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Viernes, 18 de Julio de 2025
Entrevista

Marco Enríquez-Ominami: “La llegada de Lula va a empujar la política exterior de Chile a una cosa mucho más sustantiva”

Andrés Almeida

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Marco Enríquez-Ominami
Marco Enríquez-Ominami

INTERFERENCIA conversó con MEO, coordinador político del Grupo de Puebla, acerca de lo que viene para la política latinoamericana con el triunfo de Lula da Silva en Brasil. Con la gran mayoría de países gobernados por la izquierda, se abre una oportunidad de mayor gravitación para la región, opina MEO. ¿Cuál es el lugar de Chile?

Entre los ganadores de la reciente elección presidencial brasileña podría considerarse al Grupo de Puebla, una agrupación de líderes progresistas latinoamericanos que buscan la integración de América Latina, cuyo coordinador político es el chileno Marco Enríquez Ominami (MEO), junto con Aloizio Mercadante (Brasil), Ernesto Samper (Colombia) y Esperanza Martínez (Paraguay).

Esto, pues la agrupación cuenta con la participación de varios líderes del Partido de los Trabajadores (PT), por lo que es cercana al presidente electo Lula da Silva. El propio Mercadante (PT) fue ministro de Educación y de Ciencia de la ex presidenta Dilma Rousseff.

Respecto del triunfo, el coordinador del Grupo de Puebla subraya cómo varios de los miembros de la agrupación estaban arriba de la tarima celebrando con Lula, “después que nos demonizaron tanto”, comenta respecto de las críticas que recibieron en tiempos de vacas flacas, con Lula cuestionado legalmente y siendo acusados de defender subrepticiamente a Venezuela.

Pero, no es solo la cercanía ideológica lo que beneficia al Grupo de Puebla y MEO, sino que a partir del 1° de enero, cuando asuma Lula, Brasil seguramente volverá a buscar una mayor incidencia en la política mundial, lo que implicará liderar América Latina. Y es que Brasil no es cualquier país de la región. Con sus 215 millones de habitantes y su capacidad de producción alimentaria, minera y de energía, es por sí solo un actor de peso mundial, solo que con Jair Bolsonaro tendió a aislarse. 

MEO, además, ha seguido de cerca la política brasileña, lo que ha llevado a que haya recibido en su casa a varios personeros lulistas, previamente a la elección, con quienes ha conversado varios de los aspectos tocados en esta entrevista que aborda los papeles de América Latina, Brasil y Chile, en una etapa post-Bolsonaro y con Lula en el poder. 

- ¿Cuál es el sentido más profundo de la elección de Lula para la política latinoamericana?

América Latina es un continente arrasado por la desigualdad, la pobreza, el narcotráfico, la inmigración desregulada. Partamos por ahí. Y Brasil es esencial para la inversión extranjera de toda la región, puesto que muchos inversionistas deciden si invertir o no en uno de nuestros países, sobre todo, observando si Brasil está resfriado o no. 

Por otro lado, el mundo sabe que Brasil es un gran jugador regional, pero la región hoy es casi invisible, no es invitada a ningún foro multilateral para tomársela en serio; por ejemplo observa, vive y padece los daños de la guerra sin voz, lejana

Entonces creo que la región tenía un interlocutor con Alberto Fernández [presidente de Argentina], pero ahora con Lula esa voz se oirá más fuerte. Con Lula Brasil puede volver a jugar un rol muy importante, por toda la dimensión agroalimentaria en la cual el país es una potencia. De todos modos, es un desafío gigantesco, conocido para Lula, pero estamos en un mundo multipolar complicado. China está enredada. Europa está golpeada. 

"Es muy impresionante lo que está pasando para el progresismo. Hay que pensar en la imagen de Alberto Fernández [presidente de Argentina] y Lula juntos. Se trata de las economías más industrializadas del sur de América del Sur y pueden pasar muchas cosas con esos dos presidentes juntos"

Eso es lo más objetivo. Pero también es muy impresionante lo que está pasando para el progresismo. Hay que pensar en la imagen de Alberto y Lula juntos. Se trata de las economías más industrializadas del sur de América del Sur y pueden pasar muchas cosas con esos dos presidentes juntos. Alberto fue a ver a Lula a la cárcel siendo candidato, ambos fundaron el Grupo de Puebla, sin ir más lejos. Entonces esto es muy impactante para el progresismo. 

Además, en el escenario tienes, como pocas veces antes, a muchos actores relevantes del progresismo en posiciones de poder. Tienes a México, con lo que sumas a las tres economías más industrializadas de la región. Está también Colombia, con lo están los cuatro países más grandes de América Latina en manos de valores humanistas, a lo que hay que sumar que Colombia era el principal aliado junto a Israel de Estados Unidos, lo que lo hace muy interesante.

Agrega Chile, Perú, Bolivia y se está armando un escenario promisorio para la integración 2.0. 

Por otro lado, se abre una puerta si se acaba el Grupo de Lima. O sea, no queda nada del Grupo de Lima [que congregó a países latinoamericanos favorables a la intervención estadounidense en Venezuela, gobernados por presidentes de derecha]. 

