Un grupo de investigadores de la Universidad de Concepción han desarrollado un polímero en base a algas que mantiene las mismas propiedades de resistencia y aplicabilidad que las bolsas tradicionales, pero con un tiempo de degradación entre los 90 y 130 días, dependiendo de las condiciones de humedad del suelo.
Lo anterior, considerando que las bolsas plásticas, comunes en sectores como el forestal, viverista y frutícola, presentan un problema ambiental significativo debido a su lento proceso de degradación, que puede tomar cerca de 150 años. En un contexto donde la preocupación por el medio ambiente es cada vez mayor, la acumulación de estos materiales genera un desafío urgente para la sostenibilidad de las prácticas agrícolas y forestales.
El desarrollo se realizó al alero del Grupo Interdisciplinario de Biotecnología Marina (Gibmar) del Centro de Biotecnología y la Unidad de Desarrollo Tecnológico UDT, y estuvo dirigido alternadamente por el académico del Departamento de Ciencia y Tecnología de los Alimentos, Dr. Cristian Agurto Muñoz, y el Director del departamento de I+D de UDT, Álvaro Maldonado Mendoza.
"Es una mezcla de polímeros naturales biodegradables, con una masa importante de algas chilenas, que va variando en función del producto final porque le otorga características físicas y mecánicas particulares. Todos los componentes son naturales y completamente biodegradables", comentó Agurto a Interferencia.
En esa línea, el investigador explicó que se trata de un proyecto ya finalizado, que cuenta con un desarrollo de más de 10 años. "En su momento se validaron y aplicaron para la industria forestal en la industria viverista de árboles frutales. Evidentemente, pueden haber otras aplicaciones. Además, cuando desarrollamos este producto no existían las restricciones ni la conciencia ambiental de hoy en día, por lo que las brechas que tuvo en ese tiempo probablemente ya no sean las mismas", apuntó.
"En su momento se validaron y aplicaron para la industria forestal en la industria viverista de árboles frutales. Evidentemente, pueden haber otras aplicaciones. Además, cuando desarrollamos este producto no existían las restricciones ni la conciencia ambiental de hoy en día, por lo que las brechas que tuvo en ese tiempo probablemente ya no sean las mismas"
La iniciativa elaboró maceteros y bolsas plásticas para la industria viverista y agroforestal que pudiesen ser compostables, evitando así que contaminen el suelo. Además, durante el desarrollo se descubrió que estos mismos plásticos en base a algas aportan nutrientes propios a las plantas, lo que mejoró aún más la experiencia de uso de estos.
Se ejecutaron tres proyectos I+D, que se llevaron a cabo entre 2010 y 2016, se obtuvieron tres patentes: una vinculada a la producción de las bolsas y maceteros, otra para el cultivo de macroalgas para la obtención de materia prima y otra para la elaboración de mallas espumadas protectoras de frutas de exportación.
“Generamos maceteros, contenedores y bolsas para distintos tipos de árboles, para la industria forestal y la industria frutícola de los viveristas. Por otro lado, generamos plásticos biodegradables antimicóticos para proteger fruta de exportación, y además generamos una tecnología de cultivo para suministrar las algas con las características necesarias para producir estos plásticos”, apuntó el Dr. Agurto al sitio Noticias UdeC.
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