México 2, Estados Unidos 1. Ese fue el resultado del partido de fútbol del pasado 6 de julio en el torneo de la Copa de Oro. Lo que los espectadores no sabían era que se jugaba algo más importante que un encuentro deportivo entre dos naciones.
Días antes del partido, el embajador norteamericano en el país azteca, Ronald Johnson, lanzó una apuesta al secretario de Relaciones Exteriores Mexicano, Juan Ramón de la Fuente. Quien pierda el partido deberá vestir la camiseta del ganador y sacarse una fotografía. El diplomático agregó: “Fuera de la cancha hay amistad, respeto y admiración, pero en la cancha hay una rivalidad. Vamos por el oro”. El embajador perdió la apuesta. No vio su oro y se fotografió con la camiseta de la selección mexicana.
La estrategia del embajador de hacerse el simpático y cercano con los mexicanos se entiende, ya que muchos diplomáticos lo hacen en sus primeros meses. Pero el hecho de que haya perdido y luego fotografiarse con la camiseta de México, no gustó en Washington. Lo vieron como una exposición innecesaria. Más aún cuando Trump tiene un discurso anti inmigratorio especialmente contra los mexicanos. El líder norteamericano no busca que sus representantes sean carismáticos, sino más bien que inspiren respeto y si es temor mejor.
La Casa Blanca se alimenta de sus continuos ataques y titulares. Le gusta mostrar y comentar sus masivas deportaciones contra mexicanos, que son perseguidos casi como en una cacería. Sumemos también la tensión entre ambos países por la política arancelaria de Trump y los rumores de que podría enviar tropas para combatir a los cárteles de la droga que ahora se les denomina terroristas. Nada similar a lo de su embajador que está preocupado de un partido de fútbol y haciendo apuestas por redes sociales.
Algunos dirán que es un balance ante la descarrilada administración Trump, pero no es eso. Se habla en Washington que la razón es una muy peligrosa para-EE. UU.
Recientemente, a través de un video difundido en redes sociales, un periodista mexicano presentó una lista de políticos del partido de gobierno (Morena) que, según él, están siendo investigados por el Ejército y Marina de Estados Unidos, por que tendrían “ingresos extraordinarios e inexplicables” en cuentas bancarias en Panamá.
En la lista de 15 personas figuran nombres como el del expresidente Andrés López Obrador, sus hijos, y militantes de su partido. La noticia, que se publicó en varios medios internacionales, resultó ser falsa y desmentida por EE. UU.
No es extraño que Estados Unidos y muchos países tengan información y listas de sujetos en actos de corrupción, pero la fake news indicaba que ambas ramas de las fuerzas armadas le habían filtrado al periodista mexicano sus investigaciones. Algo que no tendría mérito ya que los militares no se dedican a esos casos y menos la compartirían con un reportero para que las publique creando un grave conflicto entre ambos países.
Lo que es sí es real es la negociación de Estados Unidos con el hijo del Chapo Guzmán, Ovidio, que entregó muchos nombres de colaboradores del cártel de Sinaloa, entre los que están militares, políticos y empresarios mexicanos. Luego seguirá el testimonio de Ismael “El Mayo” Zambada, el capo más antiguo de Sinaloa, que sin duda será más dañino aún para las autoridades aztecas. Esa es la carta que Norteamérica tiene para intimidar a México. Pero La Casa Blanca cometió un error e ignora lo que la nación mexicana tiene bajo la manga.
Estados Unidos no sólo perdió el partido de fútbol ante México, sino que cuando el embajador Johnson anunció su apuesta en redes sociales, ese mismo día los mexicanos recibieron una información que es más fuerte que una mera lista de nombres. Y fue el propio diplomático, sin saberlo, quien ayudó a México a tener esos datos, que señalan podrían afectar a EE. UU. y hasta a Trump.
Para lograr comprender el leverage que tiene ahora México sobre Estados Unidos, hay que remontarse al miércoles 9 de abril del presente año. Ese día el Senado estadounidense votó 49 a 46 a favor de Johnson, para confirmarlo como embajador en México. Estuvo a muy pocos votos de no lograrlo. La pregunta es la razón de tantos votos en contra. Otros nominados no tuvieron esas cifras de oposición a su cargo. La respuesta, que lleva años en diversos escritorios en Washington D.C., hoy en día la tiene México. La raíz de todo es el embajador Ronald Johnson.
El gobierno azteca no hablará ni reconocerá su leverage contra Estados Unidos. Muy por el contrario, lo guardará para negociar en secreto con el embajador, con Trump y sus agencias.
Johnson tiene un complicado historial, que un amigo cercano a él, que actualmente vive en Miami y antes en El Salvador, donde se conocieron cuando el embajador era la máxima autoridad en dicha misión diplomática, entregó a México datos y evidencias de quién es realmente el representante de Trump en México. Los antecedentes son tan graves que en Washington no se atreven a decírselo al presidente. El “amigo” de Johnson actualmente ofrece en México su cercanía al embajador para hacer negocios.
Copias de la carpeta sobre Johnson, con información sensible, están también en manos de una prestigiosa revista de Estados Unidos que se encuentra verificando los datos y preparando su reportaje.
Por su parte, la oposición política al actual gobierno mexicano, ignorando estos delicados antecedentes del embajador Ronald Johnson, opta por darle un trato de mesías y lo venera entregándole premios sin razón alguna.
Le hacen galas, a un costo de 200 dólares el boleto, por temor a perder sus visas y se fotografían con él mientras hablan mal de su país sin saber a quién le están dando la mano e información. Patética escena diplomática en que la historia se repite más de 500 años después. El embajador llega a tierras mexicanas como lo hizo Cortez, mientras los indígenas mexicanos vistiendo sus mejores plumas de ave quetzal le llevan oro a cambio de espejos que sólo reflejan su temor al Dios blanco conocido ahora como Quetzalcóatl Trump.
Para el presidente norteamericano sólo hay países súbitos y enemigos. Sin embargo, la información que ahora tiene México sobre su embajador cambiará el resultado de este otro partido de fútbol por una goleada. Este encuentro recién comienza. Estamos en el minuto 11 del primer tiempo y podría terminar con varios jugadores estadounidenses lesionados y otros expulsados.
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