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Viernes, 18 de Julio de 2025
Crisis diplomática con China

Nancy Pelosi aterriza en Taipéi y Estados Unidos cambia el foco del conflicto de Ucrania hacia Taiwán

Lissette Fossa
Andrés Almeida

La líder de la Cámara de Representantes estadounidense finalmente desafió al presidente chino Xi Jinping e incluyó a Taiwán en su gira asiática, lo que es considerado por China como un acto hostil que refuerza las pretensiones independentistas taiwanesas. El presidente de Estados Unidos había desaconsejado esta parada.

La anunciada visita de la congresista estadounidense Nancy Pelosi a Taiwán, efectuada este martes, marcó la agenda noticiosa mundial en medio de dimes y diretes diplomáticos entre Estados Unidos y China, y de una escalada de tensión militar en la zona, con varios ejercicios militares chinos desenvolviéndose en torno a la isla. 

Los analistas internacionales miran con cuidado el problema, buscando observar hasta qué punto se trata de una actitud más ofensiva de Estados Unidos hacia China, y hasta dónde cabe este hecho en la doctrina de la ‘ambigüedad estratégica’ hacia el asunto de Taiwán, la que indica que Estados Unidos reconoce las pretensiones chinas sobre la isla, pero -a la vez- protege su autonomía. 

Desde hace meses que Pelosi, la líder de la mayoría demócrata en la Cámara, había anunciado su visita a Taiwán, justificándose en el acuerdo que hay entre la isla y Estados Unidos, de 1979, que le proporciona apoyo y protección militar a Taiwán frente a China.

Otro elemento recurrente de análisis ha estado en torno a si la visita de Pelosi -tercera en la línea de mando- tiene el potencial de desencadenar una guerra entre China y Taiwán, y si es que Estados Unidos intervendría.

Pelosi (demócrata, electa por California) se juntará este día con la presidenta de la isla, Tsai Ing-wen, durante la mañana de hoy, y se espera con atención lo que pueda decir, lo cual será interpretado de acuerdo a los grados de provocación que puede suscitar en Beijing. La molestia de los chinos es porque consideran que la visita de Pelosi puede leerse como un asunto entre estados soberanos (Pelosi es tercera en la sucesión al mando), en el cual podría estar implícito el reconocimiento estadounidense a Taiwán como país independiente. 

Desde hace meses que Pelosi, la líder de la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, había anunciado su visita a Taiwán, justificándose en el acuerdo que hay entre la isla y Estados Unidos, de 1979, que le proporciona apoyo y protección militar a Taiwán frente a China, incluyendo armamento con un fin defensivo, lo cual está en la base de la doctrina de ‘ambigüedad estratégica’. 

En una columna publicada este martes en The Washington Post, Pelosi afirma que Taiwán está “bajo amenaza”.

“En los últimos años, Beijing ha intensificado dramáticamente las tensiones con Taiwán. La República Popular China (RPC) ha aumentado las patrullas de bombarderos, aviones de combate y aviones de vigilancia cerca e incluso sobre la zona de defensa aérea de Taiwán, lo que llevó al Departamento de Defensa de Estados Unidos a concluir que el Ejército de China ‘probablemente se está preparando para una contingencia para unificar Taiwán con la República Popular China por la fuerza’”, afirmó la congresista en su columna.

“Frente a la agresión acelerada del Partido Comunista Chino (PCCh), la visita de nuestra delegación del Congreso debe verse como una declaración inequívoca de que Estados Unidos apoya a Taiwán, nuestro socio democrático, mientras se defiende a sí mismo y a su libertad”, consigna Pelosi, quien además hizo mención a acusaciones de vulneración de los derechos humanos en China contra la nación uigur y en contra de manifestantes jóvenes en Hong Kong, ocurridas en 2019.

China considera como una zona “rebelde” a Taiwán, tras haber albergado a los perdedores de la guerra civil China en 1949, pertenecientes al Partido Nacionalista o Kuomintang. Por su parte, Taiwán se considera un país independiente.

