Estamos donde tú estás. Síguenos en:

Facebook Youtube Twitter Spotify Instagram

Acceso suscriptores

Jueves, 17 de Julio de 2025
Internacional

La carta de Francia, los misiles de Alemania y Transnistria

Andrés Almeida

"Aunque nunca lo mencionó Macron, su par alemán está en el centro de sus palabras, pues para que Francia pueda realizar cualquier política europea requiere la anuencia de Alemania, más en materia de seguridad en Europa del Este, dada la posición geográfica de ambos países".

Este es el newsletter de análisis informativo La Semana, exclusivo para suscriptores, correspondiente al domingo 17 de marzo de 2024, el cual disponemos ahora para todo público.

Como antaño, una fuerte actividad diplomática ha sacudido a Europa a partir de la acción de Francia. 

Para ser precisos, desde el 26 de febrero pasado, cuando Emmanuel Macron, el presidente francés, no descartó el envío de tropas francesas a Ucrania, en un contexto en el que declaró además que los europeos debían prepararse para un ataque ruso en los próximos años, y que “la derrota de Rusia es indispensable para la seguridad y la estabilidad de Europa".

Las declaraciones las hizo en París, en el marco de una reunión de aliados de Ucrania, cuando empezaba a estar claro que el apoyo estadounidense está menguando, dado que la última gran partida presupuestaria de apoyo a Kiev por US $ 61.000 millones está estancada en el Congreso. Esto, dado que la guerra no concita mayor entusiasmo en Estados Unidos, divide a los republicanos, y, principalmente, no entusiasma a Donald Trump, quien tiene -hoy por hoy- la primera chance de ganar la  elección presidencial de Estados Unidos del 5 de noviembre próximo.

10 días atrás, también en febrero, tanto Francia como Alemania y Reino Unido habían suscrito acuerdos de defensa con Ucrania, en los que estas potencias -entre otras cosas- comprometían ayuda militar este 2024 por $3.000 millones, $7.100 millones y $2.900 millones, respectivamente. Un sucedáneo de la ayuda estadounidense, dadas además las ingentes necesidades ucranianas, pero también un gesto de respaldo.

Con todo, nadie esperaba un cambio a un tono beligerante por parte de Macron, pues, también hasta ese momento, el presidente francés había buscado un posicionamiento más autónomo del eje Berlín-Washington, como una alternativa occidental para abrir diálogo, sugiriendo acercamientos a Vladimir Putin, el presidente ruso, y acercándose a Xi Jinping, el presidente chino,. 

Y más importante aún, Francia, hasta ese momento, pese a ser la principal potencia militar de la Unión Europea, y la única con arsenal nuclear, ha hecho entrega de ayuda militar a Ucrania tan solo por US $ 700 millones, lo que es un esfuerzo considerablemente menor al de Alemania (US $ 19.420 millones), o al de Estados Unidos (US $ 46.330), conforme los datos de Kiel Institute de Alemania.

Algo cambió.

Algunos opinan que Francia no puede seguir en la reserva del apoyo militar a Ucrania, sin el riesgo de que este país colapse más temprano que tarde. Ello, pues Joe Biden -el presidente estadounidense-, aunque logre pasar en el Congreso la ayuda por US $ 61.000 millones, no podrá liderar la alianza contra Rusia, pues enfrenta una elección en la que ese tema no le reporta ningún rédito, y, además, hay indicios de que la máquina de guerra estadounidense no puede ir al ritmo de las necesidades ucranianas, algo que no se arregla de un día para otro ni con un cerro de plata. 

En esa línea, otros piensan que Macron está haciendo una apuesta geoestratégica para buscar posicionar a Francia en un escenario post bélico, en el que el país -gane o pierda Ucrania-, quede en una posición de liderazgo europeo. Esto, en el entendido de que Europa no podrá contar con Estados Unidos para su defensa en el mediano plazo, tal como lo viene diciendo Trump incluso desde que fue presidente..

Hay quienes creen también que Macron está pasando la cuenta Putin, por toda la actividad rusa en el Sahel, donde varios países han renegado de su filiación y compromisos con Francia, reemplazando a esa potencia por Rusia. Esta tesis supone que en esta política agresiva hay consideraciones importantes de la industria bélica francesa, que ha perdido importantes contratos en África, los que buscaría reemplazar al establecer una línea de defensa europea frente a Rusia, y que ven cómo sus pares alemanes y estadoundenses se enriquecen en esta guerra.

Otros piensan que Macron simplemente está preparando a la opinión pública para justificar la presencia de cuadros militares franceses en Ucrania, indispensables para la operación en el terreno del armamento más sofisticado que se piensa entregar.

