Diciembre de 2002. Claudio Spiniak Vilensky, empresario del rubro de los gimnasios, fue detenido en un procedimiento policial en la rotonda Lo Curro, Vitacura. En su auto se halló cocaína y armas sin inscripción.
Tras su detención se dio orden de allanamiento de la vivienda que el empresario arrendaba en Las Condes: en la casa de Spiniak se halló pornografía infantil, drogas y armas ilegales. En poco tiempo, se descubrió una red de pederastía y producción de material pornográfico infantil en el seno del barrio alto de Santiago.
Detenido desde entonces, la defensa de Spiniak fue asumida por Luis Hermosilla, hoy en el centro de una trama de coimas a funcionarios públicos para obtener información del caso Factop, en que actúa como abogado defensor.
Durante la investigación y el posterior juicio, Hermosilla destacó por su postura confrontacional con los medios de comunicación -que tuvieron su propio apartado en la historia del caso Spiniak-, por su defensa férrea de los intereses del empresario, impugnando los delitos imputados por los ministros en visita, y por el cuidado de la imagen pública de su familia.
En esta línea, Hermosilla presentó un requerimiento al Consejo Nacional de Televisión (CNTV) contra Canal 13 por la emisión de imágenes de la detención de Spiniak. También acusó a Carabineros de haber “montado un espectáculo” para la detención del empresario. Asimismo, en octubre de 2003, presentó una querella contra quienes resulten responsables de extorsionar al empresario a través de llamados que le exigían dinero para no declarar en su contra.
A pesar de ello, Hermosilla mantenía buenas relaciones con la prensa escrita, sobre todo con La Tercera, diario entonces dirigido por Cristian Bofill, quien es mencionado por el abogado al comienzo del audio filtrado en el caso Factop como un amigo periodista a quien vio recientemente.
Según la ex colaboradora de The Clinic, Claudia Molina, durante la cobertura del caso Spiniak “mientras todos estábamos investigando, él [un periodista de La Tercera] se tomaba un café con Luis Hermosilla y con Gabriel Zaliasnik [abogado de la UDI en el caso de falso testimonio de Gemita Bueno], con todos los abogados de derecha”, aseveración contenida en Las venas abiertas del caso Spiniak.
Sin dudas, una medida polémica en la que incurrió Hermosilla como abogado defensor fue entregar las preguntas que realizaría el ministro Sergio Muñoz a un testigo de peso, el médico psiquiatra de Spiniak.
Considerada una conducta antiética y como un intento de inducir el testimonio de un testigo, la situación fue detectada por el magistrado al momento de realizar el cuestionario al psiquiatra de Spiniak con las preguntas formuladas por Hermosilla. Durante la interrogación, que tenía por objeto determinar si el imputado sufría de un cuadro psiquiátrico, Muñoz realizó las preguntas de forma genérica, sin mencionar la palabra “psicosis” para no inducir al testigo.
Ante ello, el mismo testigo señaló a Muñoz: "Sr. Ministro, yo aquí tengo las mismas preguntas que tiene Ud., si Ud. quiere...". La proposición molestó a Muñoz, que respondió que le "parece bastante grave si Ud., las tiene".
Este diálogo fue rescatado por el propio Hermosilla en un recurso ingresado ante el Colegio de Abogados, en que denunció a Muñoz por impedir “el derecho de este abogado a ejercer actos propios de la defensa de mi representado, don Claudio Spiniak Vilensky”.
Por su parte, Muñoz señaló que haría lo propio: "Abogado, le tengo que representar que no corresponde que el testigo tenga el cuestionario. No está en la ley, pero a mi juicio es una falta desde el punto de vista ético. (...) Pondré este incidente en manos del Colegio de Abogados, que es el organismo que tiene la tuición ética de su profesión", rescata Hermosilla.
Asimismo, de los registros del caso queda patente que parte de la defensa levantada por Hermosilla se basó en señalar a las drogas como las responsables de las acciones de Spiniak, dejándolo sin voluntad ni conciencia y generando una “psicosis exógena” en su defendido.
Si bien durante el juicio Claudio Spiniak también señaló como el culpable de sus crímenes a las drogas, afirmaba que nunca había perdido el control. “Si hubiese pasado algo mientras dormía, después me habría dado cuenta, pero todo era muy tranquilo… Siempre me aseguraba que los que llegaban a mi casa fueran mayores de 18 años y para asegurarme les pedía el carné de identidad”, comentó el Spiniak, contrastando la versión de Hermosilla.
