La ópera siempre fue una expresión musical popular. Para los funerales de Verdi, como ilustra una foto que ha circulado desde hace años en las redes sociales, la muchedumbre llegó a subirse a los árboles de las calles para ver pasar el féretro, Y El mismo Verdi, Puccini y Rossini eran estrellas en Italia donde el género resultó ser una de las bases de la canción pop.
Ello porque una de las características centrales de la canción pop es su duración de aproximadamente tres minutos; y las arias operáticas, que cantó Bocelli en el escenario de la Quinta, duran aproximadamente eso, tal como la Canción de Montmarte en Francia, el Tango en Argentina, la música de los cowboys en los Estados Unidos, además de la del Tin Pan Alley, o la del Music Hall en Inglaterra. Todos estilos que serían capturados por el inicio de la música pop desde mediados del siglo XIX; amén de también en Italia la Canción Napolitana.
No por nada el primer gran cantante “grabado” que fue un fenómeno planetario fue justamente un tenor que cantaba arias y canciones napolitanas, Enrico Caruso, del que se registra en un libro llamado Comusicación de Adolfo Corujo (Plataforma Editorial, 2019), que a inicios del siglo XX grabó sus primera piezas con innovaciones tecnológicas en el Metropolitan Opera House de Nueva York.
En el repertorio de este artista italiano se encontraba “O Sole Mio” que tuvo tal popularidad pop que González & Rolle en Historia social de la música popular en Chile, 1890-1950 (Ediciones de la Universidad Católica de Chile, 2004) sindican que en las tiras cómicas esta se convirtió en la “canción de ducha” por excelencia. Más. “O Sole Mio”, la canción napolitana, tuvo una circulación ultramasiva en los poperos años sesenta, cuando Elvis Presley la versionó como “It’s Now or Never”; y no sería el único tema presleyano de ese mismo repertorio, pues lo mismo haría un año más tarde con “Torna a Surriento”, versionada como “Surrender”.
Así, los vasos comunicantes entre la ópera y el repertorio bocelliano, y antes que él, también de “Los Tres Tenores” con el pop, del que es su origen más bien, es profundo y cumple con creces más de siglo y medio de existencia.
Así, los vasos comunicantes entre la ópera y el repertorio bocelliano, y antes que él, también de “Los Tres Tenores” con el pop, del que es su origen más bien, es profundo y cumple con creces más de siglo y medio de existencia.
JP Vilches, mi amigo y columnista de Interferencia, me anota también lo siguiente:
“La ópera era alta cultura y popular a la vez y la estructura de los teatros da cuenta de la estratificación social del público que asistía. Desde el emperador de Austria, al lado de la orquesta, hasta el gil más flaite de Viena en la galucha”.
Esto de la estructura y la estratificación de las sonoridades y los espacios es justamente lo que replica la misma Quinta Vergara con la división entre la platea y la galería.
Así que sí, yo creo que el espectáculo de Bocelli no puede caer más bien parado en un certamen que le es afín mucho más allá de los estreotipos de lado y lado.
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