Este domingo 15 de mayo el Partido Socialista (PS) decidirá a su nuevo Comité Central, el que por votación indirecta, determinará la próxima presidencia de la tienda.
Se trata de una elección partidista relevante, ya que -poco a poco- y sin haber tenido un candidato presidencial ni haber sido parte de la apuesta inicial del proyecto que llevó a Gabriel Boric a La Moneda, el PS ha ido tomando posiciones de relevancia en el escenario político al entrar al actual Gobierno con cuadros políticos y técnicos que en estos dos meses se han erigido como claves en la administración.
En términos concretos, los mejores ejemplos son las posiciones de liderazgo alcanzadas por el subsecretario del Interior Manuel Monsalve -un socialista cercano a la facción liderada por Mahmud Aleuy-, y del ministro de Hacienda Mario Marcel, un ex PS que cuenta con las redes del partido para dirigir el equipo económico del Gobierno.
Asimismo, el PS integra Socialismo Democrático, una de las coaliciones con las que Boric cuenta a sus espaldas para buscar consensos en el Congreso donde el mandatario no tiene las mayorías necesarias para impulsar su agenda legislativa. En ese sentido, los 13 diputados y 7 senadores con los que cuenta la bancada socialista toman un papel decisivo.
También el PS posee un amplio despliegue territorial a lo largo del país -probablemente el más profundo junto al Partido Comunista entre los partidos oficialistas- por lo que cuenta con cuatro gobernadores regionales y 22 alcaldes. Además de la presencia de 15 convencionales en la Convención Constitucional.
El PS posee un amplio despliegue territorial a lo largo del país -probablemente el más profundo junto al Partido Comunista entre los partidos oficialistas- por lo que cuenta con cuatro gobernadores regionales y 22 alcaldes. Además de la presencia de 15 convencionales en la Convención Constitucional.
A su vez, al interior del gobierno cuentan con la presencia de Carlos Montes, ministro de Vivienda y Urbanismo, Maya Fernández, ministra de Defensa, Antonia Urrejola, quien es cercana al PS (fue jefa de gabinete de José Miguel Insulza en su paso como secretario general de la OEA) y María Isabel Díaz, subsecretaria de Educación.
Estos nombramientos y cargos de elección popular responden a delicados equilibrios entre las facciones internas del socialismo, los que se buscan rebarajar en cada elección del nuevo Comité Central conformado por 110 miembros de los 40.000 mil militantes con los que cuentan, aunque se estima que participarán de la votación unos 12.000.
Las fuerzas que compiten en el PS
Dentro de la cultura del Partido Socialista, es conocida la presencia de los denominados ‘lotes’. Facciones que tienen apreciaciones particulares sobre ciertos tópicos y que por ello se diferencian entre sí, algunas se posicionan más a la izquierda del colectivo y otros cercanos a un ala más conservadora. Sin embargo, muchas veces las disputas -y los acuerdos- entre ellos son por cuotas de poder, puro y duro.
Lo anterior cobra especial sentido pues la lista que corre con mayor ventaja para presidir al partido unió a cinco de estos lotes para aunar fuerzas. En concreto, ‘Unidad Socialista’ la constituyen el Tercerismo, sector del senador Álvaro Elizalde; Grandes Alamedas liderado por la senadora Isabel Allende; Nueva Izquierda con el ex senador Camilo Escalona a la cabeza; Colectivo Socialista con Julio Palestro, ex alcalde de San Miguel, como uno de sus representantes y La Renovación, lote del ex senador Ricardo Núñez.
En esta lista, los principales candidatos a ser los sucesores del presidente del PS Álvaro Elizalde -conforme los equilibrios de poder resultantes de la elección del Comité Central- son el ex senador Camilo Escalona (Nueva Izquierda), la ex subsecretaria para las Fuerzas Armadas, Paulina Vodanovic (Tercerismo), el senador Fidel Espinoza y su par Alfonso De Urresti (ahora apoyado por Grandes Alamedas). Sin embargo, este último es quien suena con mayor fuerza para presidir el Partido, pues, en voces de militantes socialistas, es quien más despierta un ‘liderazgo transversal’ al interior del conglomerado además de ser considerado ‘más de izquierda’, lo que es importante dado el perfil del gobierno de Gabriel Boric.
