En 2020, cuando aún era diputada, la actual ministra de Minería, Marcela Hernando (PR), solicitó a Contraloría una auditoría sobre la gestión del Ministerio de Salud durante la crisis sanitaria de la pandemia de covid-19. Según la entidad, Hernando cuestionó la derivación de pacientes de la Unidad de Gestión Centralizada de Camas (UGCC), dependiente de la Subsecretaría de Redes Asistenciales, pues hubo “preferencia por enviarlos hacia clínicas privadas respecto de los establecimientos públicos”.
Dos años después, Contraloría hizo público el Informe Final con los resultados de la auditoría que abarcó el periodo entre el 1 de enero de 2018 y el 31 de mayo de 2021, con varias aristas de la investigación resueltas, pero sin poder contestar la más importante: la preferencia en la derivación. (Revisa el informe aquí).
Según el mismo informe, esto se debió a que “la UGCC no proporcionó los respaldos de las grabaciones de los llamados efectuados, lo que no permitió verificar las acciones realizadas en la búsqueda de las camas para pacientes críticos en los establecimientos asistenciales, pese a que fueron registradas en el Módulo de Derivaciones”.
Los respaldos debían hacerse de las llamadas realizadas por los profesionales del call center de la Unidad de Gestión Centralizada de Camas, quienes están encargados del proceso de búsqueda de camas. De este modo la auditoría podría haber tenido a la vista “evidencia que respalde las decisiones adoptadas” para la derivación de los pacientes.
“La UGCC no proporcionó los respaldos de las grabaciones de los llamados efectuados, lo que no permitió verificar las acciones realizadas en la búsqueda de las camas para pacientes críticos en los establecimientos asistenciales, pese a que fueron registradas en el Módulo de Derivaciones”.
Al respecto, Contraloría sentenció que “tal omisión conlleva el riesgo de que la gestión de las camas disponibles de la red pública de salud, en complementariedad con el sistema privado, no se realice de manera ordenada, priorizada, oportuna y equitativa”. Y añadió que la falta de respaldos “no se ajusta a los principios de transparencia, control, eficiencia y eficacia (...), en cuanto al deber de velar por la eficiente e idónea administración de los medios”.
No obstante, el ente fiscalizador añadió la información referente a las derivaciones de pacientes realizadas durante el periodo auditado. De un total de 29.823 derivaciones de pacientes, 20.131 casos (67,50%) fueron enviados a 79 instituciones del sector privado.
Clínicas del sector privado con mayor número de derivaciones.

Pacientes derivados a clínicas después de fallecer
Uno de los puntos que abordó el informe de Contraloría fueron los problemas en el registro de los datos del Módulo de Derivaciones, el que es descrito por la auditoría como una “bitácora de las acciones ejecutadas, sin que quede evidencia que respalde las decisiones adoptadas”.
Según el registro, en 4 casos el paciente falleció y, luego, fue derivado a un centro asistencial para ser tratado.
Según detalla Contraloría, se advirtió que en 182 casos existe inconsistencia entre las fechas en que el paciente fue dado de alta por el servicio de salud al cual fue derivado (egreso) y la de fallecimiento. Además se señalaron los días de diferencia entre el egreso y el fallecimiento del paciente, llegando incluso a más de 50 días de inconsistencia en el registro de la UGCC.
Casos en que la fecha de egreso es posterior a la de fallecimiento.

Más grave aún son los 4 casos detectados en que la fecha de fallecimiento fue anterior a la llegada a destino. Vale decir, el paciente falleció y, según el registro, luego fue derivado a un centro asistencial para ser tratado.
Así también, se detectaron otros errores en el registro de derivaciones, tales como los RUTs de los pacientes, campos de carácter obligatorio vacíos y con caracteres alfanuméricos.
Fecha llegada a destino v/s fecha de fallecimiento

Cabe señalar que en un primer momento la Unidad de Gestión Centralizada de Camas Críticas envió datos de derivaciones que, luego, resultaron ser erróneos. En ellos, la cantidad de inconsistencias que detectó Contraloría llegó a ser mucho mayor, pero tuvieron que ser enmendados después de que la UGCC reenviara los datos correctos.
Sobre ello, CGR apuntó que la falta de controles de la UGCC “afecta la calidad y confiabilidad de la información del Módulo de Derivaciones”, añadiendo que “es responsabilidad del servicio proporcionar correctamente la información requerida, de manera de evitar situaciones como la ocurrida, esto es, que en las pruebas de auditorías realizadas se obtengan conclusiones erróneas”.
Datos desactualizados y demora en la toma de decisiones
Entre sus hallazgos, Contraloría advirtió incumplimientos en las cláusulas de contrato por la Plataforma Informática de la Unidad de Gestión Centralizada de Camas, servicio proporcionado por Openagora SpA.
Según pudo constatar el ente fiscalizador, la Plataforma Informática de la UGCC no realiza un monitoreo en línea del uso de camas críticas en los establecimientos de salud del sistema público.
Por ello, el sistema padece de “una demora de varias horas en mostrar la disponibilidad de las mismas, lo cual obliga a los gestores a llamar por teléfono para validar la información”, situación que “puede afectar la toma de decisiones oportunas para la gestión de camas, poniendo en riesgo la efectividad de la UGCC”, señala el informe.
Ello incumple lo dispuesto en la cláusula segunda del contrato suscrito entre Openagora SpA y la Subsecretaría de Redes Asistenciales, aprobado en 2013, y con el que el proveedor se comprometió a desarrollar e implementar una plataforma para la administración de un modelo de gestión centralizado de camas.
Otra cláusula incumplida fue la tercera, evidenciada en que la Plataforma Informática de la UGCC muestra datos desactualizados a los operadores, cuestión que puede llevar a demoras en la toma de decisiones de la unidad.
Según CGR, estos datos corresponden a “los procesos de extracción, consulta de carga, alta, modificación y baja de registros” y la presentación de información asociada a las interfaces del Sistema de Información de Salud y el Sistema de Información de Redes Asistenciales (SIDRA), programa diseñado para automatizar la entrega local de cuidados e intercambiar información clínica.
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