A los 74 años de edad falleció Miguel Juan Sebastián Piñera Echenique, ex presidente de Chile en los periodos 2010-2014 y 2017-2022, millonario inversionista en distintos negocios, audaz y temerario en términos políticos.
Su deceso se produjo después que un helicóptero manejado por él mismo se estrellara en las orillas del Lago Ranco, Región de Los Ríos, en medio de un paseo que sostenía junto con su hermana Magdalena Piñera Echenique, el empresario Miguel Ignacio Guerrero y el hijo de este último, Bautista Guerrero Matta.
Miguel Juan Sebastián Piñera Echenique nació el 1 de diciembre de 1949, hijo de José Piñera Carvallo y Magdalena Echenique Rozas, un matrimonio de militantes de la Democracia Cristiana; el primero embajador de Chile en Bélgica y ante las Naciones Unidas durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva; mientras que la segunda, descendiente directa de Juan Martínez de Rozas.
Tras graduarse como ingeniero comercial con distinción máxima en la Universidad Católica, Sebastián Piñera viajó en 1973 a Boston para realizar su magíster y doctorado en Harvard.
Cuando terminaba su doctorado, en 1976, Piñera fue contratado por el profesor Richard Musgrave, experto en Hacienda Pública, para dirigir un estudio sobre las cuentas nacionales de Bolivia. Por ese trabajo Piñera ganó 50 mil dólares, los que, de regreso a Chile, le permitieron crear su primera empresa, la Constructora Toltén, en sociedad con Antonio Krell.
Con Toltén, Piñera y Krell compraban casas y sitios baratos en Peñalolén, La Florida y Macul, donde levantaban nuevas viviendas que luego vendían.
Con Toltén, Piñera y Krell compraban casas y sitios baratos en Peñalolén, La Florida y Macul, donde levantaban nuevas viviendas que luego vendían. El negocio prosperó hasta que los precios de los sitios subieron. Piñera había empezado con dos terrenos y había acabado con más de 100. Una vez liquidaron la empresa, repartió utilidades con Krell. "Nunca había visto junta tanta plata, eran US$ 2 millones", confesó Piñera a la revista Qué Pasa en 1992.
En los años siguientes, el futuro presidente se sumó a la empresa de asesorías financieras Infinco, presidida por Carlos Massad. También por esos años, la Corfo vendió el Banco de Talca. Entre diversos ajustes en la propiedad, finalmente el Grupo Calaf aumentó su propiedad hasta adquirir el 65% del banco.
Fue en 1978 cuando uno de los directores del banco recomendó a Infinco para que se hiciera cargo del plan de salvataje exigido por la Superintendencia de Bancos.
Sebastián Piñera y Carlos Massad se tomaron el banco en cuestión de meses. Massad llegó a ser presidente del directorio, en tanto Piñera asumió como gerente general hasta septiembre de 1980, cuando se retiró del banco para sumarse al semillero de Manuel Cruzat en el Citibank.
Sin embargo, con la crisis económica de 1982, la Súper de Bancos ordenó la intervención de varias instituciones. En el caso del Banco de Talca, el liquidador interpuso una querella por fraude contra los socios controladores y quienes resultaran responsables.
El 28 de agosto de 1982, Piñera fue encargado reo por fraude contra el Banco de Talca. Enterado del requerimiento, Piñera se escondió de la justicia por 24 días.
El 28 de agosto de 1982, Piñera fue encargado reo por fraude contra el Banco de Talca. Enterado del requerimiento, Piñera se escondió de la justicia por 24 días para poder presentar una apelación, la que fue acogida por la Corte Suprema tras presiones de la ministra de Justicia, Mónica Madariaga.
Tras el descalabro en Talca, el empresario saltó al entonces desconocido negocio de las tarjetas de crédito.
Varias versiones discuten cómo se hizo con el dinero plástico, entre ellas una casi mítica que cuenta que Piñera habría sido enviado a EE.UU. a explorar y conocer detalles del manejo de tarjetas de crédito por parte del empresario Ricardo Claro.
Sin embargo, a su regreso Piñera habría usado la experiencia para su propio beneficio. A causa de ese engaño, agrega la leyenda urbana, Claro se vengó de Piñera destruyendo su primera candidatura a La Moneda años después.
