Eugenio Paillalef, nació en Maquehue en la novena región, buscando trabajo llegó en 1963 a Santiago, postuló a distintas fábricas pero no tuvo éxito. Como muchos mapuche que migraron a la capital durante esa década, comenzó a ejercer el trabajo de panadero, un oficio al que se dedica hasta hoy y que reivindica como presidente de la Confederación Nacional de Panificadores de Chile (Conapan).
“El que viene llegando del campo muchas veces no tiene familiares y habían trabajos puertas adentro en las panaderías, te daban una pieza, un sueldo y en algunas partes te daban almuerzo, así empezamos gran parte de los mapuche que migramos, pero no solo mapuche, los winkitas del campo también”, dice.
Es parte del gremio desde 1968 y hace ocho años es dirigente nacional de la histórica confederación, la cual tiene sus orígenes en 1883, cuando se conformó la primera Mutual de Operarios de Panaderías de Valparaíso y la primera mutual de Panaderos de Iquique.
Una organización que acumula más de un siglo de reivindicaciones, por eso es que el Ministerio del Trabajo y Previsión Social publicó en 2018, la investigación “Conapan. El sindicalismo panificador en Chile”. “Desde fines del siglo XIX y, con mayor énfasis, durante los tres primeros decenios del siglo XX, el gremio de panificadores, a lo largo del país, alcanzó grados y formas de organización bastante importantes que buscaban hacerle frente a la precariedad laboral, explotación y abusos cometidos por los industriales en sus lugares de trabajo: las panaderías”, señala parte del texto.
Conapan acumula más de un siglo de reivindicaciones, siendo un gremio destacado a nivel sindical.
En su oficina ubicada en el centro de Santiago en la calle Tucapel Jiménez, Eugenio Paillalef se traslada todos los días desde San Ramón. Hasta noviembre estará en su cargo como dirigente, en el gremio que agrupa a cerca de 700 trabajadores afiliados, mes en el que tendrán nuevas elecciones.
Actualmente la mayoría de los dirigentes nacionales son mapuche, una presencia que ha sido estudiada por el investigador Claudio Alvarado Lincopi, quien plantea en uno de sus artículos que “desde las experiencias de los panificadores mapuche sindicalizados es posible trenzar la historia del movimiento obrero y la historia mapuche durante el siglo XX”.
Acompañado de un calendario con una foto de Elisa Loncon cuando era candidata a constituyente en su oficina, en esta entrevista Eugenio Paillalef habla de su experiencia como panadero y cómo desarrollaron este trabajo en dictadura, así como de la propuesta constitucional. "Este gremio es histórico y conformado por gente luchadora. Una trayectoria que tuvo grandes logros, como una caja de compensación, había molineros y panificadoras, pero cuando llegó la dictadura de un plumazo se perdió".
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- ¿Cómo era el trabajo de panadero en esa época de dictadura?
- El trabajo en las panaderías es muy pesado. En aquellos años habían muy pocas maquinarias, por lo tanto es un trabajo de mucho esfuerzo y sacrificio y actualmente también lo es, por eso a algunos jóvenes hoy día no le gusta ser panadero porque no es trabajo para flojos. Usted trabaja en panadería con la masa y por eso no puede jugar, porque eso lleva levadura, el patrón no te anda apurando, es el trabajo el que te apura, porque si la masa se te echa a perder el pan no sale bueno.
Antiguamente se entraba a las tres de la mañana, y todo esto se perdió en la dictadura, porque cuando llegó la dictadura empezó el toque queda y no había locomoción en la noche, entonces había que llegar temprano a las panaderías, a las seis o siete de la tarde, había que encerrarse en la panadería toda la noche. Fue tremendo lo que se vivió en dictadura en muchos sentidos, tremendos sacrificios porque muchos debíamos dormir en el suelo para hacer hora. Entonces uno arriesgando la salud, y nadie se preocupó de eso.
El trabajo del panadero es muy sacrificado, en el verano es duro el calor, hay que transpirar; y en el invierno, el humo porque en esos años los hornos se calentaban a leña, entonces muchas veces les llegaba leña verde y no alcanzaba a quemar bien, había que sacarlo y el salón del amasijo se llenaba de humo todo eso, todo eso lo aspirabamos. Entonces es muy sacrificado, cualquier pituquito no puede trabajar en panaderías, imposible, el trabajo es duro, nosotros como mapuche somos buenos trabajadores y no somos flojos.
- Desde su experiencia, ¿por qué hay una gran mayoría de mapuche que se dedicaron a ser panaderos?
- Claro, es muy sencillo, los mapuche nunca tuvimos oportunidades. Los mapuche fuimos relegados, había falta de educación para el mundo campesino. Yo nací en el campo, en Maquehue, en la comuna de Padre Las Casas. En esos años los colegios estaban muy distantes, no había locomoción en el campo, los caminos eran malos, llenos de barro y sin pavimentar, había que luchar contra el clima en el invierno, y en el verano con los calores y las polvoderas.
