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Viernes, 19 de Abril de 2024
Los años del exilio

Altamirano y los documentos secretos de Honecker sobre Chile

Víctor Herrero A.

En 1998, la revista Qué Pasa publicó una serie de cinco artículos sobre el exilio chileno en la extinta RDA. A continuación, un extracto que da cuenta de la vida que Altamirano llevaba en ese país, antes de iniciar la llamada "renovación socialista".

Admision UDEC

[REPRODUCCIÓN DE ARTÍCULO ORIGINAL DE REVISTA QUÉ PASA, 1998] La desaparecida República Democrática Alemana, dirigida por Erich Honecker, fue durante muchos años el principal refugio de muchos ex dirigentes de la UP. Como recuerdo de esa enorme maquinaria ideológica-burocrática de Honecker, quedaron intactas miles de carpetas que detallas minuciosamente los secretos políticos y muchos otros aspectos del exilio político chileno. En ellas aparecen los nombres de muchos dirigentes que siguen en el primer plano de la política chilena, como José Miguel Insulza, Jaime Gazmuri, Anselmo Sule y Gladys Marín, entre muchos otros. 

En la Stiftung Archiv der Parteien und Massenorganisationen der DDR – Fundación Archivo de los Partidos y las Organizaciones de Masas de la RDA-, en el Archivo Federal de Berlín, se conservan cientos de carpetas con documentos, cartas e informes secretos. En su mayoría la documentación era del comité central del Partido Socialista Unificado de Alemania (SED); de la oficina de Hermann Axen, miembro de la comisión política del SED; del propio despacho de Honecker, y del Departamento de Relaciones Internacionales (AIV) del SED.

Por encargo de Qué Pasa, el periodista Víctor Herrero investigó durante varias semanas en ese centro de documentación, revisando 41 archivadores de unas mil páginas cada uno. La gran mayoría nunca había sido abierto. También tuvo acceso a parte del archivo de la Stasi, policía política de la RDA. El periodista visitó, además, la oficina de Erich Mielke, jefe de la Stasi, la misma donde hace casi 25 años estuvo Carlos Altamirano para discutir aspectos de su seguridad personal en la RDA. Por esa oficina pasó también, en 1982, un documento rotulado como “altamente confidencial”. Era la exposición de un representante del PC chileno que explicaba la política militar del partido y pedía asesoría a la Stasi. Ese informe, también obtenido por Qué Pasa, marcaba el comienzo del FPMR.

El trabajo de investigación también lo llevó a Rosenheim, pequeña localidad en Baviera, a 600 Km de Berlín. Ahí, un ex asesor de Franz Josef Strauss le contó cómo éste último abortó una maniobra de Andrés Zaldívar y Juan Hamilton, quienes habían convencido al entonces jefe de la oposición en la República Federal Alemana, Helmut Kohl, de enviarle una dura “carta abierta” al general Pinochet. Sin embargo, ésta nunca llegó a su destino. 

Especialmente reveladoras resultaron sus conversaciones con un ex funcionario de la RDA que durante ocho años estuvo a cargo de asesorar a los dirigentes chilenos. A lo largo de cuatro días, Karlheinz Möbus habló en su hogar en Friedrichshagen, barrio hundido en lo más profundo de Berlín Oriental, donde aún se respiran aires de la difunta RDA. Möbus, ex encargado del “Grupo de Trabajo Chile”, dependiente del comité central del SED no sólo enriqueció la serie con sus recuerdos. Además, facilitó el acceso a cerca de 20 cuadernos con anotaciones personales de esos años. 

Herrero se basó en todo ese extenso material para escribir la siguiente serie de reportajes para Qué Pasa, la cual será presentada en varios capítulos. 

Las Platas de los Compañeros

Para que los exiliados chilenos pudieran dedicarse exclusivamente a la política, la RDA desembolsó altas sumas en sueldos y mantención de oficinas, especialmente las destinadas a las actividades del PS.

Carlos Altamirano no se podía quejar. Desde que comenzó su exilio en Berlín Oriental, religiosamente recibió un sueldo de 2 mil 500 marzos y otros mil para su esposa Paulina Viollier. “¿Por qué? Por ser la esposa del secretario general del PS, naturalmente”, explica, 25 años después, Karlheinz Möbus (60), funcionario alemán que durante años estuvo a cargo del cuidado de los inmigrantes “políticos” chilenos, es decir, de los jerarcas de los partidos de la UP.