En esta lista, los principales candidatos a ser los sucesores del presidente del PS Álvaro Elizalde -conforme los equilibrios de poder resultantes de la elección del Comité Central- son el ex senador Camilo Escalona (Nueva Izquierda), la ex subsecretaria para las Fuerzas Armadas, Paulina Vodanovic (Tercerismo), el senador Fidel Espinoza y su par Alfonso De Urresti (ahora apoyado por Grandes Alamedas).
En conversación con Interferencia, el senador Álvaro Elizalde, quien además es presidente del Senado, señaló que “lo más probable es que la lista que se conformó con las fuerzas mayoritarias gane, yo estimo que sobre o cercano a un 70% de las preferencias”. Por su parte, el diputado Leonardo Soto (Unidad Socialista), comenta a esta redacción que “no veo tan clara alguna lista ganadora para las votaciones del domingo”. No obstante, agrega que “independiente de la lista ganadora, hay un apoyo al Gobierno”.
Otra lista en competencia es ‘Socialistas por un cambio necesario’ encabezada por el diputado Jaime Naranjo (Disidencia) y la ex diputada Fanny Pollarolo (Disidencia). Una lista considerada como ‘disidente’ que mermó su potencial debido a que algunas figuras relevantes que habrían podido respaldarla, como Maya Fernández y Manuel Monsalve, quienes integran hoy cargos dentro de La Moneda, por lo que son prescindentes en la elección interna. Esta lista también se despotenció ya que salieron del PS -y por lo tanto del lote- el ex ministro Secretario General de Gobierno durante Bachelet II, Marcelo Díaz y el convencional Fernando Atria.
Por último, está la lista 'Socialistas socialistas de izquierda', cuya nómina es la más hacia la izquierda del conglomerado. De hecho, Cecilia Toro -quien lidera este bloque- apoyó en la pasada candidatura presidencial al alcalde de Recoleta, Daniel Jadue (PC) por sobre la candidata socialista Paula Narváez.
Cabe señalar que la elección pasada estuvo marcada por la presencia del ‘aguilerismo’, es decir militantes cercanos al ex alcalde de San Ramón, Miguel Ángel Aguilera.
Este ex PS cuestionado por su cercanía a narcotraficantes de la comuna, razón por la cual lo expulsaron del partido en 2017, logró mantener sus redes internas, puesto que entre las personas que lograron la elección en el Comité Central estuvo su hermana, Mónica Aguilera, quien iba en un cupo local por parte de la lista que lideró Elizalde.
Esta vez, supuestamente el aguilerismo va debilitado, pero militantes del partido que hablaron fuera de micrófono señalan que hay que estar atentos a la candidatura de Eduardo Bermudez, jefe de gabinete de Mónica Aguilera, e integrante de la lista 'Unidad Socialista.'
Esta vez, supuestamente el aguilerismo va debilitado, pero militantes del partido que hablaron fuera de micrófono señalan que hay que estar atentos a la candidatura de Eduardo Bermudez, jefe de gabinete de Mónica Aguilera, e integrante de la lista 'Unidad Socialista.'
Influencia en el Gobierno y la disputa con el PC
“El PS es un partido eje al interior del Gobierno”, indica una fuente parlamentaria socialista a Interferencia, pero, a su juicio, esa condición todavía no se expresa con toda fuerza debido a que persiste una especie de ‘trato preferencial’ con la coalición Apruebo Dignidad (PC-FA), que es la coalición inicial de la candidatura presidencial de Gabriel Boric, y -por lo tanto- representa más genuinamente el proyecto político. La pregunta para los socialistas es ¿hasta cuándo?