"Los mapuche nunca tuvimos oportunidades. Los mapuche fuimos relegados, había falta de educación para el mundo campesino".
Entonces la mayoría de los mapuche teníamos muy poca educación y al llegar a la capital había que buscar un trabajo sencillo. Muchos de nosotros postulamos en diferentes partes, yo mismo postulé a muchas fábricas, me tomaban la entrevista y me decían que me iban a llamar, tampoco teníamos teléfono, entonces lo más fácil era entrar en panadería. El que viene llegando del campo muchas veces no tiene familiares y habían trabajos puertas adentro en las panaderías, te daban una pieza, un sueldo y en algunas partes te daban almuerzo, así empezamos gran parte de los mapuche que migramos, pero no solo mapuche, los winquitas del campo también.
- Ese proceso de migración en la década de los 60’, ¿por qué factores estuvo marcada?
- Por falta de oportunidades porque la mayoría de los viejos tenían diez, doce o quince hijos. Yo mismo tengo diez hermanos y mis padres tuvieron poquito campo porque hace años los venían arrinconando. Entonces mi abuelo tenía poca tierra y a mi padre también tocó re poco, no había cómo trabajar el campo, había que emigrar.
Yo salí de niño de la casa a trabajar, trabajé en todo, ripeando caminos, haciendo canales en diferentes partes, trabajando en los fundos, viaje a Argentina de cabro chico, tenía 12 años cuando me fui a la Argentina a trabajar y tenía ganas de hacer el servicio militar, me vine para Chile y acá me quedé. De ahí me vine a Santiago porque no encontré trabajo en Temuco tampoco.
Todo eso es por falta de oportunidad, porque al mapuche ni al campesino nunca se le dieron oportunidades, nunca. Ahora ha cambiado un poco, porque los niños que están crecieron allá tienen más acceso a locomoción, hay más colegios. Los que son de mi generación tuvimos otra vida.
-¿Cómo ha cambiado el oficio en los últimos años? Por ejemplo con la venta de pan en supermercados
- Panadero no hay en supermercado, lo que hay en supermercado son maquinarias, tienen toda comodidad, pero no, no son gente que sepan trabajar la marraqueta, no lo saben hacer. En cambio la panadería tradicionales sí porque ahí hay trabajadores que son maestros panaderos. Hoy día no está la mecanización en la panadería tradicional, todavía no tiene industria mecanizada, salvo San Camilo, la selecta, no sé si existirá todavía, ellos están modernizados, pero lo demás son artesanales. Claro, hay máquinas para sobar masa, para cortar, es más fácil que antes, los hornos ya no son a leña, muchos son a petróleo o gas, eso es lo que ha cambiado, pero el sacrificio del trabajador está igual, los fines de semana tienes que trabajar, muchas veces hemos sacrificado cumpleaños, por ejemplo.
Nueva Constitución
- ¿Por qué toman esta decisión de participar en la franja del Apruebo?
- Por muchas razones. Nosotros como trabajadores no podemos estar ausentes de un hecho histórico. Cuando se postuló la lamngen Elisa Loncon, vino aquí a pedir apoyo y nosotros la apoyamos.
Esta constitución es histórica, nunca se había hecho una constitución redactada por el pueblo, menos incluyendo a mapuche, aquí hubo 17 peñi y lamngen de diferentes pueblos indígenas que nunca había tenido derecho a participación. Es histórica también poque como mapuche nunca antes se nos han respetado nuestros derechos.
"Como gremio, lo que queremos es que se reponga la negociación colectiva por área, actualmente no tenemos ese derecho".
Mientras que como gremio, lo que queremos es que se reponga la negociación colectiva por área, actualmente no tenemos ese derecho. Por todas esas cosas y más, apoyamos el Apruebo.
- En este sentido, ¿cree que esta propuesta de Nueva Constitución va a favorecer a la clase trabajadora?
- Mucho, si gana el apruebo aquí van a salir leyes, se van a modificar muchas cosas, por supuesto que no será de un día para otro, imposible, pero a futuro tenemos la esperanza de que el código del trabajo se modifique. Los trabajadores hoy día no tienen derecho a negociación colectiva, no solo nosotros, la inmensa mayoría de los trabajadores hoy día son sindicato interempresa, el comercio, las chiquillas y jóvenes que atienden los grandes comercios, no pueden formar sindicato de empresa porque tienen diferentes patrones. En los grandes mall hay diferentes empresas, por lo tanto no pueden hacer un sindicato de empresa, tienen que hacer sindicato de interempresa, por lo que no tienen derecho a negociación colectiva, al igual que los supermercados. Nosotros tenemos la gran esperanza de que se modifique el Código Laboral y que los dirigentes puedan negociar por sus sindicatos y confederaciones. Porque muchos patrones dicen “yo no quiero sindicatos, yo hablo con mis trabajadores”, pero eso a la larga no funciona porque los trabajadores no tienen personalidad para enfrentar al patrón, decirle “necesito que me reajuste el salario, si no, yo me voy a huelga”, porque es natural que tengan miedo si lo hacen individualmente. Por eso deben existir los sindicatos, permiten exigir derechos.
