El martes INTERFERENCIA reveló que la fundación de gobierno Chilenter –la cual depende de la primera dama, Cecilia Morel– entregó 907 notebooks con baterías defectuosas al programa Enlaces del Ministerio de Educación. Estos aparatos alcanzan una duración desconectados de entre 5 a 20 minutos, los que fueron distribuidos en 261 colegios vulnerables de la Región de La Araucanía.
Los antecedentes fueron revelados a este medio por Felipe Acevedo, funcionario de Chilenter desde 2004, quien presentó su renuncia por estos hechos, la cual se hará efectiva a fines de este mes.
Después de la publicación, Chilenter contestó a través de un comunicado de prensa hecho llegar a este periódico, en el que confirma los defectos de las baterías, pero presenta -a la vez- una excusa al respecto.
“Con respecto al tema de las baterías de los equipos, la mayoría son recicladas, lo que significa que no tienen 100% de autonomía pero que los equipos funcionan perfectamente al estar conectados a toma eléctrica. Todos los notebooks entregados por Fundación Chilenter van directamente a laboratorios de computación, por lo que deberían funcionar a cabalidad para actividades académicas estando conectados a la electricidad. Todos los equipos utilizados por trabajadores y colaboradores de Chilenter utilizan equipos reacondicionados que deben estar siempre conectados a fuentes eléctricas”, dice el comunicado, el cual no tiene firma.
En efecto, INTERFERENCIA desde un principio informó que el problema de los equipos era con sus baterías, lo que impide cumplir con una de las funciones principales de los notebooks que es su utilización sin depender de energía eléctrica permanente, tal como ocurre con los computadores enviados a escuelas pobres de la Araucanía.
En su respuesta, Chilenter agregó que no arreglan baterías viejas por un “aporte medioambiental”.
“La labor de Chilenter aporta de manera considerable al medioambiente. 1.000 computadores reacondicionados por la fundación disminuyen la emisión de 883 toneladas a CO2 equivalentes, lo que se traduce o puede ejemplificarse de la siguiente manera: plantar 20.751 árboles, el cambio de 28.433 ampolletas tradicionales por ampolletas led y el consumo de energía que tendrían 118 casas a lo largo de un año. Todo esto gracias a la recuperación de partes y piezas, y no por la compra de componentes nuevos”, señala el comunicado.
Ninguno de esos beneficios se asocian a las baterías que todavía están en los aparatos destinados a los alumnos más vulnerables de la Araucanía.
Consultado por nuestro medio, Felipe Acevedo, quien antes de su renuncia era el encargado de distribución de los equipos, refutó la defensa de Chilenter. Según los antecedentes que él aportó, la fundación acostumbra a desechar baterías de litio en malas condiciones en un proceso llamado “disposición final segura”, el cual tiene como objetivo disminuir el impacto ambiental.
“La disposición final segura de residuos peligrosos es la última etapa en el ciclo de un producto, sustancia o artículo con la finalidad de ser destruido o modificado para que este pueda ser, en algunos casos, utilizado como materia prima para otro producto. Aunque en algunos casos no se pueda destruir o modificar, como es el caso de residuos químicos muy tóxicos, corrosivos, explosivos o reactivos, a estos lo que se puede hacer es contenerlos en confinamiento para que con el paso de los años reduzcan su riesgo. Esto tiene un costo para quien quiera disponer de este tipo de residuos, es en UF, por eso siempre se trata de buscar la que sea más económica”, explicó Acevedo.
El profesional dijo que durante 2019 Chilenter efectivamente ha eliminado baterías por estar defectuosas con tal que sean confinadas por empresas especialistas. Concretamente, según indicó Acevedo, en octubre salieron unos 700 kilos de pilas y baterías, mientras que en mayo salieron cerca de 1.500 de baterías de computador y 2.500 de baterías de ion-litio, hacia las empresas STU y Bravo Energy, respectivamente.
En el portal de Transparencia Activa de Chilenter se desmiente el hecho de que la fundación no adquiere baterías nuevas. En abril de este año, Chilenter compró 100 baterías a la empresa Business Information Processing, por un costo de unos 2,5 millones de pesos.
En definitiva, las baterías de los notebooks enviados a La Araucanía están en su última etapa de vida útil, con riesgo a ser desechados en un basurero común, mientras que los computadores son dependientes del consumo eléctrico permanente.
A continuación, la respuesta íntegra de Chilenter:
En Fundación Chilenter nos hemos dedicado desde hace más de 17 años a reacondicionar computadores que contribuyen al desarrollo educativo e integral de cientos de miles de nuestros niños. En este lapso de tiempo hemos logrado ensamblar más de 102 mil computadores que ahora se encuentran en laboratorios de computación y salas del proyecto Enlaces en establecimientos educacionales a lo largo del país.
Además de apoyar proyectos educativos del Ministerio de Educación, nos hemos enfocado en educación medioambiental, siempre dejando claro y cumpliendo las tres “R” – Reducir, Reciclar y Reutilizar –. Tienen 6 meses de garantia. La tasa de falla de los computadores es de apenas 2%
Los computadores que son distribuidos por la fundación son ensamblados -con piezas y partes donadas por instituciones públicas, empresas privadas y personas naturales -cumplen un determinado estándar. Actualmente los Notebooks reacondicionados por la fundación tienen las siguientes características: 4GB de memoria RAM y desde 160 GB de Disco Duro. Específicamente para este convenio, que incluía el reacondicionamiento de notebooks, se solicitó realizar un Benchmark (prueba de rendimiento) a los equipos. El mismo fue visado por funcionarios del Centro de Innovación del Mineduc que constataron la calidad y funcionalidad de los equipos.
Con respecto al tema de las baterías de los equipos, la mayoría son recicladas, lo que significa que no tienen 100% de autonomía pero que los equipos funcionan perfectamente al estar conectados a toma eléctrica. Todos los notebooks entregados por Fundación Chilenter van directamente a laboratorios de computación, por lo que deberían funcionar a cabalidad para actividades académicas estando conectados a la electricidad. Todos los equipos utilizados por trabajadores y colaboradores de Chilenter utilizan equipos reacondicionados que deben estar siempre conectados a fuentes eléctricas. La reutilización de baterías es un aporte medioambiental que hacemos desde Chilenter, apoyamos la Economía Circular y los objetivos medioambientales destacados desde el gobierno central.
La labor Chilenter aporta de manera considerable al medioambiente. 1.000 computadores reacondicionados por la fundación disminuyen la emisión de 883 toneladas a CO2 equivalentes, lo que se traduce o puede ejemplificarse de la siguiente manera: plantar 20.751 árboles, el cambio de 28.433 ampolletas tradicionales por ampolletas led y el consumo de energía que tendrían 118 casas a lo largo de un año. Todo esto gracias a la recuperación de partes y piezas y no por la compra de componentes nuevos.
En cinco años hemos entregado 18.170 equipos y solo hemos tenido 340 equipos que han hecho efecto su garantía por algún inconveniente en funcionamiento. Esto equivale a una tasa de 1,9% que hace uso de la misma. Lo cual denota la calidad y mejora continua de los procesos que se implementan en la fundación.
Desde la Fundación seguimos comprometidos con nuestra misión, colaborar con la apropiación tecnológica de los sectores más vulnerables en todo el país. Abrimos nuestras puertas e invitamos a todos nuestros colaboradores e interesados a que vengan a nuestra planta y conozcan todos los procesos que realizamos en nuestra fundación.
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