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Sábado, 2 de Agosto de 2025
[Revisión del VAR]

La primera rueda del fútbol chileno 2025: lo bueno, lo malo y lo feo

Roberto Rabi González (*)

La primera rueda del torneo chileno dejó más preguntas que certezas. El juego mejora por momentos, pero el sistema no lo acompaña. Hay equipos que ilusionan, pero un modelo que no los sostiene. El fútbol nacional es como un buen volante creativo rodeado de compañeros que no entienden la jugada.

Está llegando a su fin la primera parte del Campeonato Nacional y el receso nos deja espacio para reflexionar. Más allá de la tabla, en que Coquimbo es el “Campeón de Invierno”, sea cual sea el resultado del único partido pendiente; los goles o los refuerzos, el fútbol chileno sigue navegando entre la irregularidad, falta de talento emergente, la desorganización dirigencial y la desidia institucional. Demos un breve repaso para entender dónde estamos parados.

Para comenzar, destaquemos lo positivo; la primera rueda dejó señales alentadoras en la cancha. Algunos equipos, como Audax, Coquimbo, Palestino y la Universidad de Chile, mostraron buen juego; sin duda los itálicos y los piratas fueron las sorpresas más gratas.

El equipo de Gustavo Álvarez logró algo que parecía extinto en el CDA: equilibrio; sin grandes figuras, pero con funcionamiento decente en buena parte del campeonato, matizado por algunas caídas del todo inexplicables. Lo de Palestino es especial, en la medida que ya no es sorpresa, desde el año 2022 no ha bajado del 4° lugar en las tablas de posiciones definitivas. En un torneo cada vez más predecible, (si consideramos los últimos diez años, nueve campeonatos los han ganado equipos grandes, solo uno -Huachipato- ha roto tal tendencia) Coquimbo, Audax o Palestino, todos equipos ordenados y de buen pie, podrían dar una agradable sorpresa el presente año.

Colo-Colo, por su parte, terminó la primera rueda (con el Superclásico aún por jugar), perdiendo un partido pendiente contra la UC, envuelto en dudas, sin gol, sin funcionamiento y con su principal figura —Arturo Vidal— más presente por sus dichos que en el césped. Almirón es fuertemente cuestionado y se avizora un segundo semestre con muy pocas posibilidades de algún éxito. Aún resta por definir su destino en la Supercopa, otro clásico en que debe enfrentar a su eterno rival; que no tiene fecha, ni estadio ni futboleros preguntando masivamente que pasará con dicho encuentro.

Universidad Católica enfrenta un trance interesante, después de un semestre sin ideas, sin estilo, sin resultados, ha llegado Daniel Garnero a dirigir a los de la franja, y tras derrotar al Cacique, amenazan con repuntar. ¿Les alcanzará una sola rueda si están siete puntos debajo de los líderes?

En el fondo de la tabla, Unión Española e Iquique se hunden. En algún momento en este espacio celebramos el buen momento de los equipos de colonia, pero Unión, pese a su reciente cambio de técnico, se ha encargado a aclarar que solo los otros dos viven dicha primavera. Iquique, a siete puntos de una posición que lo salve del descenso también parece no encontrar el modo de evitar dicho destino.

Lamentable es que no aparezcan figuras jóvenes deslumbrantes, ni en la calidad ni en la cantidad que nuestro campeonato y nuestro fútbol -en particular la selección- necesitan. De hecho, los equipos con dificultades cumplen la regla de minutos en cancha de jugadores sub-21. Y lo más llamativo de todo es que los cuadros que tienen menor cumplimiento de dicha regla y una tarea más ardua para la segunda rueda, son precisamente Colo-Colo y Universidad de Chile; indicio del deficiente trabajo de divisiones inferiores de los clubes más grandes de nuestro medio.

Y como ya es habitual, lo más feo ocurre donde no hay cámaras. La ANFP recién hace pocos días publicó el calendario de la segunda rueda, lo que impide planificación, afecta contratos, venta de entradas y programación de medios. Todo se maneja como una improvisación crónica, sin transparencia ni consecuencias.

La primera rueda del torneo chileno dejó más preguntas que certezas. El juego mejora por momentos, pero el sistema no lo acompaña. Hay equipos que ilusionan, pero un modelo que no los sostiene. El fútbol nacional es como un buen volante creativo rodeado de compañeros que no entienden la jugada.

Se puede jugar mejor. Se puede planificar mejor. Se puede dirigir con más seriedad. Pero para eso habría que asumir que el fútbol chileno tiene un problema más profundo que el bajo nivel o los malos resultados: la falta total de voluntad de cambiar.

*Roberto Rabi González es escritor, abogado de la Universidad de Chile, profesor de Derecho Procesal y Penal e investigador de la Asociación de Investigadores del Fútbol Chileno (ASIFUCH).



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