestro medio, el sociólogo colombiano Fernando Valencia, doctor en Ciencias Sociales por Flacso y académico de la Universidad de Valparaíso, señala que el escenario tiene similitudes pero también diferencias.
“Es similar en cuanto a la desilusión respecto de la política tradicional, pero al mismo tiempo es bien distinto porque diría que la candidatura de Petro, electoralmente, se parece más a la de Jadue, porque era una figura que incluso entre ciertas candidaturas progresistas de Chile generaba algún resquemor. Me parece que eso es lo que pasa con Petro en este momento. Boric por el contrario sí consiguió aglutinar a ese centro, pero Petro no la tiene tan fácil en ese sector. Por otro lado, Hernández no es Kast. Uno podría pensar que tiene algo más de Parisi, porque es bastante más outsider, y quizás en un Manuel José Ossandon, considerando que está identificado con cierta ruralidad y sentido común muy coloquial que apela a la gente de más edad”, señala Valencia.
En efecto, durante los años ochenta Petro fue parte del M-19, organización guerrillera de izquierda que operó hasta el año 90, cuando se desmovilizó mediante un acuerdo de paz y se convirtió en la Alianza Democrática, un movimiento político de izquierda que fue clave en las conversaciones para dar origen a la Constitución de 1991.
A propósito de Gutiérrez y el uribismo, señala que “hizo alianza con un sector político ampliamente cuestionado por las alianzas con el paramilitarismo y el narcotráfico, y también familias que históricamente han estado implicados en hechos de corrupción, parapolítica y violencia”, menciona Valencia, y agrega que “Gutiérrez emergió independientemente con un fuerte caudal de votación que viene desde Medellín, donde tiene su capital político. Si uno mira los resultados electorales, Fico ganó en Medellín, pero la figura de Fico no logró seducir al elector colombiano en general. Lo trataron de posicionar, pero fue un camino de desinfle, más aún con el apoyo de sectores ligados a Uribe y Duque. Me parece muy parecido a lo que ocurrió con Sichel en Chile”.
La violencia contra políticos de izquierda es otro tema a considerar, considerando varios asesinatos en contra de estos dirigentes en el pasado. Más aún teniendo en cuenta que el propio Petro denunció aparatajes montados para eliminarlo.
Otro tema sobre el que se debe poner atención considerando la amplia votación de Gustavo Petro es la violencia de grupos paramilitares que a lo largo de la historia han cometido asesinatos a políticos de izquierda en varias ocasiones, un factor irrefutable de porqué no han triunfado líderes políticos de ese sector en el pasado. Cabe mencionar que el propio Petro ha denunciado este tipo de acciones violentas y su relación con sectores políticos derechistas, al mismo tiempo que la vida del propio candidato ha estado en riesgo previamente.
“Siempre el tema de los atentados y magnicidios en Colombia están muy latentes. En estos momentos no hay una fuerza visible como era Pablo Escobar, que amenazaba y cumplía, respecto de este tipo de acciones. En este momento el escenario es más complejo, es de poca anticipación, como dijo Petro. Hay que recordar que Petro y su grupo lograron generar una especie de inteligencia al interior de distintos partidos y grupos políticos, donde consiguen demostrar con evidencias que hay un aparataje montado para atentar contra su vida”, menciona Valencia.
“Eso lo ha venido denunciando Petro durante ya largos años y es parte de lo que ha llevado a la crisis del uribismo. Sin embargo, ahora no hay un actor grande visible como lo fue Pablo Escobar, ahora son actores más particularizados que tienen respaldos de grupos políticos y empresariales”, señaló el sociólogo
Comentarios
Añadir nuevo comentario