Desde el triunfo del Rechazo en el pasado plebiscito, los días jueves se han instalado en la agenda política como la instancia visible para continuar con los diálogos constituyentes de cara a definir bordes, lineamientos y mecanismos para el nuevo proceso de redacción de otra nueva Constitución.
En un escenario de fragmentación política -con el surgimiento de ‘instancias paralelas’ de actores parlamentarios que buscan subirse a la mesa negociadora, fracturando las frágiles estructuras partidarias-, y de diversas condicionantes del proceso -en especial por parte de la oposición, que insiste en vinvular las discusiones legislativas con la constitucional, buscando con ello tomar el control de la agenda legislativa-, las negociaciones han avanzado de forma lenta y accidentada.
Y también de manera deslucida, ya que el Congreso volvió a ser el escenario de episodios bochornosos por parte -esta vez- del diputado Gaspar Rivas (PDG), quien gritoneó en público a una de sus colaboradoras, y de Juan Castro (senador RN), quien invitó a la instancia a Francisco Muñoz, más conocido como 'Pancho Malo', un ex líder de la Garra Blanca de Colo Colo, quien tiene a su haber un homicidio, y quien hoy dirige una facción de extrema derecha. Escenas que nada tienen que 'envidiarle' a la criticada primera Convención.
Pese a todo, se registran algunos consensos alcanzados entre los partidos con representación parlamentaria que participan de la instancia.
De tal modo, pareciera que la estrategia desplegada hace dos semanas por el presidente del Senado, Álvaro Elizalde (PS), está comenzando a dar algunos resultados. Esto, pues las reuniones que operan durante la semana a cargo del llamado 'Grupo de los 8' o 'de los 9', si se incluye al Partido de la Gente (PDG), que deberían nutrir la instancia de los jueves, han permitido ir definiendo algunas características del mecanismo para escribir una nueva Constitución.
Habría acuerdo en hacer un órgano constituyente más pequeño, entre 100 y 130 convencionales, 100% electos y con paridad. Respecto a escaños reservados, corresponderían al 7% de los constituyentes, según el peso de los pueblos indígenas en el padrón electoral.
De hecho, el ‘Grupo de los 9’ se reunió durante la noche del miércoles de forma telemática precisamente para avanzar en los mecanismos para así elaborar una propuesta que el oficialismo, junto con la Democracia Cristiana, presentó este jueves.
En ese sentido, habría acuerdo en hacer un órgano constituyente más pequeño, entre 100 y 130 convencionales, 100% electos y con paridad. Respecto a escaños reservados, corresponderían al 7% de los constituyentes, según el peso de los pueblos indígenas en el padrón electoral.
Aún está en discusión sí las listas electorales serán regionales -como se elige el actual Congreso- o nacionales -una sola lista por pacto a nivel país-, pero hay consenso respecto a que no se permitirán listas de independientes y que la duración del trabajo de la nueva Convención sea sólo de seis meses, y no un año como la anterior.
No obstante, esta propuesta continuará trabajándose durante los próximos días y tendrá que ser contrastada con los posibles cambios que sugiera la oposición. Aunque existen acuerdos transversales respecto a estos puntos, la fragilidad de la mesa es una condición que podría hacer tambalear cualquier posible acuerdo frente a la contingencia.
Esto complica la posibilidad de empezar a hablar de plazos, pese a que desde el Frente Amplio (FA) han empujado tener todo listo durante octubre, pues argumentan sería el ‘tiempo límite’ para hacer calzar las votaciones dentro del tiempo que tiene el Servel para organizar elecciones y que estas nuevamente no se topen con las municipales de 2023.
Más allá de las pretensiones oficialistas, desde Chile Vamos no están por apurar el proceso y ya se desmarcan de un acuerdo que pueda ser sellado en los días que quedan de octubre, por lo que las pretensiones frenteamplistas probablemente terminarán frustradas.
Acuerdo en las bases institucionales
Luego de finalizada la mesa oficial de diálogo constitucional de este jueves, el presidente de la Cámara, Raúl Soto (PPD), calificó los avances como "significativos", con un tono muy diferente de las declaraciones ofrecidas tras la reunión de la semana pasada, cuando Álvaro Elizalde (PS) señaló que sí bien estaban "más cerca de un acuerdo", este continuaba estando "lejos".
De tal forma, los 'bordes’ que se han definido hasta el momento son: Estado unitario, Estado social y democrático de derecho, Chile como una República democrática, la soberanía radica en el pueblo, el reconocimiento a los pueblos originarios, y el respeto a los tratados internacionales que Chile ha ratificado.
