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Domingo, 27 de Julio de 2025
Dictadura militar

A 50 años del asesinato del joven mapuche Nelson Curiñir: “la justicia chilena nunca llegó”

Paula Huenchumil J.

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Hugo Curiñir en su casa en Temuco. Foto: Paula Huenchumil
Hugo Curiñir en su casa en Temuco. Foto: Paula Huenchumil

El estudiante universitario fue secuestrado por la Fuerza Aérea de Maquehue. “Cuando veíamos a un mendigo en la calle lo mirábamos”, dice su hermano Hugo Curiñir. Fue el primer detenido desaparecido encontrado después de 17 años. Su otro hermano, Hernán, a través de la Asociación de Investigación y Desarrollo Mapuche, levantó un memorial dedicado a víctimas mapuche en el Parque Cautín en Temuco.

El sillón de la casa en Temuco donde interrogaron a Bartolo Curiñir Painemal, padre de Nelson Curiñir Lincoqueo, sigue en el mismo lugar. Los agentes de la dictadura le exigían la identidad y entregar a su hijo, el estudiante de la Universidad Técnica, Nelson Curiñir Lincoqueo. Al joven, lo habían encerrado junto a su madre y hermanos en una de las habitaciones, de la cual salió voluntariamente a declarar.

Eran cerca de las dos de la mañana del 6 de octubre de 1973 cuando el estudiante mapuche fue detenido por cerca de veinte militares y llevado a la Base Aérea de Temuco. Bartolo estaba en reposo absoluto debido a una reciente operación en la vesícula. “Mi viejo tuvo esa visión de futuro si se puede decir así, miró a quien daba todas las órdenes, se percató que tenía una mancha de quemadura y por eso después ubicaron quien era, Heriberto Pereira Rojas”, relata Hugo Curiñir sentado al frente del sillón.

Zoila Lincoqueo Huenumán y Bartolo Curiñir Painemal, tuvieron cuatro hijos: Nelson, Hernán, Hugo y Lilian. Nelson era el mayor y tenía 22 años el último día que su familia lo vio con vida.

Famentugne coñi, Permiso para interrumpir tu paz. Solo un momento para volver a acariciarte como cuando eras niño. Nencho... Siempre tendrás 22 años, con tus ideales y sueños has desafiado todas las muertes. No olvides, los sueños se hacen realidad. así como cae la lluvia en el wallmapu. Nencho... Kupan, y newen están presentes. Ellos inspiran a nuestro chawgnechen. Hasta luego, hijo mío. No te impacientes, ya nos encontraremos en la eternidad”.

En la misma casa, actualmente está colgado el título póstumo de Constructor Civil entregado por la Universidad de la Frontera (UFRO) en 2011. Y en el comedor, hay dos cuadros más, un retrato de Nelson o Nencho como lo llamaban sus cercanos, y un poema escrito por su madre en 2009, titulado Famentugne coñi.

Famentugne coñi, Permiso para interrumpir tu paz. Solo un momento para volver a acariciarte como cuando eras niño. Nencho... Siempre tendrás 22 años, con tus ideales y sueños has desafiado todas las muertes. No olvides, los sueños se hacen realidad, así como cae la lluvia en el wallmapu. Nencho... Kupan, y newen están presentes. Ellos inspiran a nuestro chawgnechen. Hasta luego, hijo mío. No te impacientes, ya nos encontraremos en la eternidad”.

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Casa de la familia de Nelson Curiñir
Casa de la familia de Nelson Curiñir

La búsqueda del Nencho

Al día siguiente de la detención comenzó la búsqueda incesante por encontrarlo. Los padres de Nelson fueron a la Base Aérea, donde inicialmente se les negó que había sido arrestado. “Mi viejita que siempre fue una mamá muy presente, salió a buscarlo, a la comisarías, fue a la cárcel, a la intendencia, le dijeron que no había información de ‘comunistas terroristas’. Un día fue a la base área y escuchó el grito de su hijo ‘andate mamá porque te van a matar a ti también’, con todo su dolor se vino la viejita”, relata su hermano Hugo Curiñir.