Sea como sea, Piñera se agenció a mediados de los ochenta con Bancard. Para 1987, el dinero plástico de “Tatán” controlaba el 87% del mercado, con casi medio millón de tarjetas. Cuando la ley se modificó para que los bancos pudieran emitir tarjetas, Piñera vendió Bancard a Transbank en 60 millones de dólares.
Pese a que durante los ochenta su perfil público estaba posicionado en el mundo académico y de los negocios, era una voz consultada en términos políticos, siendo entrevistado incluso en la Revista Análisis.
Pese a que durante los ochenta su perfil público estaba posicionado en el mundo académico y de los negocios, era una voz consultada en términos políticos, siendo entrevistado incluso en la Revista Análisis, la cual era opositora a la dictadura, para tener su opinión respecto del acontecer y del porvenir chileno.
Su figura fue codiciada por distintos sectores políticos en dicha década. Pudo entrar a militar a la Democracia Cristiana, puesto que mantenía cercanía con militantes falangistas como Genaro Arraigada o el futuro presidente, Patricio Aylwin. Mientras al mismo tiempo, era tentado por Andrés Allamand –quien años después sería ministro de sus dos gobiernos–, para entrar a Renovación Nacional, colectividad que había sido fundada dos años antes proveniente del legado del Partido Nacional.
Así fue su primera muestra de astucia política, puesto que no fichó ni por la DC ni por RN. Se mantuvo independiente hasta el plebiscito de 1988 que definía la continuidad de Augusto Pinochet Ugarte en el poder y para dicha contienda se inclinó por la opción ‘No’, definiendo su domicilio político sólo después de conocer hacia dónde se inclinaría el sistema chileno.
En 1989 su posición partidista se fue estableciendo con más claridad, puesto que trabajó como jefe de campaña de la candidatura presidencial del derechista Hernán Büchi. Al mismo tiempo fue candidato a senador, resultando electo y derrotando al pinochetista Hermógenes Pérez de Arce. Después de esto, en 1990, es que pone su firma como militante de Renovación Nacional.
En los primeros años post dictadura, siendo senador, su rol fue fundamental para que el entonces Patricio Aylwin consiguiera aprobar la reforma tributaria que era parte del programa de gobierno de la Concertación.
En los primeros años post dictadura, siendo senador, su rol fue fundamental para que el entonces Patricio Aylwin consiguiera aprobar la reforma tributaria que era parte del programa de gobierno de la Concertación, lo cual daba cuenta de la capacidad que tenía para articular escenarios trascendentales para el país.
En 1992 fue la primera vez en que Sebastián Piñera se propuso como nombre para ser presidente de Chile. Buscaba ser el representante de Renovación Nacional para las presidenciales que se realizarían ese año, pero llegó el primer gran escándalo político para el personaje, el cual también fue alimento para su perfil de temerario.
En agosto de ese año, Ricardo Claro, entonces dueño del canal Megavisión, irrumpió en la transmisión del programa de debate político ‘A eso de’ y acompañado de un minicomponente marca Kioto, reprodujo una grabación en la cual se escuchaba a Sebastián Piñera planificar con su amigo Pedro Pablo Díaz que en los debates presidenciales se dejara como “cabra chica” a Evelyn Matthei, quien entonces era la abanderada de la Unión Demócrata Independiente para la presidencia.
Este hecho sepultó las opciones presidenciales de Piñera, al menos para esa pasada.
Si bien estaba dedicado de lleno a la actividad política, no se limitó en los negocios. Fue en 1994 que compró un porcentaje de la aerolínea LAN Chile, donde ya eran socios los Cueto, a quienes conocía de negocios inmobiliarios y Bancard.
Si bien estaba dedicado de lleno a la actividad política, no se limitó en los negocios. Fue en 1994 que compró un porcentaje de la aerolínea LAN Chile, donde ya eran socios los Cueto, a quienes conocía de negocios inmobiliarios y Bancard.
Con los años, LAN se expandió por todo el país hasta transformarse en la principal aerolínea comercial. También logró posicionarse fuera de Chile, abriendo filiales en Perú, Ecuador y Argentina.
Pasaron los años y Piñera aumentó su participación en LAN a costa de otro escándalo empresarial. En 2009, la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) oficializó una multa contra Piñera por utilizar información privilegiada para comprar tres millones de acciones de LAN en 2006.
