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Domingo, 20 de Julio de 2025
En el mes de la fotografía

Antonio Quintana: el primer maestro de la fotografía chilena

Nelson Muñoz Mera

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Foto: Memoriachilena.cl
Foto: Memoriachilena.cl

La vida del fotógrafo autodidacta Antonio Quintana (1904 – 1972) estuvo marcada por su militancia en el Partido Comunista. Durante la primera presidencia de Carlos Ibáñez del Campo (1927 – 1931) fue exonerado desde el Liceo de Talca, lo que lo hizo volcarse a su vocación, la fotografía.

La mirada fotográfica del “maestro Quintana” se caracteriza en primer lugar por su fuerte compromiso social, siendo quien inauguró en Chile, la fotografía como documento social, concepto que también expondrá la estadounidense Susan Sontag, la gran teórica de la fotografía. 

Tal vez la obra más importante de Antonio Quintana es la exposición colectiva “El Rostro de Chile”, proyecto fundamental en la fotografía chilena, que Quintana gestó y presentó, con motivo de la conmemoración de los 150 años de la independencia de nuestro país, al secretario general de la Universidad de Chile, Alvaro Bunster, cuyo fundamento fue nada menos que rescatar la esencia, el alma de nuestro país a través de la fotografía.

Las fotografías se transformaron en denuncia –no un simple registro de la realidad– de las duras condiciones laborales de muchos trabajadores de la época, invisibilizados para la sociedad de la época.

El año 1960, Quintana, juntó a  un grupo de fotógrafos dirigidos por Roberto Montandón, coordinador del proyecto, en el que también participaron Domingo Ulloa, Mario Guillard y Fernando Ballet, recorrieron el país de norte a sur con sus cámaras develando miles de rostros de curtidos trabajadores del salitre, del mar y del campo, consiguiendo, además, un monumental reportaje fotográfico, considerado por la crítica como una de las más importantes obras en retratar el alma del país. Aquel trabajo causó un gran impacto por sus contenidos sensibles y humanos, al mostrar las duras condiciones de vida de los trabajadores.

Las 410 imágenes finales de la exposición –que se inauguró en octubre de 1960– recorrieron Chile, exhibiéndose además en otros países. Las fotografías se transformaron en denuncia –no un simple registro de la realidad– de las duras condiciones laborales de muchos trabajadores de la época, invisibilizados para la sociedad de la época.

Las poderosas imágenes profundas y certeras llamaron la atención también por ser las primeras gigantografías, de veinte metros por dos, que llamaban a la reflexión, discusión y formaban una opinión clara e indesmentible sobre la realidad que se vivía.

La historia personal de Antonio Quintana, nos lleva a destacar su faceta autodidacta, quien a partir de 1930, obligado por su expulsión del magisterio, comienza a colaborar en diversas revistas de arte y arquitectura, e imparte, a partir de 1940, clases en el Instituto de Artes Gráficas, transformándose en un formador de fotógrafos tales como Domingo Ulloa, quien formaría parte también de la exposición colectiva.

El año 1948, durante el segundo periodo de Gonzales Videla, Quintana debe abandonar el país, reincorporándose el año 1954 a la Escuela de Periodismo, desarrollando en paralelo otros proyectos fundamentales, como “Las Piedras de Chile”, que combinó con textos de su amigo Pablo Neruda, exposición fotográfica que se presenta en el ámbito artístico nacional e internacional.

Las escalas de grises que rodean sus obras son producto de su maestría de casi medio siglo fotografiando con su cámara con rollos en blanco y negro, frutos de su experiencia y conocimiento teórico y práctico.

El “maestro Quintana”, uno de los fotógrafos chilenos más importantes del siglo XX, falleció el año 1972 a la edad de 68 años, con casi cincuenta años de trabajo desarrollado en el ámbito fotográfico, con la mirada siempre puesta en los temas sociales y humanos, además de la arquitectura, industria, publicidad, retratos y fiestas religiosas, que forman parte de su diversidad de mirada y puntos de vista, admirado por su versatilidad en el ámbito documental, creador de colectivos y un formador intenso y profundo.

Deja un legado de más de tres mil fotografías en soporte de papel fotográfico y negativos de diversos formatos, material que se encuentra clasificado en el Archivo Patrimonial de la Universidad de Chile, donde el año 2009 se crea la Colección Antonio Quintana, proyecto de conservación y digitalización de su legado fotográfico que luego del golpe de estado, estuvo desaparecido desde 1973 hasta el año 2007.

Con el paso de los años, su trabajo continúa siendo observado cuidadosamente, su mirada meticulosa y profunda dio como resultados encuadres y composiciones delicadas y disciplinadas, con un gran ordenamiento de los planos y angulaciones que hacían resaltar las virtudes y la grandiosidad de sus personajes. Las escalas de grises que rodean sus obras son producto de su maestría de casi medio siglo fotografiando con su cámara con rollos en blanco y negro, frutos de su experiencia y conocimiento teórico y práctico. Su acabado trabajo es muy reconocido y valorado en la actualidad.

Aquí algunas fotografías de su trabajo.

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Muchas gracias por compartir la obra fotográfica de este chileno, que me era absolutamente invisible, pero ahora empiezo a conocer.

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