Desde el comienzo de la nueva administración de La Moneda, el Congreso no ha sido un terreno sencillo para alcanzar las mayorías e impulsar el programa de gobierno. Además de una minoría oficialista en ambas cámaras, una gran cantidad de partidos políticos y un 'centro' político que actua según la coyuntura y no sobre un proyecto, han afectado al sector progresista en el parlamento y por consiguiente, al Ejecutivo.
El plebiscito, también propició distancias y diferencias políticas entre los distintos sectores, algunos muy críticos con el Apruebo y otros más optimistas frente al cambio. El Rechazo tuvo como consecuencia un cambio de diseño ministerial, que reforzó la gestión del ministro de Hacienda, Mario Marcel, e incluyó figuras concertacionistas del PPD y PS, como Carolina Tohá y Ana Lya Uriarte, para cargos claves. Uriarte, como nueva ministra Segpres, vendría a solucionar la mala relación de Jackson con el Congreso y, en cierta medida, fue mejor recibida por la oposición.
Aún así, las dificultades dentro del oficialismo continuaron. El ejemplo más claro fue la elección del Fiscal Nacional, donde en las tres nominaciones hubo abstencionees y ausencias oficialistas, además de votos en contra en las dos primeras. Otro caso emblemático, la Reforma Tributaria, que si bien fue rechazada por un margen estrecho, podría ser llevada al Senado, pero ese terreno, puede ser mucho más dificil de navegar.
El proyecto del gobierno naufragó en la Cámara por 73 votos a favor, 71 en contra y tres abstenciones (que al sumarse totalizan 74). Resultado que dejó al Ejecutivo a tan solo dos votos para aprobar la reforma, con el mal sabor de haber perdido votos comprometidos, progresistas y afines con el Gobierno.
Controlar los escenarios políticos, conciliar los votos oficialistas y capturar parte del centro, es clave para el Gobierno. Más allá del programa de Gobierno, que puede ser capturado por la agenda, hay otros ejemplos que necesitan de acuerdos legislativos, como los nombramientos de cargos durante su mandato.
En concreto, durante marzo, se libera un nuevo nombramiento de Supremo, pues tras cumplir 75 años, los ministros y ministras cesan sus funciones en el cargo. Esta designación debe ser ratificada por 2/3 en el Senado. Por otra parte, en diciembre de 2023, el Contralor General de la República, Jorge Bermúdez, finaliza su cargo y su nombramiento si bien es facultad del Ejecutivo, requiere 3/5 de respaldo en la Cámara Alta. Este último quorum, es el mismo que necesita el Tribunal Ambiental para sus dos vacantes, las que también requieren el visado del Senado.
Reforma Tributaria
Si de derrotas se trata, la reforma tributaria es el ejemplo más emblemático para el Ejecutivo, pues desde un inicio se catalogó dicha iniciativa como esencial para impulsar el programa de Gobierno y, también, porque la encabezó uno de los ministros mejor valorados por la oposición, el titular de Hacienda, Mario Marcel.
El proyecto del gobierno naufragó en la Cámara por 73 votos a favor, 71 en contra y tres abstenciones (que al sumarse totalizan 74). Resultado que dejó al Ejecutivo a tan solo dos votos para aprobar la reforma, con el mal sabor de haber perdido votos comprometidos, progresistas y afines con el Gobierno.
En ese sentido, los casos de las diputadas Pamela Jiles (PH) y Viviana Delgado (PEV), que no ingresaron al hemiciclo durante la votación de forma deliberada, sumado al voto de la diputada Mónica Arce (Ind-PH), que a un día de la votación de la reforma recibió gritos por parte del ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, tras una pregunta que la parlamentaria había realizado al término de la comisión y que durante la reunión ya había sido contestada.
No obstante, cabe destacar que dentro de las líneas oficialistas, las diputadas Claudia Mix (Comunes) y Lorena Fries (CS) estuvieron pareadas durante la votación con los diputados Andrés Longton (RN) y Mauro González (RN), emparejándose dichos votos sin afectar el quórum requerido.
