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Viernes, 18 de Julio de 2025
Retiro acotado de fondos AFP

Déjà vu: Jackson y Marcel repiten fórmula piñerista para 5° retiro y desaprovechan oportunidad de girar a un modelo desarrollista

Camilo Solís
Lun Lee

Lejos de ser innovador, recuerda a los “30 años”, pone al Gobierno una camisa de fuerza de la que dificílmente saldrá bien librado y desoye ejemplos desarrollistas como el de Joe Biden en Estados Unidos.

Aún no hay certeza de lo que ocurrirá con el 5° Retiro. Debido a la propuesta alternativa y de último minuto del Gobierno -la cual permite a los cotizantes sacar dinero de sus fondos sólo para el pago de ciertas deudas- la discusión se ha entrampado manteniendo a la ciudadanía en vilo respecto de si conseguirá acceder a esos recursos o no. 

Ahora la cantidad de dinero, las condiciones y también el momento en el cual los cotizantes podrán echar mano a sus platas se encuentran supeditados a una variable vinculada enteramente a la maquinaria política: el ir y venir por el Congreso del ministro de Segpres (Secretaría General de la Presidencia), Giorgio Jackson, el cual se encuentra en Valparaíso concretando reuniones a toda máquina para vender el proyecto de un 5° Retiro alternativo a la mayor cantidad de parlamentarios que consiga. 

Tal como adelantó Interferencia, la votación en sala de ambos proyectos quedaron agendadas para el próximo lunes, de manera que el ministro aún cuenta con un día hábil y el fin de semana largo para llevar agua a su molino.

Si Jackson no lo consigue, anotará su primera derrota en el Congreso, y avanzará el 5° Retiro sin limitantes que el ministro de Hacienda, Mario Marcel, quiere evitar a toda costa. Si Jackson consigue los votos, anotará su primera victoria en el Congreso, pero al costo de que la mayoría de los cotizantes no puedan ver un solo peso de sus fondos pasar por sus manos, con la impopularidad que eso conlleva.

Al final, un escenario de derrota, pase lo que pase, pues el triunfo de Jackson en el Congreso, no sólo podría significar peores cifras en los indicadores de aprobación del gobierno en las encuestas, sino que también la reactivación del malestar de una ciudadanía que tiene fresca la memoria de que en la calle se puede poner en jaque a un Gobierno y la idea de que las platas de los fondos previsionales, son de los ciudadanos, idea instigada -por lo demás- por el sector que ahora las niega.

En conversaciones de pasillo en el Congreso, priman las críticas hacia la gestión de Jackson, al que se le sindica un estilo de accionar demasiado similar a su gestión como articulador político cuando era parlamentario. “Tiene una forma de actuar llena de los mismos trucos y operaciones que usaba cuando era diputado, y como ministro de Estado eso no funciona. Aquí es la política grande, y esa forma de operar con maniobras de partido no le servirán”, menciona un parlamentario. 

Al final, un escenario de derrota, pase lo que pase, pues el triunfo de Jackson en el Congreso, no sólo podría significar peores cifras en los indicadores de aprobación del gobierno en las encuestas, sino que también la reactivación del malestar de una ciudadanía que tiene fresca la memoria de que en la calle se puede poner en jaque a un Gobierno y la idea de que las platas de los fondos previsionales, son de los ciudadanos, idea instigada -por lo demás- por el sector que ahora las niega.

Al mismo tiempo, continúa la incertidumbre sobre las votaciones. El jefe de bancada UDI, Jorge Alessandri, decidió salir de la Comisión de Constitución el martes y no votar. Sin embargo, ayer en su cuenta de Twitter señaló “jamás en la historia republicana de Chile la Ley ha puesto condiciones para lo que puedas hacer con TU plata. No es beneficio del Estado, te están diciendo que TU plata la puedes gastar en las determinadas cosas que se le ocurrieron a algunos ministros a espaldas de Mario Marcel”, dando a entender un apoyo al retiro completo de los fondos y no a la fórmula del gobierno.

