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Domingo, 10 de Agosto de 2025
[Jueves de medios]

El (poco) sutil arte de instalar realidades

Marcos Ortiz F., director de Ojo del Medio (@ojodelmedio)

Lograr que un concepto, una realidad o una postura se instalen en la agenda pública es una labor titánica si no se tiene acceso a los medios adecuados. El cuestionamiento al sistema de pensiones, la necesidad de una educación pública gratuita o la urgencia de cambiar la Constitución de Pinochet fueron empresas que tardaron más de una década para convertirse en nociones aceptadas por una mayoría de chilenas y chilenos.

La labor de posicionar temas de discusión en las cabezas de millones de personas se facilita enormemente en la medida en que quienes impulsan una manera de ver el mundo sostienen distintos tipos de lazos con los medios de comunicación tradicionales. Y es precisamente esto lo que hemos vivido en los últimos días con tres fenómenos que intentaron –con mayor o menor éxito– permear una serie de capas hasta llegar al codiciado ciudadano de a pie.

El fenómeno, que se viene estudiando a nivel mundial desde hace casi 50 años, no es algo nuevo en Chile. Aún así, en el contexto de una serie de eventos que incomodan al establishment –las primeras sesiones de la Convención Constituyente y la realización de unas primarias presidenciales con predominio de la izquierda, entre otros– la instalación de realidades y conceptos a través de la prensa cobró renovados bríos. Valgan estos tres ejemplos de muestra.

La “tiranía de la mayoría”

Todo comenzó con un tuit de Marcela Cubillos. La actual constituyente y hasta hace poco directora ejecutiva de Libertad y Desarrollo sostuvo que la Convención es regida por una mesa que “conduce a su arbitrio y aplica las reglas que quiere y cuando quiere”. Su alusión a una “tiranía de la mayoría” fue rápidamente recogido por CNN Chile y una serie de medios digitales, quienes consignaron un término que comenzaría a repetirse en los días venideros.

El viernes 16 de julio fue el turno de Lucía Santa Cruz, consejera emérita del think tank. En su habitual columna de los viernes en El Mercurio, la madre del ministro Ossa despotricó contra lo que llamó una “tiranía política y social de una mayoría que se cree y se siente única depositaria de la verdad y la virtud”. El texto fue rápidamente compartido por Cubillos.

Un día más tarde, en su columna sabatina en La Tercera, el presidente del consejo asesor de Libertad y Desarrollo, Luis Larraín, siguió al pie de la letra el libreto y volvió a ocupar el término. La mesa de la Convención “pretende eliminar la deliberación”, escribió. A renglón seguido comenzó a hablar de Nicolás Maduro y la Asamblea Constituyente llevada a cabo en Venezuela.

De manera orquestada, y utilizando por igual medios tradicionales como plataformas digitales, LyD hizo lo que mejor sabe hacer: imponer relatos que beneficien sus intereses.

De manera orquestada, y utilizando por igual medios tradicionales como plataformas digitales, LyD hizo lo que mejor sabe hacer: imponer relatos que beneficien sus intereses. Para esto tienen un generoso equipo de consejeros que a diario responde entrevistas, escribe columnas y opina sobre temas de contingencia a un ritmo de 10 apariciones en los medios por día, según consigna su más reciente memoria anual. Sin ir más lejos, solo el año pasado, el think tank recibió 3.800 apariciones en prensa, tuvo cabida en 80 portadas y firmó 566 columnas.

El “estallido social cubano”

Las protestas llevadas a cabo en Cuba recibieron particular atención en Chile ad portas de las primarias presidenciales del 18 de julio. Con un candidato comunista que se perfilaba como favorito, los hechos ocurridos a 6.400 kilómetros de Santiago se instalaron en los medios nacionales con inusitada fuerza.

El Mercurio, por ejemplo, le dedicó su titular y foto de portada del lunes 12 de julio, para luego consignar a Cuba en su primera plana durante ocho días consecutivos. La cobertura mercurial incluyó editoriales, el chiste del día, textos de opinión sobre los vínculos con el PC chileno, una columna de Andrés Oppenheimer y una nota dominical en el cuerpo de Reportajes titulada “Las esquirlas sobre el PC y Jadue tras el estallido cubano”. De esta forma, el diario de los Edwards siguió el mismo tono empleado por otros periódicos del Grupo de Diarios de América (GDA), del que es parte.

En el caso de La Tercera, el tema fue abordado a diario y llegó a su editorial del viernes 16, cuando criticaron el silencio de Michelle Bachelet (la comisionada se referiría sobre ello ese mismo día). El periódico de Saieh dedicó el sábado 17 dos páginas para analizar la influencia de los medios independientes y las redes sociales, los que tildó de “El nuevo enemigo público del gobierno cubano”, en un foco diametralmente opuesto al empleado dos años antes durante el estallido chileno, cuando se insinuó a través de cuestionados informes de big data que las redes eran manipuladas por agentes externos.

