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Jueves, 4 de Septiembre de 2025

En San Juan, San Antonio, la sombra de la Carretera 66 y las canteras amenaza con destruir su paz y bienestar. Cómo comité por la defensa de San Juan, necesitamos detener la afectación que estas infraestructuras traerán.* La Carretera 66, concebida como una vía de progreso y desarrollo, ha resultado ser una amenaza para la armonía y la tranquilidad de San Juan. Su trazado actual se adentra en un bosque, uno de los últimos pulmones verdes de la región. ¿Qué precio estamos dispuestos a pagar por el progreso? ¿Es justo sacrificar el entorno natural y la biodiversidad en aras del desarrollo vial? Pero la afectación no se detiene ahí. Las canteras, con sus máquinas y operaciones ruidosas, generarán una nube de polvo y ruido que asfixia la vida cotidiana de la comunidad. Los vecinos se enfrentarán a problemas respiratorios, mientras que la paz y la serenidad que una vez caracterizaron a San Juan se ven amenazadas. Lo más preocupante es cómo esto afectará a los más vulnerables. Las familias con niños y niñas que sufren de Trastorno del Espectro Autista (TEA) se enfrentarán a desafíos aún mayores. La sensibilidad auditiva de estos pequeños será sobreestimulada, dejándolos en un entorno hostil e inadecuado para su desarrollo y bienestar. La comunidad de San Juan ha alzado la voz en busca de respuestas, pero ha sido ignorada. Las autoridades encargadas de protegerlos y representarlos no han prestado atención a sus súplicas. El impacto de estas obras puede cambiar para siempre la vida de miles de personas, y aún así, el diálogo parece estar sellado. Es tiempo de tomar acción. Es tiempo de defender nuestro hogar. Exigimos que las autoridades detengan este trazado y reubiquen tanto la Carretera 66 como las canteras. Hacemos un llamado a la sensibilidad y empatía. No podemos sacrificar la paz y el bienestar de San Juan en el altar del progreso económico. Nuestra comunidad es un tesoro que merece ser protegido y conservado para las generaciones venideras. En unidad y esperanza, alzamos nuestras voces para que se escuche nuestro grito. Necesitamos que esto se detenga. La vida de San Juan y su gente, los sueños y esperanzas de nuestras familias, están en juego. Juntos, podemos asegurar que nuestro querido San Juan sea un lugar de paz, armonía y prosperidad para siempre.

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