Pero en el oficialismo tampoco hay una mejor situación. Diputados socialistas aún no llegan a un acuerdo, aunque reconocen que si el gobierno se acerca con buenas propuestas podrían apoyarlo en conjunto. Por su parte, parlamentarios de la Democracia Cristiana se han sentido excluidos y esperan que Jackson termine con el veto que el Gobierno puso sobre el partido, de manera que si no se tienden los puentes con la administración de Gabriel Boric, el apoyo al proyecto oficialista no genera mucho entusiasmo.

Déjà vu de Piñera, pero con aún menos esfuerzo fiscal

Se trata de una incertidumbre inevitablemente similar a la que en abril de 2021 -un año exacto atrás- generó Sebastián Piñera cuando decidió hacer frente al 3° Retiro de fondos de pensiones con un proyecto propio de retiro, al mismo tiempo que enviaba el proyecto de los parlamentarios a ser juzgado por el Tribunal Constitucional. 

En esa ocasión, Piñera había sufrido ya dos derrotas en el Congreso a propósito de los retiros de fondos de pensiones. 

En particular, el primero de ellos, significó una pérdida de legitimidad y poder decisiva para el gobierno piñerista, pues sin poder contener la avalancha que se le venía desde el Congreso y la ciudadanía, decidió aumentar los fondos comprometidos en el mezquino IFE (Ingreso Familiar de Emergencia) a última hora, lo que en todo caso no pudo evitar que en el Congreso -con celebración a lo Naruto de Pamela Jiles incluida- se aprobara el 1° Retiro de fondos de pensiones.

Durante el gobierno de Piñera se hicieron tres retiros de fondos de pensiones, todos los cuales significaron inyecciones de liquidez a la población por un total de $50 mil millones de dólares. Estos se desglosan según informaciones oficiales en US $ 21 mil millones para el primer retiro; US $17 mil millones para el segundo y US $ 12 mil millones retirados en la tercera ocasión.

Todo esto está muy lejos de los escasos US$ 3.000 millones que Mario Marcel estima que serán retirados en esta ocasión para el pago de deudas. También se encuentra muy lejano a los US $9.000 millones que el centro de estudios Ciedess estima que se retirarían si fuera aprobado el proyecto de 5° Retiro original.

Además de estos montos, los cuales provienen de los propios fondos de las cuentas de los cotizantes, hay que considerar la ayuda económica estatal que Piñera asumió como gasto público propiamente tal.

De esta forma, con las distintas versiones de IFE que se pagaron a las familias, el Estado gastó un total de US $22.400 millones a octubre de 2021. Esto implicó un gasto mensual de alrededor de US$2.900 millones mensuales desde que el IFE alcanzó su forma universal en junio de 2021.

Todo esto está muy lejos de los escasos US$ 3.000 millones que Mario Marcel estima que serán retirados en esta ocasión para el pago de deudas. También se encuentra muy lejano a los US $9.000 millones que el centro de estudios Ciedess estima que se retirarían si fuera aprobado el proyecto de 5° Retiro original.

Marcel el mezquino y la oportunidad desaprovechada: el neo desarrollismo de Biden

El Ministerio de Hacienda -la billetera fiscal- tiene la fama de que sus titulares deben cuidar con recelo las arcas estatales. Son las credenciales con las que cuenta Marcel desde hace largos años. 

Institutano y luego ingeniero comercial de la Universidad de Chile, Marcel de alguna manera inició su carrera pública cuando en 1979 se convirtió en uno de los “monjes” de Cieplan (Corporación de Estudios para Latinoamérica), think tank cercano a la Democracia Cristiana fundado en los setentas y que fue fundamental para los estudios e investigaciones que se tradujeron en las políticas públicas de la primera Concertación noventera. 

Marcel fue asesor de Alejandro Foxley -otro Cieplan- en Hacienda durante el gobierno de Patricio Aylwin, y posteriormente fue director de la Dipres (Dirección de Presupuestos) desde el gobierno de Frei Ruiz-Tagle hasta el gobierno de Lagos, donde hizo gala de su austeridad en el gasto público. 

Tal como la mayoría de los integrantes de Cieplan (Alejandro Foxley, René Cortazar, Manuel Marfán, José Pablo Arellano, entre otros), fueron economistas que presentaron una alternativa de tercera vía al neoliberalismo de los Chicago Boys, de manera que adoptaron perspectivas desarrollistas, enfocadas en la superación de la pobreza desde la acción estatal, consideradas ampliamente progresistas para la época. El propio Marcel tiene textos académicos en los que critica el proceso de privatización de las empresas estatales llevado adelante durante la dictadura.

