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Lunes, 21 de Julio de 2025
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AméricaEconomía y el fin de una época: quiebra en Chile la revista internacional de los negocios latinoamericanos

Andrés Almeida (*)
Felipe Arancibia Muñoz

La sociedad que edita la publicación -que llegó a ser parte de Dow Jones en los 90- se acogió a la ley de liquidaciones, la cual fue aceptada y se espera una junta de acreedores, entre los que se encuentran sus trabajadores, quienes temen no recibir indemnizaciones, ni sueldos ni cotizaciones atrasadas. Llegó a tener sedes en Miami, Managua, Ciudad de México, Sao Paulo, Lima, Guayaquil, La Paz, Buenos Aires y Santiago de Chile.

Entre 1986 y 2022, AméricaEconomía -una publicación de sello de origen chileno- llevó el pulso de los negocios latinoamericanos, hasta que no pudo sostener el suyo propio. Su sociedad principal, Nanbei Chile, de propiedad de Elías Selman -un conocido empresario chileno, quien trajo la medición del rating a la televisión chilena- se acogió a quiebra, la que fue aceptada, con lo que termina lo que fue la nave central de este proyecto editorial.

La marca tal vez continúe, así como la edición online y la publicación de los principales ránkings que la hicieron famosa, pues de momento se sostendrá desde Lima; la segunda operación en importancia de AméricaEconomía, desde que el proyecto buscó expandirse por territorio latinoamericano, fundándose AméricaEconomía Perú en 2008, a propósito de una sociedad que estableció Selman con Juan Ignacio Závala, un empresario dedicado a realizar eventos de negocios en Lima.

También existen negociaciones para que compre o entre a la sociedad sobreviviente Bloomberg Línea, una franquicia estrenada en 2021 por Bloomberg Media, en asociación con Falic Media del empresario estadounidense Leon Falic, reconocido por sus empresas dedicadas a productos duty free.

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Del archivo de Álvaro Araya, ex director de Arte de AméricaEconomía
Del archivo de Álvaro Araya, ex director de Arte de AméricaEconomía

Sin embargo, con el cierre en Santiago acaba toda una época, en tanto AméricaEconomía -llamada en su momento como el The Economist latinoamericano- siempre fue identificada como un proyecto chileno, como parte del liderazgo de Chile en materia de negocios en América Latina en los 90. En cierto modo es como si The Economist dejase de ser británico.

La quiebra llegó después de una larga agonía, y después de varios intentos por dar con un modelo de negocios sustentable, luego de que fallase el de venta de publicidad transregional, de proveedores industriales y bienes presentes en varios países, soplados por el viento de cola del crecimiento económico de las décadas de los 90 y 2000.

Con el cierre en Santiago acaba toda una época, en tanto AméricaEconomía -llamada en su momento como el The Economist latinoamericano- siempre fue identificada como un proyecto chileno, como parte del liderazgo de Chile en materia de negocios en América Latina en los 90. En cierto modo es como si The Economist dejase de ser británico.

En la búsqueda de avisaje local, AméricaEconomía lanzó su estrategia de generar ediciones locales, mediante alianzas estratégicas con socios en países importantes, o bien, franquicias, en aquellos de menor relevancia. De tal modo, se crearon en cuatro años AméricaEconomía Ecuador (2005), AméricaEconomía Chile (2006), AméricaEconomía Brasil (2007) y AméricaEconomía Perú (2008), para que en años descontinuados luego se crearan AméricaEconomía México, AméricaEconomía Bolivia y AméricaEconomía Centroamérica.

La estrategia nunca dio los resultados esperados, salvo en Perú, porque paralelamente llegó la crisis de la industria mundial de periódicos en papel con el desvío del avisaje a Google y Facebook, principalmente. Y porque AméricaEconomía tampoco dio con una estrategia online rentable, habiendo apostado por masificar su público y vender publicidad online. La primera parte se cumplió, logrando un alcance en torno al millón de visitas mensuales, 150.000 registros de correos electrónicos y canales temáticos exitosos, como MBA & Educación Ejecutiva o Cluster Salud, pero la segunda no, pues nunca la publicidad para ese público cubrió los costos de producir la publicación. 