Volviendo a los noventa, tras el Kiotazo, que frustró las aspiraciones presidenciales de Piñera, el año 1997 se abrió de nuevo el apetito por La Moneda. A un mes de la reelección senatorial, de la que ya se había bajado, estalló el caso Chispas, en que el empresario pasó de acusador a acusado frustrando nuevamente su carrera presidencial.
Pasó que con la llegada de la española Endesa a Chile para tomar el control de la empresa eléctrica Enersis, muchos accionistas minoritarios veían el negocio del siglo en la venta de su parte de la compañía, entre ellos Piñera.
Sin embargo, en una negociación privada entre Endesa y los ejecutivos de Enersis -encabezados por José Yuraszeck-, lograron vender sus acciones a un precio superlativo, pero dejando fuera del negocio al entonces senador.
Crítico con la negociación Enersis-Endesa, Piñera no había vendido su participación en Enersis a la empresa hispana por considerar que el precio ofrecido era menor al del mercado.
Se dio a conocer que Piñera había aprovechado su posición como senador para obtener un precio mayor que los demás accionistas a través de una negociación privada con Endesa.
No obstante, al poco tiempo se dio a conocer que Piñera había aprovechado su posición como senador para obtener un precio mayor que los demás accionistas a través de una negociación privada con Endesa. Vale decir, del mismo modo que había criticado públicamente.
Pese a este nuevo escándalo y a que no continuó como senador, no desapareció de la esfera pública. Por ejemplo, en 1998, cuando Augusto Pinochet fue detenido en Londres, Piñera lo defendió públicamente llamando a la “solidaridad” con el ex dictador, fundado en su supuesto mal estado de salud.
En 2001 se convirtió en presidente de Renovación Nacional, manteniendo un nivel de influencia que le permitiría seguir perfilándose en el poder chileno y que sería la plataforma para las posiciones que lo consagraron en términos históricos.
En mayo de 2005, en una apuesta de Carlos Larraín, el panorama indicaba que RN apoyaría la candidatura del militante de la UDI, Joaquín Lavín, para pelear la elección presidencial de ese año, basados en que éste casi había ganado a Ricardo Lagos en 1999. Pero un sector de Renovación Nacional, encabezado por Claudio Eguiluz, se reveló ante esta opción y proclamó a Piñera como carta del partido.
Piñera pasó a segunda vuelta junto con la representante de la Concertación, Michelle Bachelet y perdió frente a esta, alcanzando solo un 42% de los votos, pero sepultó la historia presidencial de Joaquín Lavín.
De ahí en adelante el camino para las ambiciones de Piñera se fueron volviendo más favorables. Las presidenciales de 2005 lo dejaron bien posicionado y al mismo tiempo siguió moviendo sus negocios para acumular poder.
De ahí en adelante el camino para las ambiciones de Piñera se fueron volviendo más favorables. Las presidenciales de 2005 lo dejaron bien posicionado y al mismo tiempo siguió moviendo sus negocios para acumular poder.
Primero compró Chilevisión en 2005 por 24 millones de dólares. Luego, una jugada a lo Mauricio Macri en Boca Juniors o igual a Silvio Berlusconi en el AC Milán, comprando al equipo de fútbol más popular de Chile, Colo-Colo, en 2006, gracias a una Ley de Sociedades Anónimas en el fútbol que él mismo impulsó. Todo esto a instancias de que Piñera era hincha público de Universidad Católica, un archirrival de Colo-Colo
Luego de años de movimientos, Piñera lo consiguió y fue electo presidente de la República en las elecciones de 2009, ganándole a la débil candidatura del ex presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle y logrando que la derecha chilena volviera a La Moneda de forma democrática, algo que no conseguían desde 1958 con Jorge Alessandri Rodríguez.
Así Piñera se convirtió en la figura más relevante de la derecha chilena. Antes de asumir renunció a su militancia a Renovación Nacional como señal de independencia para afrontar la nueva etapa, pero una acción que también daba cuenta de su personalismo para ostentar el cargo, puesto que sus decisiones no obedecerían a las órdenes de RN o la UDI, sino que a sus intereses y los consejos de sus cercanos, como su primo y ex ministro del Interior, Andrés Chadwick Piñera.
En esta línea, entró al Palacio con el lema del “gobierno de los mejores”, cargando su primer gabinete de una mixtura entre políticos y técnicos.
