Estamos donde tú estás. Síguenos en:

Facebook Youtube Twitter Spotify Instagram

Acceso suscriptores

Viernes, 25 de Julio de 2025

Nunca entendí la fascinación del chileno por orientar su solidaridad que aparece muy a menudo, detrás de los oportunistas de siempre, personajes hábiles a la hora de alinear a la población y de paso hacer buenos negocios como operadores del poder. Esto que fue propio de una época en donde los medios de información masiva jugaban un rol preponderante en la sociedad, hoy resulta, ya un fastidio. Sólo muy pocos levantaron su voz para cuestionar dicha interesada influencia mediática de estos vendedores de entretención devenidos a orientadores solidarios: ejemplo de ello fue Enrique Lafourcade, quien al hacerlo se ganó la reprobación pública por semejante osadía. Era una época donde todo llegaba más tarde; incluso la información de cómo las instituciones financieras invertían los fondos de millones de chilenos, otras noticias, directamente no llegaban... El gran orientador comunicacional para ambos casos, Teletón y AFP, adivine quién era. Hoy, la tecnología, con su inmediatez, vino a cambiar ese paradigma, y puso en evidencia el rol de estos operadores comunicacionales que trabajan para las grandes corporaciones económicas. Hoy sabemos que la institución financiera que respalda esta gran campaña solidaria, también respalda a hijos del poder a ganar sus primeros millones, con sólo mostrar una tarjeta de mamá-papá en el poder, respalda campañas políticas, etcetc, cosa que no representa ninguna ilegalidad, lo que si muestra, es una gran inmoralidad, el doble estándar, propio de una sociedad chilena, que quiere ser algo, pero al utilizar el camino más simple para hacerlo: la superficialidad-la apariencia, sólo logra hacer burdas copias de un comportamiento social. Hoy sigo sin entender, como la sociedad chilena, a pesar de estas vinculaciones y de grandes negociados, siga sin comprender que en todos estos años, no solo han mantenido una obra benéfica, sino que además han consolidado la solidez de una institución financiera que cada año, a partir de que se anunciaba la obra y el monto a recaudar, se frotaba las manos, ya que dicho capital, hoy lo podemos saber, se triplica –o más- en un mercado internacional.


Los Más

Ya que estás aquí, te queremos invitar a ser parte de Interferencia. Suscríbete. Gracias a lectores como tú, financiamos un periodismo libre e independiente. Te quedan artículos gratuitos este mes.



Los Más

Comentarios