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David Bojanini, CEO de Sura, en el Foro de Multilatinas de 2016
David Bojanini, CEO de Sura, en el Foro de Multilatinas de 2016

Luego de un intento frustrado en 2012 de fusión entre AméricaEconomía y Business News Americas -hasta cierto un competidor, en tanto ofrece información y análisis a las distintas industrias latinoamericanas-, la publicación de Selman buscó su futuro en las conferencias. 

Esto se produjo luego del exitoso foro de 2011 titulado Multilatinas: Estrategias para los próximos 25 años, con el cual AméricaEconomía celebraba sus 25 años de existencia, al cual asistió lo más granado de los hombres de negocios de la región. Llegaron al foro, celebrado en Santiago, entre otros, Lorenzo Mendoza, CEO de Empresas Polar (Venezuela); Germán Efromovich, CEO de Avianca-TACA (Colombia); Orlando Ayala, Corporate VP de Microsoft (Estados Unidos); Felipe Kast y Felipe Larraín, ex ministros de Planificación y Hacienda de Chile, respectivamente; Daniel Gamba, CEO de Blackrock para América Latina (Estados Unidos) y José Rubens de la Rosa, CEO de Marcopolo (Brasil).

La idea era mantener la publicidad del sitio web, concentrarse en la producción de webinars (seminarios digitales) y hacer algunos rankings, lo que le permitió a AméricaEconomía aguantar hasta el invierno de 2022, cuando Selman decidió que no podía sostener más el esfuerzo a la espera de que la publicación fuese rentable.

La estrategia de eventos -de alto riesgo y poco margen de ganancia- parecía estar dando frutos, pues se consolidó desde entonces el foro anual de 'Multilatinas' -un neologismo creado por AméricaEconomía para definir las empresas de origen latinoamericano que se expanden por la región-, y se creó el foro anual del 'Cluster Salud' en 2015, el cual -a propósito del exitoso ranking de Los Mejores Hospitales y Clínicas de América Latina, creado en 2009- convocó a los principales actores del sector en la región. 

Paradojalmente, una enfermedad echó por la borda esa punta de lanza: el Covid-19, declarado como pandemia en 2020, hizo que -ante la imposibilidad de hacer conferencias- Selman optase por achicar las operaciones en extremo para reducir costos, con lo que se produjo un episodio de despido masivo particularmente amargo, pues a los trabajadores despedidos no se les indemnizó con todo lo que corresponde por ley, con el propósito -según dijeron en su momento- de evitar la quiebra.

La idea era mantener la publicidad del sitio web, concentrarse en la producción de webinars (seminarios digitales) y hacer algunos ránkings, lo que le permitió a AméricaEconomía aguantar hasta el invierno de 2022, cuando Selman decidió que no podía sostener más el esfuerzo a la espera de que la publicación fuese rentable.

La quiebra y el temor de los trabajadores

Naibei Chile, propietaria de AméricaEconomía, presentó su solicitud de procedimiento de liquidación voluntaria el 14 de julio del 2022 ante el 1° Juzgado de Letras de Talagante, una pequeña localidad cercana a Santiago. 

Uno de los descargos de la empresa para justificar la solicitud de liquidación fue la reducción de ingresos por venta de espacios publicitarios en la revista. Según la empresa, la tendencia internacional desde 2019 es el traspaso de la torta publicitaria de diarios y revistas a internet. “En otras palabras, el papel se acabó”, afirman en la solicitud.

En esta línea, el punto de quiebre fue la llegada de la pandemia y la urgencia por digitalizar los contenidos de AméricaEconomía, ahora limitados por los problemas de distribución y consumo. De ahí que parte de los acreedores presentados ante el juzgado sean empresas dedicadas a la gestión de contenido web.

En regla, la solicitud de quiebra transparentó que su mayor acreedor corresponde a un crédito por $1.883 millones de pesos de Santa Eliana Inversiones, una sociedad ligada al mismo Elías Selman.

Todos estos eventos han generado inquietud entre los últimos trabajadores de Nanbei, quienes fueron despedidos por la liquidadora, y temen no recibir ningún tipo de indemnización. En particular, acusan retrasos en los pagos de sus sueldos y de sus cotizaciones, y pervive el recuerdo del proceso de despidos masivos de 2020, en el cual se negoció con hostilidad la reducción de las indemnizaciones. 

Mientras, los acreedores restantes corresponden a deudas mucho menores con servicios de publicación. El primero es RebelMouse, un sistema de gestión de contenidos estadounidense, que sostiene una deuda de $25 millones. A este se suman Chartbeat, servicio de análisis de contenidos, con $9,8 millones; Perfit, gestor de correos electrónicos, con $5 millones, y Webpublication, para la gestión del sitio web, con otros $2,2 millones.