Para tener una idea de lo que esas sumas implicaban: un sueldo promedio en la RDA alcanzaba a unos 800 marcos. Sin embargo, los costos de vida no eran muy altos si se considera que los arriendos oscilaban entre los 70 y los 120 marcos. Otro ejemplo: un boleto en el S-Bahn, el tren urbano, costaba apenas 30 centavos de marco. El mismo Möbus, cuando estaba en la cumbre de su carrera funcionaria y se desempeñó como Embajador de la RDA en Cuba a mediados de los ochenta, recibía un salario de 2 mil 100 marcos. 
Además, al jefe socialista chileno se le otorgó un moderno departamento de 3 a 4 dormitorios. Lo cual implicaba un lujo sin igual, en un país en el que existía una escasez crónica de viviendas. De hecho, la mayoría de los dirigentes chilenos vivía en barrios constituidos por “Platten-bauten”, esto es, enormes edificios en altura que reflejaban la desabrida arquitectura socialista. Sin embargo éstos eran codiciados porque contaban con calefacción central, agua caliente, baño individual y otras comodidades. Los barrios históricos, como el Prenzlauer Berg, en cambio, no ofrecían mayor interés ya que se caían literalmente a pedazos. “Los chilenos fueron muy favorecidos a la hora de obtener departamentos”, asegura Peter Stobinski, que en esos años dirigía el “Centro de Solidaridad con Chile”. 

Al exiliado común una vez que se instalaba en Alemania, se le daban 2.500 marcos de “dinero de partida”, más 500 marcos por cada miembro familiar. Además se le aseguraba un puesto de trabajo o de estudios, departamento, créditos blandos para la compra de muebles, cursos intensivos de alemán, entre otras comodidades. Por esos conceptos, hasta 1977, la RDA había gastado unos US$ 6 millones en el “proceso de adaptación” de los chilenos.

Los gastos fuertes recaían en la mantención de las cuatro grandes oficinas políticas que mantenían los exiliados: la que tenía el Partido Socialista, la de los comunistas, la de la Unidad Popular (que fue dirigida por Clodomiro Almeyda hasta 1980) y la de “Chile Antifascista”, una suerte de consulado para tramitar visas y permisos especiales para la comunidad chilena.

En un informe oficial del Partido Socialista Unificado (SED) de 1977, se aseguraba que la mantención anual de estos despachos ascendía a US$ 1,5 millones. Y eran sus funcionarios los que más viajaban al exterior, agotando muchas veces los fondos reservados para pasajes aéreos.

Al año la RDA pagaba US$ 600.000 en boletos de avión. Carlos Altamirano fue el dirigente que más viajaba hacia el exterior, al punto que rara vez se encontraba más de dos meses seguidos en Berlín. Como muestra: tras llegar de Roma en noviembre de 1977 permaneció solo dos días en Berlín. Lo suficiente como para entrevistarse con Paul Markowski, jefe del Departamento de Relaciones Internacionales (AIV) del SED y pedirle financiamiento de un viaje a La Habana y París para el día siguiente. El costo de su petición: US$ 8.000.

Como buenos y eficientes burócratas, ya en mayo de 1974 los alemanes habían establecido una lista oficial de sueldos para los funcionarios de las oficinas del exilio chileno, dividiéndolos en tres categorías: los funcionarios “top”, con ingresos entre los 2 mil y los 2 mil 500 marcos; los “normales”, cuyas entradas ascendían a 1.500; y los secretarios, que recibían unos 1.000 marcos.

Los funcionarios “top” eran personajes de la talla de Altamirano o Clodomiro Almeyda. Los “normales incluían dirigentes como Rolando Calderón (PS). En la categoría de secretario estaba, por ejemplo, el actual senador Ricardo Núñez (PS).

Una de las pocas excepciones que hicieron los alemanes en cuanto a los sueldos fue con Enrique Correa, entonces dirigente y representante en la RDA del MAPU-Obrero Campesino. Aunque su partido no tenía una oficina oficial, Correa era considerado funcionario top. Más tarde, junto a Rafael Martínez (IC) y Jorge Inzunza (PC) Correa se hizo cargo del secretariado ejecutivo de la Unidad Popular, tras la renuncia de Almeyda en febrero de 1980.

Muy caro le resultaron al SED los congresos de los partidos de la izquierda chilena. Todos, desde el PR al PC celebraron más de una reunión o pleno en la RDA. Por ejemplo, cuando el MAPU-OC decidía sesionar en Berlín Oriental, los alemanes mandaban tiquets aéreos a los distintos rincones del mundo, para trasladar a sus dirigentes con rumbos a Alemania. Además, los instalaban en hoteles y les pagaban los costos de sus estadas. Jaime Gazmuri, entonces secretario general del partido, estuvo de esta manera varias veces en la RDA. 

Pero quienes encabezaban los ránkings de gastos eran los socialistas. Su oficina fue la que tuvo más funcionarios bajo sueldo. En 1977 eran 16 los empleados a tiempo completo. Contaba, también, con vehículo y chofer. Además, a Carlos Altamirano le dieron su propio automóvil, con conductor y dos guardias personales de la Stasi, la temible policía política. 