Al respecto, es probable que ya haya militares franceses y de otras partes de Occidente hace rato en territorio ucraniano, disueltos en las tropas mercenarias que han llegado a combatir por Ucrania por cuenta propia. Al menos, así lo cree el Kremlin, el que reportó en enero que un ataque en Járkov eliminó a unos 50 mercenarios de nacionalidad francesa, aunque Francia negó la participación de sus militares.

Otros piensan que Macron simplemente se volvió loco, y ojalá que no se crea Napoleón (ya los rusos lo llaman Macroleón).

Sea la razón que sea, después de sus declaraciones iniciales, Macron ha debido explicarse en numerosas ocasiones, esto, pues ha alternado en su discurso mensajes que buscan calmar a quienes temen una escalada a partir de sus palabras, diciendo que Francia sólo entraría con tropas en Ucrania de manera reactiva ante alguna acción rusa que suponga la agresión de países aliados de la OTAN. Esto, junto con otros mensajes que van completamente en otra dirección, como cuando dijo que Europa no debía plantearse límites respecto de Rusia o cuando señaló que “nos acercamos a un momento en nuestra Europa en que será conveniente no ser cobardes”.

La acusación por “cobardía”, realizada en República Checa a principios de marzo, fue particularmente relevante, pues supuso una apuesta alta. 

Esto, porque después de que Macron dijo que podría haber tropas francesas en Ucrania, casi todos los aliados europeos se manifestaron en contra, incluida Alemania y la OTAN, con lo que cosechó el respaldo abierto de tan solo un puñado de autoridades de los países bálticos, y algunas señales en su favor de funcionarios fineses, polacos y checos. Incluso el respaldo posterior del presidente checo, Petr Pavel, es más bien testimonial, pues la República Checa tiene un régimen parlamentario, en el que gobierna un primer ministro, y éste -Petr Fiala- ya había dicho que "en Europa nadie considera enviar tropas a Ucrania".

Es así que la acusación por “cobardía”, buscaba remecer a los aliados europeos, y en particular, tocar a Olaf Sholtz. 

Aunque nunca lo mencionó Macron, su par alemán está en el centro de sus palabras, pues para que Francia pueda realizar cualquier política europea requiere la anuencia de Alemania, más en materia de seguridad en Europa del Este, dada la posición geográfica de ambos países. Y hasta ahora, toda la estrategia militar de Alemania ha pasado por considerar al país como el principal soporte del accionar estadounidense. Rol que Macron y Francia, por razones históricas, no están dispuestos a desempeñar, aunque, sean estas las mismas razones por las que Alemania no se pondría bajo el comando de Francia. 

Es así como, de algún modo, el presidente francés debía intervenir en la discusión alemana, la que en esos momentos -como ahora- está atravesada por la filtración de audios de militares alemanes de alto rango que discuten la operación de los misiles alemanes Taurus con el propósito de atacar Crimea.

La revelación fue una bomba de los servicios secretos rusos, quienes la activaron el 1° de marzo, cuando la dio a conocer Margarita Simonián, la redactora en jefe de Rossiya Segodnya, la casa matriz de Sputnik.

Durante las pocas horas en que los alemanes se tardaron en reconocer la veracidad del audio, los rusos aprovecharon para hacer ver la gravedad y las implicancias de la participación en terreno de militares europeos en territorio ucraniano, incluidas amenazas veladas de uso del poderío nuclear ruso. 

En cuanto a la presencia de militares occidentales en Ucrania, el audio alemán revela la presencia de tropas británicas en suelo ucraniano, ayudando a sus fuerzas a operar los misiles británicos Storm Shadow, lo que refuerza la tesis rusa de que libra una guerra proxy contra la OTAN. 

Posteriormente a la grabación, Rusia difundió que han llegado a luchar por Ucrania 11.675 mercenarios de 85 países, habiendo sido eliminados 5.962. Al respecto, la agencia rusa de noticias, TASS, informó que el Kremlin calcula que Rusia eliminó 147 de los 256 mercenarios franceses que han ido a Ucrania.

Como curiosidad, los rusos al difundir los números por país, contabilizaron a once chilenos y uno fallecido

Finalmente, The New York Times reveló La guerra de los espías: cómo la CIA ayuda secretamente a Ucrania a luchar contra Putin, de Adam Entous y Michael Schwirtz. Algo que zanja el nivel de alto involucramiento de Occidente en terreno.

Volviendo al tema de los Taurus -los que deberían ser operados por oficiales alemanes en terreno, para que sirvan de algo-, si Scholz tenía alguna duda sobre su entrega a Ucrania, ésta quedó inmediatamente despejada. Ni él ni la opinión pública alemana están dispuestos a ir tan lejos, tan lejos como días atrás Macron señaló como el lugar al que hay que ir.

