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Viernes, 19 de Abril de 2024
Entrevista

Convencional Luciano Silva (RN): “El Estado sí debería ser plurinacional”

Maximiliano Alarcón G. (Desde Concepción)

luciano silva

Luciano Silva (RN) - Crédito: Maximiliano Alarcón.
Luciano Silva (RN) - Crédito: Maximiliano Alarcón.

Este representante del mundo evangélico es uno de los 15 de Vamos por Chile que propuso un diálogo con los pueblos indígenas. Pese a esto, mantiene sus críticas a Elisa Loncon, a quien acusa de estar “ideologizada” al no haber apoyado que la bandera cristiana fuera parte de la instalación de emblemas que se hizo en el edificio del ex Congreso el pasado 4 de agosto.

Admision UDEC

Milita en Renovación Nacional (RN) hace casi dos años, pero su nombre alude a destacados hombres de izquierda. Luciano Ernesto Silva, convencional del distrito 20, fue nombrado así por su padre para homenajear a Luciano Cruz del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y a Ernesto ‘Che’ Guevara.

“Mi padre como evangélico abandonó este mundo por una mala experiencia que tuvo. Yo no le hice caso, estuve en la teología de la liberación y estuve cerca de la ideología de la izquierda, pero nunca milité”, relata el constituyente, quien en Concepción es conocido por haber tenido un pasado cercano al Partido Progresista.

Hoy, además de ser parte de los convencionales de Vamos por Chile, es un activo evangélico, cercano al grupo liderado por la diputada Francesca Muñoz y su marido Héctor Muñoz, quien actualmente es seremi de Salud en el Bío Bío.

Desde este ámbito, al interior de la Convención uno de los puntos que ha buscado marcar es que la nueva carta fundamental integre a los credos religiosos en el ámbito público. En esta avanzada ha confrontado con la presidenta del organismo, Elisa Loncon, quien no consideró la bandera cristiana cuando al cumplirse el primer mes de funcionamiento de la entidad instalaron una serie de emblemas en la entrada del ex Congreso.

Pero además de esto, Silva pertenece al grupo que se ha autodenominado como ‘dialogante’ entre los convencionales de derecha, junto con otros como Hernán Larraín Matte o Cristián Monckeberg. Con ellos y 13 pares más del sector, presentaron una carta pública el pasado martes 17 de agosto dirigida a los representantes de pueblos indígenas en la Convención.

“Reconocemos que, ya sea como Estado, como sociedad o como personas, se han cometido errores e injusticias, siendo una de ellas la poca comprensión que hemos tenido de las realidades y perspectivas propias de los pueblos originarios. Chile tiene una ‘deuda histórica’ y nos comprometemos a contribuir a su solución”, dijeron los de Vamos por Chile en el texto.

Pero los convencionales indígenas aún esperan hechos concretos.

INTERFERENCIA conversó sobre esto con Silva en Concepción, después de una reunión que sostuvo el sábado pasado con otros constituyentes de la zona y con el gobernador regional del Bío Bío, Rodrigo Díaz. 

- En la Convención hay una derecha que se plantea dialogante y uno de sus hitos es esta carta dedicada a los pueblos indígenas. Entre los convencionales mapuche han dicho que esperan ver gestos concretos ¿Están trabajando en algo en ese sentido?

- Espero no sacar ronchas con lo que te voy a decir, pero dentro de la Convención hay pueblos originarios, ellos representan a su gente, pero por ejemplo los convencionales mapuche no representan a todo el mundo mapuche, eso está claro. 

O sea, la presidenta Elisa Loncon, quien tiene mi respeto, no representa a todos los mapuche. Esto lo pude ver con el tema de la bandera cristiana. Que ella se haya negado a que un convencional le pidiera que nuestro mundo evangélico también estuviera representado por nuestra bandera, es darle la espalda a su propio mundo mapuche, porque en este y todos los pueblos originarios en general hay un 96% que son adscritos al pensamiento cristiano, se definen católicos o evangélicos, estos últimos son un 30% del total. Entonces el hecho de que ella niegue la bandera cristiana es que no está representando al 96% de su mundo, por esto es que hay gente del mundo mapuche, sobre todo en Santiago donde está la mayoría, que no se sienten representados por ella y están buscando conversar con los convencionales fuera de la misma convención. Yo lo he conversado con ella y no ha tenido reparos en reafirmarlo.