El despacho del PS también contaba con un pequeño fondo para eventualidades, que ascendía a los US$ 1.500 mensuales, lo que también constituía una concesión especial si se considera que la RDA sufrió durante sus 40 años de existencia una aguda falta de divisas. Mientras los comunistas en Alemania Oriental hacían gala de una relativa austeridad, los socialistas, en cambio, llenaban de peticiones a sus anfitriones, como por ejemplo suscribirse a varios diarios de Berlín Occidental. 

Y cuando en 1978 llegó el actual presidente del PS, Camilo Escalona, para hacerse cargo del secretariado exterior de la Juventud del partido, también logró arrancarle a la oficialista Juventud Libre Alemana (FDJ) un “apoyo mensual” de mil marcos. 

Las cuentas telefónicas, abultadas por largas conversaciones hacia Chile, “nos producían dolores de cabeza”, asegura Stobinski. Sin embargo los alemanes las pagaban sin chistar. “La idea era darles todo, de tal manera que se dedicaran tranquilamente a la política sin tener que sufrir necesidades materiales”, explica Möbus, quien muchos años después se instalaría en Chile para descubrir que no siempre se devuelven los favores (ver próximos artículos de la serie).

Hacia 1979 los gastos de la oficina socialista habían ascendido tanto, que los funcionarios de la SED decidieron apretarles el cinturón, especialmente en lo que se refería a los viajes al extranjero. 

Pero así como los comunistas también obtenían fondos de la URSS, el PS recaudaba fuertes sumas en los países de Europa Occidental. El Instituto Nuevo Chile en Rotterdam, que Altamirano había craneado con Orlando Letelier en 1975, y que estaban a cargo de Jorge Arrate, recibía US$ 200 mil al año del Partido del Trabajo de Holanda. A su vez, el Partido Socialdemócrata de la República Federal Alemana (SPD) desembolsaba hasta US$ 400 mil al año en eventos de los socialistas chilenos. 

Pero los costos que nunca sufrieron recortes por parte de las autoridades de la RDA, eran los que se sufragaban para la realización de “entrenamientos especiales” de sus militantes. Decenas de socialistas pasaron por la Escuela de Cuadros de Kleinmachnov. Algunos seguían cursos políticos de marxismo-leninismo (lo que a los ojos del PC era una excelente labor para que los socialistas se acercaran a su partido), y otros recibían derechamente una instrucción militar (ver próximos reportajes de la serie).

A la abultada cuenta de los chilenos se sumaban también gastos insignificantes, pero que, sumados uno a uno, alcanzaban montos considerables. Así, era costumbre de los funcionarios del SED hacer regalos de cumpleaños a los “funcionarios top”. En un documento de su Departamento de Relaciones Internacionales (AIV), fechado el 9 de Febrero de 1983 se lee: 

“Con motivo del 60 cumpleaños del compañero Clodomiro Almeyda, rogamos sacar de la bodega de regalos un set de lámparas de porcelana por un valor total de 113,60 marcos. Además téngase preparado un ramo de flores por un valor de 30 marcos”.

Las vacaciones del entonces secretario general del PC, Luis Corvalán, se agregaban a la suma de gastos. Invitado durante cinco años seguidos por Erich Honnecker, Corvalán huía del frío invierno ruso con rumbo a la RDA. También hubo costos con los que los alemanes no contaban. Por ejemplo, la contratación de empleadas de limpieza, principalmente para el aseo de las oficinas. Acostumbrados la mayoría de los exiliados a  tener “nanas” en Chile, les resultaba muy difícil hacerse cargo del aseo. “Muchas esposas, especialmente las de los comunistas, se mostraron completamente inútiles en este sentido”, recuerda Möbus. Un unitario clamor por tener empleadas recorrió el ambiente de los exiliados selectos, el que, sin embargo, sólo fue satisfecho en casos aislados por sus perplejos anfitriones de la RDA.

También los alemanes recibieron peticiones insólitas, como una hecha por el Partido Radical en 1975. Según ésta solicitaron que la RDA les imprimiera cinco mil sobres con el membrete oficial del partido. Pero poco después del pedido, el enlace del PR en la RDA se mudó a Alemania Federal y nadie se sintió responsable de recoger el encargo. Los sobres aún están en las antiguas bodegas del “Centro de Solidaridad con Chile”. 

Pliegos de Peticiones

Gran parte de las relaciones entre los partidos de izquierda chilenos y la dirigencia de la RDA giraba en torno a peticiones financieras. A continuación algunos botones de muestra, extraídos de los archivos examinados por Qué Pasa:

Berlín, 27 de enero de 1978, Memo

¡Estrictamente Confidencial!
Acerca del encuentro entre Erich Honecker, primer secretario del SED, y Carlos Altamirano, realizado en la sede del SED el 27 de enero de 1978. Participaron además los compañeros Hermann Axen, miembro del buró político del comité central del SED, el compañero Edgar Fries, jefe de la sección América Latina del Departamento de Relaciones internacionales (AIV) del SED y el compañero Karlheinz Möbus, colaborador del AIV.