-En esa misma línea, ¿cómo esta propuesta puede favorecer a los mapuche que viven en la ciudad?
- De muchas maneras, porque la mayoría de los mapuche de acá son de la clase trabajadora, que nos desempeñamos en distintos rubros, en el comercio, en la construcción, tampoco hoy tienen derecho a negociación colectiva, los viejos como se dice vulgarmente “mata sus piojos”. Entonces, por supuesto que va a favorecer a todos, tanto en educación, en salud, y en los trabajos.
- ¿Tiene algún pronóstico de lo que pueda suceder mañana?
- Tenemos que ganar po’. Tenemos que ganar pese a todas las mentiras que ha dicho la derecha, inocentemente hay gente que les cree. He conversado con mucha gente en mi población, en San Ramón la gente está dividida, hay gente más pobre que uno que lamentablemente escucha las mentiras de la derecha. Hoy hablan del amor, de los derechos, ¿qué saben de derechos? ¿cuándo han respetado los derechos? A la derecha no sé que nombre ponerles, pero algunos son medios desquiciados, que solo miran por ellos, el capitalismo mira solo para su bolsillo, los trabajadores somos una herramienta desechable para ellos.
Usted puede servirle el patrón por muchos años, hay trabajadores, ya han estado 40 o 50 años, pero llegaste a viejo y te dicen “ya no sirves”. Somos una herramienta desechable para ellos y hablan de amor.
- Qué sintió usted con la presencia mapuche en la convención y lo que provocó la figura de Elisa Loncon, porque generó admiración pero también ataques racistas
- La Elisa Loncon es un orgullo, yo creo que la gran mayoría de los mapuche nos sentimos muy bien representado por ella.
Fueron tremendos los ataques las racistas, la derecha no quiere nombrar la plurinacionalidad, como que por decir Plurinacional tuvieran piojos las personas, para estos caballeros los mapuche somo como una peste, pero hablan de amor. Discriminan, gran parte de los tipos de derecha o latifundistas, lo que quieren es eliminar al pueblo mapuche.
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-¿Considera que si gana esta propuesta esto pueda ser parte del camino en la solución del conflicto del Estado con el pueblo mapuche?
- Los grandes culpables son las forestales. Las forestales han arrasado con el campo, todas esas plantaciones de pino y eucalipto echan a perder la tierra, eso se sabe, después no sirve para sembrar. Aquí se hizo un crimen con nuestra tierra, porque esas tierras ya no sirven para sembrar.
"Las forestales han arrasado con el campo, todas esas plantaciones de pino y eucalipto echan a perder la tierra"
Nosotros como gremio tampoco estamos de acuerdo con todo esto que está pasando allá en sur, porque también hay un grupo de personas que no quiere conversar, no quieren dialogar y se van al extremo como el señor Llaitul. Está bien que defiendan su derecho, pero también hay que escuchar y dialogar con el gobierno. Si no hay solución después del dialogo, estoy de acuerdo que luchen, que hagan protestas, pero no quemar. Y los mismos latifundistas se aprovechan de esto, hacen autoatentados y le echan la culpa a los mapuche. Entonces yo no estoy de acuerdo con él, no todos los mapuches están en esto, claro que queremos nuestros derechos, pero no así.
- Entonces, ¿cómo cree que el gobierno debería abordar el tema de las forestales?
- Todo el sur de Chile está lleno de fundos que se adquirieron mañosamente. A los abuelos nuestros, a los bisabuelos nuestros les engañaron, y por ende, tenemos poca tierra para trabajar. En tiempos de Allende se expropiaron fundos y se les entregó tierras a los campesinos, Frei Montalva empezó con eso en la Reforma Agraria, después lo siguió Allende, ahí lo derrocaron porque estaba a favor del pueblo, de la gente, de los trabajadores, de los campesinos. Después Pinochet devolvió lo que se había expropiado. Entonces lo que tiene que hacer el Estado es el diálogo, es comprar los fundos a estos malditos que adquirieron las tierras mediante engaños y devolverles tierras a los campesinos, si eso es lo que quiere el campesino. El mapuche necesita de su tierra para vivir.
Pero los campos que están forestados no sirven, hay que dejarlos descansar para que se pueda recuperar con bosque nativo, pero serán muchos años para que se puedan recuperar, porque es un crimen lo que hicieron con las tierras y el Estado ha sido el gran responsable.
Comentarios
Excelente entrevista.
Muy buena entrevista !!!
Muy buen artículo. Me ayudo a
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