Su madre Zoila Lincoqueo Huenumán, falleció en 2018 a la edad de 92 años, y se convirtió en un símbolo en la búsqueda de justicia de víctimas de la dictadura cívico-militar de Augusto Pinochet. Diariamente acudía a la base aérea a preguntar por su hijo mayor.

De acuerdo a lo recopilado por el sitio Memoria Viva, en la segunda semana de octubre su madre concurre al regimiento Tucapel, en donde funcionaba la fiscalía militar a cargo de Alfonso Podlech, quien la recibió en su oficina con uniforme militar, exhibiéndole su pistola en el escritorio.

Zoila Lincoqueo le consulta la razón por la detención de su hijo, a lo que le contrapregunta: “‘¿A qué partido pertenecía la persona buscada?’, al responderle que este era del Partido Comunista, Podlech afirma: ‘¡bien muerto está!'’ siendo sacada violentamente del recinto militar, por orden de este Fiscal Militar”.

“Nelson Curiñir se escapó de una patrulla militar mientras era trasladado desde la base aérea Maquehue hasta el recinto de la Cárcel de Temuco, encargándose su captura vivo o muerto. Este bando es reproducido por el Diario Austral del día jueves 18 de octubre de 1973”, según informa Memoria Viva. Sin embargo, de acuerdo a la información recopilada, ya había sido asesinado el 13 de octubre.

A mediados del mismo mes de octubre de 1973, tres miembros del Ejército que conocían a Nelson llevaron a su madre una nota manuscrita supuestamente escrita por él, “en la que le informaba que estaba bien y que pronto sería liberado”.

Zoila Lincoqueo solicitó una entrevista con el Intendente de Cautín, quien: “en su presencia, se comunicó telefónicamente con la Base Aérea, tras lo cual, el Intendente le señaló que Nelson Curiñir sería puesto en libertad ese mismo día o que, en el peor de los casos, sería trasladado a la cárcel. Sin embargo, momentos después de la entrevista, doña Zoila se enteró, por una información radial, del Bando Militar en que se comunicaba la supuesta ‘fuga’ de su hijo”, indica la demanda interpuesta en la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la cual fue aprobada electrónicamente por la Comisión el 1o de junio de 2020.

“Nelson Curiñir se escapó de una patrulla militar mientras era trasladado desde la base aérea Maquehue hasta el recinto de la Cárcel de Temuco, encargándose su captura vivo o muerto. Este bando es reproducido por el Diario Austral del día jueves 18 de octubre de 1973”, según informa Memoria Viva. Sin embargo, de acuerdo a la información recopilada, ya había sido asesinado el 13 de octubre.

“Cuando veíamos a un mendigo en la calle lo mirábamos”

Hugo Curiñir Lincoqueo es el tercero de los hermanos y estaba cursando Ingeniería en Minas en Copiapó durante el gobierno de la Unidad Popular. Volvió para continuar sus estudios desde Temuco, el viernes 28 de septiembre de 1973, "era un día viernes, esa fue la última vez que vi a Nelson, mi hermano me fue a dejar al tren”, recuerda.

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Título póstumo de Constructor Civil entregado por la Universidad de la Frontera (UFRO)
Título póstumo de Constructor Civil entregado por la Universidad de la Frontera (UFRO)

Los primeros días de octubre ya estaba en el norte del país, “fui a la universidad a matricularme, ahí se encontraban las fuerzas de carabineros y del ejército y tenían listas de los alumnos, nos metieron en unos camiones”.

En Copiapó a la llegada a la Universidad lo detuvieron junto a otros estudiantes y profesores, donde sufren torturas y malos tratos. Luego es dejado libre y vuelve a Temuco, ahí se entera que su hermano Nelson había sido detenido y que estaba desaparecido. 

El documento La trayectoria política de la papay Zoila Lincoqueo: un camino de amor y resistencia por su hijo detenido desaparecido en Chile, de María José Lucero, describe a Nelson Curiñir como un destacado estudiante.

Luego Hugo debe abandonar el país por su seguridad y viaja a Bahía Blanca en Argentina, donde estaba su otro hermano. “Hubo muchos asesinatos en el camino, mi hermano, amigos, mis profes. Fue una época muy dura, los del exilio son mis otros hermanos”.