De tal modo, una de las preocupaciones que ronda la elección del PS es cómo y quiénes pueden representar mayormente la influencia del partido en las decisiones gubernamentales, para contrapesar poder que hoy tiene otro partido histórico; el Partido Comunista (PC), que también tiene cuadros y presencia territorial de larga data, lo que le permite competir como eje estructurante de la administración gubernamental. Esto, en un contexto en que los jóvenes partidos del Frente Amplio (FA) no han logrado una madurez que les permita ser ejes de un Gobierno.
Es decir, una historia que parece un raconto de las viejas disputas de la izquierda a comienzos del siglo XX.
De momento, los socialistas -que llegaron en segunda vuelta electoral, 'por la ventana' y sin haber sido parte de la confección del programa de Gobierno- lograron que Boric -semanas atrás- en el cónclave celebrado en Cerro Castillo el 25 de marzo con su gabinete y parlamentarios de su doble coalición -Apruebo Dignidad y Socialismo Democrático (donde además del PS están el PPD y el PR- dijera: “Lo que sí se puede decir con mucha claridad, en mi rol de Presidente de la República, es que no hay partidos de primera o segunda categoría”.
Declaraciones que siguen sin convencer a los socialistas. El subjefe de los diputados del PS, Tomás de Rementería, declaró en entrevista con La Segunda que "hemos dicho al Gobierno, que el modelo de 2 coaliciones no funciona y no deben existir partidos de segunda categoría, sino que haber una alianza política más permanente, porque estamos todos trabajando por Boric (...) no puede haber ministros de uno y de otro, seremis de uno y de otro, porque si no tendremos un gobierno con dos candidatos en cada comuna y habrá roces entre los parlamentarios".
El escenario de la doble coalición preocupa, y mucho, al PS. En ese sentido, el senador Juan Pablo Letelier destacó la fidelidad de su partido al gobierno. "El parlamento socialista ha acompañado más al Presidente que su propia coalición. Tenemos el desafío de construir coalición y queremos relación constructiva, franca, de iguales", declaró a La Tercera.
La elección del PS se ve como un espacio de disputa de poder e influencia por parte de los distintos liderazgos y lotes, quienes ven en la reconfiguración de la balanza interna, el reflejo de lo que puede ser la presencia del PS en el Gobierno cuando se muevan las piezas ministeriales. Es por eso que hoy en el socialismo abunda y prospera aquellos que dicen ser o son más de izquierda, y por tanto afines a Boric.
Ahora, sobre las elecciones del domingo y el reordenamiento del PS en virtud del balotaje, el diputado Leonardo Soto indicó a Pauta que "el Partido Socialista tiene un desafío institucional que es ineludible e histórico: la obligación de la refundación, construir un nuevo PS, que recoja toda la tradición histórica y cambios institucionales pero que ajuste su política interna y orgánica al siglo XXI. Un partido más democrático, más abierto a las nuevas sensibilidades".
Por su parte, el senador Espinoza declaró a La Tercera que "el PS debe ser un activo y leal colaborador de la administración de Gabriel Boric, pero eso no significa ser obsecuente. La crítica constructiva y justa es precisamente para enmendar y mejorar". No obstante, no dejó pasar la oportunidad para presentar su malestar dada las gestiones del ministro Secretario General de la Presidencia, Giorgio Jackson, a quien calificó de: "Hay un grupito de poder que se cree omnipotente".
En este contexto que la elección del PS se ve como un espacio de disputa de poder e influencia por parte de los distintos liderazgos y lotes, quienes ven en la reconfiguración de la balanza interna, el reflejo de lo que puede ser la presencia del PS en el Gobierno cuando se muevan las piezas ministeriales. Es por eso que hoy en el socialismo abunda y prospera aquellos que dicen ser o son más de izquierda, y por tanto afines a Boric.
En conversación con Interferencia un parlamentario socialista sostuvo que “existe una sobrerrepresentación de colectivos partidistas con menor peso militante, como el caso de Fuerza Común”, una escisión del PS que actualmente lidera Fernando Atria. La elección del Comité Central, inclinada hacia los discursos de izquierda, debiese cambiar ese escenario, estiman dentro de la colectividad.