Para ese entonces, el episodio era un nuevo ejemplo de las dificultades que el Gobierno ha tenido para impulsar sus reformas, pero también una voluntad poco colaborativa por parte de los partidos que están fuera de coalición y que han querido cultivar una posición de bisagra coqueteando con la oposición, que tampoco tiene mayoría en la Cámara, pero que de base supera por cinco diputados a la Alianza de Gobierno.
Fiscal Nacional
Si bien no es sorpresa la polarización que ha alcanzado el Congreso, expresado principalmente en la Cámara, el Senado tampoco ha sido un terreno fértil para el Gobierno sobre todo porque la oposición tiene 25 senadores del total de 50 parlamentarios que conforman la Cámara Alta. y que de sumar a Demócratas, Matías Walker y Ximena Rincón, llegan a 27.
El Senado tampoco ha sido un terreno fértil para el Gobierno sobre todo porque la oposición tiene 25 senadores del total de 50 parlamentarios que conforman la Cámara Alta. y que de sumar a Demócratas, Matías Walker y Ximena Rincón, llegan a 27.
La derrota más emblemática para alinear al sector en territorion senatorial, es el nombramiento del Fiscal Nacional. El Gobierno tuvo que presentar tres candidatos de los propuestos por la Corte Suprema, pues los candidatos José Morales y Marta Herrera, no lograron conciliar la mayoría respectiva.
El ejecutivo, con gestiones de la ministra Segpres Ana Lya Uriarte (PS), en primera instancia logró con la nominación de José Morales 31 de los 33 votos necesarios para ratificar su nombre como Fiscal Nacional, tras la derrota, la nominación de Marta Herrera tuvo menos votos, pues solo alcanzó 26 apoyos.
En ambos casos, hubo votos en contra, abstenciones o ausencias en la sala por parte de parlamentarios oficialistas. En el caso de Morales, hubo abstenciones por parte de los socialistas Fidel Espinoza y Gastón Saavedra, además de Alejandra Sepúlveda de la Federación Regionalista Verde Social, mismo partido del senador Estebán Velásquez, quien votó en contra del fiscal.
Mientras que Herrera ni con los votos oficialistas que se abstuvieron o se ausentaron de la sala, habría sido capaz de alcanzar los votos necesarios, se abstuvo Alfonso de Urresti (PS), se ausentó Fidel Espinoza (PS). pero la votación era muy difícil para la abogada. A modo de contexto, la bancada de la UDI una vez conocido el nombre de Herrera en bloque se negaron a su postulación.
El caso de Ángel Valencia fue totalmente distinto, la tercera nominación de Gabriel Boric alcanzó apoyo transversal en el Senado y reunió un total de 40 votos, no obstante, el Partido Comunista sentó sus dudas al respecto y se abstuvo de la votación, más allá fue la senadora Loreto Carvajal, quien votó en contra de Valencia.
Indultos
Con la última resolución tomada por el Tribunal Constitucional frente a las acciones presentadas por los partidos de Chile Vamos para revocar parte de los indultos otorgados por el presidente Gabriel Boric, el capítulo quedó cerrado para el Gobierno.
En ambos casos, votación de José Morales y Marta Herrera, hubo votos en contra, abstenciones o ausencias en la sala por parte de parlamentarios oficialistas.
La crisis política se extendió por cerca de tres meses y causó diversos problemas al interior de la coalición oficialista, el más emblemático surgido a raíz de una frase de Guido Girardi (PPD) en que afirmó que ir en conjunto con Apruebo Dignidad en las próximas elecciones de consejeros constitucionales sería ‘lista del indulto’.
Sin embargo, el problema con los indultos tuvo un primer indicio durante las primeras semanas de Gobierno, cuando el entonces ministro Segpres, Giorgio Jackson, anunció un primer paquete legislativo que incluía la ‘ley de amnistía’ para los ‘presos del estallido’.
En un primer momento, la lectura realizada por parte de los senadores oficialistas y mayoritariamente socialistas apuntaba a que la decisión de Jackson era darle la responsabilidad política al Senado y en paralelo, bajar su popularidad frente a la ciudadanía y cosechar votos para el Apruebo.
