Que la prensa tradicional no lo informe en sus noticieros ni en sus diarios no quiere decir que no esté ocurriendo: desde hace ya dos semanas, las protestas se están reactivando con fuerza, con manifestaciones que cada vez se acercan más al palacio de La Moneda. Junto a la protesta, los gases lacrimógenos también se han vuelto a tomar el centro de Santiago; algo que tanto el Instituto de Salud Pública (ISP) – entidad dependiente del Ministerio de Salud – como Carabineros saben que podría traer impactos negativos a largo plazo a la salud de manifestantes, vecinos del sector, transeúntes y, también, efectivos policiales.
Por orden del Departamento de Armamento y Municiones de Carabineros de Chile, el ISP realizó un informe técnico sobre la “granada de humo blanco”, publicado el 29 de enero de este año. En éste, la entidad de salud indica que “existe escasa información bibliográfica que relacione la utilización de granadas de humo blanco y su efecto en las personas”, cuestión por la cual decidieron enfocar el informe en la literatura existente para cada componente incluido en una granada de humo modelo SS-601/BR. (Revise acá el informe del ISP, obtenido vía Ley de Transparencia).
Informe del Instituto de Salud Pública, obtenido vía Ley de Transparencia
Para todos los elementos se emplearon dos tipos de efectos para exposición, la de corta duración y una prolongada o repetida. El informe detalla una serie de complicaciones de distinta gravedad para la salud de quien inhale los componentes de la granada lacrimógena, indicando en sus conclusiones que “gran cantidad de los componentes individuales presentan efectos de exposición prolongada o repetida, constatando efectos nocivos a largo plazo como problemas sanguíneos, daños en el sistema nervioso central y periférico y trastornos del tracto digestivo, dermatitis y bronquitis crónica”. Sin embargo, “no fue posible estimar las concentraciones de cada componente en las cuales generarían riesgos para la salud de las personas afectadas”.
Se detallan los “riesgos asociados” de siete componentes de la granada de humo SS-601/BR, de los cuales ninguno corresponde al gas CS, elemento irritante común en granadas y municiones lacrimógenas empleadas por Carabineros. Este gas, que es descrito en el informe como uno de los agentes antidisturbios más investigados, al parecer no estaría presente en el modelo de granada de humo que Carabineros solicitó estudiar. Cabe destacar que el gas CS, según una investigación científica francesa publicada por INTERFERENCIA, es responsable de generar cianuro en el organismo humano. (Revise acá el artículo de este medio, Investigación científica francesa concluye que componente presente en lacrimógenas de Carabineros produce cianuro en el organismo).
Para el Clorato de Potasio, el Instituto de Salud Pública indica que, a corta exposición, “la sustancia irrita el tracto respiratorio […] puede afectar la sangre y a los riñones”. Además, indica que “puede dar lugar a hemolisis y formación de metahemoglobina”, lo que se traduce en asfixia. Para los efectos de exposición prolongada o repetida, el informe informa que existe afectación a la sangre y, también, formación de metahemoglobina.
Otro componente de la granada de humo estudiada es la Nitrocelulosa. El ISP asegura que no hay información disponible sobre los efectos a la salud de este compuesto. Misma situación ocurre con el Estifnato de Plomo, para el cual tampoco tienen información disponible, aunque en las conclusiones del informe indican que “presenta efectos acumulativos y riesgos durante el embarazo de efectos adversos para el feto y posible riesgo de perjudicar la fertilidad”.
Para el Sulfuro de Antimonio, el ISP señala que “causa irritación en los ojos, pudiendo causar conjuntivitis”, además de posible “irritación del tracto digestivo” en exposiciones de corta duración. La exposición prolongada, en tanto, “puede causar daños en el sistema nervioso central y periférico y trastornos del tracto digestivo”.
