Con la charla “Terremotos y tsunamis: desbloqueando el potencial de los registros del pasado a través de la tecnología moderna”, la Directora de Geofísica de la Universidad de Concepción, Dra. Ignacia Calisto Burgos, inició su ponencia que fue parte del bloque “Abismos urbanos, soluciones humanas” del Congreso Futuro celebrado durante la semana pasada.
En la oportunidad, la académica planteó la importancia de reconstruir el pasado para ir en pos del futuro, destacando que si bien hoy se cuenta con mareógrafos e instrumentos para hacer mediciones, la información sobre qué pasó en años y siglos anteriores se obtiene de otros elementos como cartas, dibujos y registros de deformación que deben pasarse a un lenguaje técnico, realizando así una aproximación del árbol lógico, con lo cual “construimos un montón de distintos terremotos y vamos probándolos”, simulando escenarios y haciendo modelamiento, indicó la docente, según consignó el portal de noticias de dicha casa de estudios.
Asimismo, se destacó que el equipo que trabaja con Calisto, logró mapear tres terremotos que ocurrieron en la zona central de Chile, a la altura de la Región del Maule, en los años 1751, 1835 y 2010, donde encontraron que todos tenían una característica en común, ya que los tres eventos “rompieron” en los 36º, a la altura de Cauquenes.
“Entonces quizás podríamos decir que es una zona que independiente de donde sea más al norte o más al sur, más profundo, más o menos esa zona va a romper”. Aún así, dejó en claro que aunque los terremotos tengan coincidencias, no necesariamente son todo predecesores, como es el caso de los terremotos de 1751 y 1835 que no se consideran predecesores del evento de 2010.
Esto “quiere decir que, por ejemplo, lo que rompió más al norte fue acumulado por mucho más tiempo que estos 250 años. Sí, no fue solamente hace 100 años y todo eso nos indica que tendremos que esperar quizás cuántos años más para que la parte norte rompa, o sea, necesitamos poder reconstruir más atrás”, afirmó.
Uno de los escritos que ha sido analizado por la académica es una carta que el intendente interino de Concepción, Ramón Boza, envió a Santiago para narrar qué tan desastrosas habían sido las consecuencias del terremoto de 1835 que afectó a la capital del Biobío.
En conversación con Interferencia, la académica relató en cuanto a la recepción de la conferencia que “me pareció maravillosa. En cuanto a temas de divulgación como ciencia o tecnología, ver ese nivel de interés me pareció sorprendente. Porque muchas veces cuesta que a estas instancias llegue gente que no es del área. Me quedé con una muy buena impresión, tanto del público presente como de las personas que estaban siguiendo el Congreso de forma remota y comentaban a través de las redes sociales. Luego en la tarde tuvimos un conversatorio sobre todo lo que sucede en la costa del país y fue súper entretenido, con mucha discusión y mucho debate que hizo que todo fuese muy interesante para el público presente, con temas que se sintieron bastante contingentes”.
Sobre la elección de los hitos de 1751, 1835 y 2010, Calisto explicó que “la idea es generar cientos de miles de modelos para comparar y ver si cumplen o responden a las observaciones y por lo tanto es probable que haya pasado esto porque es lo que observo. Por ello, lo primero que tuvimos que hacer fue darnos cuenta de los terremotos donde teníamos varias observaciones. Hicimos 1960 como piloto y en el segmento del Maule, de los cinco eventos históricos, sólo teníamos observaciones de tres”.
“En esos terremotos antiguos como el de 1751 o 1835, las variables utilizadas fueron desplazamiento vertical y alturas de olas e inundaciones. Lo anterior, a partir de relatos y escritos”, describió.
Por ejemplo, uno de los escritos que ha sido analizado por la académica es una carta que el intendente interino de Concepción, Ramón Boza, envió a Santiago para narrar qué tan desastrosas habían sido las consecuencias del terremoto de 1835 que afectó a la capital del Biobío.
En ese texto, la autoridad consignó aspectos del movimiento telúrico que son interesantes de cara al estudio de Calisto. "Primero se oyó un estrépito formidable, seguido de sucesivas sacudidas de la tierra, de sur a norte, en forma de olas marinas, que impedían a los aterrados pobladores mantenerse en pie", escribió por aquel entonces Boza.
Mira la charla completa en el Congreso Futuro haciendo click aquí.
Comentarios
Hay evidencia en la ciudad
Temblor fuerte en Nueva
Hola cómo estan
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