Decirme que la bandera cristiana no puede estar ahí porque mi religión es colonizadora, demuestra el nivel de ideologización que tiene Elisa Loncon. El mundo protestante no tiene absolutamente nada que ver con la corona española ni con la espada española, al contrario, somos gente disidente cuyos antepasados fueron tirados a los basurales porque no se les permitía la sepultura. Es agresivo y obtuso de parte de ella mantener esa ideología.

Por tanto, en el tema de los pueblos originarios, yo como convencional evangélico siento que tengo mucha cercanía. En este aspecto dialogante que he mostrado, hemos ido arrastrando gente de Vamos por Chile a conversar hacia el frente y nos parece que lo primero que hay que hacer son estos gestos, una carta es un gesto, decir que reconocemos que pertenecemos a un sector –no somos los culpables–, pero que en alguna medida ha cerrado los oídos y los ojos para mirar que hay una deuda histórica con los pueblos originarios.

- ¿Con los demás convencionales indígenas tiene esa misma sensación que con la presidenta Loncon?

- He conversado con todos los convencionales de pueblos originarios. La primera vez me reprocharon un poco, me decían que el mundo evangélico entra a las comunidades y todos se convierten al evangelio, yo les decía que por algo será, que tenemos algo que ofrecer. Pero agregaba que sí estoy dispuesto a escucharlos cuando dicen que quieren tener acuerdos para que nosotros los obispos respetemos la cultura de sus pueblos originarios.

Hemos llegado a entender que si no nos unimos no vamos a tener espacio ni los evangélicos ni los pueblos originarios en este nuevo mundo que se está construyendo, porque tiende a ese laicismo que saca todo lo religioso de la escena pública, que es lo que menos quieren los pueblos originarios, porque quieren que su espiritualidad esté en los colegios. En un mundo laicista al estilo francés, por ejemplo, tampoco va a caber, por eso este tipo de conversaciones de racionalidad del discurso nos ha permitido dialogar bastante, yo he tenido muy buena cercanía con ellos, no sólo dentro de la Convención, sino que sobre todo fuera.

- En la Convención se ve una fuerte tendencia para que la propuesta de nueva constitución plantee un Estado Plurinacional ¿Cuál es su posición al respecto?

- Es amplio decir plurinacional, pero en esa misma amplitud creo que sí debería serlo. Hay normas y ciertos límites que respetar y conversar, son temas que vienen ahora en el fondo de la discusión del proceso constituyente, pero en términos generales yo creo que sí, es uno de los signos que viene y no me parece que esté mal.

- En otro tema que ha caracterizado la relación del Estado con el Pueblo Mapuche ¿Cuál es su posición respecto de la Ley Antiterrorista? La Convención no legisla pero quizás el marco que cree podría incidir en esto.

- Estos temas no se han debatido de fondo y son súper importantes. Yo espero que no caigamos en los extremos que tratan de captar ciertos grupos ideológicos. Hay un problema en La Araucanía que se arrastra desde hace muchos años, pero también esto ha llevado a situaciones de violencia que tienen connotación de terrorismo también, entonces uno no puede taparse los ojos con lo que está pasando. 

El tema puntual es que cuando no condenas todas las formas de violencia los únicos que ganan son las personas violentas, en eso ha fallado este gobierno, el mundo parlamentario, nuestros políticos y está fallando la Convención, porque muchos de nosotros hemos dicho que trabajaremos por el Estado Plurinacional y restituir todo el daño que se les ha hecho a los pueblos originarios, pero digamos también que la violencia es mala en todos los sentidos ¿Por qué Elisa Loncon no se atreve a decir que hay violencia en La Araucanía y no hace un llamado a deponerla? Ella dice que no es Nelson Mandela, está bien, pero cuando se trata de hacer una declaración para liberar a lo que ella denomina presos políticos, ahí sí se atreve a hacerlo como el primer tema a tratar en la Convención. Yo puedo tener un punto de vista y respeto por otros, pero no puede estar ausente la condena a todo tipo de violencia, algo que no hemos visto.