En esta línea, entró al Palacio con el lema del “gobierno de los mejores”, cargando su primer gabinete de una mixtura entre políticos y técnicos, quienes varios provenían de ocupar cargos importantes en el mundo privado, dando este perfil comercial ahora a todo el Poder Ejecutivo.
Pero Sebastián Piñera, con su nuevo cargo, tenía otro gran problema: ¿qué hacer con todos sus negocios? Después de todo, durante el caso de colusión de las farmacias, el empresario realizó críticas públicas contra el caso de corrupción del mercado. Sin embargo, días después se dio a conocer que el propio Piñera era accionista de una de las farmacias. Los descargos de Piñera fueron que no sabía que tenía esas acciones, que procedió a vender.
En abril de 2009 Piñera entregó cerca de un tercio de sus inversiones declaradas a un fideicomiso ciego. No obstante, conservó la administración del resto de su fortuna, concentrada en LAN, Colo-Colo y Chilevisión. Una vez elegido presidente, vendió sus acciones en la aerolínea, el club de fútbol y el canal, aunque no sin líos mediáticos.
Aunque esto no era lo más difícil para su mandato, puesto que el 27 de febrero de 2010, a pocos días de asumir oficialmente en La Moneda, un terremoto sacudió a gran parte de país causando el desastre natural más grande en Chile en lo que va del siglo XXI, lo que obligó a que su mandato comenzara enfocado en materia de reconstrucción.
A fines de su mandato, las cifras oficiales indicaban que un 97% de este proceso se había conseguido, lo que alzó la figura de Sebastián Piñera como gestor de soluciones en materia de políticas públicas.
Esto último tuvo otro antecedente importante en 2010, cuando 33 trabajadores de la mina San José quedaron sepultados a 600 metros de profundidad, pero lograron ser rescatados gracias a distintos esfuerzos en los cuales el gobierno de Piñera fue protagonista.
En cuanto al perfil ideológico, durante su primer gobierno Piñera se mantuvo como un personaje liberal en términos valóricos. Por ejemplo, quedó marcado el apoyo de su mandato para la creación del Acuerdo de Unión Civil.
En cuanto al perfil ideológico, durante su primer gobierno Piñera se mantuvo como un personaje liberal en términos valóricos. Por ejemplo, quedó marcado el apoyo de su mandato para la creación del Acuerdo de Unión Civil, el cual fue el primer paso para que parejas del mismo sexo tuvieran contratos nupciales.
Por otro lado, en 2011 le tocó ser el antagonista de la revuelta estudiantil que levantó el lema de la educación gratuita a nivel universitario en Chile, las cuales eran lideradas por Camila Vallejo y Giorgio Jackson, un escollo que Piñera pudo evadir comunicacionalmente en parte gracias a la tragedia de Juan Fernández en la que fallecieron personajes importantes como Felipe Camiroaga y Felipe Cubillos.
Aunque en el sentido ideológico, sus posturas más controversiales fueron en 2013, cuando se cumplieron 40 años del golpe de Estado que puso fin al gobierno de Salvador Allende. Ese año, Piñera reconoció la existencia de “cómplices pasivos” de la dictadura, quienes no eran militares. Asimismo, ordenó cerrar el penal Cordillera, en el cual se encontraban presos con varias comodidades muchos violadores de derechos humanos.
Pero todo lo conseguido por Piñera no alcanzó para que la derecha chilena ganara en las elecciones de 2014 y en estas nuevamente triunfó Michelle Bachelet, devolviendo a la Concertación al poder.
Estos años no fueron fáciles para Sebastián Piñera, puesto que se fueron conociendo aspectos desconocidos durante su mandato.
En enero de 2008, el presidente peruano Alan García demandó a Chile en la Corte Internacional de La Haya, por el límite marítimo entre ambos países.
La sentencia llegó en 2014 con una sentencia que le permitió a Perú ganar más de 20 mil kilómetros cuadrados de mar. Pero lo que fue un golpe al Estado, fue ganancia para el empresario.
No fue hasta 2016 cuando se conocieron los negocios de Piñera en el mar peruano durante el juicio de La Haya. A fines de 2010, la pesquera peruana Exalmar se abrió a bolsa y quienes compraron fueron conocidos inversores chilenos.