De todos modos, hacia mediados de mes se juntaron Macron, Scholz y Donald Tusk, el primer ministro polaco, con el propósito de aunar en Berlín una política de defensa europea y conciliar todo lo que se había dicho y lo que había pasado, buscando evitar ahondar en la peor arista política que emergió en medio del Plan Macron, que fue que Europa se mostró dividida. Nada mucho pasó en dicha conferencia, salvo el anuncio de que los aliados saldrían a comprar armamento a terceros para pasárselo a Ucrania.

Más recientemente, Macron anunció que pedirá un alto al fuego a Rusia durante la celebración de los Juegos Olímpicos de París en el verano europeo.

¿Perdió Macron su apuesta?

En el corto plazo sí, pues la filtración de los audios dejó fuera de juego a Alemania, lo que la enajena de su interés inmediato, que era poner en escena a una Europa capaz de reemplazar a Estados Unidos como agente de poder en el continente.

Además, en Francia su actuar ha sido tomado con recelo, y si bien no ha enajenado el apoyo a Ucrania por parte de la opinión pública y el Congreso, por lo que sigue en pie su ofrecimiento de más ayuda militar, sí se ha despertado un intenso debate acerca de las posibilidades reales de Francia como una potencia capaz de enfrentarse al desafío ruso. 

Al respecto, es decidor este artículo de Marianne, una reputada revista izquierdista parisina; Guerra en Ucrania: de la cautela al pánico… Lo que esconde el viraje de Macron, donde Laurent Valdiguié da cuenta de muchas inquietudes de militares franceses.

Pero, tal vez, en un mediano plazo todo cobre un mayor sentido. 

Si es cierto que Ucrania tiene perdida la guerra, como ahora parece, dado que sus suministros de tropa y armamento se debilitan día a día, sin que se vea posible revertirlo en lo inmediato -mientras que las líneas rusas, por el contrario, se robustecen-, entonces es previsible que la línea de defensa ucraniana colapsará en algún momento como un castillo de naipes, lo que permitiría a los rusos llegar hasta Odesa, ciudad a la cual ya está evocando Vladimir Putin en sus intervenciones públicas. 

En ese caso, Rusia volvería a tener fronteras con Moldavia, una ex república soviética de mayoría étnica rumana, que no está en la OTAN, y en particular con Transnistria, una rica provincia moldava de mayoría étnica rusa, que ha declarado su independencia y su intención de unirse a la Federación Rusa.

Es decir, en este caso, sería cierto que Rusia no limitaría su expansión por Europa a Ucrania, sino que haría algo similar con Moldavia. 

Si bien una supuesta incorporación de Transnistria -una república que se declara a sí misma como ‘soviética’-, no necesariamente será por la fuerza, pues los moldavos no tienen capacidades de defensa ni similares a los ucranianos, sí da cuerpo a la idea de que Rusia no se está deteniendo en la línea ucraniana, lo que alimenta los temores de su expansión hacia las repúblicas bálticas e incluso hacia Polonia y Finlandia.

En mi parecer, es probable que los rusos no se detengan hasta llegar Transnistria, pero creo que solo llegarán hasta ahí. Esto, pues su incorporación debiese ser bastante más simple que la de los oblast ucranianos del Mar Negro, pues Moldavia no es rival militar suficiente ni parte de la OTAN. Y no irían más lejos,  en mi parecer, porque todo el resto del mapa europeo, ya es terreno de la OTAN o área de influencia de Turquía, en el caso del Cáucaso. 

Con todo, la supuesta incorporación de Transnistria no solo sería fatal para Ucrania, que perdería definitivamente su salida al Mar Negro, pues Rusia no renunciaría a la continuidad territorial hasta alcanzar esa nueva posible provincia, sino que también sería un factor de inestabilidad futura muy grande, pues Rusia volvería a tener presencia en los Balcanes, lo que supone un refuerzo de Serbia en su disputa por Kosovo. Eso, aunque tal vez la guerra termine en negociaciones, en las que se permita a Ucrania conservar costa, a cambio de convertir Transnistria en una especie de enclave ruso, como Kalingrado en el Báltico. 

Más allá del estatus futuro de esta provincia moldava, pareciera que por ahí van los tiros de Macron, quien por estos días anunció el reforzamiento de la presencia militar francesa en Rumania, país que es parte de la OTAN, y el cual tiene un fuerte movimiento de unificación con Moldavia.

Si bien es difícil que en corto plazo ambos países se unan, en caso de suceder, inmediatamente Transnistria pasaría a ser territorio de la OTAN, lo que dificultaría cualquier acción rusa. 

Visto en esta perspectiva, tal vez la carta de Macron no parece tan destemplada, pues ya no está jugada en el el juego ucraniano, sino en el futuro de Moldavia y los Balcanes.



Los Más

Ya que estás aquí, te queremos invitar a ser parte de Interferencia. Suscríbete. Gracias a lectores como tú, financiamos un periodismo libre e independiente. Te quedan artículos gratuitos este mes.



Los Más

Comentarios

Comentarios

Añadir nuevo comentario