En suma, creo que hay una súper esperanza para nosotros. Te confieso que, para mí, como coordinador del Grupo de Puebla, fue super impactante la imagen de Alberto con Lula. Hay un punto que se pude hacer ahí. 

- Una cosa es tener gobiernos cercanos ideológicamente hablando, pero otra es que se pongan a trabajar juntos. La región, además, no se caracteriza mucho por su integración, independientemente de quien gobierne. ¿Qué tiene que pasar para que esto pase de una oportunidad a un logro?

Hay cosas que se pueden hacer rápidamente en materia de integración. La CELAC [Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeño] ha tenido dificultades porque Brasil se retiró, pero ahora Brasil vuelve. La UNASUR fue aniquilada -o se intentó aniquilarla- en favor de PROSUR, la situación es ahora al revés. Estaba congelado el Mercosur y había un Grupo de Lima, que era un grupo de países gobernados por un virus que quería invadir otro país, y bueno, hoy se acabó el Grupo de Lima.

Por otro lado, Europa -por ejemplo- lo único que le pide a América Latina es entenderse con alguien. Con Bolsonaro no podían, con el incompetente y corrupto de Sebastián Piñera, tampoco. América Latina y el Caribe hoy es irrelevante, pero hay un atractivo. Está en disputa; los chinos han demostrado un enorme interés y los norteamericanos han demostrado una gran preocupación. 

Te doy solo un ejemplo; el BID. Hoy está en juego lo que pase con la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo. Ahí estaba un colaborador de Donald Trump [Mauricio Claver-Carone], quien dijo que su misión era impedir la llegada a América Latina al Banco. Y Claro, quien llegue manejará una cartera de 12.0000 millones de dólares de inversión... Hay un buen enigma con lo que pasará ahora con Brasil y Argentina juntos. 

"Para el tema migratorio y Venezuela seguramente habrá una mesa de trabajo seria; Alberto, Lula, Amlo [Andrés Manuel López Obrador], [Gustavo] Petro. En especial es importante Colombia, porque es vecina a Venezuela. Eso ya es un tremendo giro".

Hay otro punto, que es todo el tema de Venezuela por los asuntos migratorios. Durante mucho tiempo se sostuvo que no había que hablar con Nicolás Maduro. Bueno, Argentina renovó relaciones con Venezuela, y probablemente Lula lo haga. No lo sabemos, pero seguramente cambiará de estrategia respecto a la de Bolsonaro. Esto es algo concreto para América Latina y para los chilenos.
Ahí seguramente habrá una mesa de trabajo seria; Alberto, Lula, Amlo [Andrés Manuel López Obrador], [Gustavo] Petro. En especial es importante Colombia, porque es vecina a Venezuela. Eso ya es un tremendo giro.

- Brasil es un actor que tiene gravitación por sí mismo. En 2009 el Brasil de Lula co-fundó los BRICS, que entonces agruparon a es país con Rusia, India y China. Hoy la agrupación -que integró a Sudáfrica y tiene varios candidatos, como Argentina- vuelve a tener peso en las alineaciones mundiales que se dan en torno a la guerra en Ucrania. Esto, ya que los BRICS de manera más o menos indirecta han jugado en favor de Rusia y disputan un reordenamiento del poder mundial post-soviético. ¿Qué se puede espera ahora con Lula de nuevo dentro?

Una cosa es lo que yo pueda decirte en términos de mi opinión personal y otra es lo que se debate en el Grupo de Puebla, donde hay discusión. 

Hay quienes sostienen que hay que ser neutros respecto de la pelea entre China y Estados Unidos. Otros sostiene que se debe aprovechar la competencia e irse con quien pague más. Luego, otros dicen que hay que ser activamente neutros, subiendo el nivel participativo de la región en los conflictos con una posición más clara. Esto llega hasta quienes creen que América Latina puede jugar un rol en una mesa de negociación. ¿Cuán creíble es que la región pueda ser creíble como mediador? Algunos creen que es posible, otros sostienen que no es muy viable. 
En suma, hay un debate gigantesco.

- ¿Cuál es su postura?

Acá hablaré a título personal, no como coordinador del Grupo de Puebla. 

Pienso que América Latina es profundamente irrelevante. Al mundo no le importa lo que pensamos o lo que hacemos. Entonces, creo que la única manera de recuperar relevancia es la integración, para así estar con el 'sur esencial'. Si no, no vamos a llegar a ninguna parte, sino al fondo de la guerra. Los costos los estamos pagando nosotros. 

"Creo que la política exterior de Chile no ha estado mal, como sí la política económica, pero es una política exterior para los 90’ o los 2000, no para 2022, con una guerra, con la inflación y la inmigración desatadas. Por supuesto, la política exterior de Boric es infinitamente mejor que la de Piñera, pero, aun así, está muy por debajo de lo que se necesita". 