No fue hasta 2016 cuando se conocieron los negocios de Piñera en el mar peruano durante el juicio de La Haya. A fines de 2010, la pesquera peruana Exalmar se abrió a bolsa y quienes compraron fueron conocidos inversores chilenos.
La primera huella de Piñera en Exalmar data de 2011, cuando a través del Fondo de Inversión Privado Mediterráneo, ya contaba con un 1,74 % de la pesquera. Para la memoria anual de 2016 de Exalmar, se reconoció la presencia de Bancard International Investment con un 9,19% de la empresa, y la misma porción figura a nombre de Inversiones Odisea -el family office de los Piñera Morel- desde 2018 hasta la actualidad.
Desde el ingreso del ex presidente, la pesquera Exalmar ha ganado 186 millones de dólares.
Pese a estos problemas, Piñera seguía dominando la derecha chilena. Personajes como Manuel José Ossandón (RN), intentaron botarlo de la cúspide, pero no lo lograron y el ex presidente volvió a ser carta para La Moneda de cara a las elecciones de 2017, en las cuales ganó de forma contundente al candidato de la centro izquierda, Alejandro Guillier.
El segundo gobierno de Piñera comenzó en 2018 arrastrando conflictos éticos y legales del mandatario por los negocios en Perú, sin embargo, su gestión no se veía tan a cuestas como la partida de su primera experiencia en 2010.
Pero en noviembre de 2018 todo comenzó a desmoronarse para el ex presidente, puesto que un carabinero asesinó al mapuche Camilo Catrillanca, generando una ola de protestas a nivel nacional y sepultando una de las principales apuestas del segundo mandato: el Plan Araucanía encargado al entonces ministro de Desarrollo Social, Alfredo Moreno, el cual pretendía solucionar el conflicto histórico entre el Estado, el sector empresarial y el Pueblo Mapuche.
‘Piñera II’ tenía un carácter más duro que el primero, se notaba en políticas públicas implementadas de entrada como ‘Aula Segura’, la cual estableció que escolares que estuvieran involucrados en hechos de violencia podían ser expulsados de forma inmediata de sus establecimientos.
‘Piñera II’ tenía un carácter más duro que el primero, se notaba en políticas públicas implementadas de entrada como ‘Aula Segura’, la cual estableció que escolares que estuvieran involucrados en hechos de violencia podían ser expulsados de forma inmediata de sus establecimientos.
La animadversión social contra su gobierno fue creciendo de mano de sus negocios. Por ejemplo, una polémica se desató en abril de 2019, cuando los hijos del entonces presidente, Cristóbal y Sebastián Piñera Morel se subieron a la gira del gobierno por Asia, la cual tenía una fuerte agenda comercial.
Así también, durante el segundo mandato del empresario, distintos servicios públicos suscribieron contratos con la empresa fundada por Cristóbal Piñera Morel y José Tomás Daire, Hopin Inc. Sin embargo, Daire aseguró que Piñera Morel ya no es socio del emprendimiento tecnológico. El último contrato de Hopin con el Estado se reportó en 2021.
La hostilidad del segundo gobierno de Piñera fue aumentando y en 2019 se notaba una fuerte arrogancia de sus ministros. Por ejemplo, el ex titular de Economía, Juan Fontaine, llamaba a que las personas se levantaran más temprano si no querían pagar el alza en hora punta del pasaje del transporte público. El entonces subsecretario de Salud, Luis Castillo, argumentaba que las horas de espera en consultorios eran porque los usuarios iban a hacer vida social. O el ministro de Trabajo, Nicolás Monckeberg, planteaba que la Selección Chilena de Fútbol podía no jugar una Copa América si es que la jornada laboral se disminuía a 40 horas semanales.
Todo esto incidió en que el 18 de octubre de 2019 comenzara un estallido social que detuvo el funcionamiento normal del país, con protestas masivas a nivel nacional que exigieron cambios profundos en el sistema chileno y también la renuncia de Sebastián Piñera.
Todo esto incidió en que el 18 de octubre de 2019 comenzara un estallido social que detuvo el funcionamiento normal del país, con protestas masivas a nivel nacional que exigieron cambios profundos en el sistema chileno y también la renuncia de Sebastián Piñera.