El Nitrato de Bario, en exposiciones cortas “podría causar hipocalemia” – una concentración insuficiente de potasio que puede provocar desmayos y calambres –, así como también “alteraciones cardíacas y alteraciones musculares”. El ISP advierte que “la exposición podría causar la muerte”. No se encontró información para efectos de exposición prolongada o repetida.
También se incluye como componente el Nitrato de Potasio, el cual a corta duración afecta a la sangre, causando también hemoglobina, advirtiendo que los efectos “pueden aparecer de forma no inmediata”. Recomiendan vigilancia médica luego de entrar en contacto con el compuesto, indicando que no existe información para efectos de exposición prolongada.
Por último, el informe del Instituto de Seguridad Pública detalla los riesgos que conlleva el Azufre, también presente en la granada de humo. “La sustancia irrita los ojos, la piel y el tracto respiratorio”, también pudiendo “causar inflamación de la nariz y el tracto respiratorio” en exposiciones cortas. Para las prolongadas, “puede producir dermatitis” y afectar el tracto respiratorio, pudiendo dar lugar “a bronquitis crónica”.
Por su parte, Carabineros, a través de su departamento de comunicaciones, indicó que "los disuasivos químicos utilizados por la Institución en el control del orden público son de uso mundial y están bajos normas internacionales y reconocidos por organismos tales como Human Rights Watch, Amnistía Internacional, ONU y Cruz Roja Internacional".
Respecto al peligro que representan las lacrimógenas para los propios funcionarios policiales, Carabineros aseguró que "no existen antecedentes que señalen que algunos de nuestros funcionarios activos y en retiro, habiendo trabajado permanente y directamente con elementos disuasivos, hayan presentado problemas de salud producto de los mismos".
Los riesgos descritos por el ISP se suman a una serie de otras denuncias que evidencian que la discusión acerca del uso de gases lacrimógenos no debiera ser sólo una de seguridad, sino también de salud pública.
Otras investigaciones
El pasado 20 de noviembre, CIPER Chile publicó un artículo titulado Manual interno de Carabineros reconoce alto riesgo para la salud por uso intensivo de gas irritante. En éste, el medio de investigación revela un documento oficial de la policía nacional donde se indica que el gas CS – el mismo que la investigación científica publicada por este medio indica que genera cianuro – genera “‘peligrosidad inmediata para la vida y la salud’ cuando su concentración alcanza a 2mg/m3”, mas no detalla cuántas descargas se necesitan para llegar a tal nivel. (Revise acá el artículo de CIPER).
INTERFERENCIA contactó al doctor en biología francés y autor del estudio científico Uso de gas lacrimógeno CS: sus efectos tóxicos a mediano y largo plazo, Alexander Samuel, para saber sobre los niveles de concentración de gas CS que se alcanzan luego de utilizar una granada. “En mi estudio no medimos [la concentración del gas] pero citamos estudios que demuestran que se puede llegar a 5000 mg/m3 estando directamente al lado de una granada”. El doctor Samuel, el 1 de junio, sostuvo una videoconferencia desde Francia con Carabineros, a quienes interiorizó en los impactos nocivos para la salud del gas irritante.
Por otro lado, esta redacción también publicó otro estudio científico realizada también por Alexander Samuel, en conjunto con las y los doctores en psicología, Yara Mahfud, Elif Çelebi y Jais Adam-Troian. “Utilizando datos a partir de un estudio transversal sobre la salud de manifestantes del movimiento Chalecos Amarillos en Francia, examinamos la relación entre la exposición al gas lacrimógeno y el ciclo menstrual en mujeres manifestantes”, relata el abstract de la investigación The link between CS gas exposure and menstrual cycle issues among female Yellow Vest protesters in France.
“Análisis sugieren un vínculo positivo entre exposición [al gas] y perturbaciones del ciclo menstrual”, indica el estudio. (Revisa acá el artículo de este medio, Estudio científico revela que ciclos menstruales se ven afectados luego de exposiciones intensas a lacrimógenas).
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