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Jueves, 18 de Abril de 2024
Dra. Francisca Crispi:

Médica experta en perspectiva de género: "El coronavirus afecta los derechos reproductivos de las mujeres, incluido el aborto"

Lissette Fossa

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Foto: ONU Mujeres/Tamara Savovic
Foto: ONU Mujeres/Tamara Savovic

La encargada de género del Colegio Médico advierte que las cuarentenas dificultan el acceso a los anticonceptivos. Eso -junto a probables mayores violaciones producto del incremento de la violencia intradoméstica- puede producir más embarazos no deseados, los que también son más díficiles de interrumpir en centros asistenciales colapsados.

Admision UDEC

Mientras más avanza la pandemia de Covid-19 en el mundo, más se evidencian sus desigualdades.

Es el caso de la discriminación por género, contra mujeres y la diversidad sexual, la que en tiempos de coronavirus se ha visto acentuada, a través de varias prácticas que perjudican la atención clínica de estos grupos, pues se les tiende a poner al final de las prioridades en los contextos de emergencia.

A esto se suman los sesgos médicos ya estudiados con respecto a la atención de mujeres que las perjudican. Un ejemplo de ello es un estudio de 2018, que indicaba que las mujeres tenían más posibilidades de sobrevivir a un ataque cardiaco si eran atendidas por mujeres médicas, que si lo hacían médicos varones.

También es un antecedente relevante la violencia obstétrica, que incluye la desestimación o subvaloración de los síntomas de las mujeres y maltrato en atenciones y salas de parto. Temas que han sido estudiados en todo el mundo.

Sin embargo, hay otra arista más que hace más vulnerables a las mujeres en este tiempo de pandemia, que puede tener consecuencias a largo plazo y que ataca sus derechos reproductivos.

Con los equipos médicos de todo el mundo dedicados casi por completo a combatir el Covid-19, el temor de expertos y autoridades en materia de salud de la mujer es que se descuiden los tratamientos anticonceptivos, el acceso a los derechos reproductivos, lo que incluye el aborto.

Esto no solo porque la atención de los profesionales de la salud está puesta en el coronavirus, sino que también debido a las limitaciones que suponen las cuarentenas, las que dificultan el acceso a los medicamentos y los centros de salud, ya sea por falta de transporte, miedo al contagio y carecer de permisos para moverse en la vía pública.

“La tendencia existente indica que, durante la crisis, hay un menor acceso a la salud sexual y reproductiva, y un aumento de la violencia doméstica”, explica ONU Mujeres en su web oficial, donde ha difundido sus preocupaciones por los derechos de las mujeres en medio de la pandemia.

Sobre este tema, INTERFERENCIA conversó con Francisca Crispi, doctora que trabaja en el Instituto de Salud de la Universidad de Chile y encargada del Departamento de Género del Colegio Médico.

Crispi afirma que en Chile, aunque no se manejan cifras oficiales, el coronavirus está dificultando el acceso a los anticonceptivos que se entregan de forma gratuita en consultorios y a la ley de aborto en la causal por violación, en un contexto en que este crimen parece ir en franco aumento.

- La evidencia internacional dice que el sesgo de género en un contexto de una pandemia afecta las atenciones ¿Qué información maneja al respecto? 

- Hay evidencia de que en el contexto de brotes anteriores, como fue el virus zika, hubo países que por privilegiar la respuesta a la pandemia, vieron disminuido el acceso de las mujeres a derechos sexuales y reproductivos, y anticonceptivos, y aumentó la mortalidad materna en  algunos países de África. 

Acá vemos que existe ese riesgo, en términos de que pudo haber disminuído el acceso a anticonceptivos, aunque aún no tenemos los datos de eso.

También hay un problema de acceso a la ley de interrupción del embarazo en tres causales, en contexto de pandemia, pero los datos tampoco han sido publicados.

Tenemos ciertas sospechas de que esto pueda estar ocurriendo, porque, por ejemplo, la ley de interrupción voluntaria del embarazo, a pesar de que había un compromiso de entregar los datos de manera trimestral de parte del Minsal, no se han entregado, no hay información desde septiembre de 2019. Por lo que hemos caído en retraso en la entrega de información.

Y obviamente en comunas en cuarentena o con los servicios de salud que están enfocados al coronavirus, esto puede afectar al acceso de estos servicios.

- ¿Y qué pasa con las mujeres cuando tienen que acceder a atención por otras enfermedades? Tratamientos como un cáncer de mama, por ejemplo ¿Pueden ocurrir sesgos también en esos tratamientos?

- Puede ocurrir, pero en contexto pandemia no tenemos evidencia al respecto. Por ejemplo, los tratamientos oncológicos se están priorizando por los riesgos que corren si son contagiados estos pacientes con Covid-19. Por lo que no debería haber un sesgo de género en ese sentido, donde se priorizaría menos a las mujeres. Yo no creo que eso esté ocurriendo.

Por eso los sesgos de género en la atención se pueden dar más en torno a los derechos sexuales y reproductivos.

Acá es importante recalcar que en pandemia tenemos aumento de violencia de género y contra la mujer por las cuarentenas, lo que obliga a las personas a permanecer más en sus casas. Y, por ejemplo, la causal 3 de la ley [aborto por violación] podría ser más necesaria, porque como aumenta la violencia de género también pueden aumentar las violaciones.