- El movimiento político evangélico en Chile ha crecido bastante en los últimos años, pero aún se ve disperso. En RN se ve al diputado Eduardo Durán, la diputada Muñoz y su par Leonidas Romero, cada uno representa un microsector de la iglesia evangélica ¿Se ve una proyección de concretar algo más grande en conjunto?

- En términos políticos son como clusters, pero el mundo evangélico en términos generales, porque ninguno de nosotros podría arrogarse la representación del mundo evangélico, tiene un ethos que tiende a luchar por mantener libertades que le permiten predicar el evangelio, que es la manera con que ellos ven que se puede cambiar realmente la sociedad. El mundo evangélico sin hacer grandes marchas ni violencia sube sus adeptos a la clase media por la forma de vida que promueve, por eso tenemos un muy buen trabajo en la cárceles, en los hospitales, en los cementerios y en el sector público.

En un proceso de cambio constitucional quedan en riesgo algunas formas de entender estas libertades.  Varios convencionales han estado planteando un estado laicista donde lo religioso desaparece de la escena pública, eso es peligroso para Chile por el buen trabajo que ha hecho la iglesia evangélica. Hoy veo más unidad por esto mismo.

- ¿Esta unidad es más conservadora?

- La Iglesia Evangélica tiene su manera de entender la vida y se contrapone a los dos polos que hemos tenido siempre en política: el libre mercado y el neoliberalismo por un lado, considera que hay que cambiar las estructuras sociales para cambiar la situación del hombre. Por otro lado, el mundo socialista o comunista a través de la historia creen en algo similar. El cristianismo es diferente, porque dice que si no cambia el corazón del hombre no cambia la sociedad. Entonces como nosotros no hemos tenido una influencia política muy grande, algo que pasa siempre en los países que son jóvenes en el evangelio como el nuestro donde el evangelio recién tiene cien años, empezamos a darnos cuenta de esa forma de entender la realidad y empezamos a salir de las cuestiones partidistas para aunarnos en torno a la libertad que nos permita seguir promoviendo esa idea. Si es desde un partido que de manera voluntaria hagan los miembros de nuestra iglesia, bien, o en otros partidos pero manteniendo esta idea de ser la sal y la luz de la tierra dentro de esos partidos. Todo esto va convergiendo hacia el centro más que a los extremos.

- Sobre esto último, en concreto ¿En la próxima elección presidencial el mundo evangélico se inclinaría por Sebastián Sichel o por José Antonio Kast?

- No pienso que la Iglesia Evangélica tenga definido un candidato presidencial, porque la situación hoy está muy polarizada en el país. La iglesia nunca se ha identificado con la derecha, tampoco con la extrema izquierda, lo que busca siempre es el centro político.

- José Antonio Kast no es centro político...

- Por eso te digo, no veo que el mundo evangélico en su mayoría esté por votar por José Antonio Kast. Hay hermanos evangélicos que ven que él representa ciertos valores que tienen que ver con cuestiones de la sexualidad y la familia, por eso votarían por él, pero otros ven que Sichel, quien tiende a ir hacia el centro político, podría representar los valores de la justicia social. La Iglesia Evangélica siempre ha sido diversa en eso, pero creo que anda en busca de un centro propio, el que tal vez perdió la Democracia Cristiana y podría canalizar el mundo evangélico en el futuro que viene, ya sea el Partido Conservador Cristiano u otra instancia. 



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Soy católico, y tampoco estoy de acuerdo con la iglesia, a través de cientos de años han masacrado millones de personas en pos de la fe, y en Chile, pasó lo mismo. La iglesia católica no merece reconocimientos.

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