El pasado lunes 9 de diciembre se cumplieron cinco años del Accidente del Lockheed C-130 de la Fuerza Aérea de Chile (FACh).
En la ocasión, se conmemoró un nuevo aniversario de la caída al mar de Drake del avión Hércules de la Fuerza Aérea en la Región de Magallanes, siniestro ocurrido en 2019 que dejó 38 fallecidos, siendo considerado uno de los peores accidentes en la historia de la FACh.
El caso ha estado marcado por la búsqueda de justicia por parte de las familias y las críticas hacia el rol que ha tomado la Fuerza Aérea nacional. En efecto, dos días antes del aniversario, la Fiscalía de Magallanes llevó a cabo la audiencia de formalización de un general y un general en retiro de la FACh, quienes son investigados por su responsabilidad en la tragedia.
A cinco años de los hechos, Interferencia conversó con Claudia Carrasco, quien es piloto y presidenta de la Asociación Chilena de Víctimas de Accidentes de Aviación y sus Familias (ACHIVAAF).
La representante estuvo recientemente en Amsterdam y Chicago, participando de actividades relacionadas con siniestros aéreos, a propósito del rol que tiene como de Secretaria General de la Federación internacional de Víctimas que es parte de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI).
Consultada por estas visitas, y respecto a cómo ha visto que se ha apreciado en el mundo la tragedia del Hércules al exponer los antecedentes a cinco años de su aniversario, Carrasco apuntó que “esta tragedia no es conocida dentro del mundo político de la aviación internacional. Es por ello que hice una mención especial en la presentación de nuestra asociación, que reúne las necesidades de varias familias que vienen de un origen de distintos accidentes (Que incluyen el accidente de Isla Mocha 2013, Festival Aéreo de Villarrica 2017, Río Clarillo 2018, Aeródromo de Tobalaba 2019, Mar de Drake 2019, Aeródromo la Victoria de Chacabuco 2020, Pucón 2022, Las Bandurrias 2022). Esperamos que traer estos antecedentes a estas oportunidades internacionales ayuden a traer las voces de las víctimas que no tienen voz y las familias para que los actores implicados puedan conocer los antecedentes, abrir corazones y generar trabajo y resultados concretos que puedan beneficiar a futuro a más personas”.
En cuanto al simposio del que participó en Amsterdam, la piloto describió que se trató de una actividad denominada 'Segundo Simposio sobre la Asistencia a las Víctimas de Accidentes de Aviación y sus Familias, el que fue organizado por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), agencia de las Naciones Unidas, del 26 al 28 de noviembre de 2024. Este evento reunió a representantes de Estados miembros (países) de la OACI, autoridades aeronáuticas, aerolíneas, organizaciones de víctimas y expertos internacionales en asistencia a víctimas.
“El objetivo principal del simposio fue promover la implementación de las políticas y normas establecidas por la OACI, específicamente las relacionadas con la asistencia a víctimas de accidentes de aviación y sus familias, que se encuentran en el Anexo 9 de la OACI y complementadas por el Documento 9998 y 9973. Se trataron temas como planes de asistencia a víctimas, investigación de accidente, recuperación post-accidente, funcionamientos de convenios para aseguradoras, y mejores prácticas internacionales”, sostuvo.
En ese sentido, aseveró que “mi participación fue como Secretaria General de la Federación Internacional de Víctimas de Accidentes de Aviación y sus Familias (en inglés ACVFFI), y como Presidenta de la Asociación Chilena de Víctimas de Accidentes de Aviación y sus familias (ACHIVAAF). Tuve el honor de ser invitada como representativa de nuestras familias como ponente voluntaria para compartir la experiencia de Chile y las necesidades de ACHIVAAF, además de abogar por la mejora de los sistemas de asistencia en nuestro país y en otras regiones. Durante mi intervención, destaqué la realidad de nuestro país, hice mención especial al caso del Hércules y la importancia de un enfoque colaborativo que involucre a Estados, aerolíneas y organizaciones de víctimas para garantizar una respuesta integral y respetuosa hacia las familias afectadas por estas tragedias”.
Ante la pregunta de si considera que con el paso del tiempo se ha ido olvidando en la memoria colectiva éste y otros accidentes aéreos que conllevaron víctimas civiles y qué acciones han ido contemplando para volver a poner el tema en la contingencia y lograr avances en términos de justicia y reparación a las familias, Carrasco cree que “es cierto que, con el tiempo, los accidentes aéreos tienden a desaparecer de la memoria colectiva, y las familias de las víctimas quedan enfrentando solas y a costas propias el desafío de obtener justicia”.
Aún así, la representante enumeró una serie de acciones que están llevando a cabo desde ACHIVAAF para contrarrestar esta situación.
1. Incidencia en políticas nacionales: Hemos trabajado activamente con la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) y la Junta Aeronáutica Civil (JAC) en Chile para impulsar la implementación de estándares internacionales como el Anexo 9 de la OACI y su política 9998. Esto incluye abogar por la creación de un Plan Nacional de Asistencia a Víctimas de Accidentes Aéreos, que contemple apoyo integral y soporte a las familias.
2. Colaboración internacional: A través de nuestra participación en la Federación Internacional (ACVFFI), hemos logrado llevar la voz chilena a escenarios globales, como el Simposio de la OACI sobre Asistencia a Víctimas en Ámsterdam. Esto nos permite compartir nuestras iniciativas y abogar por mejores prácticas internacionales para implementarlas en Chile.
3. Memoria y sensibilización: Organizamos campañas conmemorativas para mantener vivo el recuerdo de las víctimas. También hemos promovido la discusión pública sobre la importancia de la seguridad aérea y la asistencia a las familias afectadas. Constantemente estamos acercándonos a los medios que sensibilizan con esta causa, la cual es tan relevante toda vez que en Chile se mueven tantos pasajeros por vía aérea y nunca sabremos quién será la próxima víctima.
4. Asistencia directa a familias: Ofrecemos apoyo emocional y orientación a las familias de víctimas en Chile. Si bien todas están sufriendo desde sus tragedias, el encontrar almas hermanas en el duelo nos hace recordar que no estamos solos en esta incansable lucha. Además, hemos trabajado con organizaciones como Fundación Pro Bono para trabajar con representación legal adecuada en la promoción de iniciativas que alcancen los estándares internacionales en nuestro país.
5. Participación en recomendaciones: Colaboramos con las familias para revisar procedimientos y prácticas en accidentes previos, promoviendo que las lecciones aprendidas sean precisas y correctas para que ayuden a impulsar mejoras concretas en la seguridad aérea y el trato a las víctimas.
“Estas acciones son parte de un esfuerzo constante por mantener el tema en la agenda pública y lograr un cambio estructural en cómo se aborda la asistencia y apoyo a las familias de las víctimas de accidentes aéreos en Chile. Sin duda, necesitamos que la comunidad nos apoye y escuche, los medios tienen un rol fundamental en ayudar a que las voces de aquellos fallecidos sigan pudiendo resonar en nuestra comunidad. Muchas gracias por esta oportunidad”, concluyó.
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