No obstante, en el expediente del caso figura un informe psiquiátrico de Spiniak realizado en 2006 por el Servicio Médico Legal, en el que se le describe como una persona con trastorno bipolar agravado por el consumo de drogas, descartando que sufriera de una "psicosis cocaínica crónica" como postulaba la defensa.
“Las parafilias no son causadas por el consumo de sustancias ni por la psicosis, pero sí la severa dependencia a las drogas y el consumo masivo del paciente agravaron seriamente las conductas sexuales, la impulsividad, la promiscuidad, particularmente en una persona que además es portadora de un trastorno bipolar", señala el documento del SML.
El caso Spiniak
Conocido como el caso Spiniak, la investigación de la justicia, en ese entonces aún en el viejo sistema procesal, demoró más de tres años en dar un veredicto y aún otros dos en la confirmación por parte de la Corte Suprema.
En 2008, el máximo tribunal fijó en 12 años la pena de Spiniak. Sin embargo, en 2013 la pena fue rebajada y el ex empresario salió en libertad. Hoy Claudio Spiniak y su familia cambiaron legalmente su apellido y se han ocultado de la esfera pública.
Para la historia de Chile, el caso Spiniak destaca por las múltiples intervenciones de la justicia, la política y la prensa, en una investigación que se vio manchada por testimonios falsos que involucraron a parlamentarios de la Unión Demócrata Independiente (UDI) y la Democracia Cristiana (DC).
El sauna del juez Calvo
En esta línea, la primera crisis del caso Spiniak detonó en noviembre de 2003 tras un reportaje de Chilevisión que, con cámara oculta, grabó al ministro en visita a cargo de la investigación del caso Spiniak, Daniel Calvo, en conversación con el administrador de un sauna gay. Calvo había asumido la investigación en octubre de 2003, en reemplazo de la jueza Eleonora Domínguez, que hasta entonces llevaba el caso, y tras las declaraciones de la diputada Pía Guzmán (RN), quien vinculó a Spiniak con parlamentarios de su sector.
La revelación fue vista por la sociedad chilena de la época como un impedimento para que el juez llevara a cabo el caso Spiniak. En tanto, la justicia optó por remover a Calvo de la investigación en vista que la revelación había comprometido gravemente “el decoro de los cargos” que había desempeñado el juez.
Al respecto, en octubre de 2021, en el programa Los 2000 de Canal 13, la periodista Alejandra Matus, por entonces directora del semanario Plan B y que llevó la historia del juez Calvo en el sauna gay, comentó que lo que se había hecho no era denunciar la homosexualidad del ex ministro en visita, sino que “en ese sauna que es un prostíbulo, llegaban menores de edad”.
Entra Sergio Muñoz, futuro supremo
En reemplazo de Calvo se designó a Sergio Muñoz, que se haría cargo de la causa hasta marzo de 2006: un año antes, mientras aún investigaba el caso Spiniak, había sido nominado por el Presidente Ricardo Lagos como candidato a ministro de la Corte Suprema, cargo en el que fue ratificado tras votación secreta del Senado 36 contra 8, en octubre de 2005.
La llegada de Muñoz fue del agrado de Hermosilla, que comentó a El Mercurio: "Es un ministro joven, serio, eficiente, severo y de gran conocimiento jurídico, que da garantías a nuestra sociedad de que todos los hechos investigados serán aclarados hasta el último detalle".
No obstante, a días de asumir como ministro en visita del caso Spiniak a Muñoz le reventó una bomba: testigos clave conversaron con medios, vinculando a parlamentarios con el caso de pedofilia y producción de material pornográfico infantil.
De ese modo, 2004 se transformó en un año clave para el caso Spiniak. El ministro Muñoz delimitó el universo de víctimas a 25 adolescentes de sexo masculino. Sin embargo, en esa lista no se hallaba la llamada “testigo clave”, que entonces emergió implicando al senador de la UDI, Jovino Novoa, en la red de pederastas.
Se trataba de Gemita Bueno, quien respaldada por el cura José Luis “Jolo” Artiagoitía, identificó al difunto parlamentario por marcas de nacimiento y cicatrices en su cuerpo, como uno de los hombres que la había abusado en las fiestas de Spiniak.
