Como “una puñalada al corazón de Chile Vamos”, calificó el diputado Diego Schalper (RN) la decisión de varios diputados de oposición de rechazar la acusación constitucional en contra del ministro de Educación, Marco Antonio Ávila (RD), la cual fue rechazada ayer en el pleno de la Cámara de Diputados por 78 votos en contra y 69 a favor.
Los dardos del diputado de Renovación Nacional -uno de los impulsores del juicio político contra Ávila- apuntaron principalmente al voto de Jorge Guzmán y Francisco Undurraga, diputados Evópoli que no apoyaron la acusación. Al respecto, Schalper aseguró que nunca imaginó que “el salvavidas del ministro fuera a venir desde Evópoli”.
Sin embargo, en horas de la tarde, en conversación con CNN Chile, el senador Evópoli, Luciano Cruz-Coke, respondió a las declaraciones de Schalper señalando que tendría que haber contado los votos antes de incurrir en la acusación constitucional.
“Cuando no se tienen los votos, se puede terminar en chambonadas políticas como esta”, mencionó Cruz-Coke, recomendándole a Schalper utilizar la calculadora para contar el número de apoyos que tenía la medida, además de señalar que las acusaciones constitucionales debieran ser mecanismos de “última ratio”.
Como si eso fuera poco, el Caso Fundaciones afecta principalmente a Revolución Democrática, mismo partido en el cual milita el ministro Marco Antonio Ávila que ayer consiguió zafar del libelo y levantarse como triunfador frente a una desorganizada oposición.
Esta es solo una escena del crítico escenario que dejó para la oposición el fracasado libelo impulsado por diputados de Renovación Nacional, la UDI, Republicanos y otras fuerzas de oposición, las cuales anotaron una dura derrota justo cuando el gobierno de Gabriel Boric y el oficialismo se encuentra atravesando la crisis más grande que le ha tocado enfrentar desde el 11 de marzo de 2022, debido al Caso Democracia Viva.
Como si eso fuera poco, estos cuestionamientos han tenido como objeto a Revolución Democrática, mismo partido en el cual milita el ministro Marco Antonio Ávila que ayer consiguió zafar del libelo y levantarse como triunfador frente a una desorganizada oposición.
Todo indica que los partidos de oposición sobreestimaron su propia fuerza, interpretando erróneamente que la debilidad del Gobierno debido al Caso Fundaciones está correlacionada con una fortaleza propia. Sin embargo, como varios analistas han señalado, la profundidad de la crisis oficialista radica principalmente en que se trata de un sector político que había prometido no cometer los mismos actos de corrupción e irregularidades que habían cometido las fuerzas políticas de los “treinta años”.
Los argumentos del libelo se centraron en señalar que el ministro Ávila había cometido infracciones a la constitución y las leyes, principalmente debido a lineamientos de educación sexual que según el bloque opositor transgreden el derecho preferente de los padres a educar a sus propios hijos. Esto además de eventuales irregularidades en Junaeb, organismo que en todo caso es una corporación autónoma y con patrimonio propio, de manera que la responsabilidad política de Ávila se vio diluida en la víspera de la acusación.
El libelo llegó al pleno de la Cámara con informe en contra por parte de la comisión revisora, y además tuvo el antecedente de que la diputada María Luisa Cordero (IND-RN) incurrió en descalificaciones en contra del ministro Ávila, lo cual motivó un rechazo generalizado en sectores políticos de todos los colores.
La derrota de la oposición, y en particular de Chile Vamos -sector político que no consiguió alinear a sus parlamentarios haciendo caer la acusación- no sólo dejó al descubierto las debilidades en la coordinación política del sector opositor, sino que incluso le permitió al gobierno de Gabriel Boric y al oficialismo triunfar utilizando como bandera de lucha la crítica contra la homofobia y el relato de la diversidad sexual. Una causa que desde la derrota de la Convención Constitucional había perdido preponderancia y efectividad política, luego del rebote conservador que sobrevino al estallido social.
Cabe mencionar que ya desde la previa, había parlamentarios de oposición que calificaban como un error esta acusación constitucional. Es el caso del senador Iván Moreira (UDI), quien señaló que aún cuando la acusación hubiera tenido éxito significaría sacar al ministro Ávila como una víctima y un mártir.
Antes la oposición había acusado fallidamente a Izkia Siches (12 de julio de 2022), Marcela Ríos (25 de enero de 2023) y Giorgio Jackson (19 de enero de 2023); confirmando que se trata de una herramienta que ha demostrado ser poco efectiva y que sólo en condiciones sumamente especiales consigue tener éxito.
En conversación con Interferencia, diputados de Renovación Nacional explicaron que “creo que Evópoli quiso dar una señal al centro y alejarse de los Republicanos, hay que acordarse que en el Senado están en el mismo comité con los ex DC [senadores Walker y Rincón]”, lo cual además viene acompañado de distintos rumores sobre la afinidad entre Evópoli y partidos más cercanos al centro, como Amarillos o Demócratas.
Clave en el rechazo del libelo fue además la disputa por la presidencia de la Cámara de Diputados, la cual es fuertemente pretendida por la Democracia Cristiana. De esta forma el Gobierno, luego de gestiones del ministro de Segpres, Álvaro Elizalde (PS), consiguió alinear esos votos fundamentales.
Otro diputado de Renovación Nacional mencionó a Interferenciq que ve con dificultad que haya un “negocio” entre Evópoli y el oficialismo por integrar la testera de la Cámara, señalando que “está todo muy raro, pero si eso pasara sería el fin de Evópoli con Chile Vamos”.
Otro parlamentario, pero de la UDI, consultado por un eventual quiebre con Chile Vamos y un acuerdo de Evópoli con sectores más centristas, señaló que “no son tontos, una cosa así les haría perder la presidencia del Senado en 2025”.
“Obvio que hay un quiebre en la Cámara en el sector, pero después de la semana distrital las aguas estarán más calmadas... no creo que sea un tema de vida o muerte”, mencionó el mismo parlamentario en alusión a la semana distrital que se avecina, previo a la votación por la presidencia de la Cámara el 24 de julio.
La acusación contra Ávila es la cuarta en dos años de gobierno de Gabriel Boric, y también es la cuarta en fracasar.
Antes, la oposición había acusado fallidamente a Izkia Siches (12 de julio de 2022), Marcela Ríos (25 de enero de 2023) y Giorgio Jackson (19 de enero de 2023); confirmando que se trata de una herramienta que ha demostrado ser poco efectiva y que sólo en condiciones sumamente especiales consigue tener éxito.
De hecho en los últimos años, sólo tuvo acogida la acusación constitucional contra el entonces ministro del Interior, Andrés Chadwick (UDI), a causa de las múltiples violaciones a los derechos humanos cometidos por agentes del Estado durante el estallido social. Producto de ese libelo en diciembre de 2019, Chadwick fue imposibilitado de ejercer cargos públicos durante cinco años.
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