Lo cierto es que este 5° Retiro con límites, y que significaría un traspaso directo de dineros hacia la banca y otras entidades financieras, se parece más a las políticas neoliberales administradas por el duopolio durante sus 30 años de gobierno, y da muestras de escasa innovación en el manejo de las arcas fiscales y estrategias de reactivación económica que se están ensayando a lo ancho de todo el mundo. 

Una vez superada la dictadura de Augusto Pinochet, muchos de estos aguerridos y críticos estudiosos, alcanzaron los cargos en el Gobierno que antes detentaban militares y Chicago Boys. Muchos de ellos -incluído ahora Marcel- se convirtieron en ministros, y olvidaron la crítica para más bien convertirse en administradores del modelo económico que heredaron de los discípulos de Milton Friedman

Con este proyecto de 5° Retiro acotado Marcel da amplias muestras de ello.

"Vamos a presentar la próxima semana una serie de medidas económicas para tener una reactivación inclusiva hacia los sectores que han sido más postergados por la crisis devenida del estallido social, como por la pandemia y, hoy día, la inflación (...). A nosotros nos interesa poder construir un Estado que garantice derechos sociales universales. Y que vaya dejando atrás la lógica neoliberal en la que cada uno se salva como puede", señaló en abril Gabriel Boric en entrevista con el medio argentino Página 12. 

Sin embargo, lo cierto es que este 5° Retiro con límites, y que significaría un traspaso directo de dineros hacia la banca y otras entidades financieras, se parece más a las políticas neoliberales administradas por el duopolio durante sus 30 años de gobierno, y da muestras de escasa innovación en el manejo de las arcas fiscales y estrategias de reactivación económica que se están ensayando a lo ancho de todo el mundo. 

La más relevante de ellas sin lugar a dudas es la que se encuentra llevando a cabo el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien impulsó un ambicioso plan de reactivación económica post-pandemia con un fuerte componente de gasto público, inversión en infraestructura y recambio de la matriz energética del país. 

Los anuncios iniciales de Biden hablaban de un gasto público de US $5,5 billones (millones de millones) de dólares para los próximos diez años, aunque hasta fines del año pasado Biden había conseguido que el Congreso de Estados Unidos aprobara un paquete de inversión en infraestructura solo por US $ 1,2 billones de dólares. Por otro lado, está el protecto Build Back Better, el cual considera gastos por otros US $1,75 billones con foco en desarrollo social y en impulsar energías limpias, el cual se ha visto entrampado en el legislativo norteamericano.

Las cifras de deuda pública de Chile no se comparan con las de Estados Unidos, ni con las de la zona europea, y tampoco con las de la región latinoamericana, pues son sustancialmente menores Así y todo, a fines de 2021, Chile alcanzó cifras record de deuda pública, cuando superó los US $100.000 millones, alcanzando un porcentaje respecto del PIB de 35,9%, cifra nunca antes vista en Chile desde 1991, pero todavía baja en la comparación internacional.

Los esfuerzos de Biden le han valido ser comparado con el New Deal de Franklin .D. Roosevelt y con un neo-desarrollismo con fuerte presencia estatal que se plantea como una alternativa a las lógicas neoliberales una vez que las economías de todo el mundo necesitaron de Estados fuertes para superar la crisis de la pandemia.

El esfuerzo estadounidense ha venido aparejado de otro factor importante: la deuda pública. La administración de Biden ha elegido aumentar sus niveles de endeudamiento para asumir los costos de este gran esfuerzo desde un 99%  de deuda como porcentaje del PIB en 2020 a un 133% a fines de 2021. ¿El precio? Entre otras consecuencias aparejadas al aumento del gasto, la inflación es una de ellas, convirtiéndose en uno de los grandes fantasmas de los Estados con niveles de gasto elevado.