El ex mandatario aquel día, mientras en el centro de Santiago las protestas paralizaban la ciudad, fue con sus nietos a comer pizza en el barrio alto de la Región Metropolitana. Al día siguiente, tras las críticas y los desmanes de importancia considerable, declaró en cadena nacional que Chile se encontraba “en guerra” contra “un enemigo poderoso”.
Sebastián Piñera resistió la avanzada popular con respuesta armada, a través de Carabineros y las Fuerzas Armadas, causando a través de esto más de 4 mil vulneraciones a los derechos humanos, entre los que se cuentan al menos 11 muertos y más de 400 heridos oculares.
Asimismo, el poder político casi en su mayoría se cuadró con su permanencia en el poder, estimando que su salida podría significar un mayor daño a la estructura democrática nacional. De esta forma, el 15 de noviembre de 2019, distintos representantes políticos –entre ellos el actual presidente, Gabriel Boric–, firmaron el Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución, el cual buscaba dar cierre al conflicto a través de la creación de una nueva carta fundamental en Chile.
Las protestas no se detuvieron sino hasta que en marzo de 2020 llegó la pandemia del Covid-19 a Chile, lo cual envió a cuarentena casi la totalidad de la población nacional y puso el foco de todos principalmente en sobrevivir.
Sin embargo, las protestas no se detuvieron sino hasta que en marzo de 2020 llegó la pandemia del Covid-19 a Chile, lo cual envió a cuarentena casi la totalidad de la población nacional y puso el foco de todos principalmente en sobrevivir.
Pese a polémicas como la corrupción en arriendo de residencias sanitarias, la gestión de Sebastián Piñera y su ex ministro de Salud, Enrique Paris en la emergencia quedará en la historia como una gestión positiva, reconocida mundialmente sobre todo por la eficacia en la obtención y distribución de vacunas.
Pudo terminar su gobierno relativamente tranquilo en marzo de 2022, pero tenía asuntos pendientes.
A nivel de negocios, la última gran crisis del segundo gobierno de Piñera fue el destape de los Pandora Papers, una investigación periodística internacional que, en su versión chilena, reveló que las familias Piñera y Délano habían sellado la millonaria compraventa de Minera Dominga en Islas Vírgenes Británicas.
Como cláusula para una venta, los Délano pusieron como condición que no se estableciera una zona de protección ambiental en el terreno de la minera Dominga.
La revelación gatilló una acusación constitucional en contra del presidente Piñera, quien se defendió señalando que la venta de Dominga ya había sido investigada por la justicia en 2017, y que en esa ocasión había sido sobreseído definitivamente.
Sin embargo, la fiscalía decidió abrir una nueva investigación en contra de Piñera, ya que los documentos revelados en los Pandora Papers no formaron parte de la anterior investigación.
Tras dos años de investigación, la investigación del Ministerio Público parece no haber encontrado pruebas para acusar al ex presidente de delitos tributarios, de cohecho o soborno durante la compraventa de la minera Dominga.
Al igual que la acusación constitucional, que fracasó tras no reunir los votos en el Senado, el pasado 6 de enero se informó que la fiscalía solicitó el sobreseimiento definitivo de Piñera en el caso Dominga.
Al igual que la acusación constitucional, que fracasó tras no reunir los votos en el Senado, el pasado 6 de enero se informó que la fiscalía solicitó el sobreseimiento definitivo de Piñera en el caso Dominga.
El otro problema que Piñera no alcanzó a solucionar fue respecto de las violaciones a los derechos humanos durante el Estallido Social, puesto que actualmente la Fiscalía mantiene abierta una causa por los delitos de lesa humanidad ocurridos, en la cual el ex mandatario declaró en 2023 como imputado.
Pero esto en términos judiciales, porque a nivel político logró posicionarse sobre la situación, dado que el presidente Gabriel Boric, quien durante su candidatura anunció públicamente que el ex mandatario “está avisado” por sus responsabilidades en los hechos, con los meses acercaron posiciones. Lo más gráfico fue que el actual jefe de gobierno lo invitó personalmente en agosto del año pasado a viajar juntos en el avión que los trasladó al cambio de mando en Paraguay.
En los últimos meses Piñera era una figura pública con total normalidad, opinaba sobre cualquier tema que le pareciera relevante y seguía siendo el personaje con más poder al interior de la derecha chilena, siendo incluso de los mejores evaluados en encuestas para las próximas elecciones presidenciales.
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Un santo, un verdadero
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Cuando la democracia es sólo
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