En el exilio su nombre era Leo Ortiz, donde estuvo casi diez años, al preguntarle por su regreso a Chile, comenta que siempre tuvo esperanza de encontrar a su hermano Nelson. “Mi hija se acuerda… cuando veíamos a un mendigo en la calle lo mirábamos”, recuerda emocionado Hugo Curiñir.

El documento La trayectoria política de la papay Zoila Lincoqueo: un camino de amor y resistencia por su hijo detenido desaparecido en Chile, de María José Lucero, describe a Nelson Curiñir como un destacado estudiante.

“Nelson militaba en las Juventudes Comunistas de Chile, organización comúnmente conocida como La Jota. Allí lo recuerdan como un joven de bajo perfil, callado, comprometido con su entorno y con ideas políticas muy firmes. No hay mucha claridad sobre cuál era su rol en la colectividad; sin embargo, en una ocasión fue guardaespaldas de Gladys Marín —exsecretaria y expresidenta del Partido Comunista de Chile— cuando visitó la Provincia de Cautín antes del golpe militar”, añade el texto.

El primer detenido encontrado en Wallmapu

En 1990, mientras la madre de Nelson participaba en una manifestación de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos de Temuco, se le acercó una mujer y le informó que en octubre de 1973 su esposo había participado como auxiliar en la autopsia de un cadáver en el Hospital de Nueva Imperial, correspondiente a un joven muerto por impacto de bala, que podría ser Nelson. 

Ante esta información, los familiares de Nelson fueron al Cementerio de Nueva Imperial, donde se pudo constatar que en 1973 efectivamente se había enterrado allí a una persona N.N. 

Se solicitó la exhumación a los Tribunales de Justicia, y la misma concluyó que los restos encontrados pertenecían a Nelson Wladimiro Curiñir Lincoqueo.

Su cadáver había sido encontrado por campesinos a la orilla del Río Cautín el 14 de octubre de 1973. Una autopsia posterior estableció que la causa de muerte fue una herida de bala en la cabeza. Fue el primer detenido desaparecido encontrado después de 17 años.

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Hugo Curiñir. Foto: Paula Huenchumil
Hugo Curiñir. Foto: Paula Huenchumil

Según la información que la familia logra recopilar, los hechos se suceden así: “En la madrugada del 13 de octubre, aproximadamente a las 03:00, en horas del toque de queda, es sacado Nelson Curiñir, inmovilizado de pies y manos, en el pickup de una camioneta Chevrolet azul cubierta por una carpa, por tres de sus captores desde el recinto de la Fuerza Aérea, Base Maquehue, siendo trasladado por la ruta a la costa en dirección a Nva. Imperial, en el kilómetro 24 se desvían hacia el puente de Ragñintuleufu sobre el río Cautín, en donde lo asesinan”.

“Yo ayudé a sacar el cuerpo cuando lo encontramos. De alguna forma calma un poco el dolor, entiendo perfectamente a las personas que siguen buscando. Yo voy todos los domingos a dejarles flores a mi hermano, a mi viejo y a mi madre, están los tres juntos aquí en Temuco”, comenta Hugo Curiñir.

Su cadáver había sido encontrado por campesinos a la orilla del Río Cautín el 14 de octubre de 1973. Una autopsia posterior estableció que la causa de muerte fue una herida de bala en la cabeza. Fue el primer detenido desaparecido encontrado después de 17 años.

Para la familia Curiñir Lincoqueo “no hubo justicia, porque cuando se empezó  a investigar se dictó la pena de cinco años y un día de cárcel para Heriberto Pereira Rojas, culpable de todo el martirio de Nelson, luego se fue a la Corte de Apelaciones de Temuco y rebajaron la pena tres años y un día. Después en la Corte Suprema por intachable conducta anterior quedó libre y murió el juicio”.

Tras ello, Zoila Lincoqueo tuvo la iniciativa de llevar el caso a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la cual fue acogida en 2020. “A los 10 años salió, pero ya mis padres estaban muertos. Se acogió, pero el ministro Allamand no hizo nada, nos ofrecieron un pago en cuotas. Castigaron al Estado chileno”.