El Compañero Carlos Altamirano informó al compañero Erich Honnecker que próximamente el PS realizará un pleno que tendrá la importancia de un congreso extraordinario. Este se efectuará en Yugoslavia entre el 20 y el 25 de Febrero.

Altamirano: Los yugoslavos nos aseguraron que asumirán los costos de estadía de los 45 participantes y que además pagarán diez pasajes aéreos. Otros diez boletos será puestos por los compañeros cubanos, 15 le hemos pedido al SED y el resto de los viajes los financiarán los compañeros soviéticos. Está planeado que tanto la dirección interna como la externa del partido den plena cuenta de sus actividades.

En el último tiempo le hemos traspasado a nuestra dirección interna alrededor de US$ 1 millón. Recientemente hemos recibido US$ 350 mil de la Unión Soviética, US$ 60 mil de Yugoslavia, US$ 30 mil de Bulgaria y US$ 15 mil de Hungría. Ni a Cuba ni a la RDA hemos pedido ayuda financiera directa por todo lo que ya hacen por nosotros. El Partido del Trabajo holandés financia al Instituto Nuevo Chile anualmente con US$ 200 mil. Ahí trabajan dos miembros del Partido Radical y dos de nuestro partido. Los holandeses nos propusieron que también incorporemos a dos democratacristianos. Por cierto, la revista democratacristiana Hoy, y cinco o seis funcionarios de la DC en el exterior son financiados por la democracia cristiana holandesa.

El Partido Socialista de Francia apoya nuestra oficina en París con US$2.000 a US$ 3.000 al mes. México y Yugoslavia financian plenamente las oficinas del Partido Socialista en esos países. Estas oficinas tienen tres a cuatro funcionarios.

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Moscú, 26 de Septiembre de 1984, Carta

Estimado compañero Honecker.
Nos dirigimos a usted en esta oportunidad para solicitarles nos entreguen para el año 1985 una ayuda material no inferior a la que hemos recibido de vuestro partido en los últimos años. La situación nos lleva a solicitarles, estimado compañero Honnecker, un aporte adicional para el año 1985 por un monto de US$ 200 mil, que orientaríamos a los crecientes gastos del frente de propaganda (…)
Firma: Volodia Teitelboim

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Moscú, 2 de Noviembre de 1987, Carta

Estimado compañero Honecker,
El año 1988 será para nosotros muy difícil (…). Nuestras necesidades son muy grandes. Por eso nos permitimos pedirles un apoyo financiero por un monto de US$ 1 millón 400 mil. Esto es de suma importancia, por cuanto la dictadura ha tomado nuevas medidas represivas para impedir cualquier manifestación de pensamiento marxista.
Firma: Volodia Teitelboim



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Comentarios

Comentarios

Es un extracto o es el artículo íntegro publicado por la revista, que pasa?

Bastantes buenos los artículos, sólo que con algunas pequeñas imprecisiones, imagino que provenientes de las fuentes usadas. Carlos Altamirano, el 11 de septiembre acudió a la empresa textil Sumar Nylon, donde partici´pó con dirigentes del PS y el MIR (Miguel Enríquez), salvando un cerco militar, pasaron a Indumet, tuvieron enfrentamientos y luego salió un grupo del PS a combatir en La Legua (en retirada de Indumet), en cuanto los dirigentes salían cada uno a su pasar clandestino, siendo recibido Altamirano por Pedro Astaburuaga.. Los dirigentes muy cercanos eran Edmundo Serani (combatió el 11 junto a Altamirano), Adolfo Lara (fue Presidente del sindicato del Teniente y luego dirigente sindical , de la JS y del CC del PS y Esteban Buccat, dirigente telefónico, del JS y más tarde del Comité Central (CC) del PS;; la dirección exterior jamás criticó (en documentos al menos) a la dirección Interior del PS.Antes de su caída, Altamirano intentó ingresar a otro miembro de la dirección para informarles que estaba infiltardos y que debían salir, gestión que fue desbaratada por acción de la CIA; nunca las fracciones del PS tuvieron mayor formación militar que la dirección oficial del PS en RDA, que preparó alrededor de mil militantes en Cuba, URRSS, Bulgaria y RDA), militantes que más tarde desarmó,El "Avanzar sin Transar" no fue consigna surgida del PS, sino del MAPU, siendo su creador Eugenio Tironi. La consigna , con el tiempo, era voceada en los desfiles masivos de trabajadores, siendo adaptada también por los militantes del PS.

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