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Jueves, 18 de Abril de 2024
Perfil

Miguel Bosé el político: tan a la derecha como el PSOE

Nicolás Massai D.

Las rudas críticas del cantante contra Michelle Bachelet por su actuación en torno a la crisis venezolana lo han mostrado como un derechista en Chile. Sin embargo, el Bosé político es más complejo que eso, y corre en paralelo a la historia política de España y el Partido Socialista Obrero Español.

Admision UDEC

El joven de 20 años entró en el último bloque del programa. Su aspecto no tenía nada de extravagante, nada que se escapara de la regla de la época, aunque quizás la soltura de sus brazos delgados, de sus hombros, sus patadas hacia el aire y las vueltas que dio sobre su propio eje –acompañado de otros siete bailarines que hacían lo mismo– sorprendieron a algún conservador que a esa hora se encontraba pegado a Esta noche…fiesta, transmitido por Televisión Española (TVE). Unos segundos antes del show, el conductor del espacio, José María Íñigo, destacó la presencia de los padres del joven allí en el estudio, que estaban sentados a un lado del escenario.

Hasta esa noche, y a pesar de que fue presentado por el nombre que se le conoce hasta hoy, el cantante era más Miguel que Bosé. Era, ante todos los españoles que televisaron el programa, el hijo de Luis Miguel Dominguín, uno de los toreros más famosos de Madrid, retirado entonces de las corridas, y de Lucía Bosé, actriz italiana de renombre, que en 1947 había obtenido el galardón del concurso de belleza Miss Italia.

Ante la nerviosa mirada de sus padres -quienes ya llevaban separados diez años y quienes constantemente eran enfocados por el director del programa- Bosé cantó y bailó tres canciones. La última de ellas fue Linda, el éxito que perdura hasta la actualidad, cuya letra le había pasado Luis Gómez Escolar después de traducirla desde el italiano, pues pertenecía al grupo i Pooh, uno de los más exitosos de la historia de Italia.

Era 1977, en plena transición española, aquel proceso que dejó atrás el régimen franquista y que instauró una nueva constitución que dio paso al sistema político bipartidista que rigió España por décadas, donde se repartían las cuotas de poder el Partido Popular (PP, de derecha) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE, de izquierda).

Como un síntoma de esos tiempos, los padres de Miguel Bosé tenían amistades de todo tipo. Dominguín había salido de cacería junto a Francisco Franco, el dictador español que gobernó desde el fin de la guerra civil de España (1939) hasta su muerte en 1975. También el matrimonio mantenía cercanía con Pablo Picasso, el famoso pintor catalán que era ferviente opositor al régimen instaurado por el dictador.

Sea en dictadura o a lo largo de la transición, lo cierto es que Bosé nunca perdió su estatus económico.

Durante Franco existía un nacionalismo extremo, y por ende, defensor de las tradiciones como la práctica torera que realizaba Luis Miguel. Bosé estudiaba en el Liceo Francés de Madrid, un colegio privado donde estuvieron otras personas ligadas al mundo del arte, como Javier Moro, ganador del Premio Planeta 2011 con la novela El imperio eres tú.

A pesar de la cercanía de Dominguín con el franquismo, Miguel Bosé no heredó una ideología de extrema derecha o de fachas ni algo que se le pareciera, aunque, según personas que lo conocen de cerca, sí se le traspasó la capacidad que tenía su padre de compartir con hombres y mujeres de distintos colores políticos. Más bien, durante la transición se acercó más a la España que proponía el joven Felipe González.

Miguel Bosé fue un privilegiado durante el franquismo, pero no heredó una ideología de derecha. En cambio, de su padre sí obtuvo la capacidad de conversar con personas de cualquier signo político, algo muy útil para tiempos de transición.

“Luis Miguel Dominguín tenía una inteligencia natural y una personalidad suficientemente fuerte para codearse con cualquiera, fuera del signo político que fuera. Eso lo heredó Miguel Bosé. Yo creo que es difícil de entender a veces, pero pasa. Yo también soy capaz de estar con un fascista y hablar, escucharlo y tomarme una cerveza, y luego estar con gente más cercana a la izquierda o liberal”, dice, en conversación con INTERFERENCIA, Santiago Alcanda, periodista musical español con 40 años de trayectoria, quien trabajó codo a codo con Bosé en el programa El séptimo de caballería, donde el cantante conducía y entrevistaba.

De ahí, quizás, la explicación de este personaje que, a pesar de identificarse con la centroizquierda, fue capaz de ir al Festival de Viña en tres oportunidades durante la dictadura de Augusto Pinochet Ugarte, un Franco redivivo para los españoles de la época.

Leve aroma PSOE

“Le gusta mantener el estatus de artista independiente, desde ahí es más inteligente poder opinar sobre lo que quiera opinar y cuando quiera hacerlo. Sobre cualquier movimiento o fenómeno político. No se casa con nadie. Ahora, desde luego, de derecha nunca ha sido. No le ha hecho ningún guiño al PP”, dice Alcanda.

El periodista musical cuenta que, históricamente -e independientemente de sus actuales críticas al presidente del gobierno español, Pedro Sánchez (PSOE), por su cruzada contra algunas terapias alternativas de salud- la cercanía de Miguel Bosé siempre estuvo con los socialistas.

“Felipe González, en su primera época presidencial, tuvo cercanías con personas de todo tipo, del cine, de la literatura, de la música. Los invitaba a cenar en el Palacio de la Moncloa. A Miguel creo que también lo incluyó en esas cenas. A fines de los 90, también fue un gran amigo de Josep Borrell”, agrega Alcanda. Cabe señalar que Borrell fue ministro de Hacienda y de Obras Públicas de González, y actualmente es el canciller de Sánchez (y un gran crítico de Nicolás Maduro).

