A principios de los años dos mil, Andrónico Luksic Abaroa, el fundador del grupo económico, preparaba su retiro justo cuando bordeaba los 75 años y las mediciones internacionales calculaban el patrimonio familiar en US$3.400 millones. Hoy en día, 20 años después, la fortuna del grupo Luksic se calcula en alrededor de US$25 mil millones, siendo de lejos la fortuna más grande a nivel nacional y la número 67 a nivel mundial según el ranking Forbes de 2022.
Luksic Abaroa, el primer patriarca de la familia, delegó a tiempo -murió en 2004- el mando de las empresas familiares en la segunda generación de la familia, quienes desde entonces han diversificado, internacionalizado y multiplicado el tamaño y gravitación de los negocios familiares: Jean Paul Luksic Fontbona, quedó a cargo de Antofagasta PLC, el brazo minero de la familia; Guillermo Luksic Craig, se hizo cargo del sector industrial, asumiendo la presidencia de Quiñenco desde los ochenta, hasta que su temprano fallecimiento en 2013 hizo que el mayor de los hermanos, Andrónico Luksic Craig, quien ya había quedado a cargo del rubro financiero de la familia, se tuviera que hacer cargo de Quiñenco, asumiendo un liderazgo fuerte y público para el grupo familiar.
Algunos de los Luksic de tercera generación figuran en gerencias y directorios de las empresas familiares, pero eventualmente no estarían listos para heredar el control y la conducción del gobierno corporativo en las empresas de la familia. Algo que contrasta con el ‘traspaso de mando’ desde Luksic Abaroa hacia sus hijos, cuando Andrónico Luksic Craig, contaba con 48 años, Guillermo Luksic Craig tenía 46, y Jean Paul Luksic Fontbona tan solo 38 años.
Ad portas de sus 70 años, Andrónico Luksic Craig deja los directorios de las empresas del grupo, tal como hace veinte años lo hiciera su padre. El ascenso de sus principales ejecutivos a las presidencias de las empresas familiares, Pablo Granifo y Francisco Pérez Mackenna, revivió la pregunta por la idoneidad de la tercera generación de los Luksic para heredar la toma de decisiones en las empresas del grupo.
Algunos de los Luksic de tercera generación figuran en gerencias y directorios de las empresas familiares, pero eventualmente no estarían listos para heredar el control y la conducción del gobierno corporativo en las empresas de la familia. Algo que contrasta con el ‘traspaso de mando’ desde Luksic Abaroa hacia sus hijos, cuando Andrónico Luksic Craig, contaba con 48 años, Guillermo Luksic Craig tenía 46, y Jean Paul Luksic Fontbona tan solo 38 años.
Un hecho que, según algunos conocedores de la familia, ha sido particularmente distractivo, es que todas las miradas se encuentran puestas en alguno de los hijos e hijas que tiene Andrónico Luksic Craig como eventual sucesor del liderazgo del grupo familiar.
El mando de las empresas familiares está simbolizado en la presidencia de Quiñenco, el holding familiar, y ha sido encabezado por Andrónico durante los últimos diez años debido a la temprana muerte de su hermano Guillermo. Sin embargo, en el holding hay participación de las cinco ramas familiares correspondientes a los cinco hijos de Andrónico Luksic Abaroa, las cuales se reflejan en las empresas familiares que son propietarias de Quiñenco aguas arriba. Desde ese punto de vista, el nombre fuerte de la tercera generación podría venir desde cualquiera de los ‘primos’: la generación de los hijos de Andrónico, Guillermo, Jean Paul, Paola y Gabriela Luksic; la descendencia de Andrónico Luksic Abaroa.