“El culpable vive camino a Gorbea, en una faja cerca de donde yo tenía abejas, y luego supe que vivía ahí. La justicia chilena nunca llegó”, enfatiza Hugo Curiñir.

De acuerdo a lo publicado por el Diario Constitucional, posteriormente Pereira fue condenado pero por otros delitos cometidos en la dictadura cívico-militar, pues en 2020 el Ministro Álvaro Mesa condenó a militares y civiles por homicidios y apremios en base aérea Maquehue de Temuco por su responsabilidad en los delitos de homicidio calificado de Hernán Henríquez Aravena y Alejandro Flores Rivera, y aplicación de apremios ilegítimos a Jorge Silhi Zarzar, Víctor Painemal Alegría y Sergio Riquelme Inostroza.

El memorial mapuche 

Sobre lo que vivió su familia, Hugo Curiñir considera que sí fueron perseguidos por ser mapuche. “En esa época, en el gobierno de Allende nos habían empezado a reconocer como pueblo originario, que merecerían respeto, pero los dueños de Chile eran gente que nos menoscaba. Mi papá no sabía hablar español cuando comenzó a ir a la escuela primaria, pero mis viejos no nos enseñaron a hablar mapudungun porque eran muy muy discriminados”.

Su otro hermano, Hernán Curiñir, quien sufrió el exilio, también ha levantado el legado y memoria de su hermano y de otras víctimas mapuche de la dictadura militar, mediante el “Espacio Contemporáneo de Arte, Cultura y Memorial Mapuche” en el Parque Isla Cautín.

Aquel espacio, que se inauguró en abril del año 2022 en la ciudad de Temuco, y cuenta con 27 hectáreas en el sector centro sur de la ciudad, es un megaproyecto que busca principalmente la preservación natural y ecológica de los sectores verdes de Temuco.

“En esa época, en el gobierno de Allende nos habían empezado a reconocer como pueblo originario, que merecerían respeto, pero los dueños de Chile eran gente que nos menoscaba. Mi papá no sabía hablar español cuando comenzó a ir a la escuela primaria, pero mis viejos no nos enseñaron a hablar mapudungun porque eran muy muy discriminados”, dice Hugo Curiñir.

Sin embargo, justamente en la dictadura militar, en ese mismo suelo se produjo el episodio conocido como “Asalto al Polvorín” del Regimiento Tucapel de Temuco, en el que fueron torturados y asesinados siete militantes del Partido y la Juventud Comunista. Por ello, es que desde 2011, familiares de detenidos desaparecidos manifestaron que era indispensable que el parque incluyera un memorial.

A unos pocos metros, está la plaza de los Chemamüll, son cuatro figuras “que simbolizan el inicio de nuestra sociedad y la relación del hombre con la naturaleza y de estas, con el cosmos que actúan como los seres tutelares”, señala el documento del espacio. Este memorial lo levantó la Asociación de Investigación y Desarrollo Mapuche, encabezada por el historiador mapuche, Hernan Curiñir Lincoqueo.

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Espacio Contemporáneo de Arte, Cultura y Memorial Mapuche. Foto Paula Huenchumil
Espacio Contemporáneo de Arte, Cultura y Memorial Mapuche. Foto Paula Huenchumil

En aquel lugar se rememoran a las víctimas asesinadas y detenidas desaparecidas mapuche. Por primera vez, un lugar de memoria reúne en un listado solo a personas mapuche.

El Espacio Contemporáneo de Arte, Cultura y Memorial Mapuche, lleva consigo una profunda espiritualidad. “Esta obra la hemos erigido, circunscrita en el Kuel (Pirámide ritual mapuche)”. “El memorial mapuche busca generar un espacio de conciencia colectiva, de armonía hombre-naturaleza, de reflexión y memoria, que permita honrar a nuestros hermanos que nos brindaron su presente, ellos/as: amaron, rieron, soñaron vivir en una sociedad más humana y justa. Nuestro deber es honrar su memoria, con actitud resiliente que permita impulsar su legado”.



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