Lo paradojal del argumento es que este acuerdo permitió a Richard Nixon acercarse a la China de Mao Tse-Tung, en tanto se complementa con la aceptación estadounidense de la existencia de ‘una sola China’, con lo que Estados Unidos cambió su política vigente desde el fin de la Segunda Guerra Mundial que reconocía la independencia de Taiwán.

China considera como una zona “rebelde” a Taiwán, tras haber albergado a los perdedores de la guerra civil China en 1949, pertenecientes al Partido Nacionalista o Kuomintang. Por su parte, Taiwán se considera un país independiente, y aunque en la práctica funciona autónomamente, depende en gran medida de la alianza con Estados Unidos en el área militar para proteger sus fronteras, y en parte económica, de la misma China, que es su mayor socio comercial. 

Contrario a lo que se podría pensar, China y Taiwán, por años, han mantenido relaciones comerciales profundas, lo que ha impulsado a China a buscar un ‘acuerdo pacífico’ de reunificación, la cual es la doctrina oficial de la diplomacia china.

Los vientos de guerra llegan a Taiwán a propósito de la invasión de Rusia a Ucrania, pues dicho evento ha alimentado a quiénes les conviene a nivel doméstico el conflicto entre chinos y estadounidenses, ante la hipótesis de que Estados Unidos no podría sustentar dos esfuerzos bélicos con superpotencias a la vez. 

Es así que para algunos analistas, la visita de Pelosi responde a la desestabilización del orden internacional producto de la guerra en Europa, en la cual Estados Unidos no ha podido contener los avances rusos en el campo militar ni aislar a Rusia internacionalmente ni vulnerar su economía. Con esto, Pelosi estaría abriendo otro flanco y foco de atención, en el marco de las elecciones de medio término de Estados Unidos, donde se renovará el Congreso, y donde se vislumbra una derrota del partido del poder: el Demócrata.

“A medida que se deterioran las relaciones entre China y Occidente, ha ido en aumento el rumor de un posible movimiento hacia Taiwán, particularmente después de la invasión de Ucrania por parte de Rusia en febrero. Desafortunadamente, la propia retórica y acción de Beijing tampoco ayudan a disipar tales preocupaciones”, manifestó en The Guardian el corresponsal Vincent Ni.

Al respecto, Biden y Xi Jinping tuvieron una conversación telefónica de más de dos horas, en la que se abordó el viaje de Pelosi. El líder chino advirtió al estadounidense que “no juegue con fuego”. 

“En circunstancias normales, los diplomáticos estadounidenses y chinos deberían haber sido capaces de crear la oportunidad de consolidar la ambigüedad estratégica como política incuestionable de los Estados Unidos. Sin embargo, las preocupaciones estadounidenses sobre la postura agresiva de Rusia hacia Ucrania a fines de 2021 y principios de 2022 llevaron a los formuladores de políticas a expresar su preocupación de que, si Rusia se saliera con la suya invadiendo Ucrania sin consecuencias, entonces China podría animarse a hacer lo mismo con Taiwán. En este contexto, lo último que Estados Unidos quería al señalar su preocupación por Taiwán a China era ‘ambigüedad’”, opina el analista, Scott Ritter, ex oficial de inteligencia del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos, quien estuvo de servicio en la ex Unión Soviética.

En marzo de 2021, la administración de Joe Biden publicó su Guía de estrategia de seguridad nacional provisional, en la que Washington estableció la noción de una “competencia estratégica” con China. En ella quedaba claro que se continuaría con la estrategia de la ‘ambigüedad’ respecto a Taiwán, sin embargo, se advertía sobre la búsqueda de frenar el auge de China como líder mundial. Tras eso, Nicholas Burns, el actual embajador de Estados Unidos en China, afirmó que “nuestra responsabilidad es hacer de Taiwán un hueso duro de roer”.