Ese rebarajamiento de las cartas socialistas en el Comité Central, y los efectos de ello en los equilibrios en las próximas nominaciones gubernamentales, de ministros a seremis, es algo clave también en miras a las próximas elecciones nacionales, pues los cargos en el gobierno favorecen las candidaturas de los militantes del mismo partido.
El favor gubernamental también puede incidir en los resultados de la competencia electoral entre las dos coaliciones partidistas, por lo que para los liderazgos en la disputa interna es clave lograr que Boric no marque diferencias o que -incluso- se incline por los socialistas en aras de lograr gobernabilidad,
“El PS es partido de Gobierno. No se puede soslayar la presencia socialista en Chile. Boric cuenta con ello y nuestra lealtad con los cambios, pero espero que el resto de las fuerzas de Gobierno lo entiendan también. En la lógica de dos coaliciones, el Presidente tiene la presión de una para tener mayor presencia, y es un gasto de energía innecesario”, señaló De Urresti a La Segunda,
“El PS es partido de Gobierno. No se puede soslayar la presencia socialista en Chile. Boric cuenta con ello y nuestra lealtad con los cambios, pero espero que el resto de las fuerzas de Gobierno lo entiendan también. En la lógica de dos coaliciones, el Presidente tiene la presión de una para tener mayor presencia, y es un gasto de energía innecesario”, señaló De Urresti a La Segunda,
Este senador, que corre con ventaja para ser el próximo timonel del PS, ha sido uno de los más críticos de la nueva administración de La Moneda, sobre todo al comienzo. La primera crítica de De Urresti fue contra Izkia Siches producto de la fallida visita a Temucuicui, donde declaró “mucho Santiago, mucha selfie”.
Otra escena que muestra la voluntad de roncar del PS fue a propósito de la suma urgencia presentada por Giorgio Jackson al proyecto de ley de Amnistía, donde por medio de un comunicado el PS indicó que “así no se hacen las cosas”, ya que no existían los votos necesarios para aprobar tal medida; las conclusiones del colectivo frente a dicho episodio, según indagó Interferencia, fueron leídas como una ‘pasada de pelota’ de Jackson al parlamento y así evitar dilapidar el capital político de Boric, pues tenía la facultad de indultar a quienes estaban procesados por Ley de Seguridad del Estado
Actitudes que se explican como una forma de meter presión al status quo pro Apruebo Dignidad del primer gabinete de Boric, que hacen pagar un costo por tener a los socialistas lejos.
Además, el PS tiene una carta extra en estos equilibrios de poder que puede ser muy útil a Boric, y es su cercanía a la Democracia Cristiana, y -eventualmente- al Partido de la Gente, lo que le da juego para negociar en caso de no estar conforme en lo que vaya pasando en el oficialismo, y le confiere influencia negociadora en el Congreso, para conseguir esos votos por fuera para los proyectos gubernamentales.
Nuevamente, los liderazgos que emerjan después de esta elección interna del PS, serán bisagras claves para enlazar (o no) a las fuerzas no oficialistas y no de derecha en los proyectos de la agenda legislativa.
Además, el PS tiene una carta extra en estos equilibrios de poder que puede ser muy útil a Boric, y es su cercanía a la Democracia Cristiana, y -eventualmente- al Partido de la Gente, lo que le da juego para negociar en caso de no estar conforme en lo que vaya pasando en el oficialismo, y le confiere influencia negociadora en el Congreso, para conseguir esos votos por fuera para los proyectos gubernamentales.
Plebiscito y Convención Constitucional
El Partido Socialista será clave en el plebiscito del 4 de septiembre acerca de la Nueva Constitución, debido a su patrimonio. La colectividad cuenta con las arcas necesarias para financiar una campaña por una de las opciones en disputa y que lo posicionan por sobre otros partidos más jóvenes y alicaídos como PPD o el PR, e incluso por sobre el Partido Comunista que tampoco está claro qué tan disponible está para desembolsar dinero para competir con los ingentes recursos que seguramente destinará la derecha en favor del Rechazo.