La historia corrió por un camino completamente distinto y a pesar de que Jackson logró resolver sus diferencias en el cónclave de Cerro Castillo, había una tensión permanente dado el cargo que Jackson tenía en dicho momento.
La figura de Jackson se fue debilitando cada vez más y a esas primeras diferencias políticas y de gestión, se sumaron las derrotas legislativas y un animosidad en su contra que arrastraba desde su periodos como diputado. Con todo, Jackson frenó un nuevo retiro de los fondos de pensiones, pero tampoco logró concentrar los votos para la iniciativa ‘acotada’ de retiro. Aunque en definitiva, al Ejecutivo nunca le agradó la idea del retiro de fondos desde que llegaron a La Moneda.
A su haber, también pesó la caída del proyecto de infraestructura crítica, una iniciativa que el Gobierno recogió de la oposición y que pensaba aplicar como fórmula para evitar votar permanentemente nuevos estados de excepción. La iniciativa pasó por el Senado con un amplio apoyo, pero en la Cámara simplemente naufragó.
En ese momento, las parlamentarias del sector progresista Ericka Ñanco (RD), Emilia Nuyado (PS), Lorena Pizarro (PC), María Candelaria Acevedo (PC), Ana María Gazmuri (AH), Pamela Jiles (PH) y el diputado Féliz González (PEV), restaron su apoyo a la idea que Jackson impulsó junto con Izkia Siches, en su cargo de ministra del Interior.
El nuevo diseño ministerial de Gobierno post Rechazo, tuvo como enfoque ceder parte de los cargos a los partidos de la ex Concertación, uno de los más fortalecidos el PPD y el Partido Socialista. Carolina Tohá (PPD) en Interior y Ana Lya Uriarte (PS) en Segpres, dialogaban con sectores con los que Apruebo Dignidad no tenía la misma llegada debido a sus definiciones políticas.
Respecto al proyecto de infraestructura crítica, las parlamentarias Ericka Ñanco (RD), Emilia Nuyado (PS), Lorena Pizarro (PC), María Candelaria Acevedo (PC), Ana María Gazmuri (AH), Pamela Jiles (PH) y el diputado Féliz González (PEV), restaron su apoyo a la idea que Jackson impulsó junto con Izkia Siches, en su cargo de ministra del Interior.
Sin embargo, la minoría en ambas cámaras, sumado a derrotas como la del Fiscal Nacional y la Reforma Tributaria, nuevamente pusieron foco en la gestión de dichos secretarios de Estado. Aún teniendo por delante una eventual reforma a las pensiones y salud, donde la oposición no ha mostrado mucho margen de maniobra y en donde figuras políticas tildadas como 'díscolas' polaricen aún más los escenarios.
¿Cuentas positivas?
Si bien marzo propinó una dura derrota al Ejecutivo con el rechazo a la Reforma Tributaria, la última semana legislativa del Gobierno presenta cuentas positivas. La ministra del Trabajo, Jeanette Jara (PC), llevó adelante el proyecto de ley de 40 horas, iniciativa que fue despachada por unanimidad en el Senado (45 votos). Jara, también logró la aprobación del sueldo mínimo, ambos proyectos ancla del programa de Boric.
Por otro lado, tampoco prosperó la iniciativa de un autopréstamo de los fondos de pensiones. Proyecto que en un principio se veía con buenos ojos y que fue tomado desde el Partido de la Gente, pero que acabó por ser tildado como un retiro encubierto, el rechazo fue transversal en la Cámara.
Dicha transversalidad, tampoco ocultó la incomodidad de la ministra Tohá, que pese a que el Gobierno transmitió su parecer sobre el proyecto, nuevamente encontró descolgados en sus filas y aprobaron el proyecto de autopréstamo: Luis Malla (PL), Karol Cariola (PC), Carolina Marzán (PPD) y Félix Bugueño (FREVS), además contó con otras tres abstenciones oficialistas. “Como ministra del Interior y militante del PPD me siento muy incómoda con esa votación”, fueron las palabras de Tohá tras la victoria oficialista.
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