Se adicionan la separación de los tres poderes del Estado, garantizar la autonomía del Ministerio Público y de la Contraloría, el reconocimiento de las Fuerzas Armadas y de Orden y Seguridad, y el respeto a la naturaleza y la biodiversidad.
Se ha sumado un nuevo elemento a la discusión; para garantizar que los convencionales respeten los acuerdos de los congresistas, se ha decidido incluir un órgano externo que arbitre su cumplimiento.
Pese a que la enumeración de estos 'bordes' puede parecer un avance significativo para las cinco semanas que van de discusión, lo concreto es que estos acuerdos son sumamente básicos e inespecíficos, por lo que es de esperar que los ripios comienzan a aparecer cada vez que se avance más en cada tema. Algo ineludible, pues al plantear una Convención de sólo seis meses, es el Congreso el que tiene que definir aspectos basales y reglamentarios antes de las elecciones.
En ese sentido, se ha sumado un nuevo elemento a la discusión; para garantizar que los convencionales respeten los acuerdos de los congresistas, se ha decidido incluir un órgano externo que arbitre su cumplimiento.
De esta forma, gana terreno la idea de dotar al Tribunal Constitucional o algún organismo de la Corte Suprema como ente fiscalizador. Aunque también hay quienes han propuesto que sea el mismo Congreso, bajo una votación con quórum de 4/7, el que dirima, aunque esta alternativa es la que menos adhesión genera.
La bochornosa jornada que se tomó la agenda política
La fragmentación política, la crisis de representatividad de la instancia que acusan algunos sectores, los lentos avances y la búsqueda de réditos políticos particulares y mezquinos, han generado que la instancia de negociación constitucional se vaya transformando en un repositorio de polémicas anexas, que acaban por tomar la atención del público en desmedro de lo netamente político.
La tónica de cada jueves en las afueras del ex Congreso, ha sido la presencia del llamado Team Patriota que encabeza Francisco Muñoz, alias ‘Pancho Malo’, quien durante las semanas previas ha sido reconocido por liderar ‘aprietes’ en contra de distintos personeros de Chile Vamos, a quiénes tilda de "traidores" por impulsar una nueva Constitución y no quedarse con la promulgada por Augusto Pinochet, hoy vigente.
Durante este jueves, los 'patriotas' fueron un paso más allá, ya que por una autorización del senador Juan Castro (RN) -cuya continuidad en la bancada del partido está en vilo-, Muñoz pudo ingresar al ex Congreso en Santiago como parte de una organización de la sociedad civil.
No obstante, durante este jueves, los 'patriotas' fueron un paso más allá, ya que por una autorización del senador Juan Castro (RN) -cuya continuidad en la bancada del partido está en vilo-, Muñoz pudo ingresar al ex Congreso en Santiago como parte de una organización de la sociedad civil para exponer sus puntos respecto de este nuevo proceso. Invitación que fue condenada transverslamente producto de su pasado y su actual actitud política.
Una polémica que comenzó con un puñado de monedas lanzadas a Muñoz mientras hacía ingreso a la ex sede parlamentaria y que acabó con un documento firmado por todas las bancadas de los partidos -con excepción del Partido de la Gente y el Partido Republicano- condenando su presencia en la ‘Instancia Paralela’.
Sin embargo, no fue el único episodio bochornoso que albergó el tercer piso de la ex sede parlamentaria donde se desarrolla la llamada ‘Instancia Paralela’ -donde participó la semana pasada el ex candidato presidencial Franco Parisi-, dado el actuar del diputado Gaspar Rivas (PDG), quien fue protagonista de una nueva controversia.
Todo comenzó, señala Rivas, pues durante su alocución uno de los presentes le dijo: “no me venga a hablar mal de mi general Pinochet”. La frase hizo explotar a Rivas quien de forma descontrolada golpeó la mesa, comenzó a proferir gritos a los distintos asistentes y en un confuso momento, gritoneó y le quitó violentamente el brazo a su jefa de gabinete, Marisol Henríquez, quien le solicitaba retirarse del lugar, mientras el resto le gritaba repetidamente “¡fuera!”.
El hecho, nuevamente provocó el pronunciamiento de los presidentes de ambas corporaciones que componen el Congrso, y vía un comunicado condenaron los ‘episodios de violencia’ suscitados este jueves en el ex Congreso.
Ambas escenas fueron trending topic en Twitter y llenaron los espacios de los noticieros.
Comentarios
Siempre interesante crónica
La instancia paralela debiera
Y al ingresar, un advertencia
Es una lástima que el proceso
Está es la cara del "rechazo
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