En ese sentido, los socialistas señalan que su campaña la harán de forma solitaria, sin otros partidos de la coalición, según consignó The Clinic.
Pero no es solamente importante el dinero, sino que el PS haga un respaldo político a la nueva Constitución, de modo que se cierre la sangría por el centro que está sufriendo el Apruebo con proyectos tales como Amarillos por Chile.
En ese sentido, la elección será clave para ver las fuerzas de los socialistas cercanos a la derecha, como el ex senador Fulvio Rossi -quien es parte de Amarillos por Chile- o el senador Fidel Espinoza, quien aseguró no estar a favor del Apruebo tal como está la nueva Constitución.
Una tarea que no será fácil, pues en general los socialistas han sido críticos de los resultados de la Convención, y se han mostrado en contra de políticas tales como la eliminación del Senado. Cabe señalar que dentro del oficialismo, el PS es el que más parlamentarios posee en la Cámara Alta (7) y, con su eventual reemplazo inmediato por una Cámara de las Regiones, perderían su influencia en dicho espacio y la presidencia del Senado de Álvaro Elizalde.
Sobre la eliminación del Senado, De Urresti sostuvo en entrevista con Página 19 que “es una propuesta que respeto. Se ha votado mayoritariamente y respeto cada una de las normas que se han aprobado. La gente es soberana y será el pueblo de Chile el que el 4 de septiembre va a dirimir esa norma y otras. Soy un convencido que, con un texto constitucional respaldado por la inmensa mayoría, vamos a tener un mejor país, una mejor sociedad”.
Una tarea que no será fácil, pues en general los socialistas han sido críticos de los resultados de la Convención, y se han mostrado en contra de políticas tales como la eliminación del Senado. Cabe señalar que dentro del oficialismo, el PS es el que más parlamentarios posee en la Cámara Alta (7) y, con su eventual reemplazo inmediato por una Cámara de las Regiones, perderían su influencia en dicho espacio y la presidencia del Senado de Álvaro Elizalde.
Sin embargo, el debate por el reemplazo del Senado -cuando fue discutido el artículo-, enfrentó al PS con el PC y el FA, pero la aprobación contó con el respaldo de convencionales socialistas que votaron de forma autónoma a su partido. Episodio que no fue bien recibido por la tienda socialista, pues esperaban que el gobierno tuviera incidencia y alineara a los representantes del PC y FA en contra de la decisión, algo que finalmente no sucedió y fue interpretado como una ‘estrategia de reemplazo’ del Frente Amplio por sobre el Partido Socialista, según información de Ex Ante.
Dicho medio, también sostiene que a pesar de la postura de los socialistas en favor del Apruebo, al calor de las encuestas, algunos personeros del PS han mostrado preocupación por un escenario adverso y -en conjunto con la UDI, de forma privada- estarían discutiendo fórmulas para resolver una tercera vía -con el Rechazo triunfante- para no volver a la Constitución de 1980.
Si bien este escenario es hipotético, y no ha determinado esta elección de Comité Central, pues no ha habido un eje de discusión respecto del Apruebo o del Rechazo de la nueva Constitución, su resultado puede ser determinante para los grados de respaldo que pueda tener la opción por la nueva Constitución, y el límite político al coqueteo con la derecha para resolver un Rechazo que no implique volver al 17 de octubre de 2019.
De todos modos, “el problema del Partido Socialista es que su base joven es la que se ha perdido, es un partido en el que poco a poco solo van quedando los más viejos”, comenta a Interferencia un antiguo militante PS candidato al Comité Central en las votaciones de este domingo.
Agrega esta fuente que “mientras las bases militantes van en tendencia hacia la izquierda -como un fenómeno post estallido-, en paralelo, los cuadros políticos más visibles tienen una inclinación hacia el centro, incluso, hacia la ex Concertación”. La elección de este domingo, también será un choque entre ambos factores.
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... y pensar que el gran
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