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Sábado, 26 de Julio de 2025
Balotaje en Argentina

Con los dientes apretados los argentinos acuden hoy a votar

Interferencia

En un tenso clima, los argentinos elegirán hoy al nuevo presidente del país entre los dos candidatos más votados en la primera vuelta, donde el peronista Sergio Massa (Unión por la Patria) obtuvo el 36,7% de los sufragios y el representante de la oposición, Javier Milei (La Libertad Avanza), el 30%.

En aquella oportunidad no votó el 29,7% de los inscritos, los que en esta oportunidad podrían inclinar claramente la elección. Las personas facultadas para sufragar son cerca de 27 millones, de los 35 millones registrados como ciudadanos argentinos

Los analistas y observadores políticos han coincidido en que en esta oportunidad, como nunca en los últimos 40 años, después del retorno de la democracia, la campaña ha sido muy áspera y con un creciente encono entre los partidarios de las dos alternativas.

Las encuestas han estado muy ajustadas y se espera una definición voto a voto en las últimas horas de este domingo 19.

Para ganar el balotaje los candidatos solo necesitan sacar más votos que su rival, no importan los porcentajes ni tampoco la diferencia que tenga uno de otro ya que con apenas un voto puede imponerse en este tipo de elección.

Los partidarios de Massa esperan que la elección se decida en los 24 partidos (municipios) del Conurbano Bonaerense, donde viven cerca de 11 millones de personas, lo que representa el 25% de la población del país y el 64% de la población de la provincia de Buenos Aires. Esta gran cantidad de personas convierten al conurbano en una prioridad desde el punto de vista social, económico y político.

Otro factor importante para el peronismo son los empleados públicos. Casi 4 millones de personas tienen esa condición y son más del 18% del mercado del trabajo argentino.

Los seguidores de Milei, en tanto, apuestan a la población joven. Un tercio de los votantes tiene menos de 29 años y se informa a través de las redes sociales

La derecha, en tanto, agrupada en torno a Mauricio Macri y Patricia Bullrich, quien llegó tercera en la primera vuelta, con casi el 24 % de los votos, y aliada para el balotage con Milei, confía en que la votación se decida en la provincia de Córdoba, uno de sus mayores feudos políticos en conjunto con los radicales, aunque en estos últimos se han distanciado del postulante “libertarios”.

La grieta que se ensancha

Los argentinos hablan de una “grieta” que divide a la sociedad la cual se ha ido ampliando en dos bandos hasta ahora irreconciliables. Ello se aprecia en todas las esferas del país, en especial en los medios de prensa.

Interferencia eligió dos columnas de opinión publicadas ayer sábado en los diario La Nación, claramente abanderado con Javier Milei; y, Página 12, muy cercano a Sergio Massa.  Ambos escritos son un fiel reflejo de lo que es la “Grieta” que inquieta al país trasandino.

Massa, “el Pelle” y una oda con la que se apropian de los bienes públicos y agreden la pluralidad

Por Diego Cabot / LA NACION

El cierre de campaña del oficialismo fue en horario de clase y en un colegio estatal; gran cantidad de los asistentes cursaban y eran menores de edad.

Anestesiados por la violencia de las palabras de campaña y habituados a las mentiras como insumo para generar miedo, la sociedad argentina pasó por alto uno de los actos de mayor inmoralidad electoral de los últimos tiempos: Sergio Massa y su “perokirchnerismo renovador” cerraron la campaña en el Colegio Carlos Pellegrini.

La gravedad de la puesta en escena refracta varias aristas repudiables, tantas que es difícil elegir cuál de todas las barreras que se cruzaron con el último movimiento para ganar votos del ministro y candidato merece ser tratada primero. Sin embargo, vale la pena empezar por la apropiación de los bienes públicos para un acto proselitista. Claro que siempre los oficialismos utilizan las estructuras del Estado para su provecho, pero justamente una institución educativa, ícono de la pluralidad, ya tiene otro color.

Sin embargo, a poco de analizar los pasos de Massa por “el Pelle”, como se lo conoce, cada vez hay más olor a tragedia. Sucede que, si bien en un secundario hay votantes, pues también hay menores de edad. Quizá Massa, un celoso del “por sí o por no”, no recuerde que a la educación media se ingresa entre los 12 y 13 años. Distraído con las corridas para que la inflación no llegue al 150%, es posible que nadie le haya advertido que no se trata de una universidad ni tampoco de un lugar donde se va en forma optativa, sino que es obligatorio ir a clases. En ese momento, en el que armó el cotillón electoral, cursaba en un turno de los tres que conviven en la institución educativa que depende de la Universidad de Buenos Aires.

Ni él ni sus asesores repararon en el detalle de que en esas aulas de las que se apropiaron para un acto electoral podría haber alumnos que no comulguen con sus ideas. O con las formas: usar el patio del colegio para el cierre de una campaña. Y aunque todos, absolutamente todos los alumnos, enorme mayoría de menores de edad, fueran votantes del “perokirchnerismo renovador”, tampoco podrían cometer semejante destrato a la pluralidad.

Sin dudas, es el caso más extremo del uso de bienes y recursos del Estado en beneficio propio. “Es paradójico, porque bajo la bandera de una supuesta defensa de lo público, una facción se apropia del Estado, hoy para hacer campaña, mañana para otra cosa”, escribió Luciano Roman en LA NACION.

