Irina Karamanos, cientista social y ex coordinadora sociocultural de La Moneda -cargo conocido como el de Primera Dama, dada su relación afectiva con el presidente Gabriel Boric, al cual renunció en 2022-, participó del seminario La ultraderecha y el antifeminismo: el caso de Chile presentado en el auditorio de la Facultad de Ciencias Sociales e Historia de la Universidad Diego Portales.
La cita, que convocó a un centenar de personas, comenzó con la exposición del académico de la UDP, Cristóbal Rovira, cientista político e investigador del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES), quien expuso sobre la conceptualización de la ultraderecha, el fenómeno en Chile y la evidencia cualitativa y cuantitativa de hasta qué punto la ultraderecha es antifeminista, con datos de un estudio desarrollado por él junto a otros colegas,
Posteriormente, Karamanos, en su calidad de encargada nacional del Frente Feminista de Convergencia Social, junto con Sylvia Eyzaguirre, investigadora del Centro de Estudios Públicos (CEP), comentaron parte de los elementos expuestos por Rovira durante los cerca de veinte minutos de su presentación.
“El sujeto político del feminismo no son solo las mujeres. Se plantean temáticas que son muy transversales a distintos elementos, que son ideas igualitarias que guardan relación con cómo es que puede vivir mejor la mayoría”, planteó Karamanos.
En esa línea, Rovira concluyó para el final de su intervención que en el caso chileno "la ultraderecha a nivel de sus votantes, en general, tiende a adoptar posturas antifeministas en comparación a la media de la sociedad", mientras que por otro lado "quienes rechazan a la ultraderecha miran con muy malos ojos la adopción de posturas muy conservadoras frente a temáticas de género que en parte se relacionan con el feminismo".
Rovira, también director del Laboratorio para el Estudio de la Ultraderecha, se preguntaba entre sus conclusiones si es que la ultraderecha presente en Chile se mantendría en 15% y 18% del electorado, pues, por un lado, la posibilidad de crecer como ultraderecha depende de sus propias acciones, pero por otro, y mucho más relevante, son las acciones que realiza la derecha convencional pueda hacer respecto de la ultraderecha y si está dispuesta a asociarse con ella.
Una vez terminada la exposición del académico, comenzó el tiempo de Eyzaguirre y posteriormente el de Karamanos.
En cuanto a la perspectiva de Eyzaguirre, tras comentar apuntes metodológicos, sostuvo que "en la medida en que las democracias liberales y los partidos que fundan las democracias liberales, no logran dar una respuesta satisfactoria a la ciudadanía en este tipo de problemas [seguridad], este es un caldo de cultivo para los extremos y justamente un extremo de derecha que justamente su lema es el orden".
Asimismo, apuntó que para evitar el surgimiento de extremos deben configurarse alianzas entre la centro izquierda y la centro derecha para poder gobernar. Por otro lado, calificó al PDG como la verdadera amenaza dado su carácter más populista. "Para mí la amenaza más grande en este minuto creo que es el Partido de la Gente, porque si bien los republicanos pueden tener ciertos rangos, no es un partido populista. En cambio el Partido de la Gente sí es un partido populista y no respeta las normas más básicas de lo que es la democracia deliberativa", cerró Eyzaguirre.
Entre las ideas que destacó Karamanos, está la idea de que independientemente del porcentaje que logre la ultraderecha en una elección, la temática es relevante en sí, dada su emergencia como algo central, que empalma con todos los temas de discusión relevantes. "El feminismo transita en un borde donde siempre tiene que estar lidiando con contradicciones sobre cómo están dadas las condiciones materiales para ciertos grupos de la población", afirmó.
Asimismo, Karamanos también indicó que el feminismo "está a cargo, por así decirlo, de abordar cómo es que nos vemos en las relaciones entre personas, y cómo es que así postulamos que no vivimos solos y solas [...] al plantearse estas ideas feministas han surgido contrarreacciones".
En esa línea, la militante de CS señaló que los gobiernos "desde una mirada feminista", deben ser capaces de "construir diques para que no se retroceda en materia de derechos".
En ese sentido, destacó la importancia de la ministra de la Mujer y Equidad de Género, Antonia Orellana (CS), en asumir la vicepresidencia de la comisión interamericana de la Mujer en la OEA para la articulación de instancias regionales y globales para no retroceder los avances acordados en derecho internacional. “Son prioridades de la agenda de género y van en la dirección de la defensa de las mujeres y de género que ya han sido acordadas a nivel internacional”, afirmó.
Sin embargo, Karamanos mostró una preocupación particular por la baja valoración de la democracia como forma de gobierno, presente en ciertos grupos.