Incluso LUN se subió al tren. El pariente farandulero de El Mercurio incluyó notas a página completa durante cuatro días consecutivos –del lunes 12 al jueves 15– para luego dedicar su entrevista dominical de dos páginas del 18 de julio a la académica cubana Johanna Cilano.

Cuba le dio un respiro a la fatigante cobertura de la prensa nacional sobre Venezuela, instalándose como uno de los grandes temas de la agenda chilena en momentos en que el país enfrentaba una elección interna que podría determinar su futuro.

En suma, Cuba le dio un respiro a la fatigante cobertura de la prensa nacional sobre Venezuela, instalándose como uno de los grandes temas de la agenda chilena en momentos en que el país enfrentaba una elección interna que podría determinar su futuro.

La polarización fomentada por los extremos

A partir del 18 de octubre de 2019, la narrativa de un país altamente polarizado y violento se adueñó del discurso de ciertos sectores. Si Piñera hablaba de un “oasis” y sus críticos le respondían que no era más que un “espejismo”, hubo quienes intentaron plantear la teoría de que el país se encontraba en un constante tsunami de divisiones internas.

El plebiscito de octubre de 2020, sin embargo, dejó al descubierto que Chile era un país de consensos amplios, con cuatro de cada cinco electores alineados tras una misma idea. Lo mismo ocurrió tras los primeros días de funcionamiento de Convención, cuando gran parte de las votaciones se resolvieron con acuerdos que superaron los 2/3.

Aún así, en los últimos días nuestra prensa volvió a pintar sombríos panoramas en sus portadas. La de El Mercurio del 13 de julio, marcó quizás el punto cúlmine, con titulares que mezclaban las ya aludidas protestas cubanas con detenciones en Venezuela, violencia en La Araucanía, alusiones al estallido, divisiones entre los candidatos de la izquierda y acuerdos entre los de derecha. Pocos días después, el 16 de julio, la página editorial de El Mercurio amaneció cargada a la mirada apocalíptica de la actualidad, con chistes sobre Nicaragua, columnas sobre la libertad de pensamiento en la Convención, miradas críticas sobre los procesos refundacionales en el continente, menciones a las protestas en Cuba y la nefasta “tiranía de la mayoría” en la Convención.

Como corresponde, el relato pesimista se condimentó en las páginas económicas con sombrías proyecciones en caso de ganar determinados precandidatos y las críticas de un puñado de gremios ante la escasez de mano de obra disponible.

Como corresponde, el relato pesimista se condimentó en las páginas económicas con sombrías proyecciones en caso de ganar determinados precandidatos y las críticas de un puñado de gremios ante la escasez de mano de obra disponible. Chile debía elegir cuidadosamente a sus candidatos presidenciales si no quería seguir hundiéndose en este pantanoso escenario que escupía a diario nuestra prensa.

Sin embargo, la instalación de realidades –tiranías de la mayoría, regímenes del hambre con fuertes lazos con Chile, polarización y violencia producto de la radicalización de grupos extremos– convive con otras verdades que no necesitan ser implantadas a la fuerza. La democracia chilena vive algunos de sus días de mayor vitalidad con un récord de electores asistiendo a las urnas, el canciller Andrés Allamand recorre el mundo destacando las altas tasas de vacunación y la Convención Constitucional continúa a tranco firme creando comisiones y sentando las bases para escribir el Chile del futuro. El apocalipsis más parece primavera.

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Y ahora van por Boric…

El próximo Debate Presidencial, lo deben realizar las Universidades, con Estudiantes y Profesores de Periodismo, nunca más "Periodistas Contaminados" pertenecientes al Poder Mediático. La Ciudadanía debe exigirlo. Está muy claro que el Poder Mediático crean realidades a en sus principales lineas de información, cómo por ejemplo,: pasa que, "NOS MEAN" y los diarios, las radios junto a la TV dicen: "LLUEVE" ¨

Ahora este poder oculto, empezará a levantar a Proboste , tratando de impedir que Boris gane en primera vuelta, con un margen similar al del APRUEBO, Ojalá logremos una histórica concurrencia en esa votación.

Lo más importante será ir a votar en noviembre, de lo contrario nos veremos a lo mismo "El arte de crear realidades",........Si fuimos capaces de llegar al 80 % del APRUEBO, debemos ser tan responsable para cambiar este modelo de uno de los más nefasto como Ricardo Lagos, el señor del CAE, el señor de la Carreteras concesionadas, su frase Crecimiento con igualdad, mentiroso hoy no puede tomarse un helado por la calle. Boric, el próximo presidente más joven de la historia republicana. Todos a cambiar Chile,

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