Si es que no hay un abordaje claro al respecto por parte del Minsal, va a ser complejo.

En Europa hay países que han flexibilizado el acceso a la interrupción del embarazo por esta causal durante la pandemia, y se han creado programas paralelos para asegurar el acceso. En Chile no se ha tomado ninguna de esas medidas y eso es riesgoso.

- En Estados Unidos, clínicas que realizan abortos y otras atenciones de control de la reproducción han dejado de atender y en los hospitales se ha priorizado el tratamiento Covid ¿Puede que los médicos no vean tan urgente atenciones como un aborto ahora, en medio de una pandemia, como antes?

- En el caso de Chile no tenemos clínicas de interrupción voluntaria del embarazo, y estos procedimientos se realizan en hospitales públicos  y clínicas privadas que no son objetoras de conciencia.

Sí hay que ver por casos, por ejemplo, interrupción de embarazo por primera causal, que es riesgo inminente de vida, no debería haber problemas de acceso. Los problemas los tenemos para la segunda y la tercera causal, que es inviabilidad del feto y violación.

La causal dos necesita la pesquisa de la malformación y si estamos en un contexto donde no se están realizando todas las atenciones, muchas se realizan por videollamada, puede demorar un poco más el procedimiento y podría afectar negativamente el desarrollo del caso clínico. Pero, como te decía, no tenemos datos al respecto aún.

Y la tercera causal es la más sensible. Primero porque se necesita personal que derive a las pacientes. Muchas veces ellas ni siquiera tiene claro lo que es la violación. Hay que tener en cuenta que cualquier sexo sin consentimiento es considerado violación, independiente de que quien incurrió en el delito sea una pareja, el marido u otro. Y si no tenemos vías claras donde las mujeres se informen y tengan claro que es su derecho acceder a la ley de interrupción voluntaria del embarazo y los plazos que tienen para ello, es probable que las mujeres nunca lleguen a los servicios de salud y no puedan acceder a la ley.

- En el ámbito de la relación paciente-médico y con respecto al tema del dolor que sienten las mujeres, hay estudios que muestran que el personal médico tiende a subvalorarlo ¿Cómo evitar esos sesgos en el personal médico? ¿Qué deben considerar los profesionales de la salud?

- Hay evidencia de que en general el personal de salud desestima más el dolor en las mujeres que en los hombres. Esto tiene que ver con estereotipos de género, como el que las mujeres se quejarían más, serían más exageradas, serían histéricas. Son estereotipos muy negativos que terminan afectando la atención a los pacientes y los estudios más claros al respecto son los de casos de infartos, donde se desestima el dolor de las mujeres en muchas ocasiones y eso les puede provocar mayor mortalidad que los hombres, ajustando ciertas variables. 

Nuestra apuesta desde el Departamento de Género del Colegio Médico ha sido la formación. Creemos que es importantes que se incluya perspectiva de género en la formación de todo el personal de salud, en el cual uno pueda identificar los estereotipos de género y así trabajarlos e intentar que no influyan negativamente en la atención de las y los pacientes.

- En el caso de médicos y médicas ¿Es más conveniente para las mujeres pacientes atenderse con médicas? ¿Hay mejores resultados?

No tenemos evidencia de eso en Chile. Hay algunos estudios en Estados Unidos al respecto. Yo creo que igual, los sesgos de género son más o menos transversales, es decir, podemos ver que una mujer puede tener sesgo de género de igual forma que un hombre, a la hora de atender a alguien.

Es necesario cuestionar la formación de profesionales transversalmente y que ambos, médicos y médicas, tengan perspectiva de género, más que pedir a las mujeres que se atiendan con otras mujeres. De hecho, a veces eso no puede ocurrir, elegir el personal que te atiende pasa en el sector privado, pero el 80% de la población que está en Fonasa muchas veces no puede elegir al profesional que lo va atender.  El llamado es a todo el personal de salud a incluir la perspectiva de género en su atención y tener canales de denuncia claros si se incurre en una mala práctica.

- ¿Y cuales son los canales para denunciar algún tipo de violencia o discriminación de género por parte del personal médico? 

- Lo primero es denunciar en el establecimiento. Ahí tienen formularios donde se puede notificar lo que ocurrió. Lamentablemente muchos tipos de violencia no están notificados, legalmente no es posible hacer algo al respecto, más que llamar la atención al profesional o establecer un sumario interno. Pero estamos avanzando en eso.

- Y en las universidades que forman profesionales de la salud ¿Hay avances para enseñar perspectiva de género a los alumnos? 

- En parte sí. Por primera vez hay, en ciertas universidades, ramos con enfoque de género. Hace cinco años eso no existía. Cuando yo estudié, nunca me enseñaron ni el concepto de género.

Por ejemplo, en la Universidad de Chile, donde yo hago clases, desde el primer año ya se introduce el concepto. El problema es cuando los estudiantes entran a sus prácticas clínicas, donde muchas veces hay tutores que hacen caso omiso a este avance social de la importancia de género en la salud.

El lado positivo es que cada vez más, los estudiantes tienen un espacio para validarse, rechazar esa violencia. Antes eso no era posible. 



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