El sistema desgastado del bipartidismo español se tradujo, en 2011, en lo que se llamó Movimiento 15-M, o de los indignados, desde el cual surgió posteriormente un partido político como Podemos (izquierda), encabezado por el profesor universitario Pablo Iglesias. También apareció Ciudadanos (centro derecha) y recientemente Vox (ultra derecha). En ese entonces, Miguel Bosé respaldó la molestia generalizada.

Así lo cuenta, en entrevista con INTERFERENCIA, el periodista Víctor Lenore, autor del libro Espectros de la Movida. Por qué odiar los años 80 (Akal, 2018), una crítica al movimiento musical surgido durante esa década en Madrid, en la se impuso “un consumismo pop, una anglofilia con sabor a cena descongelada y una mirada condescendiente sobre cualquier cuestionamiento del mercado”.

“Es el típico narcisista que solo se defiende a sí mismo. Su posición del 15-M fue otro photocall. Él no ha hecho un buen disco desde que grabó el álbum Bandido en 1984. La política es su forma de estar en el foco: va de rojo pero tocó en Viña del Mar en los años de Pinochet”, dice el periodista especializado Víctor Lenore

“Bosé es más grande que la Movida, pero en los 80 todos iban de fiesta a su casa. Es el único español que tiene una portada hecha por Andy Warhol (Fuego, 1983)”, dice Lenore. 

Sin embargo, según este periodista, más que influencia política, Bosé busca atención. “Es el típico narcisista que solo se defiende a sí mismo. Su posición del 15-M fue otro photocall. Él no ha hecho un buen disco desde que grabó el álbum Bandido en 1984. La política es su forma de estar en el foco: va de rojo pero tocó en Viña del Mar en los años de Pinochet”, dice Lenore.

“En Cuba fue a buscar atención y no logró nada. Fue a salir por la tele, que es lo que le interesa. Nunca ha tomado una postura política que le pueda traer problemas”, finaliza Lenore. 

El periodista se refiere al concierto Paz sin Fronteras realizado en La Habana en 2009 y organizado por el cantante colombiano Juanes, en el cual -si bien llegó a reunir a más de un millón de asistentes en la Plaza de la Revolución- su contenido político se terminó desdibujando, pues ni sirvió para mostrar una cara más amable de Raúl Castro, el presidente cubano de entonces, ni para iniciar una transición pacífica, que eran las apuestas de lado y lado. 

Anti Maduro, anti Trump

En enero de 2006 la candidata de la Concertación de Partidos por la Democracia, Michelle Bachelet, cerró su campaña hacia la presidencia de Chile con un acto masivo realizado en calle Namur, pleno centro de Santiago. 

Entre los asistentes estaba presente Felipe González, ex presidente del gobierno español entre 1982 y 1996, quien fue uno de los dirigentes que impulsó la renuncia del PSOE al marxismo como ideología oficial, lo que se concretó en el Congreso Extraordinario de 1979, y que marcó un hito hacia una tesis más socialdemócrata. Razón por la cual también González fue un habitué de los eventos políticos de la centro izquierda chilena y latinoamericana.

Otro español asistente fue Miguel Bosé. De esa tarde es la fotografía que circula profusamente por redes sociales, de Bosé afirmando el brazo de Bachelet, ambos sonrientes.

La razón de la viralización de la foto es conocida: contrasta totalmente con la postura actual de Bosé, quien ha repudiado rudamente a Bachelet por lo que él considera la inacción de ella, como alta comisionada de derechos humanos de Naciones Unidas, respecto del régimen venezolano de Nicolás Maduro.

“Bachelet cobarde. Bachelet indigna de su puesto. Bachelet cómplice. Bachelet ciega. Bachelet fuera!!!!”, fue su último tuiteo condenando la labor de la funcionaria, publicado el 16 de marzo recién pasado. 

Al cierre de esta edición Bosé no ha publicado nada en favor o en contra de Bachelet, luego de que la alta comisionada emitiera un duro informe recriminatorio del gobierno de Nicolás Maduro por graves violaciones a los derechos humanos.

En todo caso, el repudio al proceso revolucionario venezolano por parte de Bosé no es reciente. De hecho, comenzó en la época en que el gobierno era dirigido por Hugo Chávez, en 2007. Ese año, el cantante apoyó al rey Juan Carlos I, incluso, cuando este llevó a cabo la histórica interrupción al líder venezolano, durante la XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado. “Por qué no te callas”, le dijo el rey de España al presidente de Venezuela.

Sin embargo, su constante rechazo al chavismo no significa necesariamente su derechización política, al menos no más de lo que ha realizado el PSOE en el gobierno, incluido su amigo Borrel, quien fue clave en que España reconociera a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela. 

Pese a su antichavismo, en 2009 cantó junto a otros artistas en ese concierto Paz sin Fronteras, en la Cuba castrista, lo que le mereció críticas por parte de los exiliados cubanos.

Y a su vez, ha rechazado al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tildándolo de “escoria” y “criminal”, cuando el mandatario ordenó separar a las familias de inmigrantes que entraban de manera irregular al país que dirige, y que dejó cientos de imágenes de niños apartados de sus padres.

Claro que darle duro a Trump, a esta altura, no es muy controversial ni progresista tampoco,



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Me gusta el medio, pero no puedo suscribir

Madre mía estaba leyendo hasta que leí que usted puso que Pablo Picasso era catalán! Que barbaridad! Y se queda tan ancho, por tanto deje de leer porque credibilidad cero...

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