"Cuando estamos hablando de esencializar mucho al otro y lo vemos como algo lejano o como una amenaza, surge en algunos casos la defensa de lo propio, del yo, del territorio, lo que nos pertenece, la defensa de mi soberanía y mi espacio por sobre el tuyo. Hay una tendencia de la ultraderecha a tomar esa perspectiva del pensamiento único y de la soberanía y de ser propietarios de la verdad", indicó Karamanos a esta redacción.
Frente a lo anterior, señaló: "¿Qué es lo que significa eso? ¿qué es lo que significa que se construyan ciertas tendencias de una derecha revanchista? No queremos caer en una trinchera donde hablemos de sujetos políticos solo acotados a mujeres, pero queremos adoptar un discurso que sea más expansivo a propósito de que la propuesta feminista guarda relación con la transformación social, por eso tiene una reacción tan amplia".
“El sujeto político del feminismo no son solo las mujeres. Se plantean temáticas que son muy transversales a distintos elementos, que son ideas igualitarias que guardan relación con cómo es que puede vivir mejor la mayoría”, agregó.
Respecto a su perspectiva sobre el sujeto político del feminismo, señaló que "si nos concentramos en caracterizar al sujeto político de la mujer, vamos a estar restringiendo el campo de acción y la propuesta que en realidad existe desde los feminismos, que es más amplia; desde el pluralismo, la libertad colectiva, el tema del cuidado y la responsabilidad para con el otro [en referencia al Registro Nacional de Personas Cuidadoras]".
"También existe una disputa respecto a la inseguridad o incertidumbre, siempre que nos enfrentamos a un otro, pero dicha incertidumbre no puede ser instrumentalizada o llamada miedo u odio, porque eso al final termina compactando y haciendo herméticos los espacios donde estamos arraigados", señaló Karamanos. A su juicio, puede existir la búsqueda de identificarse siempre con el otro, y en el caso de no identificarse, la reacción acaba siendo el miedo y la defensa comienza a ser desde "perspectivas moralizantes y discriminatorias".
“No es que no exista en Chile un eje de pensamiento en donde lo que se defiende es que hay un pensamiento único, que hay una manera correcta de hacer las cosas, y por eso que es antifeminista, porque el feminismo plantea una lógica de la desviación, de la divergencia, del pluralismo. También hay una unión entre lo que es el cuerpo y la batalla cultural, que también ha sido un desafío para la izquierda entender eso”.
"Cuando estamos hablando de esencializar mucho al otro y lo vemos como algo lejano, o como una amenaza, surge en algunos casos la defensa de lo propio, del yo, del territorio, lo que nos pertenece, la defensa de mi soberanía y mi espacio por sobre el tuyo. Hay una tendencia de la ultraderecha a tomar esa perspectiva del pensamiento único y de la soberanía y de ser propietarios de la verdad o del país o de lo correcto, la norma correcta o la familia correcta", señaló.
“El trabajo es de todas las partes y de todos los partidos, esto es un desafío para el feminismo, pero también para la derecha convencional y para la izquierda. Cómo hacemos expansiva la idea de que todas y todos estamos moldeando esta sociedad”, cerró Karamanos.
"Lo que es irreductible es que todos tenemos cuerpo y el cuerpo también es una forma de hacer política, por ejemplo en protestas, cuando uno arma un cuerpo colectivo, tiene un aspecto performático también, pero el cuerpo en la política es muy importante, porque uno moviliza el cuerpo para sumarlo a una acción y también porque es la dimensión material de cómo nos afecta la vida y ahí si depende de si eres mujer", agregó.
Una de las últimas ideas planteadas por Karamanos retornó a la idea de la otredad y la perspectiva de sentirse afectado por la realidad de un otro diferente. Para la cientista social, es algo de lo que "debemos hacernos cargo como sociedad", sin atrincheramientos, planteando una diferencia entre sentirse atacado y afectado por una realidad distinta, lo que planteó como una diferencia "crucial".
También destacó que “es muy clara la contrarreacción conservadora para mantener la estructura actual de poder incluso poniendo en riesgo las democracias antes que la transformación social, ahí las minorías entran en un juego en tanto principales blancos para el ataque o la identificación de que esos, son esos otros que nos amenazan”.
“El trabajo es de todas las partes y de todos los partidos, esto es un desafío para el feminismo, pero también para la derecha convencional y para la izquierda. Cómo hacemos expansiva la idea de que todas y todos estamos moldeando esta sociedad”, cerró Karamanos antes de hacer una reflexión a raíz de las ideas de Joseph Beuys y la "plástica social".
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La derecha convencional ya se
Lea, siempre, lea, vea y
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