Por el lado de Andrónico, el mayor de sus hijos suele ser mencionado como el que podría asumir el protagonismo de su padre. Se trata de Andrónico ‘Tercero’ Luksic Lederer, de 42 años, quien cumplirá pronto una década en el directorio de Quiñenco donde figura desde 2014. Graduado en Babson College en administración de empresas, es vicepresidente de desarrollo de Antofagasta Minerals desde 2006, con un paso por Canadá entre 2009 y 2014, donde fue un nombre relevante en llevar adelante las empresas mineras del grupo en norteamérica, teniendo como una de sus misiones principales la de sacar adelante el proyecto Twin Metals en Minnesota.
Menor que él, Davor Luksic Lederer, con 40 años, se encuentra en Croacia liderando el negocio de hoteles de lujo de la familia, y Maximiliano Luksic Lederer está a la cabeza de Canal 13, un proyecto que no corresponde al Grupo Luksic, sino que a Andrónico a través de Inversiones Consolidadas, una de sus empresas personales. Menores aún, están los mellizos Fernanda y Dax Luksic Lederer, de 32 años. quienes se encuentran dedicados aún a iniciativas más bien personales, y en etapa de formación. Fernanda, en particular, hace algunos años en 2019, se graduó de un MBA en Harvard, luego de haber pasado exitosamente por Babson College. En algunas apariciones públicas ha mencionado que sus intereses son dedicarse a la empresa y a los negocios, de manera que eventualmente podría ser un liderazgo futuro en el clan.
Por el lado de Andrónico, el mayor de sus hijos suele ser mencionado como el que podría asumir el protagonismo de su padre. Se trata de Andrónico ‘Tercero’ Luksic Lederer, de 42 años, quien cumplirá pronto una década en el directorio de Quiñenco donde figura desde 2014. Graduado en Babson College en administración de empresas, es vicepresidente de desarrollo de Antofagasta Minerals desde 2006, con un paso por Canadá entre 2009 y 2014, donde fue un nombre relevante en llevar adelante las empresas mineras del grupo en norteamérica, teniendo como una de sus misiones principales la de sacar adelante el proyecto Twin Metals en Minnesota.
Sin embargo, en esta rama de los Luksic no se acaba la familia. Por el lado del fallecido Guillermo Luksic Craig, se encuentra Nicolás Luksic Puga de 44 años, quien integra el directorio de Quiñenco desde 2013, sucediendo en el acto a su padre, y representando esa rama familiar en todos los negocios del grupo. Nicolás mencionó en una de las pocas entrevistas que ha dado a la prensa, en 2017, que no pretende lugares de demasiada figuración pública como la de su tío, debido a que valora su vida privada. Junto a su hermana, Antonia Luksic Puga, dirigen las sociedades de esa rama, a través de las que controlan varias empresas como Viña Tabali, y otras. Además, Antonia preside la Fundación Guillermo Luksic Craig.
Por el lado de Jean Paul Luksic Fontbona, se destaca Isabella Luksic James, socióloga de 29 años nacida en Londres, la cual llegó a la gerencia general de la Fundación Luksic (el brazo filantrópico de la familia) en enero de 2023, luego de comandar una propuesta de reestructuración para la filantropía del grupo familiar. Varios artículos de prensa destacaron que la joven socióloga, formada en Brown University, se estrenó públicamente a principios de este año cuando presentó junto al ministro de Transporte la donación de un avión para combatir los incendios forestales que afectaron a la zona sur de Chile.
Además está Tomás Luksic James, de 28 años, quien se formó en Columbia para luego resultar becado en Schwarzman Scholars, un programa que permite a sus alumnos formarse en asuntos internacionales en la Tsinghua University de China. Posteriormente tuvo un breve paso por Antofagasta Minerals, liderando la estrategia de descarbonización, para finalmente recalar en la consultora internacional McKinsey & Company.
Por otro lado, están las hijas de Andrónico Luksic Abaroa, quienes son más jóvenes y por ende cuentan con hijos de menos edad. En el caso de Paola Luksic Fontbona, 2024 será el año en el que entre -luego de la salida de Andrónico- al directorio de Quiñenco, donde ya se desempeñaba como asesora. Además, preside la Fundación Luksic, y junto a su esposo, el empresario Oscar Lería, tienen por su parte un polo de negocios que podría ser interesante para sus hijos.
