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Domingo, 27 de Julio de 2025
Facturas por $1.200 millones

Caso Factop: un infiltrado en la U. Bolivariana, amenazas y presiones detrás de querella que vincula a Munir Hazbún

Jorge Molina Sanhueza

El abogado José Gatica fue despedido como representante legal el 6 de junio y al día siguiente retiró una querella que apunta al delito de administración desleal que pudo cometer Hazbún cuando era dueño de la casa de estudios. Lo llamativo es que Hazbún también desistió de recurrir en contra de la UB y en el directorio no pocos sospechan que Gatica fue un espía.

Fue el 7 de junio cuando el directorio de la Universidad Bolivariana (UB) se enteró que la querella interpuesta días antes por administración desleal, que apuntaba al ex dueño Munir Habzún y sus operaciones con Factop por $1.200 millones, había sido retirada.

El autor de la acción judicial era nada menos que el abogado José Miguel Gatica, quien había sido despedido el 6 junio, oportunidad en que perdió las facultades -como representante legal- para representar a la casa de estudios.

Básicamente, el directorio sospechaba de su lealtad, porque desde su contratación en enero de 2024, sostenía con ahínco que las operaciones financieras de Hazbún con Factop (de los hermanos Sauer) estaban en regla y no era un ilícito que debía perseguir el Ministerio Público.

La desconfianza en Gatica se confirmó, porque en el desistimiento, este último aparecía firmando precisamente con Hazbún, quien renunciaba a cualquier acción en contra de la UB.

La desconfianza en Gatica se confirmó, porque en el desistimiento, este último aparecía firmando precisamente con Hazbún, quien renunciaba a cualquier acción en contra de la UB. En otras palabras, “se trataba de una transacción, un canje”, dijo una fuente de la UB.

“Que revisados los antecedentes que fundan la querella criminal (...) y corroborando fehacientemente la inexistencia del delito invocado (...) vengo en desistir de la querella presentada ante el tribunal”, escribió Gatica respecto a la querella por $1.197 millones en facturas falsas que había interpuesto su ya en aquel momento ex empleador.

La amenaza

Los alcances de la presentación de Gatica y su vínculo evidente con Munir provocaron un clima de preocupación.

Si bien es cierto el desistimiento tenía poco valor legal, porque la administración desleal es un delito de acción pública, el directorio tomó de inmediato el control de la situación.

A través de un escrito presentado por el estudio de Ciro Colombara rectificaron ante el Octavo Juzgado de Garantía, enfatizando que Gatica carecía de los permisos formales para realizar cualquier presentación.

Y agregaron un detalle: Hazbún había contactado a Gatica directamente para evitar que el caso siguiera su curso. Para la UB, algo estaba claro y así lo describieron ante el tribunal: “En su conversación, el Sr. HAZBÚN REZUC presionó al Sr. GÁTICA MOYA para que retirara la querella, bajo amenaza de sufrir consecuencias personales en caso de no hacerlo”.

La posibilidad de que Gatica actuara como un infiltrado, fue una de las tantas teorías que surgieron; también hubo otra:  las redes de Hazbún seguían activas pese a que dejó la propiedad de la UB en 2022.

Hasta ahora no está claro en qué tribunal quedará incoada la querella de la UB, porque el Octavo Juzgado de Garantía de Santiago se delaró declaró incompetente y derivó la acción legal al cuarto.

De ser así, el fiscal Felipe Sepúlveda suma una nueva arista a la indagatoria que, entre otras cuerdas separadas, incluye el llamado “caso audios”, a raíz de la grabación donde el abogado Luis Hermosilla habla de coimas a funcionarios públicos.

De ser así, el fiscal Felipe Sepúlveda suma una nueva arista a la indagatoria que, entre otras cuerdas separadas, incluye el llamado “caso audios”, a raíz de la grabación donde el abogado Luis Hermosilla habla de coimas a funcionarios públicos. En el registro revelado por Ciper Chile el jurista resumió la reunión donde estaba Daniel Sauer y la abogada Leonarda villalobos que, en secreto, registró la reunión: “Aquí estamos haciendo una huevá que es delito”, dijo.

En el archivo MP3, Hazbún aparece mencionado 27 veces.

Sin embargo, no es el único resultado que arroja la indagatoria de la fiscalía, también están los whatsapp extraídos desde el celular de Hermosilla.

La primera víctima fue el ex director de la PDI, Sergio Muñoz, quien fue formalizado por revelación de secreto, luego que entregara información reservada a Hermosilla.

Lo anterior, sin contar los mensajes que dan cuenta del tráfico de influencias de ministros de la Suprema para el nombramiento de magistrados, notarios e incluso candidatos a fiscal nacional.

¿Premio o miedo?

El origen de la querella interpuesta por la UB y que Hazbún intentó detener usando a Gatica, comenzó en diciembre de 2023.

Ese mes, el directorio se enteró a raíz de un reportaje de Ciper, que Hazbún había realizado negocios con Factop, cuando tenía el control financiero de la casa de estudios.

Fuentes de la entidad reconocieron que si bien faltó mayor control, las facturas emitidas por Factop aparecían en la contabilidad bajo el nombre de “comisiones”. De allí, insistieron, en que su detección fue tardía, pero auditaron los números para descubrir el delito de “administración desleal” con miras a recuperar el dinero y saldar millonarias deudas que mantiene la UBO

Fuentes de la entidad reconocieron que si bien faltó mayor control, las facturas emitidas por Factop aparecían en la contabilidad bajo el nombre de “comisiones”. De allí, insistieron, en que su detección fue tardía, pero auditaron los números para descubrir el delito de “administración desleal” con miras a recuperar el dinero y saldar millonarias deudas que mantiene la UBO, entre otras, las previsionales.

De allí que la actuación de Gatica en esta trama sigue llamando la atención y en el directorio especulan que pudo recibir un beneficio.

“Él nos engañó a nosotros y engañó a la otra parte, (...), porque usted sabe que todos trabajamos, vivimos por el temor o por el premio”, explicó una fuente de la UB.

Como haya sido, Gatica nunca más contestó el teléfono y en la Bolivariana persiste la idea: el abogado fue un infiltrado de Hazbún y nadie lo detectó a tiempo.

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