Pero hay más. Más allá del sentimiento partidario estudiantil, la comunidad educativa del colegio expresa una enorme confusión. De hecho, en forma escueta, las autoridades de la UBA dicen que invitaron a los dos candidatos, Massa y Javier Milei, y que el libertario no fue. Pero hay que aclarar que desde hace tiempo que este último tenía organizado un acto en Córdoba para poner moño final al recorrido que termina el domingo. “La pluralidad que exige un secundario público hubiera merecido que estén los dos. Si uno no va, no hay actividad. No se puede en una contienda de dos llevar a uno. Además hay que tener en cuenta que no fue una visita de un Presidente o un funcionario que hay una institución de por medio; se trata de un candidato y va a hacer proselitismo. Es muy grave”, dijo Claudia Romero, profesora e investigadora de la Escuela de Gobierno de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT).

El acto se realizó con la impunidad con la que acostumbra el oficialismo cuando usa el herramental del Estado para su propio interés. Llama la atención que ni las autoridades, ni los padres, ni los docentes, y menos aún los sindicatos, hayan advertido que no se debe entregar menores en clase para hacer campaña partidaria.

Algunos pudorosos profesores, con esa indignación silenciada por el desprecio a la disidencia con la que se mueve la política, se sintieron incómodos.

Cuentan en los pasillos del “Pelle” que los alumnos fueron prácticamente obligados a participar del acto, en su caso, invitados a irse. No es fácil disentir en esos momentos; la personalidad de un adolescente no siempre está preparada para imponerse a una masa azuzada por quien puede ser presidente de la nación. Ni siquiera muchos poderosos empresarios suelen pararse con firmeza frente a la figura del poder; mucho menos un menor de edad que piensa distinto.

Es imposible que un candidato, ministro y presidente de hecho, haya llegado al colegio, en horario de clases, sin que las autoridades no hayan estado al corriente. Se descuenta, entonces, que hubo autorización. Nada parece indicar que alguien accionará contra semejante despropósito académico.

Las fotos en el patio del candidato del “perokirchnerismo renovador”, Sergio Massa, siempre afecto a atmósferas controladas, ilustraron decenas de medios de comunicación. Estaba rodeado de alumnos, la mayoría de ellos son menores de edad. Cuando el flash se disparó, una porción importante estaba en clase.

Rabia, odio, fútbol y fascismo

Por José Luis Lanao / Página 12

Cada vez más se echa mano del miedo para movilizar al electorado perezoso. Pero la rabia es otra cosa. La rabia es un agente magnífico, no solo de movilización, sino de acción. 

El votante que siente rabia se convierte en un publicista, en un activista de su causa. La rabia es un estado superior al miedo. En ocasiones, se fundamenta en el miedo, pero va mucho más allá. El miedo hace que el elector se levante, la rabia lo hace avanzar contra aquello que desprecia. Fue la rabia la que movilizó al electorado progresista en las primeras elecciones. La misma rabia y el mismo miedo que produce aquel telegrama apócrifo de Rojas a Perón en 1955, que recoge Bioy Casares en “De jardines ajenos”: “Ni riges, ni ruges: rajas o rejas. Rojas”. Un juego de palabras que te hiela el alma.

Sabemos que vivimos con el pasado a cuesta. Con el que se niega también. Cuando Victoria Villarruel niega el genocidio banaliza la muerte y el horror. Lo sabe. Su odio ideológico busca crear un clima de fanatismo político mediante provocaciones que alcancen eco por su agresividad. Más que inculcar un mensaje, persigue crear un ambiente que nos encierre en cosmovisiones de odio.

La historia del fascismo es también la de su banalización, porque disfruta del extraño privilegio de no ser tomado en serio. Los mayores esbirros fascistas podían tener una comicidad inocente de muñecos de guiñol. Lo vemos en Milei, gesticulando como un tenor de ópera sobre un escenario de sainete, hinchando el pecho, con la barbilla levantada y con los ojos salidos de sus cuencas. Quién iba a tomarse en serio a este comediante tan desvergonzado, tan inverosímil. Demasiado histriónico para ser peligroso. Quien nos lo iba a decir ahora, con millones de almas abrazadas al falso profeta sin saber que el abismo descansa bajo sus pies. 

Arrastramos una ultraderecha rancia, arcaica. Por negar lo niegan todo: el genocidio, el aborto, los derechos de género y de LGTBI, la función del Estado protector, el cambio climático, las pensiones, la sanidad, la educación pública, y también al fútbol. Niegan a los clubes como modelo de función social, como sociedades anónimas sin fines de lucro. “Me gusta el modelo inglés”, confesó Javier Milei. No solo. Está enamorado del último informe de Forbes-Bloomberg de 2022-23, sobre la evolución de los dueños de los 98 principales equipos del fútbol europeos: las grandes fortunas son propietarias de un 55% de la totalidad de las entidades; el capital riesgo un 14%; los fondos soberanos un 7%, las multinacionales un 5%; los inversores minoritarios otro 5%, y los socios con tan solo un 14%. Se estima que ese 14% de participación societaria será absorbido por el capital riesgo antes que finalice la década. No obstante la respuesta del fútbol argentino contra las Sociedades Anónimas Deportivas (S.A.D.) fue unánime.

No te cobijes en el odio. Esto ya no tiene que ver con lo que un día soñaste, sino con lo que puedes evitar, proteger, conservar. Tal vez este domingo el sol te sorprenda y amanezca poderoso, con un brillo desmesurado, que ilumine esta primavera cálida que tanto necesitamos defender.



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Comentarios

Comentarios

Muy bueno el artículo de La Nación, pésimo el Página 12. Aun así, es muy probable que el pueblo argentino, igual que el pueblo chileno, votará por el mal menor representado por Massa. A esto llevan los sistemas electorales tan poco democráticos instalados en nuestros países para impedir que los pueblos decidan sobre su propio destino.

Qué mal artículo. Odioso con Massa por el local que eligió y suavecito con milei. Hasta parece un panegírico del ultraderechista. mal de nuevo Interferencia.

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