Otro testigo clave que tampoco figuraba en la lista de Muñoz era un joven identificado como L.Z., quien, con respaldo del entonces diputado PPD, Guido Girardi, señaló al senador Carlos Bombal (UDI) y otros parlamentarios gremialistas como miembros de la red de pedofilia de Spiniak.
A pesar de las denuncias públicas de Bueno y de su testimonio ante tribunales, en junio de 2004 el ministro Muñoz procesó a Spiniak y a otras once personas por asociación ilícita, delimitando la estructura y el funcionamiento de la red encabezada por el empresario sin considerar la arista de los políticos implicados.
La decisión de Muñoz de imputar asociación ilícita molestó a Hermosilla. La defensa de Spiniak recurrió a la Corte de Apelaciones y luego a la Corte Suprema para revertir la decisión. Según Hermosilla, el grupo de pederastas de Spiniak nunca había actuado en forma jerarquizada y tampoco pretendían alterar el Estado, lo que supuestamente era necesario para configurar el delito de asociación ilícita. No obstante, en ambos tribunales ratificaron la tesis de Muñoz
Finalmente, en agosto de 2004, el caso Spiniak dio el vuelco que marcó su desenlace. En entrevista con La Tercera, Gema Bueno se retractó de su testimonio que vinculaba a Jovino Novoa con la red de Spiniak. “Es todo mentira. Todo, todo mentira", declaró la llamada “testigo clave”. Días después, Muñoz procesó a Bueno por falso testimonio abriendo la arista que sería conocida como el caso Montaje.
El cierre: Muñoz a la Suprema, entra Valderrama
Por la vía judicial, el caso comenzaría a ver su fin en 2005. En marzo de ese año, el ministro Muñoz cerró el sumario contra Spiniak, dictando la acusación contra el empresario y sus 14 proxenetas. Un mes después, en abril, Muñoz descartó la participación de políticos en el caso Spiniak, en vista que “no aparecen presunciones de que se hayan verificado” los antecedentes.
En septiembre, comenzó el periodo probatorio del caso Spiniak, se tomaron nuevas declaraciones en presencia de los abogados y se ratificaron los testimonios.
Por esos días, el ministro en visita Sergio Muñoz fue designado por el entonces presidente Ricardo Lagos como ministro de la Corte Suprema, cargo que fue ratificado en votación secreta del Senado por 36 votos contra 8.
De este modo, el caso Spiniak pasó a su tercer juez a cargo, siendo designado como nuevo ministro en visita en 2006 Manuel Antonio Valderrama. En 2015, Valderrama también llegaría a la Corte Suprema, siendo propuesto por la ex presidenta Michelle Bachelet.
En esos meses, Luis Hermosilla se refirió al caso en una tesis para optar al título de periodista: “Cuando uno ve la realidad del proceso y lo voy a decir en términos casi periodísticos, esto nunca debió haber salido de la página C9 o sea de las páginas policiales, porque no tenía mayor relevancia que eso. No hay asociación ilícita, no hay ninguna violación, no hay personajes en posición de víctimas que no hayan ejercido el comercio sexual, no hay menores de 12 años”.
En abril de 2006 el caso tuvo un leve revés, cuando la Séptima Sala revocó en forma unánime la condena de 4 años de cárcel por tráfico de estupefacientes contra Spiniak. En mayo de ese mismo año, Valderrama condenó a Gemita Bueno y el cura Jolo a tres años y un día de libertad vigilada por falso testimonio.
En agosto de 2006, el caso volvió a tomar curso cuando se dictó la primera sentencia contra Spiniak, dando 5 años de prisión por abuso sexual contra cuatro menores. En 2008, el Consejo de Defensa del Estado recurrió de casación a aquella sentencia, consiguiendo que la Corte de Apelaciones de Santiago elevara la pena a los 7 años y medio. De la misma forma actuó el Servicio Nacional de Menores (Sename) ante la Corte Suprema, que anuló la sentencia de la Corte de Apelaciones, dictando una sentencia de reemplazo por 12 años de presidio.
Sin embargo, Claudio Spiniak fue beneficiado con la rebaja de su pena a 10 años. Desde diciembre de 2013 está en libertad y con paradero desconocido, en lo que fue un final amargo para un caso que remeció la justicia, política y prensa chilena como ningún otro a comienzos de siglo.
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La única ley que impera en
La IMPUNIDAD chilena en su
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