Por el lado del fallecido Guillermo Luksic Craig, se encuentra Nicolás Luksic Puga de 44 años, quien integra el directorio de Quiñenco desde 2013, sucediendo en el acto a su padre, y representando esa rama familiar en todos los negocios del grupo. Nicolás mencionó en una de las pocas entrevistas que ha dado a la prensa, en 2017, que no pretende lugares de demasiada figuración pública como la de su tío, debido a que valora su vida privada.
Interferencia se contactó con Pedro Vásquez, académico del IAE Business School de la Universidad Austral de Buenos Aires, quien además es director adjunto del Centro Empresas Familiares de la misma institución.
En conversación con este diario, mencionó que “lo que suele pasar es que las generaciones más antiguas suelen demorar demasiado el traspaso de poder a la nueva generación, por lo tanto es realmente digno de reconocer y admirar que Andrónico Luksic Craig esté haciendo esta sucesión antes de que sea muy difícil ordenarla”, agregando que un claro ejemplo de ese tipo de sucesiones tardías se encuentra en Chile, en el caso de Horst Paulmann y Cencosud.
“Lo positivo es que en este caso, la generación que está traspasando el poder [Andrónico Luksic Craig] está aún en condiciones de acompañar a la nueva generación, ya sea familiar o no. En el plano internacional, está el caso reciente de Luis Pagani, quien dejó la presidencia de Arcor en Argentina en abril de este año, dejándola en manos de un hermano menor. Esto es la excepción, y es bastante encomiable, porque los grandes líderes suelen demorar demasiado la sucesión, hasta que se hace complicada por diversas razones”, mencionó Vásquez.
Respecto a la decisión de traspasar el poder hacia ejecutivos de Andrónico Luksic y no hacia una tercera generación, mencionó que “en grupos como este de muy rápido crecimiento económico puede pasar esto. No es común que en dos generaciones se llegue desde la nada a ser un grupo económico tan grande como los Luksic. Habiendo un crecimiento tan grande del negocio en volumen y en complejidad, por la diversificación y la internacionalización, ocurre que la necesidad de competencias es mucho mayor que la evolución de la familia, con lo cual el negocio te pide que tengas que privilegiar el talento y necesites eventualmente de talento no familiar”.
Por el lado de Jean Paul Luksic Fontbona, se destaca Isabella Luksic James, socióloga de 29 años nacida en Londres, la cual llegó a la gerencia general de la Fundación Luksic (el brazo filantrópico de la familia) en enero de 2023, luego de comandar una propuesta de reestructuración para la filantropía del grupo familiar.
El experto en sucesiones empresariales también mencionó que no siempre se consigue encontrar en las terceras generaciones las ganas y la capacidad en un solo elemento de la familia, pero que la responsabilidad de las generaciones anteriores es la de formar a las nuevas en ser accionistas capaces y responsables, además de saber generar el espacio para que aparezcan estos liderazgos.
Vásquez también mencionó que “el mandato desde la primera a la segunda generación suele ser mucho más fuerte que el mandato desde la segunda a la tercera generación de un grupo”. En este sentido, el académico explicó que la obligación que sienten los hijos del fundador, de continuar con los negocios del padre es mucho más fuerte que la que puedan sentir los descendientes de una tercera generación.
“Un fundador suele empezar con poco, de manera que la segunda generación no creció con el mismo nivel de bienestar económico que la tercera generación. En la segunda generación aún tienes mucho más esfuerzo personal de parte de ellos para conseguir bienestar económico. La tercera generación, por mucho que puedan ser personas austeras, crecen en otro contexto de abundancia y con otra libertad en términos del mandato. Entonces no se sienten tan presionados ni obligados a asumir el protagonismo del grupo como sí lo estuvieron los integrantes de la segunda generación”.
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Viva la meritocracia!
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