Sin embargo, este viaje de Pelosi -del cual no se sabe cuán coordinado está con la Casa Blanca, pues Biden desaconsejó la visita- pone en duda cuán ambiguo es el compromiso militar estadounidense. Al respecto, Biden y Xi Jinping tuvieron una conversación telefónica de más de dos horas, en la que se abordó el viaje de Pelosi. El líder chino advirtió al estadounidense que “no juegue con fuego”. 

Cabe mencionar que Xi Jinping en tres meses más enfrentará un proceso eleccionario, el que si bien tiene más o menos asegurado, de todos modos puede ser empañado si es que no se evalúa bien su respuesta frente a esta crisis. Xi se encamina a su tercer mandato, alimentando el discurso nacionalista en el país y al interior del Partido Comunista Chino. A esto se suma el aniversario número 95 del Ejército Popular de Liberación Chino, que también es una instancia que podría insuflar los ánimos.

China, bajo el mando del presidente Xi Jinping, ha dado un giro más agresivo a su diplomacia. En los últimos años el país se ha transformado en una superpotencia económica, mientras que ha desplazado a Estados Unidos como aliado comercial de cientos de países, incluyendo varios de Latinoamérica. Esto le ha dado el respaldo a la diplomacia para ser más directa y opinante, y advirtiendo sobre las consecuencias del apoyo a Taiwán en todo el mundo.

El cambio de actitud de Washington había alertado a los chinos, quienes emitieron una declaración oficial llamando a la Casa Blanca a “ser prudentes con sus palabras y acciones sobre la cuestión de Taiwán, y evitar enviar señales equivocadas".

Incluso antes del virus, Beijing mostraba un enfoque más agresivo en sus relaciones internacionales, a lo que se llamó ‘la diplomacia del lobo guerrero’, en alusión a dos películas chinas ultra patrióticas que muestran las tramas malvadas urdidas por mercenarios extranjeros liderados por Estados Unidos.

De todos modos, en el pasado reciente, el presidente Biden se refirió dos veces a la posibilidad de intervenir militarmente en favor de Taiwán en caso de un conflicto armado. “Sí, tenemos el compromiso de hacerlo”, declaró, aunque luego deslizó otra frase que intentaba volver a la política de ambigüedad, al referirse al acuerdo de 1979, el cual es expresamente ambiguo.

Otro antecedente relevante se dio en la Cumbre de la OTAN de Madrid, donde la alianza atlántica declaró que China representa un “desafío” para su seguridad, junto con decir que Rusia es una “amenaza”.

El cambio de actitud de Washington había alertado a los chinos, quienes emitieron una declaración oficial llamando a la Casa Blanca a “ser prudentes con sus palabras y acciones sobre la cuestión de Taiwán, y evitar enviar señales equivocadas a las fuerzas separatistas de la 'independencia de Taiwán', para que no dañe seriamente las relaciones entre China y Estados Unidos”.

La visita de Pelosi a Taiwán vino a complicar más el panorama. China advirtió en variadas ocasiones sobre represalias si este viaje se concretaba y ya anunció el boicot de centenares de productos taiwaneses en su territorio,mientras que medios chinos informan sobre vuelos de aviones de combate cerca de las costas chinas y movimientos de tanques en Xiamen, a 5 kilómetros de las costas de Taiwán.

Mientras que el partido de gobierno de Taiwán, el Partido Democrático Progresista, dijo que admiraba y respetaba el “coraje moral” de Pelosi. La congresista fue recibida con manifestaciones a favor y en contra de su visita en la entrada del hotel donde llegó.



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Impresentable el doble juego de Usa para mantener su poder hegemonico y el avance y poderio de una emergente China el Ocidentecontra el Oriente una nueva guerra fria perjudicando a la humanidad completamete irresponsable y lamentable esta movida como tablero de ajedrez.

Orwell cada cez más cerca

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