Estados Unidos ha conseguido mantener a raya hasta cierto punto la inflación mediante política monetaria, sin embargo en marzo de este año alcanzó un máximo histórico en 40 años, llegando los indices de precios a un aumento del 8,5%, lo cual ha significado dificultades políticas y económicas para la gestión de Biden. Sin embargo, no se trata de una cifra descontrolada, sumado a que Estados Unidos mantiene cifras macroeconómicas estables, además de un desempleo considerablemente bajo, en torno a un 4% según las últimas cifras. Algo que se apuntala a través del mismo ambicioso proyecto de inversiones, intensivo en empleo, también.

Las cifras de deuda pública de Chile no se comparan con las de Estados Unidos, ni con las de la zona europea, y tampoco con las de la región latinoamericana, pues son sustancialmente menores Así y todo, a fines de 2021, Chile alcanzó cifras record de deuda pública, cuando superó los US $100.000 millones, alcanzando un porcentaje respecto del PIB de 35,9%, cifra nunca antes vista en Chile desde 1991, pero todavía baja en la comparación internacional. 

En el resto del mundo, la deuda pública es también una fuente de recursos ampliamente utilizada, y no por países precisamente estatistas o de izquierdas. La deuda de Japón superó el 200% durante el año pasado, y la deuda pública en la zona europea, a la que constantemente miran los países latinoamericanos debido a sus altos estándares de calidad de vida, tiene como promedio un 97% del PIB. De ellos, Alemania tiene un 69% de deuda pública, Francia un 116% y Finlandia un 68,7%.

En la región, países que han tenido relativa estabilidad y salud macroeconómica tienen niveles de endeudamiento público mucho más altos que Chile: Es el caso de Uruguay que tenía deuda pública por un 68% del PIB a octubre del año pasado, y Colombia con un 67%. Ambos muy superiosres a las cifras chilenas.

Un Gobierno como el de Boric, que se plantea como el primero de un conglomerado que no pertenece a las fuerzas políticas del duopolio de los 30 años, además con un proceso constituyente en ciernes y que en Página 12 se definió -en entrevista al Presidente- como un proyecto que quiere "dejar atrás al estado neoliberal", entregaba la oportunidad perfecta al mandatario de diseñar políticas públicas enfocadas en un desarrollismo con fuerte gasto estatal, incrementando el empleo y controlando los efectos inflacionarios.

Esto da cuenta de que Chile tiene margen para aumentar el endeudamiento, estrategia que numerosos países del mundo han utilizado de manera controlada para hacer frente a las últimas crisis económicas con planes de desarrollo enfocado fuertemente en el área de las obras públicas o vivienda -donde hay un déficit habitacional de 700.000 hogares- y las inversiones en nuevas tecnologías, generando empleo y dinamismo en la economía. Quizás de esa manera Chile podría disminuir el 7,5% de desempleo que ostenta a principios de este año, con lo que la inflación tendría un impacto social menor, la que llegó a un 7% el año pasado, y que tiene proyecciones de llegar eventualmente a un 9% en 2022.

Un Gobierno como el de Boric, que se plantea como el primero de un conglomerado que no pertenece a las fuerzas políticas del duopolio de los 30 años, además con un proceso constituyente en ciernes y que en Página 12 se definió -en entrevista al Presidente- como un proyecto que quiere "dejar atrás al estado neoliberal", entregaba la oportunidad perfecta al mandatario de diseñar políticas públicas enfocadas en un desarrollismo con fuerte gasto estatal, incrementando el empleo y controlando los efectos inflacionarios.

Pero episodios como el improvisado quinto retiro con limitantes, presentado por el gobierno, dan cuenta de un manejo económico en un sentido contrario, profundizando la particularización de los beneficios, y las lógicas neoliberales de las que el Presidente ha dicho que pretende rehuir.



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Vergüenza para Chile y las políticas de su nuevo gobierno. Defraudante para quienes lo votaron pensando en ser retribuidos recibiendo cero support en las dificultades económicas que afrenta la población. Jackson y Boric estan únicamente demostrando su inexperiencia el la materia. El dinero existente en las AFP’s no les pertenece, no pueden tomar acciones y manejarlo a su antojo. El dinero es de los contribuyentes y solo ellos deberían tener la autoridad para decidir qué hacer con el. En Australia los afiliados pueden retirar su dinero si así lo desean especialmente si bordean la edad de jubilar. Así debiera ser en Chile!

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