La liquidación voluntaria fue aceptada el 17 de julio por el Juzgado. A cargo del proceso fue nombrada María Pérez Rodríguez, quien ofició a los órganos correspondientes para la incautación de los bienes que serán liquidados. En su mayoría notebooks y servicios de software asociados.

Además, se fijaron las fechas para la audiencia de determinación de derecho a voto el próximo 29 de agosto y la junta constitutiva de acreedores para el 30 del mismo mes.

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Del archivo de Álvaro Araya, ex director de Arte de AméricaEconomía
Del archivo de Álvaro Araya, ex director de Arte de AméricaEconomía

Todos estos eventos han generado inquietud entre los últimos trabajadores de Nanbei, quienes fueron despedidos por la liquidadora, y temen no recibir ningún tipo de indemnización. En particular, acusan retrasos en los pagos de sus sueldos y de sus cotizaciones, y pervive el recuerdo del proceso de despidos masivos de 2020, en el cual se negoció con hostilidad la reducción de las indemnizaciones. 

La crudeza de la etapa de los despidos de 2020 fueron narrados por su ex editor general, Lino Solís de Ovando, en su libro Reportero sin cabeza, recién publicado por editorial Cinco Ases.

En particular, durante este periodo, a los trabajadores les inquieta cómo se ha manejado la información respecto de la quiebra. Al principio -dicen fuentes de los trabajadores- se les aseguró que serían contratados desde Perú. Luego se les informó que la quiebra no había sido aceptada, al parecer por otro tribunal al que recurrió Nanbei, por lo que se les indicó que debían seguir trabajando pese a tener sueldos y cotizaciones impagas, pues sino estarían incurriendo en abandono de deberes, con lo que no recibirían indemnizaciones. Hoy, están despedidos por el proceso de liquidación, a la espera de lo que dictamine el tribunal.

Los años dorados

Con todo lo que ha pasado, quedaron atrás los años dorados de la juventud de AméricaEconomía, en la década de los 90, y -en menor medida- la del 2000. 

Luego de ser fundada en 1986 por parte de Elías Selman y el sueco Nils Stramberg, en Estados Unidos, Dow Jones -de Wall Street- entró a la sociedad, con lo que la revista alcanzó probablemente su máximo nivel periodístico, pues competía de tú a tú por los profesionales más competentes en el ámbito de los negocios, y no escatimaba en gastos para cubrir presencialmente las historias de negocios más candentes de la región.

Algo que implicaba operar desde Miami y viajar -en primera clase- a múltiples capitales y centros de negocios latinoamericanos, para entrevistarse con los más importantes ejecutivos latinoamericanos y extranjeros que se desempeñaban en las industrias más pujantes de la región.

La sociedad con Dow Jones no prosperó, y los headquarters de AméricaEconomía emigraron a Santiago de Chile, desde donde -de todos modos- se siguió haciendo periodismo a un nivel desacostumbrado para los estándares latinoamericanos, con provocadoras portadas y completa libertad editorial, la que permitía competir con la prensa nacional de cada país, seriamente encorsetada por los intereses empresariales nacionales.

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Del archivo de Álvaro Araya, ex director de Arte de AméricaEconomía, para el Especial de Excelencia de 2006
Del archivo de Álvaro Araya, ex director de Arte de AméricaEconomía, para el Especial de Excelencia de 2006

También se empezaron a crear importantes ránkings, los cuales caracterizaron la publicación y le dieron prestigio. 

De tal modo, se creó el ránking de las 500 empresas más grandes de América Latina (1989), el que permitió ofrecer una mirada general a las empresas e industrias más importantes de la región, el de los Mejores MBA de la región (1997), con lo que se internacionalizó fuertemente el mercado de educación ejecutiva latinoamericano, y el ya mencionado ranking de Hospitales y Clínicas (2009).

A nivel nacional también se crearon importantes ránkings, como lo son el de las Mejores Universidades de Chile y de Perú, o las 500 empresas más grandes de esos mismos países. 

 

(*) Andrés Almeida es el actual editor general de INTERFERENCIA, y fue director de AméricaEconomía Intelligence -la unidad de estudios de la publicación- entre 2014 y 2018.

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