Acá hay una amenaza, que es el costo de energía, y también hay una oportunidad, que es el problema alimenticio. Respecto de esto último, si nos liberan en materia de deuda y nos dan liquidez… Tenemos países que podrían producir alimentos para 1.000 millones. Pero, buena parte de las limitaciones de esos países es el acceso al dólar. Resuelta esa amarra, algunas economías, como Argentina y Brasil, podrían despegar. Brasil, por ejemplo, es el mayor productor de proteína del mundo del mundo, el tercero de carne. 

Imagínate entonces si fuéramos como región a los foros mundiales con propuestas así. Somos parte de la solución. 

- Chile no se ha visto muy activo en política exterior. Está el viaje a Argentina al asumir Gabriel Boric, las cervezas con Justin Truddeu en Canadá, una alineación clara con Estados Unidos respecto de la guerra en Ucrania y poco más. ¿Qué se puede esperar de la relación entre Planalto y La Moneda ahora con Lula en el poder?

Comparto las premisas de la pregunta. Creo que la política exterior de Chile no ha estado mal, como sí la política económica, pero es una política exterior para los 90’ o los 2000, no para 2022, con una guerra, con la inflación y la inmigración desatadas. Por supuesto, la política exterior de Boric es infinitamente mejor que la de Piñera, pero, aun así, está muy por debajo de lo que se necesita. 

Creo, efectivamente, que la llegada de Lula va a empujar la política exterior de Chile a una cosa mucho más sustantiva. Brasil va a avanzar muy seriamente en UNASUR y CELAC, donde Chile no podrá abstraerse. Piénsalo también así; ¿qué pasa si Lula anuncia la recreación del Mercosur? ¿qué pasa si crecen y se activan los BRICS? Perdón, ¿Qué pasa si Brasil reanuda relaciones con Venezuela? Suma y sigue; Chile no puede quedarse debajo.

Lo que ha pasado es que el Gobierno se perdió en estas materias, como en todas las áreas, pero en este caso fue más de buena fe. Aquí no hubo un error, sino una lentitud, algunas cosas contradictorias y se perdieron oportunidades que hacen que vayamos más de vagón de cola. Pero, sería injusto decir que acá hay incompetencia, a diferencia de lo que pasa en política económica.

Es el momento de hacer cosas más audaces, como Petro que al tercer día de gobierno se acercó a Venezuela. 

También tengo diferencias -y es algo que conversé con Boric- respecto de la relación tan intensa con los intereses de la diplomacia norteamericana. La diplomacia norteamericana es muy importante, sé de su enorme peso, lo entiendo perfecto, no soy ingenuo, pero al mismo tiempo sé que Estados Unidos te respeta mucho más cuando ves que trabajas con intereses y no amistades. Creo que Chile aparece -como tú dices- sumándose pasivamente a los Estados Unidos, y me pregunto si en la Cancillería saben dónde están quienes fueron sus aliados. ¿Dónde está Juan Guaidó? ¿Dónde están Iván Duque, Mauricio Macri, Sebastián Piñera, Lenín Moreno? Todos ellos son un desastre. No, queda ninguno.

Queda Mario Abdo en Paraguay.

Pero ya no está Bolsonaro.

Entonces ese acercamiento a Estados Unidos incluso lo veo como expresión de cierto arribismo, como quisieras caerle bien y ser su mejor amigo, o su mejor alumno. Entonces yo critico esa actitud, porque no buscas en cambio ser el mejor compañero de América Latina, que es lo que se ha planteado tradicionalmente. Como que se revive esa idea de que Chile era una bonita casa en un mal barrio. Es decir, estamos en un punto de completa continuidad en esto. Hablo esto a título personal, no del Grupo de Puebla.

- ¿Quiénes son los actores que hay que observar en la relación que vendrá entre Chile y Brasil? 

"Creo que Chile aparece sumándose pasivamente a los Estados Unidos, y me pregunto si en la Cancillería saben dónde están quienes fueron sus aliados. ¿Dónde está Juan Guaidó? ¿Dónde están Iván Duque, Mauricio Macri, Sebastián Piñera, Lenín Moreno? Todos ellos son un desastre. No, queda ninguno".

Lula, por supuesto. También [Aloizo] Mercadante, Celso Amorim [ex Canciller de Lula], Dilma [Rousseff]. Todos ellos han seguido muy de cerca la política chilena. No te olvides que muchos de los grandes líderes intelectuales del PT fueron exiliados en Chile, por lo que el país no es cualquiera para ellos

De todos modos, hay que considerar que este es un país pequeño, que no está en las prioridades de Brasil. Pero, sí le interesa, con sus contradicciones, porque durante los 30 años hubo algunas cosas bien hechas, entre la que está la política exterior de Chile, por lo que el país es respetado. 

- ¿Qué debería hacer Chile activamente con Brasil?

Lo que va a plantear Brasil es la integración con el Sur. En la Cancillería debieran aprovechar esta oportunidad, y creo que lo van a hacer.

Dicen que Alberto Fernández va a ir a Brasil a los actos públicos que vienen. ¡Que vaya Boric! Ahí tiene una oportunidad, que no deje pasar como ha dejado pasar tantas otras. Ahí hay algo audaz para él y eso ha faltado. 

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